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As The World Falls Down
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        Aquel peli negro caminaba por el pasillo hacia su salón de clases. Era bastante temprano aún, le gustaba llegar antes que la mayoría de sus compañeros, obsérvalos al entrar y juzgarles con la mirada, saber que hacían o no por las mañanas, algunos llegaban con las ojeras debajo de sus ojos, otros parecían no saber qué estaban haciendo con su vida, algunos se mostraban absolutamente perfectos, de los pies a la cabeza. Era increíble como podías conocer una parte de las personas por cómo lucían, sólo una parte.

Silbaba una melodía que había escuchado en alguna parte de camino hacia la escuela, su paso era lento, seguro, su mano izquierda resguardada en su bolsillo, su mano derecha sostenía las asas de su bolso que se recargaba en su espalda.
Entonces, se detuvo antes de siquiera poner un pie en aquel salón, luego se recargó en el marco de la puerta para tener una mejor vista y admirarla mejor.

Ahí se encontraba: Bae Jun Seo.

La chica le parecía simplemente indescifrable, no sabía lo que pensaba, lo que diría, o con qué cosa le saldría, era tan espontánea que llegaba a dar miedo, porque entonces, Yoongi ya no podría tener el control de todo, y definitivamente le gustaba tenerlo.

La observó, miró absolutamente cada detalle, desde el sol dando en su rostro adornado de pecas recargado sobre sus brazos, brazos que yacían sobre el pupitre, hasta su ceño y labios fruncidos.
Pequeños mechones caían sobre su frente, una calceta la tenía más arriba que la otra, su camisa estaba algo arrugada, el moño lo tenía chueco, y el suéter que portaba lo traía al revés causando gracia en aquel peli negro.

Entonces, una idea repentina se le vino a la cabeza. Y atrajo su bolso para buscar algo en el.

Con pasos sigilosos, se escabulló de entre las sillas con una gran agilidad, hasta llegar a la banca trasera de dónde la chica se hallaba sentada. Entonces, con lentitud y cuidado, colocó los audífonos sobre sus oídos, presionó el botón, y dejó que aquel walkman hiciera su trabajo.

As The World Falls Down de David Bowie automáticamente se escuchó haciendo que la joven abriera los ojos poco a poco hasta que pudiesen acostumbrarse a la luz.

Min Yoongi deseo poder guardar esa imagen en un cofre con llave y almacenarlo en uno de los archiveros en su memoria, le pondría como título: Un comienzo lleno de calidez.

Entonces, Jun Seo se incorporó con lentitud en su asiento, adornando su rostro con una sonrisa de lado a lado, y luego giró topándose con la mirada de aquel peli negro.

—¿Te gusta?—cuestionó el chico abriendo aquel walkman—Es una de mis canciones favoritas de Bowie.

—La amo—respondió ella quitando los audífonos—Es hermosa.

—Y hay muchos más de dónde vino este—exclamó mostrando el cassette donde la canción estaba grabada—¿Quieres verlos después de clases? Mis padres y mis abuelos no estarán en casa, deben checar algunos asuntos en la gran ciudad. Después de todo, te lo he prometido, tengo un código de ética muy fuerte respecto a mis promesas.

—¡Me encantaría!

Alumnos comenzaron a llegar tomando sus respectivos asientos, y el propósito principal del "porqué" Min llegó tan temprano se disipó completamente.

—Perfecto, entonces...así será—contestó con una media sonrisa, observando como la profesora entraba al salón—Me voy antes de que Harriet enloquezca y comience a gritar mi nombre—soltó levantándose para caminar a su asiento—Y Jun Seo...

—¿Si?

—Tienes tu suéter al revés—dijo por último antes de dejar a una castaña completamente roja de la vergüenza—Tonta.


Esa misma tarde, cuando el timbre indicó la salida, Min Yoongi ya se encontraba esperando a la chica en medio del pasillo. Al salir de la escuela, caminaron a la estación hablando sobre temas aleatorios, como lo era la música, el arte, alguna meta a futuro, algún miedo...; y cuando bajaron para caminar hasta la casa del peli negro, comentaron unos más.
La estaban pasando bastante bien, la conversación fluía increíble, a Min Yoongi le comenzaba a gustar pasar tiempo con esa indescifrable joven que apenas hace un par de días había conocido. Sin embargo, toda esa tranquilidad, serenidad y gusto desaparecieron, cuando al entrar a casa, pudo divisar a sus abuelos en la estancia viendo televisión, a su madre cocinando, y a su padre leyendo lo que fuese que leía en el comedor.

—¡Cariño, llegaste!—exclamo Nina saliendo de la cocina con su delantal puesto para recibirle, y grande fue su sorpresa al notar que no venía solo.

—¿Quién es tu amiga Suga?—cuestionó su abuela desde el sofá.

—¿No se supone que irían a la ciudad?—solto completamente inaudito, ignorando la pregunta de su abuela descaradamente—¡Y no me digas Suga abuela!

—Ay, lo siento, pero Harriet me lo ha pegado—respondió divertida—Y tú abuelo confundió las fechas para su cita, iremos hasta la próxima semana.

—Como sea...—le resto importancia y luego suspiró avergonzado cuando se dio cuenta de la situación en la que estaba envuelto—Bueno, mamá, papá, abuelos...ella es Bae Jun Seo. Una amiga.

—¿Sólo una amiga?—le miró su abuelo casquivano poniéndose de pie.

—¿Es la misma chica que acompañaste a casa?—habló esta vez su padre sin despegar la mirada de aquellas hojas.

