Capítulo 1(2yeon/Michaeng)

Departamento Myoui, específicamente a cuatro calles de la aclamada empresa, una chica de cabello azabache salía de la ducha, con esa pequeña sonrisa que la caracterizaba y sus ojos más oscuros de lo habitual.

No había dormido en toda la noche por estar leyendo, pasaba horas y horas de su vida encerrada en aquel mundo de páginas que la dejaban casi siempre con un mal sabor de boca.

Para alguien que no creía en el amor, era una fanática empedernida de la ficción, metiéndose tanto en el papel que hasta sentía que era ella la que se enamora de él chico apuesto o de la chica apuesta.

Myoui Mina a sus veinticuatro años no sabía que le gustaba y es que no le ha prestado atención a las "boberías del amor". Aunque mantiene su mente abierta, sea cual sea la elección, era obvio que sería un idiota que seguramente la dejaría en la calle o con un millón de deudas.

Luego de que sus padres se separaran, gracias a un engaño, el pequeño corazón de la japonesa se había roto y juró nunca creer en una persona que no sea ella misma.

Aún así, era pretendida por la mayoría de las personas que la conocían y es que, ¿quién en su sano juicio no se enamoraba de Mina?, oración que escuchaba todos los días de su vida, importandole un comino.

Su corazón estaba cerrado, clausurado, roto, herido, aplastado por las tantas veces que vio y escuchó a su madre llorar por todo lo que había hecho su padre. Y eran recuerdos que ella no quería pero que permanecían impresos en cada momento.

Por suerte luego de un año difícil, lograron salir de todo, solo que Mina seguía con su promesa, nada de amor, eso comenzó a sus dieciséis años y hasta ahora sigue pensando lo mismo.

Solitaria, introvertida, no le gustaba la cercanía de extraños y/o personas que le hablaran por una alguna razón, nada que tuviera que ver con roce, habla, vista y mucho menos abrazo o beso, entre más lejos mejor.

Ni siquiera era cercana a su madre, se mudó de país, cambió su nombre de Sharon a Mina, cambió su look y de idioma, escondiéndose prácticamente en una identidad falsa.

Aunque no lo crean, vivía feliz, siempre sonriendo y muy de vez en cuando saluda a su vecina, la señora Kim era un amor, la que no le caía muy bien era su hija pero poco le importaba ya que nunca hablaban.

Una notificación llegó, sus ojos se abrieron, cabe destacar que Mina permanecía acostada en su cama, apuntó de tomar una "siesta reparadora" de más o menos cinco horas. Al llegar a su teléfono lo enciendo y acto seguido una propaganda invadió la pantalla.

"Bienvenida a Winter, programa de la empresa PJL, te damos las gracias por llenar la solicitud de admisión.

¡Has sido la ganadora de vivir en una casa con una compañera!".

Mina frunció el entre cejo y se sentó, tallando sus ojos y bostezando en el proceso, ¿qué solicitud?, no recordaba haber llenado nada más que su crucigrama en la madrugada.

"¡Mañana conocerás a la chica que derretirá tu corazón y te enseñará que el verano no es tan malo!".

Lanzó el teléfono a la almohada y gritó con todas sus fuerzas, aunque sabia que no era obligatorio, se conocía lo suficiente para saber que a la hora exacta que le dijera éste tonto comercial iría y luego de un tiempo se quedaría por pura obligación.

"Me odio". Susurró y otra notificación se escuchó en la habitación, se quejó y con molestia encendió el teléfono. "Mierda...".

"A las dos te esperamos en PJL...".

"Que divertido". Dijo entre dientes.

"Tienes que aceptarlo". Habló la chica de flequillo. "Es a las dos y son las diez, tienes que ir". Repitió intentando convencer a una coreana que se negaba rotundamente a aceptar aquella solicitud extraña, a una empresa que apenas conocía

"No iré". Rodó los ojos. "No necesito a mi verano".

"Vamos". Insistió. "Yo te llevo, conocerás a una chica y si no te gusta". Murmuró. "Te largas y no la verás nunca más".

"¿Y arriesgarme a que me guste?". Preguntó con una ceja alzada. "No estoy para temas del amor, necesito seguir con mi trabaj-".

"Yo te ayudaré". Se acercó a la menor. "Somos compañeras, así que yo trabajaré duro y tu podrás ir sin problema alguno". Explicó.

"Lo haré, porque me estas insistiendo". Cedió.

"¡Esa es mi Chaeng!". Exclamó mientras aplaudía.

Son Chaeyoung era esclava de su trabajo, llegando a estar toda una semana sin dormir más de dos horas por día, lo hacía porque lo amaba, más bien, porque era lo único que la mantenía activa. Luego de la muerte de su mejor amiga no había querido ni siquiera comer, hablar y mucho menos dormir.

Los recuerdos de aquella chica, la tenían harta, incluso pensó que la amaba más allá de ese título que siempre cabo un hoyo en su pecho, y ahora se negaba a sentir lo mismo, sabía que nadie duraría para siempre a su lado.

Y el miedo de sentir que alguien moriría antes que ella, hacía que se obligara a no apegarse a nadie.

