Capítulo 20(2Yeon/Michaeng)

Cuatro chicas se levantaban a la misma hora impuesta por Jihyo, 8:30 dictaba el reloj, un nuevo día comenzaba, algunas con sonrisas otras con caras largas.

Por un lado estaban Jeongyeon y Mina, que se levantaron con unas enormes sonrisas que adornaban sus rostro haciendolas ver frescas y entusiasmadas.

Por otro lado estaban Nayeon y Chaeyoung, la mayor no había dormido bien por la ausencia de Jeongyeon en la cama y por más que lo negó sigue pensando que la necesitada para dormir.

La coreana más baja, no puede quitarse de la cabeza la idea de que su mejor amiga esta sufriendo en algún lugar sin ella, además de que siente frustración por culpa de la castaña, le dijo tantas cosas que todavía no ha sido capaz de procesar.

Mina se levanta como siempre, de un salto, sale de la habitación para saludar con un fuerte abrazo a una, no tan feliz, Chaeyoung que tiene su mirada fija en el suelo, tal y como estaba Dahyun ayer.

Las pisadas de la japonesa se escuchan en toda la casa y hacen eco lo que produce un fuerte golpeteo en la cabeza de la menor, quien cierra los ojos y disimuladamente cubre sus orejas.

"¡Buenos días!". No es muy común que se despierte de esa forma, cuando lo hace es porque de verdad algo la está haciendo demasiado feliz o porque se entero de algo.

"¡Buenas días". Saludó y volvió a cerrar los ojos, no quería levantarse del sofá en todo el día.

"Son las ocho y a las cuatro tenemos que ir a la reunión". Myoui sacaba cuentas detrás de una muy adormilada Chaeyoung que hacía lo posible para no cerrar los ojos porque sabía que si lo hacía se ganaría el odio de la contraría. "Ella dura mucho tiempo en arreglarse". Tocó su hombro y le indicó que se levantará. "Entras a las doce al baño y que sea lo que Dios quiera". Parecian una relación de madre e hija.

"Mina per-".

"Nada de peros, iremos como a las cinco o algo así". Dijo con desinterés y luego saltó a la cocina. "¡Yo preparó el desayuno!".

"Un milagro". Susurró mientras caminaba hacía el baño.

"¿Que dijiste?". Mina salió de la cocina con una ceja alzada.

"Nada Minari". El aegyo siempre funcionaba.

"Bien". Entre cerró los ojos pero al ver que Chaeyoung mantenía la misma sonrisa se dio la vuelta y prosiguió con lo que estaba haciendo en la cocina.

Que era básicamente, calentar la comida que había quedado de ayer.

Mina suspiró y la dejó en la mesa, esperando a Chaeyoung, sabia que duraría más de la cuenta en el baño, siempre lo hacía cuando tenía sueño y/o quería alejarse de todo por un instante.

Jugó con la comida de su plato por unos cinco minutos, sus ojos se estaban cerrando lentamente y sus labios se abultaron, no  podía negarlo el sueño podía ganarle de vez en cuando.

Fue bajando, bajando y bajando hasta llegar a sus brazos y acurrucarse en ellos. Tal parece que la energía de Mina no era tan grande como parecía.

"He estado pensando". Cortó lo que iba a decir al ver a Mina completamente desparramada en la silla. Rasco su mentón y se acercó para llevarla a la habitación, sería muy agotador, pero no podía dejarla así. "Luego me pagarás todas las que he hecho por ti". La levantó y se la llevó.

Sus piernas temblaron y la recostó, dejó un pequeño beso en si frente y cuando dio dos pasos escuchó un ruido extraño.

"Chaeyoung no me dejes". Caminó un poco más. "Por favor no me dejes". Subió la mano para abrir la puerta e irse. "¡Chaeyoung, por favor!".

Pensó que era una broma, al darse la vuelta encontró a Mina en una esquina de la cama hecha bolita y con lagrimas rodando por sus mejillas. "Me quedaré un momento contigo". Habló con un poco de emoción, no había vuelto a dormir en la cama desde la vez que la pelinegra la obligó a hacerlo.

