Capítulo 17
Habían pasado ya tres días desde que habían llegado a Edén y desde que habían celebrado aquella fiesta de bienvenida. La situación había cambiado desde aquel momento sobre todo para dos personas.
Usher había estado desaparecido después de su charla con Camellia. Según las personas que lo habían visto salir del ayuntamiento se alejó y adentró en el bosque, del que no había vuelto desde entonces. Tet pensó que se había marchado, o de regreso al gremio o simplemente a cualquier otro sitio lejos de la aldea, pero sus cosas seguían allí. Al menos eso indicaba que tenía planeado regresar.
Usher tenía mucho en lo que pensar, Tet era el que mejor lo sabía y aunque también era consciente de que su amigo estaría bien por su cuenta, eso no evitaba que se preocupara por él. Preston incluso insistió en salir a buscarlo después de que pasaran veinticuatro horas sin noticias del azabache. Extrañamente Syo y Sol fueron las primeros en oponerse a la idea.
Tet entendía que en el caso de Sol era porque conocía también muy bien a Sena. Sabía que solo necesitaba tiempo y espacio. Pero la reacción de Kurosaki sí que le sorprendió, no se había dado cuenta hasta aquel momento de lo bien que parecían entenderse esos dos.
Y por otro lado, en una mejor posición, estaba Skie. La tarde después de que Cronus le indicara cual era la magia que mejor podría controlar y quien la ayudaría con eso no perdió el tiempo. Fue a buscar a Violette enseguida, le dio la nota que Cronus escribió y le explicó la situación por encima. La chica aceptó encantada a ayudar a la princesa a formarse en la magia.
Y desde entonces no habían parado de practicar cada vez que Lettie tenía un hueco, incluso Skie seguía entrenando por su cuenta gracias a las indicaciones de la mayor.
—Es como si tu cuerpo fuera el cauce de un río, y la magia el agua que lleva. Digamos que tú misma puedes decidir cuando y como fluye ese agua abriendo la compuerta que la bloquea —trató de explicar Violette—. Las primeras veces te ayudé yo a abrirla. Arreglé tu mecanismo oxidado a través de mi propia magia. Pero ahora tienes que aprender a hacerlo tu sola.
Tet miraba con atención la escena. Violette le había puesto una rosa marchita delante, Skie tenía las palmas de sus manos estirada hacia esta pero nada sucedía.
—Recuerda no abrir la compuerta de un tirón o ese agua saldrá como una cascada y no servirá de nada —advirtió la pelimorada.
Skie asintió antes de cerrar los ojos tratando de concentrarse. Siempre había pensado que la magia era algo extremadamente complicado que solo los grandes académicos o aquellos que nacían con ella en la sangre podían usar. Sin embargo, las instrucciones que Nashira le estaba dando eran bastante simples para que pudiera entenderlo sin problema.
La ejecución era más complicada, pero ni de lejos imposible. Sentía que podía hacerlo, que iba a hacerlo, y aunque era muy probable que ese era tan solo el primer paso de muchos, un paso que casi cualquier novato era capaz de hacer, para ella iba a ser un gran orgullo si lo lograba.
La planta entonces, como si volviera atrás en el tiempo, pasó de estar marchita a volver a lucir un lustroso y brillante color rojo. Era casi impensable que esa fuera la misma rosa de hacía unos segundos.
Skie apartó las manos para ver el resultado y casi no podía creerlo. Casi pensó que era una broma y que Violette la había restaurado mientras ella tenía los ojos cerrados. Pero no. Ambas chicas estaban felices por el resultado.
—¡Enhorabuena, Skie! Has logrado restaurar esa flor tu sola. Y lo que es más increíble, ¡lo has logrado en tan solo tres días! —Violette agarró la rosa, no solo los pétalos estaban en un estado perfecto, las espinas y el tallo también—. Normalmente los novatos como tú tardan semanas en lograr este resultado. Tienes talento para la magia.
—¿Lo dices en serio? —preguntó casi sin poder asimilarlo.
Violette asintió dedicándole una amplia sonrisa.
—No quiero que te relajes. La flor es tan solo el primer paso de una larga lista hasta que sepas usar la magia curativa a un nivel útil. El siguiente paso es una planta de un tamaño mayor, un árbol por ejemplo.
—¿Un árbol? —Skie se sorprendió.
Aunque seguían siendo plantas sentía que cambiar de una pequeña flor a un enorme árbol era demasiado drástico.
—No te preocupes, a pesar del tamaño tienen sistemas casi igual de simples —aseguró Gardine—. Tratar de curar un insecto sería cien veces más difícil aunque son muchísimo más pequeños.
Violette era la experta en el campo, no por nada era considerada como la mejor sanadora de Edén. Así que si ella decía que así era mejor pues así se haría. Skie confiaba en ella porque había demostrado ser una gran profesora en ese tiempo, y además había podido comprobar en su propio cuerpo lo buena que era en su trabajo. Desde que Lettie le había curado la pierna por completo a su llegada ya no le había molestado más y no había quedado ni una cicatriz.
—Si vamos a buen ritmo creo que podremos pasar a curar animales pequeños en unas pocas semanas —ella misma se vio sorprendida por su propia palabras—. Semanas... Una persona normal tardaría meses, incluso más de un año en siquiera llegar a curar un ratón. Eres fantástica Skie.
Tet rió al ver a Blue sonrojándose por las palabras de Gardine. Era adorable cuando se avergonzaba al recibir elogios de otra persona, y eso que siendo la princesa de Altair debería de estar acostumbrada.