"Arreglate lo más que puedas te buscaré a la una y cuarenta". Dijo antes de abrir la puerta y largarse.

Chaeyoung estaba segura que quería matar a su amiga, pero no sabía como decirle que no a esa carita tierna y esa expresión de que no rompía un plato.

Se dio la vuelta y mordió su labio inferior, indecisa al no tener ni la más mínima idea de cómo iba a vestirse o que llevaría, suspiró cansada aún sin haber movido ni un músculo.

Pasaron los minutos y empezó a pensar, ¿la chica sería linda?, esperaba que fuera así, ¿serían iguales o muy distintas?, no estaba segura si sentía emoción o simplemente se estaba dejando llevar por el sonido de su corazón martillando su pecho.

Nunca se había sentido tan nerviosa en toda su vida, sus manos sudaban, sentía que su cabello estaba desarreglado, acomodaba sus botas una y otra vez, buscando una seguridad que lamentablemente no tenía.

"¡Ya llegue!". Saltó del sofá y se encontró a Momo quien sonreía en el auto.

"Que bien".Cerró la puerta de su casa y caminó hasta donde estaba Momo, que tenía la mirada más brillante y emocionada que había visto en toda su vida.

"Me han informado que hay tres chicas más y que una de ellas...". Chaeyoung cubrió sus oídos ya sabía que venía. "¡Es la tuya!. Chillo con todas sus fuerzas.

"No te emociones tanto". Murmuró. "Solo serán algunos meses que pasaré con ella". Minimizó la situación.

"O años...". Se estacionó y señaló con la mirada la empresa. "Buena suerte amiga".

"La necesitaré". Besó la mejilla de Momo y se bajó, sus pasos eran casa vez más cortos, pues no quería llegar, estaba a centímetros de abrir la enorme puerta de cristal, cuando se replanteó todo, al darse cuenta que era una horrorosa idea, dio dos pasos hacia atrás rumbo al auto, pero su querida amiga ya no estaba.

Molesta entró a la empresa, cabizbaja y con las mejillas sonrojadas por la vergüenza que estaba pasando. "¡Fíjate por donde caminas!". Detuvo sus pasos y observó a la chica que se encontraba en el suelo por su culpa.

"Lo siento". Se disculpó y al mismo tiempo la contraría se levantó, Chaeyoung subió un poco la mirada y se quedó boquiabierta.

"Deja de verme así". Rodó los ojos y se cruzó de brazos. "¿Sabes donde está la sala seis?". Negó con la cabeza.

"Yo voy para allá". Suspiró y señaló una tabla que decía la ubicación exacta.

"Gracias". Sonrió y se fue sin decir más nada.

Chaeyoung se encogió de hombros y la siguió, total ella también tenía que ir, aunque no habían tenido una buena primera impresión, le parecía linda y su voz muy angelical para la persona que la portaba.

Entraron en el ascensor, uno de los viajes más incomodos para ambas, de eso estaban más que seguras, la coreana veía el suelo y movía sus pies impaciente, mientras que la otra chica masticaba su goma de mascar como si su sabor fuera el más asqueroso de todos.

"Maleducada". La menor pasó como flash al lado de la desconocida que quedó con los ojos muy abiertos.

"¡Bienvenidas!". Chaeyoung saltó en su lugar, una chica había aparecido de la nada junto a dos personas que no se les veía el rostro. "Veo que ya se conocieron". Dijo entusiasmada. "Señorita Son pase por aquí". Mandó y la mencionada le hizo caso. "Señorta Im por el otro lado".

"¿Usted quién es?". Nayeon preguntó con fastidio.

"Mi nombre es Park Jihyo". Hizo señas raras hacía dos personas que estaban detrás de las chicas. "Aquí están sus parejas...".

"Mucho gusto mi nombre es Yoo Jeongyeon". Susurró con las mejillas sonrojadas, Im la observó y pensó que era la persona con menos seguridad en si misma del mundo.

"Mucho gusto mi nombre es Myoui Mina". Infló su pecho.

"¿De quién es quien?". Preguntó Nayeon mientras veía por la ventana.

"Hemos hecho una extensa investigación de sus gustos, compatibilidades y cosas que odian". Informó y Mina la observó de reojo, le parecía loca, descontrolada y metiche. "Por lo cual...". Rasco su nuca y sonrió con emoción. "Yoo con Im y Son con Myoui".

"Vale". Apretó sus labios al ser la única que contestó, Jeongyeon podía llegar a ser muy tímida.

"No te preocupes, esto se te quitará". Abrazó a la menor.

"Mucho gusto Min-".

"No me hables, no me miras y no me toques hasta que este segura que vales la pena". Habló por primera vez, Chaeyoung parpadeo varias veces asimilando lo que había dicho y luego asintió a medias.

"Tampoco quería hacerlo pero por lo menos quería una buena "relación" contigo". Movió su cabello de un lado a otro.

"Tu en tu cama y yo en la mía, espero que seas buena compañera". Sonrió falsamente y se fue no sin antes chocar hombros con la menor.

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