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3:15 o'clock
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Ya no razonaba correctamente, todo giraba. Daba vueltas, y vueltas y vueltas como un trompo. Se encontraba tirado sobre la alfombra con la chica recostada sobre su estómago, ni siquiera recordaba con exactitud cuándo es que terminaron de esa manera, pero él supuso que era porque en ese momento ya estaba lo suficientemente borracho, como para recordarlo. Todo se debía a la botella de fernet que Jun Seo había encontrado en el pequeño refrigerador del cuarto, al principio sólo había sido un pequeño sorbo, luego, un gran trago, para finalmente terminar con toda la botella. Por supuesto que esa era la primera vez que ambos tomaban y bueno, el resto era historia.
—¿Sabes Jun?—habló el peli negro arrastrando un poco las palabras—Estuve leyendo un artículo acerca de la delgada línea qué hay entre el amor y la lujuria.
—¿Qué clase de cosas lees, Min Yoongi?—solto la chica divertida a su lado.
—Es que, son dos términos que todos suelen confundir, pero, en realidad son tan diferentes—continuo sin dejar de observar el techo.
—¿Qué tan diferentes?—quiso saber.
—No soy creyente, pero, sé que Adán estaba solo en el paraíso, y como estaba solo en el paraíso, Dios decidió crear a Eva, y los unió por toda la eternidad, ¿Entiendes?—soltó riendo—Porque ambos eran almas eternas, que no sabían diferenciar lo bueno y lo malo, no podían morir, hasta que mordieron la manzana.
—¿Eternidad? Eso es mucho tiempo—balbuceó la chica—Yo también quiero una manzana. Tengo hambre.
—Enfócate, tonta—le regañó el chico comenzando a hipar.
—¿Y eso que tiene que ver con el amor y la lujuria?—cuestionó la castaña.
—Bueno—susurró—Eva fue quien sucumbió al pecado gracias a la serpiente, y por ello sería expulsada. Pero entonces, ¿Qué pasaría con Adán?
—¿Qué pasaría?—continuó susurrando de igual manera.
—Volvería a estar solo, así que, comió del pecado también.
—Min, no entiendo.
—Estuve pensándolo mucho en realidad y llegué a una gran conclusión. Adán amo tanto a Eva, que fue capaz de dejar un paraíso por ella, incluso si eso significaba el poder morir. Y aún así, su amor no finalizó hasta que la muerte los separó, su amor es eterno.
—Jamás lo había pensado.
—El amor y la lujuria no pueden ser lo mismo. La lujuria es un impulso, un deseo—murmuró y la contraria no podía entender que decía exactamente—Cuando amas lo único que te importa es respetar a tu pareja, cuidarla, apoyarla. El amor es un sentimiento que se demuestra a través de tus acciones, e incluso el contacto físico no es necesario—murmuro.
—¿Y porque susurramos?—soltó la chica riendo.
—No lo sé—contestó divertido—Pero si se que...se que, que...
Pero entonces, aquel se quedó a medias, Jun Seo confundida por el silencio, se giró para observarlo, topándose con un Min Yoongi dormido.
—¡Yoongi! ¿Qué ibas a decir después?—le pregunto moviéndole —¿Estás dormido? ¿De verdad?—dijo, pero terminó de confirmarlo cuando no recibió una sola respuesta—Ash.
La chica aprovechando que el efecto del alcohol había bajado un poco, decidió levantarse directamente al baño, abrió la llave dejando que el agua cayera, junto sus dos manos formando una especie de cuna y se lavó la cara. Observó su reflejo. Con el paso de los días se veía cada vez peor, las ojeras eran más evidentes, la resequedad de sus labios la hacía sentir doliente, después abrió aquel estuché para sacar una de sus pastillas y se la llevó a la boca. Finalmente decidió regresar a donde Yoongi para llevarlo a la cama y evitarle un dolor de espalda al día siguiente por dormir en el frió piso.
Sin embargo, cuando intento acomodarlo, el celular del chico se asomó por él bolsillo. Lo dudo un poco, pero termino de convencerse así misma cuando noto que no estaba bloqueado.
Deslizó la pantalla y pulso la aplicación de notas de voz.
—Min...—le susurró a la bocina—Estoy borracha—dijo divertida, llevando su cabello hacia atrás—Son casi las, 3:15 de la madrugada—dijo observando la pantalla—Estás dormido porque escapamos y nos hemos escondido en un motel, he descubierto que tienes el sueño pesado, te pase a la cama y ni siquiera te inmutaste. Y si, tomé tu celular sin permiso, lo siento—comentó burlesca haciendo una reverencia al aire—Yo, sólo quería grabar algo lindo antes de que descubras el terrible secreto que guardo y me termines odiando por lo que algún día me atreveré a hacer—mencionó con las lagrimas acumulándose en sus ojos—Min...—susurró con su voz entre cortándose—Min...
Guardo silencio un momento para no soltarse a llorar.
