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Una carrera de relevos.
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El descanso había llegado después de cuatro largas y estresantes horas de clase. Algunos alumnos recorrían los pasillos en busca de aire fresco urgente. Otros preferían quedarse en el salón, incluido aquel peli negro y aquella castaña.
—¡Estás jugando conmigo!—exclamo literalmente ahogándose con su jugo de arándanos, recibiendo aquella convocatoria que la chica le brindaba—¿Por qué quieres hacerlo?
—La palabra correcta no es "Quieres" es "Querríamos", porque tú correrás conmigo—explicó la castaña tranquilamente.
Min Yoongi soltó una carcajada ronca y luego su rostro se tornó serio otra vez. Entonces, se incorporó en la silla y recargo los codos sobre la mesa.
—Ol-ví-da-lo—contestó deletreando cada sílaba con sumo cuidado—¿No tienes más amigos?—espetó volviendo a recargarse sobre el respaldo.
—No, sólo te tengo a ti—contesto la chica sonriente.
—Jamás dije que fuéramos amigos—atacó.
—Tampoco lo negaste—contraatacó.
—Lo que sea, no pienso correr en los estupidos relevos. Además, los festivales deportivos de las escuelas me parecen ridículos.
—Vamos. Harriet ya aceptó, y Somi le dijo que también lo haría.
—Peor aún, sería el único chico en ese equipo.
Finalizó levantándose de la silla para disponerse a avanzar fuera del salón de clases con una chica detrás suyo siguiéndole el paso.
—¿Por qué?—soltó Jun Seo colocándose al frente para detener su paso—Es una actividad recreativa para fomentar la convivencia escolar. Además, a todo aquel que participe, se le compensara. ¿Por qué no querrías una compensación?
De pronto, freno es seco, y aventó aquella botella vacía de jugo a un bote de basura que se encontraba lo bastante alejado de ellos. Aquel objeto tamborileó alrededor de la boquilla cuán pelota en un aro de basquetbol, y luego entró al bote haciendo que la castaña se sorprendiera.
—¿Por qué odio correr?—contesto sarcásticamente arqueando una ceja divertido, luego llevo sus manos dentro de los bolsillos de su saco.
—Juegas básquetbol Min, no puedes odiar correr—le espetó la chica—Necesito una razón de verdad.
—Déjame corregirte, 'jugaba' básquetbol—menciono el peli negro—Tiempo muy pasado.
—¿Qué hacen?—interrumpió una peli rosa llegando hasta donde ellos degustando una bolsa de papas fritas.
—Trató de convencer a Min para qué se apunte a los relevos con nosotras—le explico sonriente.
—Genial, te ayudo, todo con tal de molestarlo—espetó girándose para mirar a Yoongi—Corre conmigo.
—¿Quieres joderme?—se quejó mirando a la peli rosa.
— ¿Qué te cuesta?—le reclamo Harriet al peli negro.
—Mucho.
—Por favor—suplicaron las dos jóvenes al unísono causando fastidio e irritabilidad en Yoongi.
Y Min Yoongi odiaba cuando trataban de convencerle para hacer algo que odiaba.
—No, no lo haré, y nada me hará cambiar de opinión—finalizó entrando al sanitario de hombres dejando a las dos chicas en medio del pasillo.
—Muy bien. Aquí tenemos al corredor número 287—exclamó aquella castaña apuntando a Min con una video cámara.
La felicidad estaba completamente a flor de piel. Emanaba alegría, resplandecía de emoción por haberlo podido convencer.
—Jun Seo, baja eso—se quejó el chico de mala gana desviando el lente de su rostro—¿Por qué la cámara?
—Porque es un momento memorable, además, ¿Sabes cuánto le rogué a mamá para que me comprara una? Debo usarla.
—Entonces...¿Porque no sales tú corredora 288?
Espetó el peli negro quitándole aquel artefacto de las manos para enfocarla a ella.
—¡No! ¡No estoy usando maquillaje esta mañana!—se quejó la chica cubriéndose el rostro.
—Tonta—espetó el chico golpeando suavemente su cabeza—No te ves tan mal.