Detalles como ese eran los que demostraban que incluso a pesar de haber nacido en cuna de oro, Skie no era ninguna presuntuosa ni fanfarrona. Era humilde y empática. Nunca juzgaba a los demás sin primero conocerlos por horribles que fueran los rumores acerca de ellos. Era una chica amable, alegre y muy lista a la que era agradable tener como compañía.
Esto hacía también mucho más triste todo el daño que le habían hecho en el castillo. Skie definitivamente no se merecía por tofo lo que había tenido que pasar.
Syo paseaba aburrido por la aldea. Por las mañanas temprano, antes de que nadie más se despertara, salía a entrenar. Corría un poco aprovechando el reto que suponía aquel terreno y cazaba algún que otro animalillo para pulir nuevamente sus reflejos y sentidos.
Había pasado mucho tiempo en las mazmorras del castillo antes de que que pudiera escapar gracias a Skie. Aquellos cazadores habían demostrado ser excelentes luchadores y algunos incluso tenía magia y marcas de su lado. Aunque después de que Tet les contara a todos ellos la verdadera naturaleza de estas había dejado de envidiarlos en ese aspecto.
Por mucho que mejoraran tus capacidades físicas y mágicas, no era suficiente en comparación con tener que vivir con la idea de ser hijo de una bruja oscura. Saber que era un eslabón más que iban a usar para matar a gente y hacerla sufrir. Si Camellia no hubiera salvado a Usher y Tet años atrás ¿qué hubiera sido de ellos?
Probablemente hubieran muerto por las condiciones en las que Usher le había contado que los tenían. Pero ¿y si no? ¿Y si hubieran sido capaces de sobrevivir hasta la edad adulta? ¿Y si aquellas dos brujas hubiera decidido dejar de tenerlos allí encerrados para que desarrollaran su papel como hijos suyos con magia negra recorriendo sus venas?
Tet no poseía ninguna marca, ni siquiera tenía la capacidad de usar la magia, lo que indicaba que seguramente solo era el hijo de aquellas estúpidas personas que adoraban a las sucias brujas. Dos personas que fueron capaces de abandonas a su hijo recién nacido a su suerte con tal de conseguir el favor de esos monstruos.
No era seguro que hubiera vivido por mucho tiempo en esas circunstancias.
Usher se hubiera quedado solo, sin aquel chico que era como su hermano, sin ese compañero que era como la vocecilla que le decía lo que estaba bien o mal y era capaz de pararlo cuando todo descontrolaba o de consolarlo cuando todo se iba a la mierda. Usher hubiera terminado por ser una marioneta de esas brujas. Una marioneta que hubiera asesinado a niños, adultos y ancianos, y que podría haber terminado por ser asesinado por un cazador.
Usher podría haber sido asesinado por uno de los que ahora eran sus amigos.
Dejó de darle vueltas al tema cuando un escalofrío le recorrió el cuerpo. El tema se estaba volviendo demasiado turbio incluso para él.
Esos casos extremos no habían pasado, y ya nunca pasarían porque esas dos brujas estaban muertas. Camellia y otras brujas blancas más habían acabado con ellas. Lo único malo que pasaba ahora era la desaparición repentina del azabache. Desaparición que esperaba que no durara mucho puesto que él había sido uno de los que se habían opuesto a ir a buscarlo.
No conocía a Usher desde hacía tanto tiempo como Preston o Sol, mucho menos igual que Tet. Pero sabía su forma de actuar y de pensar, solo necesitaba asimilarlo todo en calma y ver como iba a proceder ahora con esa nueva información. Confiaba en que estuviera bien.
—Ey hola —le saludó Colby.
El castaño parecía venir de dar un paseo también, extrañamente no iba acompañado de Preston ni Tet. Ese trío siempre estaba junto cuando Tet no estaba con Usher, que desde que se había largado era todo el tiempo, o con Skie. Incluso se les unía Sol muchas veces.
Syo no es que fuera antipático y no quisiera saber nada de ellos, solo es que era alguien que disfrutaba de la soledad. Soledad que desde que empezó a viajar con Skie no era tan común como antes. Por una parte lo agradecía, por otra, le agobiaba.
—¿No estás con los demás? —preguntó Syo tras saludarlo.
—Tet está viendo el entrenamiento de Skie con Lettie, Preston aún duerme —explicó—. Quería aprovechar para dar una vuelta por la aldea y hablar un rato con Sol o Ringo, pero ambos están ocupados.
Todos en la aldea tenían trabajos que llevar acabo. Algunos eran sanadores, otros hacían de agricultores o ganaderos. También había que llevar el recuento de alimentos de los almacenes para ver lo que había quedado del invierno, llevar a cabo restauración y mantenimiento de los edificios, e incluso había quien salía a cazar o recolectar frutas que no había en los cultivos de la aldea pero si en el interior del bosque.
Había algunas otras tareas más como la vigilancia y seguridad de la aldea y el trabajo más administrativo en el ayuntamiento, pero en definitiva todos en la aldea de las brujas blancas tenían un papel que desenvolver. Era común que por las mañana y muchas tardes los aldeanos estuvieran ocupados.
—¿Vienes de entrenar? —preguntó Colby al ver las dagas que Syo llevaba colocadas en el cinturón.
—Sí, quiero mejorar y recuperar la condición física —admitió—. Esto cada vez se pone más difícil y quiero estar a la altura.
Colby lo miró y asintió comprendiendo como se sentía.
—¿Qué te parece si aprovechamos que no hay nada que hacer y entrenamos un poco juntos? —Syo iba a responder pero Colby no le dejó— Voy a por mis armas, espérame aquí que ya vuelvo.
Ni siquiera le dejó negarse o aceptar. Parecía que él también iba conociendo al albino demasiado bien.
