Capítulo 30(Michaeng)

<Chaeyoung>

"No es que no quiera es que no puedo y tampoco me gustaría hacerlo". Le explico a Mina la forma en la que no debería jugar videojuegos hasta altas horas de la noche porque no puedo dormir en paz y siempre me pide que lo haga con ella. "Por eso esta noche te escondí todas los aparatos electrónicos, te los daré a principio de año".

Su puchero se pronuncia y sus cejas fruncidas por la molestia me hacen reír a carcajadas, esta sentada en la cama y yo a su lado, señalando la cama esta que se acueste conmigo pero como que no quiere que me le acerque, se levanta y camina a la puerta. "No quiero dormir contigo".

"Ven, no te voy a tocar". Subo las manos a ambos lados de mi rostro y sonrío guiñando en su dirección para que se ría. Su rostro se endurece y suelta la puerta, guarda sus manos en los bolsillos de su ancho pantalón y se acuesta tan rápido, un parpadeo y ya está cubierta por las sabanas, lista para dormir.

"Buenas noches". Esta molesta y sonrío, para luego besar su nuca y cerrar los ojos.

El sudor en mi frente, mi respiración agitada y los ojos hundidos, una de las peores pesadillas que he tenido sin lugar a dudas, mis manos suben a mi rostro quitando todo arrastro de trauma, estiro un poco el cuelo para poder ver la hora, tres de la mañana, me cubro con la sábana y suspiro, dejando ir un poco el dolor que me ocasionó.

Trago y parece que mi garganta se cierra con cada paso de mi saliva, grupo fastidiada, no quiero despertar a Mina, se como se pone además de que la quiero dejar descansar, no puedo ser tan perra y despertarlo solo porque soñé que ella también moría, tal y como lo hizo Rose.

Esto me hace pensar en que debo ser muy sincera con ella, demostrarle todo lo que siento, para detenerlo, detener este dolor que extiendo al saber que en algún momento ella puedo cruzar la calle y morir, como en el sueño.

Sacudo la cabeza y no me percato de la lágrima que rueda por mi mejilla, ni de los sollozos que se escapan como gritos ahogados de mi garganta, ya no tengo control de mi cuerpo, muevo los dedos en busca de algún agarre y lo único que siempre son unos brazos alrededor de mi cintura, un aliento chocando en mi cuello y las lágrimas se detienen.

Vuelvo a la realidad que es ella, Mina es mi realidad y espero que así sea para siempre.

"No llores, todo paso solo fue una pesadilla ¿verdad?". Me pregunta y sus labios se arrastran por mejilla, dejando pequeños besos que me llevan al cielo.

"Si, solo eso". No he dormido nada pero tampoco quiero hacerlo, inclino un poco la cabeza a la derecha y mis labios rozan los suyos, cierro los ojos al mismo tiempo que encajo nuestros labios, su mano sube a mi mejilla y la acaricia de una forma que me tranquiliza, me hace ver que con ella soy capaz de todo.

Bajo mi mano a su abdomen y me enciende saber que en algún momento me hará suya, su lengua entra a mi boca, acaricio su piel, es tan suave como un algodón, me separo y muerdo su labio inferior se lo que provoca en ella.

Me siento a horcajadas y mis mejillas arden, como el infierno tanto como sus manos que pasan por mis muslos, abriendolos, colando una mano en mi short y apartandolo un poco, lo suficiente para que su mano entre, sus dedos pasando por la tela de mis bragas, mis ojos se cierran y mis cejas se fruncen, intento descifrar sus movimientos y jadeo cuando me jala de la nuca, uniendo nuestros labios.

Siendo uno de los mejores besos que hemos compartido, sus dedos se presionan, pierdo la cabeza con ese movimiento y abro la boca, sintiendo como su lengua batalla con la mía por ver quien domina el beso, aunque sabe que es ella me deja la oportunidad de tomar su mano libre y hacerla prisionera de la mía, entrelanzolas, sonríe en medio del beso haciendo que nuestros dientes chocan.

Eso nos hace desacelerar pero no bajar las ganas, al contrario aumentan y me hacen soltar un quejido, estoy empezando a humedecerme de una forma inimaginable y me muevo en su mano que no logra presionar como quiero.

Me aparto del beso, jadeando como si hubiera ocurrido por horas, mi pecho subiendo y bajando llegando a ser doloroso tomar bocanadas de aire. "Por favor Mina". Susurro sin poder controlar mi voz.

Me arrodillo y quito lentamente mi ropa interior bajo su atenta mirada, siento que me quema y lo peor es que quiero lanzarme al fuego, derretirme en su cuerpo es lo que más deseo.

Vuelvo a sentarme en su abdomen, moviendome, probando lo que sus ojos pueden despertar en mi ser. "Me calientas tanto Chaeyoung". Y eso fue el final de mi paciencia, de la probadita que le estaba dando.

No quería que fuera romántica, quería que me fallara hasta el amanecer, es algo que nunca me ha pasado es más cuando llegue a pensarlo, sabría que sería delicado como ella, suave, pacífico pero me esta demostrando sus facetas, dándome paso a su alma y yo dándole la mía.

En este momento quiero demostrarle todo lo que siempre he querido decirle, que he ocultado en los más profundo de mi ser, el deseo, las ganas de vivir a su lado aumentan y me encanta.

Sus dedos bajan a mi entrada, dejandolos ahí, me mira como si quisiera ver dentro de mi y se lo permito, sonriendo, besando sus labios, abriendo mi corazón a ella, levanto un poco mi cuerpo y entra en mi lento.

No tengo de lo que digo, solo se que estoy gimiendo en su oído, y mis caderas se mueven en circulo mientras me penetra con fuerza, como llegue a pedir entre gemidos al principio, me derrito en su cuerpo y ella me aprieta, con su mano libre acaricia mi nuca, jadea y suelta pequeños gemidos que me hacen sonreír, mis labios besan su cuello y sus suspiros aumentan haciéndose más fuertes.

"Te amo". Murmura y su voz desprende tanto amor que me impresiona que me ame de esa manera, me separo y coloco mis manos a ambos lados de su cuello, suelto un gemido y me muevo con rapidez, sus dedos se doblan y su mano libre pasa a mi trasero, apretando mi glúteo derecho, volviendome loca cada toque de su piel en la mía.

Agarro las sábanas con fuerza y la debilidad en mis piernas se hace más presente, la presión crece mas y no puedo dejar de ver sus ojos, fijos en cada expresión que hago, excitandome más, mis gemidos se hacen más fuerte y mis movimiento se sincronizan con sus dedos.

"Dios". Lo último que digo antes de correrme y caer arriba de ella, sin poder moverme, mis músculos dijeron basta y no los iba a contradecir.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top