—No sabía que alguien podía quererme tanto., y como soy consciente de tu aprecio, me veo en la necesidad de decírtelo: no te presiones; eres correspondido, sólo que aún no he reunido el valor para confesarme, así que esperaré a que tú lo hagas. Duerme bien Min, duerme sin temor a que yo desaparezca.
Al día siguiente ambos dejaron la habitación con destino al pueblo.
Lo habían vivido como un sueño. Pero lastimosamente, de todo sueño, se debe despertar.
—¡Escapar!—le escuchó gritar a su madre—¡¿Sabes lo peligroso que es?! ¡Pudiste tener un accidente! ¡¿Qué hubiera pasado?! ¿Cómo me entero yo? ¡Estaba tan preocupada por ti! ¡Casi enloquezco cuando no vi la camioneta! ¡Salí y le pregunté a todos, pero nadie te había visto!
—Perdón—susurró.
—¿Y todo para que? ¡Para llegar a casa con resaca!
—Tranquila Nina, el está bien, nada pasó—habló su padre en su intento de calmar la situación.
Yoongi llevaba aproximadamente unas tres horas escuchando los regaños de su madre, cuando llegó a casa luego de dejar a Jun Seo en la suya, ella y su papá ya se encontraban esperándole en el comedor, mientras sus abuelos se mantenían en rotundo silencio sentados en la sala, y que sus abuelos estuviesen tan callados no era buena señal, significaba desorden, y una reprimenda enorme. Esperaba que al menos a Bae no le fuera tal mal, ya suficiente tenían con el dolor de cabeza tan insoportable debido al alcohol.
—¡No puedo creer que hayas sido capaz de hacernos pasar esta tortura!—espetó sentándose para evitar un desmayo—Castigado. ¡No te quiero cerca de esa jovencita! Es una mala influencia.
—Pero-
—No quiero peros, es más, no quiero escucharte hablar—le contesto su madre—¡No más libertad! Una te da la mano y tú tomas hasta el pie.
—Mamá, pero fue divertido—exclamó Min acercándose—Jamás me había divertido tanto en toda mi vida, ¿No querías eso?
—A lo que tú madre se refería, hijito mío—interrumpió su abuela—Es a qué, no quería que pasarás todo el tiempo encerrado en tu habitación escuchando música, que hicieras amigos, fueras a las fiestas tradicionales y...
—Pero ahora me castigan encerrándome, ¿No es eso irónico? Ya casi cumplo la mayoría de edad.
—Es que, lo que hiciste fue muy inconsciente, Yoongi—continuó la viejita.
—Agh, ¿Alguien podría siquiera escucharme?—se quejó el chico.
—Cállate Nona, por el amor de Dios, no estas aportando nada, más que problemas extra—le espetó el abuelo.
—Tú cállate zoquete degenerado, tienes la culpa de que el niño se haya vuelto tan rezongón—le respondió.
—¿Y quien me está contestando ahora, sanguijuela chupa sangre?
—Papá, mamá, no es el momento—intervino el padre de Min—Hijo, ve a tu habitación.
—Pero papá.
—Qué vayas a tu habitación.
—¡Todos aquí se preocupan por cosas innecesarias, pero nadie sabe cómo me siento!—gritó antes de subir las escaleras con rapidez para encerrarse en su cuarto.
—¡Por Buda! ¿Qué he hecho mal, Dios mío, para que me salga con algo así este hijo que tengo?—espeto Nina mirando al cielo—Dime, ¿Hemos hecho algo mal Min Sik? ¿Fuimos demasiado permisivos?
—Está creciendo y vive una etapa de rebeldía, sólo dejémoslo ser—le respondió—Se que lo que hizo fue tonto, y arriesgado, pero...jamás había actuado así.
—¿A qué quieres llegar con eso?
—Estaría más preocupado de que no hiciera nada malo y que oprimiera sus sentimientos. Ya experimento y aprendió la lección, no volverá a hacerlo. Hablaré con él cuando esté más tranquilo.
—Aún así, estará castigado por el resto de su vida—soltó poniéndole fin a la conversación—Ahora prepararé el desayuno.
Los siguientes dos días, Yoongi falto a la escuela, y como estaba castigado, tenía prohibido utilizar cualquier medio de comunicación como su celular o computadora, no había sabido absolutamente nada de Bae Jun Seo y eso en realidad estaba torturándole, se sentía sofocado. Paseaba de un lado a otro en la pequeña habitación, de vez en cuando escuchaba música acostado sobre la cama, o simplemente se pasaba las horas estudiando sólo para matar el tiempo. Bajaba a comer, y nuevamente subía a básicamente repetir lo mismo, como si estuviese atrapado dentro de un bucle infinito.
—¿Puedo pasar?—se escuchó la voz de su padre del otro lado de la puerta.
—Pasa—contestó de mala gana dejando los audífonos de lado.
—Hablemos. ¿Te parece bien?—solto acercándose y se sentó al borde de la cama.
Min sin ánimo alguno, giró sobre su silla para quedar frente a él.
