CAPÍTULO SIETE

El plan era sencillo, según la hechicera. Se trataba de con agilidad acercarse a la delegada que se hallaba sentada en una de las mesas del comedor, tomar asiento a su lado y hablar de cualquier cosa para distraerla, así logrando tiempo para que JiMin pudiera colocar un poco del líquido en su sopa. Ella la bebería, y entonces, ¡Pan comido! En cuestión de segundos la tendría a sus pies como una damisela en peligro, completamente llena de amor hacía él.

Con sus manos temblorosas, amenazando con tirar su propia bandeja de comida, se acercó a la mesa solitaria de una esquina donde ella se encuentra sentada con la vista en el libro que lee.

Miró a su amiga, ambos asintieron dando la señal de sentarse uno a cada lado de la chica. La cabeza de la delegada subió confundida de la repentina intromisión.

—¡Oh, hola delegada! Me preguntaba si podíamos hacerle compañía, con JiMin sentíamos curiosidad de que lee con tanta pasión.

—Ah, 'orgullo y prejuicio' —contestó.

—¡Es mi libro favorito! —Bora mintió descaradamente, puesto que nunca en su vida había escuchado de tal título, y ni siquiera le interesaba, pero seguiría con su farsa para ayudar a su amable amigo humano, quien la cuida como un hermano. El muchacho le cae muy bien, nunca ha tenido un amigo tan genial como él, es un poco torpe en ocasiones y algo paranoico, aún así sigue siendo el tipo de persona a la que acudiría si tiene un problema— Me encanta cuando ellos… se besan, sí es mi parte favorita.

—Ellos no se besan. —ladeo la cabeza, dejando el libro a un costado llevó su mano a los palillos para comer del pollo— ¿Segura que leímos el mismo libro?

—¡Por supuesto! —lo tomó con rapidez abriéndolo a la mitad, y con un guiño le dio la señal al castaño— Mira, está parte me encanta… ¿No es encantador? Quisiera un hombre como él en mi vida.

—Claro, está es literatura de calidad después de todo. —ella se giró para leer el texto que ya había analizado millones de veces antes, sonrió asintiendo, sin percatarse que a su lado un nervioso Park abría la botella para verter el líquido sobre la sopa de la bandeja, una vez hecho lo guardo con una velocidad nunca antes alcanzada. La delegada volvió a su comida, aunque en ningún momento tocó la sopa— ¿Ustedes no van a comer? La hora del almuerzo pasa rápido.

—Hmmh, sí, nosotros vamos a… —masticando los fideos seguía atentos a sus movimientos— ¿No está la sopa deliciosa? ¿Por qué no la pruebas?

—E-Es verdad, está muy sabrosa. —JiMin asentía.

—¿Hum? —sus ojos bajaron a la porción de sopa que le sirvieron— Ah, no, la probé hace minutos y encontré una uña de la cocinera, iré a decírselo. Gracias por hacerme acordar. —poniéndose de pie, se alejó con una sonrisa amable.

Bora Lee y JiMin escupieron lo poco que habían llevado a su boca completamente asqueados, ¡Esto no puede ser peor! Ella ni siquiera quiso probar un poco, o bueno, la situación sí que podría empeorar, estaba sucediendo frente a sus ojos. Con su charola se acercó a la mujer que les servía el alimento, ambas tuvieron una pequeña charla que llevó a la mayor a tomar una cuchara, recoger la sopa y llevarla a sus labios. ¡La había probado! ¡Ella probó la sopa con la poción!