—Vaya. Te lo agradezco—respondió sarcásticamente.
—Algo que decir antes de que el maratón comience y muera a falta de oxígeno por culpa tuya al correr—dijo observando a través del lente con un solo ojo—No puedo creer que me convenciste de hacer esto—susurró para sí mismo.
Quedando completamente maravillado con aquella imagen de una joven sonriendo a través de una vil cámara.
—Amm, si. Hablaré sobre lo feliz que soy justo en este momento—comenzó juntando sus dos manos, y conforme los segundos pasaron, su sonrisa serena se volvió mínima—La forma en que la luz te da en el rostro Min...y la manera en que la brisa revuelve tu cabello...—susurró sin despegar la mirada del chico, completamente bonancible—No importa si tengo millones de momentos así, porque, justo ahora, tengo que aferrarme a este. Gracias por aceptar hacer esto conmigo.
Yoongi no pudo evitar sonreír ante aquellas palabras, mismas que habían logrado acelerar su corazón, el cual bien podría salirse de su pecho en ese momento.
Bae Jun Seo. Sólo ella era capaz de hacerle sentir aquello.
—¡Si! Logré capturarlo, a ti sonriendo—exclamó la chica riendo mientras le enfocaba con la cámara, objeto que ni siquiera se había percatado de cuándo se le fue arrebatado—Momento memorable.
Susurró dejando aquel artefacto en su mochila, caminando hasta los demás alumnos ya colocados en sus posiciones asignadas.
La carrera comenzaría dentro de poco. Jun Seo cerró los ojos, trataba de tranquilizar los nervios que comenzaban a recorrerle el cuerpo, colocó su mano sobre su corazón que comenzaba a doler y su respiración a acelerar.
—Ey, no importa si no eres la primera en llegar, o la última en terminar—le interrumpió Min sacándola completamente de aquel trance—Sólo diviértete, disfrútalo. Eso es lo único que importa. Si sirve de algo, yo estaré esperándote con paciencia. No me importa ganar.
—No—le interrumpió tomándole de la mano, acto que por supuesto hizo sorprender al chico —Ganare pase lo que pase—dijo haciendo que Min simplemente asintiese aún aturdido.
El disparo se presenció en todo el lugar dando inicio a la carrera.
Todos los alumnos salieron corriendo alejándose de la línea de salida, incluyéndola.
Conforme más avanzaban, conforme los segundos corrían, su respiración se aceleraba, el sudor le comenzaba a recorrer la frente, su corazones lo sentía en la garganta, las pantorrillas comenzaban a quemarle.
Para Bae Jun Seo, aquellos síntomas se sentían al doble. Sus ojos comenzaban a ver todo su alrededor desenfocado. Eso había sido una mala idea. Ya le era imposible focalizar. Estaba pasando otra vez, quizá no haber desayunado esa mañana le había afectado bastante, pues se comenzaba a sentir débil y sin energía, pero era desayunar o llegar tarde, y no quería dejar plantado al peli negro cuando le costó demasiado convencerle.
—Bae, ¿Estará bien?—se cuestionó Min al observar el estado en el que se encontraba.
Pero antes de poder responder, y a sólo unos cuantos pasó de lograr entregarle la estafeta, la chica terminó tropezando con sus propios pies, y antes de siquiera tocar suelo, unos brazos la sujetaron.
—Lamento molestarte siempre Suga—comentó la castaña divertida por aquel apodo en voz baja, acompañada de un leve suspiro—Por alguna razón siempre terminó en tus brazos.
—Créeme Jun Seo—le escuchó hablar, tranquilo, amable, sereno, ayudándola a incorporarse—Mientras yo esté a tu lado, jamás dejaré que caigas.
Entonces, aquel peli negro tomó su mano entre la suya algo indeciso. Luego le quito el testigo.
—Ganaremos esto a como dé lugar—espetó seguro de si, y repentinamente comenzó a correr con la chica admirándole a lo lejos.
Y en ese momento, Jun Seo simplemente hizo lo que desde un principio debió hacer...disfrutarlo. Porque la vista que en ese momento tenía, quería guardarla para siempre en su memoria.
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