—Se que lo que hice fue suicida, imprudente e improvisado, que no soy alguna clase de osado como para vivir tales aventuras tan atrevidas. He aprendido mi lección. Lo siento y no volverá a pasar, ¿De acuerdo?
El contrario rió.
—Te gusta, ¿No es así?
—¿Q-qué?—solto cambiando su expresión por completo.
—El hombre comete estupideces por naturaleza, pero cuando lo hace seguido, y se repite al menos dos veces, es porque se trata de una chica.
—Cl-claro que no me gusta—negó divagando la mirada por toda su habitación—Ella es torpe, molesta, y no es para nada bonita. No va conmigo.
—Me alegra hijo—dijo tomándolo por sorpresa—Qué quieras disfrutar esta etapa al cien es increíble y aceptable. Pero también, quiero que entiendas, que tú madre y yo siempre tendremos diferentes puntos de vista respecto a esto.
—Mamá no entiende, ya no soy un niño. No necesito que me cuide y proteja todo el tiempo como a un bebito llorón.
—Tú madre siempre va a tratarte como a un bebito llorón, porque para ella siempre serás su bebé—le contesto divertido—Pero lo hará Yoongi, debes darle tiempo y verás que con el paso de este, ella aprenderá a soltarte. Y si actúo así, es porque por un momento tuvo pavor de perderte.
—Lo sé.
—¿Sabes que te amamos y que queremos lo mejor para ti? Eso incluye a tus abuelos.
—También lo sé—respondió bajando la mirada.
—Más te vale—dijo revolviendo su cabello—Baja a cenar, o ella subirá por ti y te bajará de la oreja.
—Voy justo detrás de ti.
Y aunque la semana terminó, y la relación con su madre mejoro, su castigo no lo hizo. Luego llegaron las vacaciones de verano. Min Yoongi odiaba las vacaciones de verano porque, odiaba el verano. El sol se volvía despiadado, el sudor y el calor se apoderaban tanto de él que no le permitía disfrutar de un buen sueño, (y necesito dejar muy en claro que dentro de las pocas cosas que amaba Min, se encontraba el: dormir). Luego, los mosquitos, en esa época se volvían mas insoportables que sus abuelos cuando discutían. Definitivamente la peor época.
Sin embargo, cuando creyó que perdería la cabeza, el timbre inundando la casa lo sacó de sus pensamientos. Confundido se acercó a la puerta y abrió ligeramente para tratar de escuchar quien era, de repente, la confusión creció más y más cuando...
—¡Min! Baja en este mismo instante—le escuchó gritar a su madre.
Con prontitud se alejó de la puerta, se colocó una playera y salió de la habitación.
Después la curiosidad se transformó en sorpresa cuando observó a una mujer bien vestida sentada en el sofá de su casa.
—¿Me llamaste?—dijo actuando desinteresado, con el entrecejo fruncido sin dejar de ver a la extraña mujer.
—Te veré en un par de horas, pórtate bien ¿Quieres?—fue lo único que su madre le dijo antes de perderse en la cocina.
—Ven conmigo—le dijo la mujer.
Min Yoongi había escuchado muchos rumores sobre la madre de Bae Jun Seo.
Sabía que era una fiscal exitosa, que tenía mucho dinero (demasiado dinero), también que era una mujer íntegra, estricta, y que su carácter no era el mejor, por lo que no pudo evitar sentirse nervioso y así observar el lugar para evaluarlo en busca de una salida de escape por cualquier cosa.
Pudo visualizar a aquella señora leyendo el menú del restaurante donde había decidido llevarlo para decirle quién sabe qué cosa.
Después de unos minutos y luego de presentarse, comenzaron a comer tranquilamente. Sin embargo, Yoongi no podía evitar imaginarse lo peor, pensaba que en algún momento le diría que era una mala influencia para su hija, que se alejara, tal vez le ofreciera un enorme y grueso sobre con dinero dentro, o le aventara un vaso con agua en la cara. Definitivamente necesitaba dejar de ver novelas con su madre y abuela.
—Seguramente debes preguntarte la razón del porqué decidí invitarte a este lugar sin una invitación previa—hablo por fin la castaña.
—Si, es decir, debo confesar que...fue, inesperado—contestó el chico cortando su filete con nerviosismo.
—Gracias, Min...
Fue lo que lo dejó consternado y confundido, así que no dijo nada, simplemente detuvo su acción.
—Gracias por ser amigo de Jun Seo, me quita una enorme carga en el corazón saber que alguien más está pendiente de ella mientras no puedo verla.
—¿Por qué? ¿Ella tiene algo? ¿Se enfermó? ¡Le dije que tomaría un resfriado! Pero como siempre, no me escucha.
—Ella no se ha sentido bien desde qué regresaron. No come, no bebe, no duerme. Ni siquiera prende la luz.
—¿De verdad?—pregunto sintiendo la preocupación crecer.
—¿Crees que podrías ir a verla?
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