Syo suspiró apoyando la espalda en el tronco del árbol más cercano. Por lo menos entrenar con alguien más le ayudaría. No podía avanzar mucho más solo, necesitaba practicar sus movimientos con alguien más, tener un rival por un rato.
No pudo evitar pensar que le hubiera gustado poder entrenar con Usher.
Desde que viajaba con él había podido verlo en acción un par de veces. Sus movimientos y habilidad usando la lanza no tenían nada que envidiar a los caballeros. Hubiera sido interesante.
Un sonido entre la maleza le hizo girar la cabeza hacia el bosque. ¿El viento? ¿Un animal? Inconscientemente llevó las manos sobre las empuñaduras de las dagas. Listo para atacar si era necesario.
Cuando vio salir del bosque una figura bastante conocida alejó las manos de las armas. La persona que acababa de salir del bosque giró su cabeza hacia él haciendo contacto visual, ninguno de los dos desvió la mirada por casi un minuto en el que se mantuvieron en silencio.
—Has vuelto —Syo fue el primero en romper el silencio y el contrario el que finalmente desvió la mirada al frente.
—Sí, tengo mis cosas aquí,ademas no iba a dejaros tirados —contestó Usher.
Sena estaba un poco desaliñado. Tenía moretones y magulladuras por la cara y los brazos, como si hubiera librado un arduo combate con alguien. Su pelo estaba todo enredado y sucio, lleno de tierra y polvo al igual que su piel y ropa, ropa que cabía destacar estaba rota por algunas partes y era la misma que llevaba tres días atrás cuando desapareció.
—¿Qué te ha pasado?
Syo se acercó a él observándolo más de cerca. No había duda ya, sí que parecía que algo lo había atacado.
Llevó su mano hacia la cara del azabache para intentar mover un mechón de pelo y observar mejor las heridas. Usher no se lo permitió apartando la cara y agarrándolo de la muñeca.
—Tengo que ir a ver a Cronus —mencionó—. Pero primero voy a cambiarme y darme una ducha. Nos vemos después.
Le soltó la mano y se alejó en dirección a su cabaña.
—¡Ya estoy aquí! —avisó Colby acercándose a él desde atrás— ¿Pasa algo? —preguntó al ver a Syo mirar a un punto indefinido de la aldea.
Corrió sin parar hasta que visualizó la casa de Cronus. En cuanto Syo le avisó de que Usher había vuelto se despidió de Skie y Violette y fue en su búsqueda sin pensárselo dos veces. Como le había dicho que fue a por Cronus allí que se presentó Tet también.
Tocó a la puerta de la casa pero nadie la abrió. Tocó una segunda y una tercera vez sin éxito. No podía ser que se hubieran marchado, según Syo hacía menos de veinte minutos de su encuentro con su amigo.
Un fuerte estruendo proveniente de la parte de atrás de la casa captó su atención. Lentamente abandonó el jardín delantero para asomarse al patio de atrás. El ruido se hizo más fuerte al acercarse y le permitió escuchar las voces de dos personas.
—¡No, no, no, sigues haciéndolo mal! —se escuchó a Cronus— Solo lo dejas fluir todo de golpe, tienes que controlarlo. Ir poco a poco o no servirá de nada.
—Lo sé, pero es más fácil de decir que de hacer.
La cara de Tet se iluminó al reconocer la voz frustrada de Usher. Salió de su escondrijo encontrando a los dos chicos allí. Cronus estaba cruzado de brazos observando a Usher, quien mantenía su lanza apuntando a un muñeco hecho a base de paja, cuerdas y un palo de madera para que se quedara recto.
—Concentra un poco de energía en la lanza, solo un poco —decía el castaño—. Imagina que la lanza en un plato de comida y tienes que sazonarla con sal, la magia es la cantidad de sal que echas.
—Menudo ejemplo de mierda.
—¡Si te vuelves a quejar de mis ejemplo ya no te ayudaré, desagradecido!
Tet pudo ver como el viento se arremolinaba entorno a la punta de la lanza. Pero cuando Usher lanzaba una estocada la energía salía disparada en otra dirección arrasando con las plantas que se topara por delante por varias decenas de metros.
Y el muñeco de paja seguía de una pieza.
Usher soltó un gruñido que hizo suspirar a Cronus y que Tet tuviera que aguantarse una carcajada. ¿Qué había dido eso? Usher era un letal cazador de brujas de dos estrellas respetado y temido a partes iguales, y apestaba usando magia. Ya resultaba patético y triste.
Le recordaba demasiado a aquella época en la que Sol se desesperaba tratando de enseñarle. Era como una réplica en la que solo cambiaba el mentor.
—Me alegra verte de nuevo —dijo para hacer saber a los dos chicos que estaba allí.
—Veo que Syo te ha avisado.
—¡Por supuesto que lo ha hecho! Y eras tú el que debió de venir a verme personalmente —Tet frunció el ceño acercándose enfadado a Sena— ¿Tú sabes lo preocupado que me has tenido? Desapareciste así sin más y has estado tres días sin dar señales de vida. ¡Y cuando vuelves nos enteramos solo porque Syo te vio de casualidad! ¿Te parece normal? —Ter le dio un golpe con el puño al brazo de Usher.
La mueca que el más alto formó hizo saber que sí había dolido.
—¡Y poco es en comparación con lo que he sufrido yo por tu culpa!
—Yo que tú me disculparía —Sol apareció también en el patio trasero de la casa de Cronus, y no venía solo, Skie, Syo, Colby y Preston le acompañaban—. Tet es peligroso enfadado.
—Necesitaba un tiempo solo para pensar y organizar mis ideas —se defendió Usher.
—Pero al menos avisa, maldita sea —y Tet le dio un nuevo golpe mucho más suave que el anterior, casi como si hubiera perdido la fuerza de repente.