"Vamos a dormir un poquito más, eso sí". Tapó a Chaeyoung de pues a cabeza con las sábanas. "Nada de manitos locas ni nada, mira que luego no voy a poder parar". Advirtió y la menor se sonrojo. "Eres una bebé".

"Si, soy una bebé, que puede hacer bebés". Ambas estallaron en risas y a los pocos minutos por petición de Mina se quedaron dormidas.

Todo muy lindo.

El problema radicaba en la casa Yoo-Im.

Jeongyeon estaba de rodillas pidiéndole perdón a Nayeon, se arrepentía de lo que hizo y eso que no eran nada.

La mayor levantó la cabeza y la ignoró, Jeongyeon también lo hizo solo que ella tenía el orgullo completamente roto. Se acostó con una chica que la usó para que su novia fuera feliz, se arrodilló h le pidió disculpas a Nayeon y lo único que hizo fue pasarle por un lado sin importarle nada.

El orgullo Yoo bajo de categoría. "Nayeon prestame atención". La mencionada se apartó al ver que la iba a tocar.

"Me da igual lo que hiciste". Mintió. "No me importa en lo absoluto, si estuviste con dos, tres, cuatro mujeres, ¡me da igual!". Exclamo subiendo los brazos a si cabeza y volviéndolos a bajar. "Porque no somos nada". Recalcó la última palabra.

"Solo tome un par de vasos, más nada". Las mentiras eran el servicio del día.

"Los homosexuales como tú se aprovechan de que son únicos o únicas para hacer lo que se les de la regalada gana, pero los homosexuales como yo no nos dejamos joder por nadie". Luego de terminar su muy inspiradora charla, según ella, se percató de que algo se escapó de sus labios.

"Acabas de decirte homosexual". Y Jeongyeon ya lo había escuchado, solo le tocaba negar, negar y negar.

"Claro que no". Rodó los ojos. "Nunca he tenido a una vagina frente a mi y he dicho ¡pero que linda!, en cambio cuando veo un pe-". Jeongyeon no la detuvo fue ella y su cara de asco con lo que penso que diría. "Todo el tiempo he estado con hombres". Cambió su respuesta.

"Tu cara de asco por lo que ibas a decir me indica que te dan asco los p-".

"Nada me da asco, lo único que ahora me da asco es tu aliento a borracha de plaza". Murmuró cerca de los labios de una, asustada, aterroriza, pasmada, Yoo Jeongyeon.

Su rostro decía una cosa que no podía expresar y tampoco admitir, esa era...

¡Dominada!.

Jeongyeon era completamente dominada y sumisa, por y para Nayeon.

"¿Que pasa Jeong estas asustada?". No sabía como pero la voz de la mayor tenía una reacción en su cuerpo que ni ella podía controlar.

"No".

"Tienes serios problemas con controlar las hormonas". Ella era la menos indicada para decirlo pero lo hizo.

"La que tendrá problemas eres tú por estar arriba de mi". Se le tranco la respiración al ver como Nayeon bajaba y se ponía de rodillas frente a ella.

"Se te cayó el orgullo". Subió y se fue caminando con una enorme sonrisa, había dejado a Jeongyeon como quería.

"Hija de su puta madre". Apretó los puños y ellos soltó al sentir un tirón en su vientre. "¡auch!".

"¡Mierda Jeongyeon vístete que las chicas vienen en dos horas!". Salió corriendo por toda la casa hasta llegar a donde estaba minutos antes. "Se me había olvidado". Corrió y jalo a Jeongyeon. "Apurate".

"Si, si, ya voy". Dijo cansada.

"¡Te toque la mano y no se en donde estuvo!". Chillo apartándose mientras se limpiaba. "Necesitas un baño, una taza de café, vestirte bien y maquillaje". Enumeró y suspiró. "Tenemos un largo trabajo". Cerró la puerta y se fue a la cocina.

"¡Estamos en invierno no creo que sea necesario ponerme un vestido!". Gritó desde la habitación, Nayeon que estaba afuera asentía.

"Esta bien, te quedaría bien algo casual, todo lo queda bien". Murmuró para ella misma.

"¿Así estoy bien?". Salió y señaló su ropa.

