La hora del almuerzo, Zemo aún dudaba en si asistir a la reunión con Bucky o dejar que el fuera a el. ¿Que era lo que tenía que decirle? ¿Iba a restregarle en la cara que no lo ama?

-¿En qué piensas?- Pregunto Sam quien lo miraba con curiosidad mientras le daba una mordida a la manzana que tenía en la mano.

-Nada interesante.- Respondió con frialdad.

-Creí que debías asistir a la biblioteca hoy, para hablar con Buck.

-¿Te dijo algo?- Pregunto el menor mientras pasaba las páginas del libro que estaba hojeando.

-Si, lo hizo. Pero no me corresponde a mi decirte. Deberías ir.

-No, no iré. El dijo que me buscaría. Quiero ver qué lo haga.- Y entonces se levantó con seguridad de la mesa en la que se encontraban y salió de la cafetería.

Sin duda no iría a la biblioteca, solo se pasearia por la escuela mirando. Pensando.

Comenzaba a retener las lágrimas, pensaba en James, eran muy cercanos, cuando decidió decirle que le gustaba esperaba que el correspondiera, cuando no lo hizo, lo destruyó. ¿Que pasaba con todos los momentos que tuvieron? Cuando lo abrazaba por sorpresa, o le decía lo bien que se veía aunque se viera igual que el día anterior, cuando se enviaban notas en clase de química, cuando leían juntos, o almenos lo intentaban ya que Bucky siempre lo miraba a el.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por los sonidos extraños que salían del altavoz, se escuchaba por todos lados.

-¡Oye devuélveme eso! ¡No puedes estar aquí!- Se escuchó la voz de una chica, su voz sonó por todo el colegio.

-¿Crees que me interesa? Pues no, ahora cállate y déjame hacer esto, es importante.- Esa voz, la reconocía.

James.

-¿Hola? Bueno supongo que me escuchan. Te dije que te buscaría si no ibas.- Guardo silencio durante un momento y soltó un suspiro que logro escucharse.- Lo siento, por haberte dicho que no me gustabas, maldita sea es la mentira más grande que eh dicho, claro que me gustas, demasiado. Al principio, cuando nos conocimos, solo eras un chico más en mi mundo, quien diría que tiempo después tú serías mi mundo. Hablé con mi terapeuta, ella dice que es bueno saber que alguien me ama, y que yo lo amo a el. A ti, se que sabes quién eres, y en caso de que lo estés dudando. Te amo Helmut Zemo.

Zemo estaba parado en medio del pasillo, despertó como si le hubieran lanzado un balde de agua helada, corrió hasta la puerta del colegio buscando a James, supuso que estaría en recepción.

-¿En donde está?- Pregunto casi gritando a la chica que se encontraba ahí levantando cosas regadas por todos lados.

-Genial, otro loco. Se acaba de ir.

-Gracias.- Grito para después salir corriendo.

Salió corriendo del edificio girando sobre si mismo para poder mirar a todos lados, y entonces lo vio. Bucky caminaba por la calle con tranquilidad, tenía la cabeza agachada.

-¡James!- Grito para que esté lo escuchará.

El chico giro para encontrarse con unos ojos que lo miraban con alegría.

-Tambien te amo.- Le dijo Zemo.

Bucky se acorto la distancia entre ambos y lo cubrió con sus brazos.

-Creí que seguías molesto.- Menciono mientras apretaba al menor más hacia el.- Lo siento.

-Se que tienes muchas tormentas dentro de ti, pero quiero ayudarte. No me importa si me hundo, siempre y cuando sea contigo.- Dijo Zemo con dulzura.- Ahora volvamos adentro, quiero ver las caras de todos.

-¿Puedo tomar tu mano?- Pregunto Bucky con nerviosismo.

-Siempre.

Bueno, el final de Young Love, la idea del título me la dio una chica por Facebook así que si lees esto, gracias xd.

Pronto subiré las otras partes de la historia con Ikaris.

Mar✨