La expresión triste del pelirrojo hizo que Usher se sintiera un poco culpable. Pero en aquel momento no quería hablar con nadie, solo buscar un lugar tranquilo sin que nadie lo viera. No podía decir que de poder volver atrás lo haría de otra forma, porque sabía que no era verdad.
—Perdoname ¿sí? Prometo que te compensaré por las molestias —dijo Usher haciendo que Tet se viera algo más convencido—. Perdón a los demás por las molestias también.
—No te preocupes, entendemos tus razones —dijo Sol—. Era algo difícil de digerir. Ya me costó en su momento asimilarlo a mí, no me puedo ni imaginar como te sentó a tí.
—Han pasado ya tres días, siento que por mi culpa hayamos perdido tanto tiempo, aunque Cronus ya me ha dicho que al menos una persona lo ha estado aprovechando —miró Usher a Skie que sonrió—. Colby, Preston, necesito que regreséis al gremio e informéis a Mark y Jude de todo sobre la reliquia de la cruz y la hondonada. Estoy seguro de que Tet ya os habrá puesto al día con eso.
—¿Y tú? ¿No vas a volver con nosotros? —preguntó sorprendido Preston.
Usher negó con la cabeza cruzándose de brazos.
—Me quedaré un tiempo aquí, entrenaré con Cronus igual que Skie entrenará con Violette —explicó—. He dado por sentado que Syo y Tet se quedaran también, pero se preferís marcharos con ellos lo entenderé —dijo eso último mirando a loa dos mencionados.
—Ni creas que me iré a algún sitio sin tí, no soy como tú —puso Tet sus brazos en jarra echándole en cara nuevamente su desapareción.
—Vas a tener que aguantarme aún —sonrió Syo.
—No porque yo me quede atrás debe retrasarse la búsqueda de las reliquias, es demasiado importante —prosiguió Usher—. Seguro que si les informáis de todo en el gremio se organizarán perfectamente para ir a buscarla.
—Lo malo es que aún seguimos sin saber como localizar a los greenlanders —señaló Preston—. Hasta donde yo sé nadie del gremio a ido nunca a la hondonada.
—Esperad, ¿queréis buscar a los greenlanders? —preguntó Sol.
—Camellia nos dijo que el fundador de Edén le entregó la reliquia a alguien de confianza de los greenlanders —dijo Tet—. Pero los humanos no son bien recibidos en la hondonada así que no sabemos nada de los seres que viven allí. Mucho menos tenemos mapas de la zona.
—Yo sé como encontrarlos —aseguró Sol.
Todos miraron al chico, unos sorprendidos y otros expectantes. No tardó en seguir hablando viendo la conmoción general.
—Antes de ser acogido en Edén vivía con mis padres cerca de la frontera de Altair con la hondonada, no sé por qué, pero mi madre siempre me llevaba al menos una vez al mes allí dentro con un grupo de personas que vivían en grupo en la hondonada —explicó aparentemente un poco confundido, como si él tampoco supiera muy bien como explicarlo—. Poco antes de que mis padres murieran recuerdo que le pregunté a mi madre quienes eran esas personas, ella me dijo que se hacían llamar greenlanders —su expresión se veía segura al mencionarlo—. Sí, estoy seguro de que era greenlanders. No sé si seguirán en el mismo lugar, pero siempre es un buen sitio por el que empezar a buscarlos.
—¿No sé supone que en la hondonada no pueden entrar los humanos? —preguntó Colby arqueando una ceja.
—Bueno si su madre era una bruja blanca y él mestizo tal vez si los dejaran acceder —dijo Preston no muy seguro.
Sol negó ante lo dicho.
—Mi madre no era la bruja blanca, lo era mi padre —dijo—. Después de que Camellia me revelara la verdad sobre mi marca muchas de las cosas que le vi hacer y que no entendía en su momento comenzaron a tener sentido. Estoy bastante seguro de que mi madre era una humana común.
—Bueno el punto es que ahora tenéis a alguien que os guíe —interrumpió Usher.
El chico sabía que indagar en los recuerdos borrosos de la infancia de Sol no los llevaría a ningún lado. Era muy pequeño aún cuando llegó a Edén, más incluso que él y Tet.
—Viajaré con ellos y les mostraré el camino —dijo Sol.
—¿Estás seguro de eso? —preguntó Cronus— Desde que llegaste a Edén no volviste a dejar la aldea. Y si Tet y Usher se quedan aquí no te podrán acompañar en ese viaje.
Sol miró entonces a Preston y Colby, con quienes irían en caso de aceptar hacerlo. Sonrió y asintió devolviendo su mirada a Cronus.
—Preston y Colby son buenas personas, ahora que ya nos conocemos mejor puedo decir que son buenos amigos —aseguró Sol.
—Nosotros lo protegeremos —dijo Preston con una mirada segura y seria.
Cronus pareció ver en sus ojos que eran personas de fiar que no lo decían solo por hablar. Además, eran amigos de Usher y Tet. ¿Quiénes mejor para encargarles la seguridad de uno de ellos?
—Solo os pido que no desveléis que es una bruja blanca, o que alguna vez vivió con una —pidió Usher—. Tampoco les digáis a los demás lo de las marcas. Prefiero hablarlo yo con Mark más tranquilamente cuando lo vea.
Los tres asintieron accediendo a la petición de Sena.
—No volveremos a ver pronto.
Para esa misma tarde ya habían emprendido su camino. Tenían algunas semanas de viaje de por medio y no había tiempo que perder.
Como habían acordado Preston y Colby volverían al gremio acompañados de Sol, mientras tanto Usher y Skie se quedarían en Edén entrenando con Cronus y Violette mientras que Tet y Syo los acompañaban. Llevaban solo una hora de viaje y Sol y Colby habían tenido tiempo de hablar de un millón de cosas diferentes.