Nayeon se quedó boquiabierta y solo atinó a sonreír. "Perfecta".

"Ahora te toca a ti". Acomodó su cabello, todavía húmedo, hacia atrás y Nayeon seguía su mano como si fuera la cosa más preciada del mundo. "Nayeon".

"Si, mi turno, voy, mi turno". Caminó hasta la habitación y chocó contra la puerta. "No está abierta". Comenzó a reír y entró. "Tonta Nay, tonta". Se golpeó la cabeza y resoplo.

"A ti todo te queda bien, pero me atreví a buscarte la ropa que te pusiste cuando  quisiste molestarme diciendo que te vestía mejor que yo". Jeongyeon estaba en lo cierto, Nayeon si lo hizo, saco toda su ropa y se la mostró, ese día se prometió que cada que pudiera la molestaría con eso para verla tan roja como estaba.

"Esa esta perfecta, no vayas a abrir la puerta que te enamorarás de mi y ¡no!".

"No lo haré". Lo iba a hacer.

"Listo".

"Eres flash o familia de él".

"Soy familia de la conejita de Zootopia". Arrugó la nariz y buscó su teléfono. "¿Mi teléfono?". La castaña levantó su mano y lo tenía ella. "Tengo la cabeza en otro lado".

"Deja de ver mis pechos". Pidió.

"No lo estoy haciendo". Bajó la mirada y comenzó a caminar. "Lindo brasier, luego me dices en donde lo compraste".

"¡Nayeon!".

"Sientate te voy a maquillar". Jeongyeon acato las órdenes. "Creo que a ti te quedaría bien algo más su- ¡Jeongyeon cálmate que no muerdo!". Exclamó al ver la mirada de miedo que le lanzó.

"¿No has visto tus dientes?". Preguntó como si fuera obvio.

"Muy gracioso Yoo". Rodó los ojos y se sentó a horcajadas en la menor.

"Esto no es necesario".

"No, pero me gusta estar cómoda". Se encogió de hombros y se acercó un poco más. "Cálmate, respira profundo y déjame hacer el trabajo".

"¡Ey!". Gritó.

"Sin gritar por favor que estoy a escasos centímetros de tu rostro". Murmuró y sonrió al ver las mejillas de Jeongyeon. "No te sonrojes".



"¿Me veo bien?".

"¡Wow!". Con esa exclamación Mina supo que estaba bien. "Te ves hermosa".

"Tu no te quedas atrás". Agarró los abrigos y le lanzó uno en la cara a Chaeyoung. "Vamos antes de que se nos haga tarde".

"No creo que se nos haga tarde, estamos a dos cuadras de su casa hasta caminando podemos llegar". Dijo y abrió la puerta.

"¿Estamos a dos cuadras?". El ceño fruncido de Mina le daba a conocer que no sabía del paradero de sus compañeras.

"Si". Afirmó y entre sus brazos para seguir caminando. "Nunca prestas atención a los anuncios que manda Jihyo". Regañó. "Por eso es que no te enteras de nada nuevo, además de que hoy dijo que habrán algunos retos que debemos cumplir en lo que resta de experimento".

"¿Cuanto falta?".

"Faltan todavía cinco meses, recuerda que era medio año". Cruzaron a la derecha y ya podían ver la casa de Jeongyeon y Nayeon.

"Tampoco sabía que era medio año". Myoui era demasiado despistada en esos temas.

Siguieron su camino sin comentar más sobre aquel experimento que las llevó a esto, a  convivir con personas que sabían que nunca se encontrarían y que si lo hacían pasarían de largo.

Chaeyoung estaba completamente segura que si hubiera conocido a Mina en otras circunstancias nunca de los nunca se le acercaría, y Mina pensaba lo mismo aunque sabía que nunca conocería a nadie.

La soledad que tanto amaba se vio opacada por la compañía y las demostraciones de afecto, un cambio drástico a su vida la hizo entender de una vez por todas que estar com personas era mejor.

"Esta es la casa". Señaló y se acercaron a la puerta. "Toca tu".

"No tu". Mina seguía teniendo vergüenza por la mayoría de las cosas que eran cotidianas.

"Tu".