—¡Papá! Sólo fue porque me quedé dormido en el tren ¿Cierto Bae?—le cuestiono haciendo que la castaña asintiera al instante.

—¿Esperas que crea eso?—cuestionó el viejito.

—Yo espero que te quedes ahí parado con tu cara de idiota todo el día—le respondió la abuela.

—Ay, ¡cállate pasa decrépita!—le devolvió tomando asiento.

—Horrendo mofletudo—continuó la señora—¡De verte me dan náuseas!

—¡Es mutuo fenómeno vulgar!

—¡Tarado Asqueroso!

—¡Ven bésame el trasero!

—¡Tu bésamelo cara de perro apestoso!

—¡Bueno ya, basta!—interrumpió su madre después de guardar silencio durante bastante tiempo—Bienvenida a nuestro hogar Jun Seo, me agrada que Min tenga más amigos.

—Muchas gracias señora Min—respondió la chica haciendo una reverencia rápida de noventa grados—Es un placer conocerlos a todos, lamentó la repentina visita.

—Oh vamos, dime Nina—contestó sonriente.

—Estaremos en mi habitación—interrumpió Yoongi enredando su mano en la muñeca de la chica, haciéndola estremecer al instante—Quiero enseñarle mi colección de viejos cassettes.

—Bien, pero quiero la puerta abierta ¿De acuerdo?

—¡Mamá!—se quejó sin lograr ocultar el rojo carmesí en sus mejillas—Vamos Bae, por aquí.

Dijo caminando hacia las escaleras con la chica detrás.

—¡Bajan en diez minutos para comer!—le escuchó gritar a su madre regresando a la cocina.

El peli negro condujo a la joven a través del largo pasillo que lo llevaba a su cuarto, se detuvieron frente a una puerta color blanco, la cual, alrededor del marco tenía pegadas fotografías de temas variados, como caricaturas, pósters de películas, pinturas de algún artista reconocido, bandas retro, y una que otra foto con aquella extraña chica de nombre Harriet. Pero antes de que Jun Seo pudiese admirar con más detalle, Yoongi giró la perilla y entró con la castaña detrás suyo.

La habitación del chico era un mundo completamente diferente, era un cuarto pequeño, la cama con edredón gris estaba pegada a la pared que daba pie a la única ventana de la habitación, la cuál era cubierta por una cortina negra. Arriba de ella había estantes con diferentes artículos (discos de vinilo, una guitarra negra, un cofre con lo que sea que guardaba dentro de él, y muchas postales de distintos lugares), al girar podías toparte con el escritorio donde se hallaba un piano en lugar de útiles o alguna computadora.

—Disculpa el desorden—susurró el chico abriendo el armario para sacar lo que parecían ser dos enormes cajas envueltas en periódico.

"¿Pero que desorden?" Quizo preguntar la chica. Ahí no había nada fuera de su lugar.

—¿Has visitado todos estos?—cuestionó señalando las postales pegadas en la pared, llamando la atención de Min.

—No, son lugares que me gustaría visitar—corrigió.

—¿El puente de los suspiros?—cuestionó tomando aquella en especial entre sus manos—No sabía que eras del tipo romántico.

Un risa ronca se escuchó a sus espaldas.

—Ese puente tiene cero romance—dijo llegando a su lado—Se construyó para evitar la fuga de cualquier preso, según cuentan, los habitantes de Venecia escuchaban los suspiros de los presos que cruzaban el puente para ir del tribunal a la cárcel después de escuchar su sentencia. Era, asimismo, la última vez que los reos veían la luz del día y la belleza de la ciudad.

—Vaya, ¿Enserio quieres conocer un lugar con un trasfondo así?

—El Puente de los Suspiros...lugar donde tienes un palacio y una prisión en cada mano.—se limitó a decir el chico encogiéndose de hombros—Ven, aquí está lo que quería mostrarte.

Ambos caminaron hasta la cama donde Min había esparcido ciertos cassettes.

—Son mis favoritos, los demás están en esa caja.

—Iris go go dolls (1998)—susurró Bae Jun Seo admirando el nombre plasmado en un viejo masquen.

—¡Es una de las mejores canciones que escucharas en toda tu vida!—exclamó cuán niño al enseñarte un juguete—Tengo Somebody de Depeche Mode, Rocketman de Elton Jonh, Runaway Train de Soul Asylum, Here Comes The Rain Again, también Squad Rooms de...

—¿Las clasificas por fecha de lanzamiento?—cuestionó divertida al notarlo.

—Sólo diré que tengo una pequeña obsesión por el orden—dijo avergonzado.

Luego, quito la mochila del hombro de la chica sin su permiso, lo cual la hizo confundir un poco, abrió el cierre y depositó esos cassettes en ella, incluyendo su walkman.

—Todos tuyos—le dijo sonriente—Podremos hablar de ellas cuando hayas escuchado todo, ahora bajemos a comer o mi madre me matará por "matarte de hambre".

Sin esperar respuesta, el chico salió de su habitación camino al comedor. Dejando a una castaña con una sonrisa serena en su rostro.

Por alguna razón, Bae Jun Seo siempre terminaba sonriendo cuando Min Yoongi se encontraba dentro de su radar.
Y Jun Seo amaba tener una razón para poder sonreír sin sentirse rota por dentro.




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Aqui les dejo la canción que Min le mostró a Jun Seo. Espero les guste tanto como me gusta a mi. Pregunta: ¿Les gusta David Bowie?

https://youtu.be/9TLiGpxZTZU



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