Preston estaba mucho más callado escuchando, sin llegar a prestarle verdadera atención, la conversación de sus compañeros. Esta se basaba principalmente a en Sol contándole a Colby cosas de su infancia en Edén y Colby datas sobre el gremio de cazadores a Sol.
—Estas demasiado callado, mi niño —sintió a Colby pasarle un brazo por los hombros— ¿Será que tu mente no deja de pensar que mientras tú te vas tu amorcito se queda en esa aldea llena de brujos guapos?
Sol miraba al dúo con curiosidad. Preston enrojeció y quitó el brazo de Columbia de un movimiento seco.
—No estoy pensando es eso —aseguró cruzándose de brazos—. Usher se queda para entrenar, y nosotros lo mínimo que podemos hacer es avisar a los demás como nos ha pedido —su expresión se suavizó—. Me gustaría poder decirle que conseguimos la cruz cuando volvamos a vernos.
—Espera un momento ¿te gusta Usher? —preguntó Sol uniendo todas las piezas con las frases que habían dicho.
Preston se tensó. ¿No que Sol había mantenido una relación con él? ¿Y si todavía sentía algo? No era muy buena idea haberse descubierto de esa manera.
—¡Eso es genial! —dijo para su sorpresa— Ay ahora entiendo todas esas indirectas que lanzaba Tet a cada rato cuando Usher se marchó. ¡Si me lo hubierais contado antes podría haber echado una mano!
Eso era lo último que Preston esperaba que dijera.
—Bueno es que nos enteramos que él y tú estuvisteis en una especie de relación —admitió Colby—. No sabíamos si era buena idea mencionarlo delante de ti.
—Ah no, pero de eso hace ya cuatro años —Sol movió la mano frente a ellos a forma de negación—. Está superado. Además no fue un relación de pareja como tal... sí que me gustaba un poco y nos acostamos, pero creo que no estaba realmente enamorado ¿sabes? —Sol trató de organizar sus palabras para explicarlo de forma que se entendiera— Usher y yo crecimos juntos en Edén, así que tenemos un fuerte vínculo de amistad, y no puedo negar que es guapo, así que fuerte amistad y hormonas de la adolescencia igual a relación extraña.
—¿Entonces ya no te gusta? —preguntó no muy seguro Preston.
—¡Para nada! Sigue siendo un gran amigo, pero lo veo más como un hermano mayor.
Esa aclaración alivio de sobremanera a Preston. Incluso él mismo se sorprendió de peso que se había quitado de encima.
—Ahora que lo sé cuando volvamos a encontrarnos te ayudaré con él —la mirada de Sol se veía decidida—. Y no te preocupes, soy una tumba, no le diré a nadie.
—Por eso no te preocupes. Todos menos Usher ya sabemos —rió Colby.
Preston le fulminó con la mirada solo consiguiendo que riera más fuerte ahora junto a Sol. Colby sería su mejor amigo, pero a veces era tan...
—Silencio.
—Oh venga no te enfades ya sabes que solo bro... —pero Preston le tapó él mismo la boca con su mano y se llevó el dedo índice de la que tenía libre a los labios.
Colby y Sol comprendieron que ya no estaba de broma y que pasaba algo. Los tres se ocultaron entre los árboles alejándose del camino principal y se mantuvieron en completo silencio.
Pudieron escuchar el trotar de los cascos de caballos, en unos pocos segundos vieron a un grupo de al menos seis pasar por el camino en el que ellos estaban antes. Si no fuera porque reaccionaron rápido y se ocultaron los hubieran pillado. Y para colmo eran nada más y nada menos que las valkyrias.
Lo peor no es que fueran valkyrias, es que una de las integrantes de ese grupo era la comandante Jade Greene. Se estaban dirigiendo directamente a la aldea de las brujas.
—¿Cómo han podido encontrar este camino? —habló Calby cuando ya estaban demasiado lejos como para escucharlos.
—No lo sé, este bosque está protegido por magia para que aquellos curiosos que se adentre se desorienten —explicó Sol, Usher había mencionado algo de una magia protectora también el día que llegaron a ese bosque—. Es como si supieran como llegar a Edén, pero eso es imposible.
—Hay que volver —ordenó Preston saliendo de entre los árboles—. Hay que avisarlos a todos. Tenemos que prepararnos para su llegada o eso será una masacre. Sol, ¿conoces algún camino para llegar antes que ellas?
Sol asintió y señaló el interior del bosque, por allí a donde el camino no llegaba.
—Solo las brujas blancas lo conocemos e incluso para nosotros es peligroso porque te puedes perder con facilidad. Pero es la única forma de llegar antes que ellas, tenemos que arriesgarnos.
Colby y Preston estuvieron de acuerdo, así que se adentraron junto a Daystar en el mar de árboles. Esperaban que eso saliera bien, porque sino sus amigos estarían en graves problemas.
—Toma un poco de agua —le ofreció Cronus.
—Gracias.
Se bebió casi por completo el contenido del odre. Estaba de nuevo empapado en sudor y cubierto de tierra después de haber entrenado por varias horas. Solo pararon porque Cronus vio que el azabache se estaba sobreesforzando y eso no era bueno, le alegraba la energía y ganas que le echaba pero no quería que se hiciera daño o enfermara por cansancio.
—Seguiremos mañana —dijo el castaño.
—Esta noche.
—Mañana —no dio su brazo a torcer—. No me digas como debo de organizar mi entrenamiento —le apuntó amenazante con el dedo—. Y si me llego a enterar de que practicas a escondidas te mataré con mis propias manos y enterraré tu cuerpo en lo más profundo del bosque donde nunca puedan encontrarlo.