"Si lo haces tú haré todo lo que me pidas". Y al terminar la oración Chaeyoung ya estaba tocando la puerta con una rapidez inhumana. "Espero que no sea nada del otro mundo".

"No será nada del otro mundo".

"Entonces si hay algo que quieres que haga por ti". Suspiró y rasco su nuca.

"Bienvenidas". Saludó Nayeon con una enorme sonrisa.

"Buenas, trajimos una botella d-". Antes de que pudiera terminar se quedó embobada al ver como Mina se quitaba el abrigo.

Nayeon también fijo su vista en la pelinegra al igual que una muy sonrojada Jeongyeon que seguía en la silla en donde estaba. "Parece esas chicas de las películas que tu crees que no existen pero aquí esta, si son reales".

"Tu solo la has visto dos veces y dijiste eso, imagínate lo que yo pienso". La pelicorto no quiso saber más detalles y se fue a sentar.

"Unas copas no estarían mal". Dijo y Jeongyeon entendió.

"Ya voy por ellas". Como ya había dicho, estaba cansada de estar con Nayeon.

"Lindo vestido". Mina sonrió apenada. "Me gusta el color, se te ve muy bien".

"Muchas gracias tu también te ves bien". Chaeyoung las veía y sonreía, era como si fueran hermanas.

"Jihyo envió un mensaje de texto que dice 'por favor no tomen tanto que el alcohol cambia a las personas', carita de angel y manos unidas, además de un libro que creo que es una biblia". Podía ser demasiado santa para su gusto.

"A ella le gusta tomar el control de casi todo". Todas asienten a las palabras dichas por Mina que se toma el vaso de golpe. "Esto es como agua para mi".

"Lo mismo digo". Dicen al unísono y hacen lo mismo que la japonesa.

Dos horas después...

"Y yo le dije ¿que es eso?. A la final me enteré que de verdad".

"¿Un pene de verdad?".

El alcohol no había sido la labor opción luego de que se acabará la botella Jeongyeon busco más y más, ahora las únicas que han podido socializar bien son Nayeon y Mina, solo que sus conversaciones son muy  poco ortodoxas.

Jeongyeon y Chaeyoung no pueden despegar sus vistas de sus compañeras, cuando toman son muy evidentes. "Si era de verdad, yo me alejé de ellas después de ese incidente".

"Mina eres hermosa". La mencionada miró de reojo a Chaeyoung, si no la soportaba mucho sobria peor era ebria.

"Gracias Chaeng, yo creo que tenemos que irnos". Levantó a la menor del brazo para irse. "Fue un placer venir, estuvimos muy poco tiempo pero es que parece que están algo ebrias". Miró a Jeongyeon y Nayeon asintió.

"Bueno, un placer verlas espero que esto se repita más seguido". Cerraron la puerta.

"Mierda Son Chaeyoung compórtate". Gruño

"Cuando hablas de esa forma me calientas". Mina detuvo el paso. "No sabes lo mucho que me gustas, no, porque no te lo te dicho".

"Dios Chaeyoung, me vas a matar". Sonrió.

"¿Podrías guardar un secretito?".

"Claro".

"Me gusta Mina pero". Tapó la boca de Mina. "No le digas nada".

"Esta bien no le diré nada".

"¿Mina eres tú?". Preguntó asustada.

"Si soy yo".

"¡Yo no dije nada!". Salió corriendo a la casa.

"¡Chaeyoung no corras te puedes ca-!...olvidalo ya lo hiciste". Se acercó y la levantó.

"Me golpeé aqui".

"¿Golpeaste tus labios?". Mina estaba cayendo en el juego.

"Me duele, ¿puedes revisarlo?".

"Esta bien ven ac-". Chaeyoung fue más rápido y le robó un beso. "¡Chaeyoung!". Gritó tan agudo que los perros comenzaron a ladrar.

"No grites tan fuerte, la casa está a dos pasos". Cerró los ojos y se quedó dormida.

"Despierta, ¡despierta¡". Nada, se había quedado dormida y la japonesa sabía que nada la despertaría. "Como te odio". Le dio la vuelta y la levantó con su espada. "Mañana no camino". Empujó la puerta y las dos cayeron en el sofá.

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