Usher rió y levantó los brazos en señal de rendición. Cronus era la personas más estricta que jamás había conocido.
—¡Chicos tenemos problemas! —Saturn llegó corriendo— ¡Las valkyrias vienen hacia aquí!
—¿Cómo? —Usher se levantó instantáneamente del suelo donde descansaba— Eso es imposible ¿de dónde has sacado algo así?
—Preston y los demás han vuelto cuando se han encontrado a las vlakyrias de camino para avisarnos.
Ringo no tuvo tiempo de explicar nada más pues Usher salió disparado, vio a lo lejos a muchas brujas juntarse en la plaza central de la aldea. Cuando estuvo lo suficientemente cerca vio que en efecto sus compañeros habían vuelto.
—¡Preston! —el mencionado se giró al escuchar su nombre.
—Usher menos mal que estás aquí, hay problemas.
—Ringo ya me lo ha dicho, ¿cómo es eso de que habéis visto a las valkyrias?
—Es cierto, viene al menos seis de ellas directas hacia aquí —tomó la palabra Sol—. La magia de protección del bosque no está surtiendo efecto.
—Tienen que estar usando su propia magia para anular los efectos —Tet salió de entre el grupo de personas, Skie y Syo lo seguían de cerca— ¿Qué vamos a hacer?
Usher no sabía qué hacer por mucho que sus compañeros y amigos lo miraran en busca de una solución. La simple idea de que las valkyrias viajaran hasta esa tierra tan remota era absurda, ni siquiera los caballeros de la guardia real viajaban tan lejos de la capital sin un motivo claro. Definitivamente esa aldea no podía ser un motivo porque era imposible que de repente hubieran descubierto por obra divina que las brujas blancas se ocultaban allí.
—¿Cómo es posible que sepan que hay un pueblo en mitad de un bosque tan apartado? —preguntó en voz alta aunque no era su intención.
—Llevaban un mapa —dijo entonces Sol—. Lo vi claramente, la que parecía ser la líder del grupo miraba un mapa.
—Eso no tiene sentido, Edén no aparece en ningún mapa que exista —dijo Tet—. No hay nadie que sepa más de eso que yo, y os puedo asegurar que es cierto.
Nada de lo que pasaba estaba claro, pero tenían que pensar en algo ya o las valkyrias llegarían y los pillarían indefensos.
—Puede ser que el mapa indique otra cosa, no la aldea exactamente, pero que esta esté en medio —dijo Skie—. Si eso fuera cierto no saben que aquí hay algo así, van a ciegas. Podemos usar eso para hacer un ataque sorpresa.
No estaban demasiado seguros de eso, menos Tet y Usher puesto que no había nada en el interior del bosque que pudiera interesar a las valkyrias o al rey. Aunque la teoría de Skie era lo único a lo que podían agarrarse.
—Vale, haremos lo siguiente —se centró en la estrategia Usher—: Sol ve a buscar a Camellia, Tet, Colby y Skie ayudarán a las brujas que no pueden pelear a esconderse, Preston y Syo venid conmigo.
—Jade, ¿estás segura de que es por aquí? —Glacia hizo trotar a su caballo hasta ponerse a la altura de su comandante.
—Sí, vamos justo por donde el mapa indica, y que Mohrir no pueda dejar de usar su magia de anulación para que podamos pasar me indica que en efecto vamos por buen camino —aseguró enrollando el mapa enganchándolo en su cinturón—. Ya casi deberíamos de ver a la princesa.
Glacia asintió y miró de reojo a las cuatro valkyrias que las seguían. Todas ellas simpatizantes de los ideales de Jade, valkyrias que se oponían a la nueva forma de liderar de la Comandante en jefe Trick.
No estaban todas, por supuesto, pero llevar a mas valkyrias solo hubiera logrado que se notara más la ausencia en la Ciudad Imperial y las atraparan antes de que se alejaran lo suficiente. De todas formas seis valkyrias eran más que suficientes para lidiar con la Princesa Skie y aquel delincuente con el que había huido.
Por el camino algunas de ellas, incluida Glacia, habían dudado de la veracidad de aquel mapa. Era un mapa dado por los caballeros después de todo y Vessal no se fiaba nada de ellos, especialmente de Vladimir Blade. Lo veía perfectamente capaz de haber engañado a Jade solo para hacerla quedar mal ante el rey, tal vez acusarla de traición.
Lo único que la había hecho seguir adelante con el plan y no tratar de convencer a su comandante de enviar a la porra a aquel caballero era que confiaba ciegamente en el criterio de la pelirroja. Jade no era idiota y si de verdad había tomado la decisión de aceptar ese loco plan era porque pensaba que sí que tenía futuro. Aunque aún no sabía como Vladimir había obtenido un mapa así de importante.
—Comandante Greene, se ha acabado la magia de protección —avisó Mohrir—. Creo que ya hemos pasado esa especie de barrera.
—Gracias, Mohrir, tu magia de anulación ha sido de gran ayuda.
La chica de coletas se vio orgullosa por el alago de su comandante.
—Quiero que andéis con los ojos bien abiertos de aquí en adelante, si veis a la princesa capturarla viva —avisó tajante—. En cuanto a su amante... matadlo.
El caminar de los caballos se hizo mas lento, las chicas observaban mucho más atentas su alrededor en guardia y listas para atacar si era necesario. Fue una sorpresa para todas cuando frente a ellas apareció una aldea.
«¿Que demonios es este lugar?» no pudo evitar pensar Glacia.
Cuando todas las valkyrias salieron del bosque y se encontraron en la entrada de la aldea se oyó un grito que las alertó:
—¡Ahora!
Un montón de flechas y rocas de un tamaño considerable fueron lanzadas hacia ellas. Rina reaccionó a tiempo y las protegió haciendo crecer grandes raíces alrededor que pararon todos y cada uno de los proyectiles.
—¡Nos atacan! —grito Glacia pero era demasiado tarde.
El suelo bajo sus pies comenzó a temblar y la tierra se levantó. Algunos caballos se asustaron tanto que tiraron a las valkyrias al suelo y salieron corriendo.
—¡Separaos y acabad con ellos! —ordenó Jade bajándose de su caballo de un salto.
Su armadura brilló por un instante y cambio de forma. Ahora se veía mucho más imponente y poderosa, casi como si los mismos dioses la hubieran creado para ella. Estaba usando su magia, y cuando Jade la usaba todas sabían que la cosa se ponía seria.
Jade salió disparada del lugar sin que sus compañeras supieran exactamente el sitio. Gracias a las alas metálicas que salían de su armadura podía literalmente volar pareciendo un ángel hecho para la guerra. Era por imágenes como esa que se había ganado el apodo de Hilda, la valkyria de batalla.
Rina y Glacia no se quedaron atrás y también empezaron a atacar, aunque un poco a ciegas, los lugares desde los que las piedras y flechas habían sido lanzadas. Rina usaba su magia sobre la flora para hacerlo, mientras que gracia podía hacer salir enormes y fuertes cadenas desde cualquier parte que ella quisiera para atacar.
Algunas cabañas se rompieron y las brujas que se escondían tras estas salieron para tratar de protegerse en otro lugar. Lanzando hechizos hacia las valkyrias que también se defendían.
—Mierda, son brujas —chasqueó la lengua molesta Glacia.
La había visto. Jade estaba segura de que había visto a Skie correr entre las casas de madera huyendo del lugar. No sabía que era aquel sitio o quienes eran los que las atacaban, pero nada de eso importaba si conseguían capturar a la persona por la que estaban ahí desde un principio.
Por fin la vio claramente, corría junto a un chico de pelo naranja. No era el tipo con el que había huido del castillo ¿quién era? ¿Dónde estaba el ladrón? Ahora eso daba igual.
Se acercó a gran velocidad a los dos y estiró su mano lista para agarrar a la princesa. Entonces el chico que la acompañaba giró la cabeza al sentir su presencia. Extendió la palma de la mano hacia ella y un fuerte destello la cegó haciendo que en lugar de lograr atrapar a Ski se estrellara contra una de las cabañas. Parpadeó tratando de acostumbrar de nuevo su vista al entorno, ese maldito se la hiba a pagar.
Notó que estaba en lo que parecía ser un centro médico y no estaba sola, un una esquina de la habitación había un grupo de niños y ancianos que eran protegidos por una chica de cabellera violeta. Esta la miraba con el ceño fruncido y lista para atacar.
—Todos atrás —ordenó al resto.
Jade se puso en pie y cogió su hacha dispuesta a pelear con la chica. Se la quitaría de encima rápido e iría a por Skie, no dejaría que el chico volviera a engañarla de esa manera, sus trucos no funcionaría una segunda vez.
La chica creó algunos símbolos que flotaban a su alrededor. Jade al principio pensó que eran runas, luego notó que eran constelaciones. Para cuando quiso reaccionar no podía mover su cuerpo, a su alrededor apareció un cielo nocturno lleno de estrellas que la rodeó por completo, en menos de un segundo como si de estrellas fugaces se trataran cayeron hacia ella, apenas tuvo tiempo para usar sus alas como escudo saliendo así de nuevo lanzada hacia la calle y frenando por los pelos antes de chocas contra otro edificio.
Ese ataque había sido tan fuerte que había dañado el metal de su armadura e incluso le había hecho algún rasguño. Antes de que tuviera tiempo de lanzarse a atacar a la chica tuvo que frenar con su hacha el ataque de una lanza.
—Alastor —pronunció ese nombre con sorpresa—. Así que un cazador de brujas estaba detrás de todo esto. ¿Estás ayudando acaso a la princesa?
—Bueno, después de todo las valkyrias y los caballeros no paráis de acosarla —contestó Usher.
—No veo en qué os afecta esto a los cazadores, deberíais dejar de meter las narices en asuntos oficiales del reino —Jade apuntó con su hacha al chico—. Además de llevar de vuelta a Skie te llevaré a ti, el rey estará encantado de ver entre rejas a uno de los cazadores más buscados: El verdugo y ejecutor de asesinos —si se lanzó hacia él.
Esta vez fue Usher quien tuvo que frenar a la chica parando el golpe de su hacha con la lanza. Los brazos gritaron de dolor por el impacto, demasiado fuerte, rápido y certero, de no ser por su velocidad de reacción le hubiera cortado un brazo perfectamente. La fuerza de empuje de Jade también era mayor a la suya, más si usaba esa armadura. Sus brazos empezaban a retroceder haciendo que el filo del hacha se acercara peligrosamente a su cuello.
Una flecha rozó la mejilla de la valkyria, hubiera impactado plenamente en su cara de no ser porque la esquivó alejándose de Usher. Preston, a unos metros de distancia, cargó una nieva flecha en su ballesta y apuntó hacia Jade, la chica no pudo ir a por él pues no solo Usher le atacó, el criminal que había estado buscando todo el rato saltó desde un tejado abalanzándose hacia ella con una daga en la mano.
Desde tres lados diferentes la atacaban al mismo tiempo. Como si de una cámara lenta se tratara Jade podía ver la flecha, el filo de la daga y la punta de la lanza acercarse a ella con una certeza letal. Admitía que eran muy buenos, la hicieron recurrir a la última carta bajo su manga.
Con un rápido movimiento, encogiéndose y luego ensanchando los músculos del cuerpo. Lanzó una fuerte onda de choque que lanzó por los aires a los tres chicos. Preston golpeó un árbol con la espalda encogiéndose por el dolor y soltando sin querer su ballesta en el camino. Syo salió lanzado hasta caer al suelo vario metro más lejos, y Usher chocó contra la cabaña tras él.
Lo siguiente que sintió fue a Jade agarrándolo del cuello y levantándolo en el aire como si no pesara más que una mísera bolsa de carne. Con dificultad por el fuerte golpe y la falta de aire que empezaba a sentir trató de enfocar su mirada en los ojos decididos de la chica. Unos ojos que ya no se mostraban dispuestos a arrestarlo, sino a matarlo.
Y lo hubiera hecho de no ser porque recibió un fuerte golpe en la cabeza que la hizo soltarlo de golpe dejándolo caer al suelo. No solo él cayó, entre el ataque de tos que le dio al volver a sentir el oxígeno legar a sus pulmones vio que un papel había caído de su cinturón.
Cuando la Valkyria se giró mientras limpiaba con su mano la sangre que ya empezaba a resbalar por su frente vio al chico de pelo naranja con una barra de hierro entre las manos. Agarró la barra arrebatándosela de las manos y lanzando al chico contra Usher haciendo que ambos chocaran una vez más contra la pared de la cabaña.
Jade hubiera arremetido contra ellos de nuevo sino fuera por un grito de dolor que llegó a sus oídos. Un grito que reconoció a la perfección haciendo que se preocupara.
—¡Glacia!
La chica se fue volando hacia el lugar de donde había venido el grito de su amiga. La encontró en lo que parecía ser la plaza central de aquella aldea.
Mohrir estaba inconsciente siendo cuidada por su compañera, mientras que Rina y la otra valkyria apenas eran capaces de contener a todas las brujas blancas que las atacaban al mismo tiempo. Se veían cansadas y heridas a ese punto de la lucha. Por otro lado Glacia estaba siendo aplastada contra el suelo por algún tipo de fuerza invisible.
Su mirada se fijó en el chico que parecía ser el culpable de aquella fuerza, tomó su hacha y descendió proporcionándole un enorme corte en su espalda. Soltó un grito de dolor cayendo al suelo, el hechizo dejó de surtir efecto y Glacia respiró al fin tranquila, Jade corrió hacia ella tomándola en brazos para alejarla de todo eso, su cuerpo estaba en un estado pésimo y a primera vista parecía tener alguna costilla rota.
—¡Retirada! —ordenó Jade a las valkyrias.
Ninguna se opuso a la orden y cogiendo los caballos que pudieron, por desgracia no todos con los que habían ido, se retiraron de allí. Había estado apunto de matar a Alastor y atrapar a Skie, pero ahora su prioridad es que Glacia estuviera bien, su revancha contra el cazador podía esperar.
Cuando las valkyrias se marcharon de la aldea las brujas vitorearon celebrando su victoria. Había aguantado un ataque de la élite del reino y habían ganado.
—¡Ringo! —Cuando Sol llegó a la plaza ayudando a Usher a caminar no pudo evitar su horror al ver a su amigo en el suelo sangrando.
Sol le pasó a Usher a Syo para poder correr a socorrer al castaño. Este sangraba demasiado por la herida que Jade le había hecho en la espalda con su hacha y no respiraba demasiado bien mientras se retorcía a causa del dolor.
—¡Sanadoras, necesito a las sanadoras aquí!
Gritó desesperado viendo como la vida de su amigo escapaba lentamente junto a la sangre que salía sin parar de su cuerpo.
Nombre: Sol.
Apellido: Daystar.
Apodo(s): (—)
Fecha de nacimiento y edad: 13 de julio, 18 años.
Altura: 1'70 m.
Ocupación: Bruja blanca.
Rasgos más característicos: Una persona llena de energías, no soporta estarse quieto y de brazos cruzados, necesita estar haciendo algo. Le gusta mucho ayudar a los demás en sus trabajos y es una de las personas más amigables y alegres que puedes conocer. Gracias a ser tan extrovertido es fácil de entablar una buena amistad con él.
Campo en el que destaca: Emboscada.
Habilidades principales: Es astuto e inteligente. Es bueno planificando estrategias y tomando decisiones sobre la marcha. Atlético, destacando sobre todo en agilidad, y bueno controlando la magia.
Debilidades principales: No trabaja bien bajo presión, se enferma con facilidad y a veces confía demasiado en los demás.
Magia: Magia de luz.
Crush: Desconocido.
Character Song: She looks so perfect — 5 seconds of summer.
Extras:
—Fue pareja de Usher por un tiempo antes de que este se marchara de Edén. Actualmente siguen siendo muy cercanos pero ya no hay nada romántico ni similar entre los dos, solo amistad.
—Es considerado una persona un tanto enamoradiza.
—Sus amigos siempre dicen que su nombre va mucho con él ya que por su personalidad es brillante y cálido como el sol.
—Nunca abandonó su sueño frustrado de aprender magia curativa a pesar de no ser bueno en ella. Ha seguido practicando y puede hacer hechizos sencillos.
Y con todo el hype de lo que va a pasar con Saturn aquí dejo este capítulo porque soy así de buena personas.
Se ha resuelto lo que había pasado con Usher tras la noticia de que es hijo de una bruja oscura, hemos visto a Skie entrenando con Violette y una pelea con una valkyria. Yo diría que ha sido un capítulo completito.
Nos veremos en el próximo capítulo.
~Nova/Dreamer ♥
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