Un nuevo mundo
Es increíble como el tiempo pasaba tan rápido, parecía que apenas ayer nos habían diagnosticado a mi príncipe con sordera profunda neurosensorial bilateral.
Recuerdo que aquel día en que sentí que mi mundo se venía abajo lamenté todo lo que mi hijo se perdería, el sonido de mi voz, la risa de su padre, aquella música que gozaba mi cultura y un tanto la de mi Invierno.
El primer mes había sido difícil, miles de exámenes que agobiaban a mi bebé, la terapia casi todos los días, inclusive tenerle que decir a nuestras familias lo que pasaba con Oti, verdaderamente Lu no lo tomó muy bien pues su plan siempre había sido enseñarlo a cantar como él.
Los primeros meses empezamos a ver la mejoría en Oti, mi niño siempre tan listo como su padre aprendió muy rápido el lenguaje de señas, palabras simples como leche, galleta, dormir, todo lo básico para un niño de su edad.
Cuando cumplió un año le hicimos su fiesta en grande, a drama de su padre le hicimos su cumpleaños de patitos y claro se veía hermoso en su disfraz de pato.
Cada día ver a mi hijo sonreír y reír por cualquier cosa me llenaba de felicidad y quitaba un poco aquel miedo que se generaba en mi.
Todo cambió hace dos meses cuando nos dijeron que Oti era candidato al implante coclear, un dispositivo que le podía ayudar a "escuchar", en ese momento fue cuando nos llenamos de terror.
Someter a nuestro hijo a una operación que bien podía no funcionar, sería más terapia que nunca y aún así no escucharía como nosotros.
Tantas dudas para dos inexpertos padres pero al final optamos por hacer la cirugía, una oportunidad de que mi bebé pudiera escuchar su risa tan hermosa, las palabras de amor de su padre y yo poder enseñarle la buena música.
Estábamos a horas de que nuestras vidas cambiaran.
—<Muy bien a la camita> —dije metiendo a mi bebé a su cuna.
Mi pequeño se colgó de mi cuello riendo sin dejar que lo pusiera en su cuna.
—<Ahora eres un monito mi amor> —le dije.
Mi hijo se empezó a reír, era mi pequeña copia.
—<Tu cama> —expresó con movimientos un poco torpes.
—<Ah quieres dormir con nosotros pequeño diablillo> —mencioné lo obvio.
Mi niño asintió recargándose en mi, le di su patito de peluche con el que dormía y su cobija para llevarlo a la habitación.
Ahí estaba mi hombre, masajeando su pierna mientras leía los papeles del hospital.
—<Tenemos un invitado espacial> —mencione, siempre tratábamos de hablar y usar el lenguaje de señas.
Invierno levantó la vista para sonreír.
—<Mi niño preciosos>— exclamó abriendo los brazos, en cuanto puse a Oti en la cama corriendo a su padre aventándose a él.
Invierno besó sus mejillas efusivamente, mi bebé le miró serio.
—<Leche> —pidió sonriendo.
—<Ya tomaste leche> —le recordó.
—<Más leche> —sonrió travieso.
Inviernito lo abrazó para besar su frente, mi hijo era un glotón sin embargo tenía su cirugía a primera hora por lo que ya no debía comer nada.
—<Venga Oti vamos a iniciar con Harry> —le sonreí.
Mi bebé se acomodó sobre su padre, un poco molesto por no tomar otra ronda de leche pero ya sabíamos que si se la dábamos iba a querer una galleta.
Habíamos dejado su lectura por un par de meses hasta que la retomamos esta vez traduciéndosela a señales para que entendiera.
Solo aguanto medio capítulo pues mi nene se quedó dormido sobre el pecho de su padre.
—Ya quisiera yo dormirme así —mencionó inviernito besandolo.
Acomodamos a nuestro hijo en medio para que durmiera mejor.
Me quedé acarícienos su cabello mientras mi esposo me miraba.
—Todo saldrá bien —me recordó.
—Lo sé —besé la frente de nuestro retoño— solo estaba pensando que voy a tener que leerle otra vez Harry Potter.
—La tercera es la vencida no —me calmó sonriendo para tomar mi mano.—¿Crees que tomamos la mejor decisión? —me preguntó nervioso.
—Estamos haciendo lo mejor para él —asegure— lo intentaremos todo y crecerá sabiendo que lo hicimos.
Asintió más tranquilo acomodándose para dormir.
—Buenas noches Santi —murmuró ya medio adormilado.y
—Buenas noches Invierno —sonreí, estaba cansado.
Me quedé dormido de inmediato, sin embargo un par de horas después tuvimos que despertar para su cirugía.
Cambie a mi hijo aún dormido, era lo mejor pues el bebé si despertaba iba a querer leche, galletas o cualquier comida que llenara su pancita.
—¿Listo? —pregunté con nuestro hijo en brazos.
—Listo —sonrió cargando la pañalera.
Camino al hospital el ambiente se sentía pesado... era nuestro miedo consumiéndonos, pusimos el radio y pasamos por un café y donas para sobrevivir la mañana.
Mala idea pues el olor despertó a nuestro gordito.
—<Donas> —dijo feliz.
Invierno se pasó atrás con nuestro hijo quien estaba hiperactivo por las donas sin embargo lo controlo bien llenandolo de besos.
Llegamos, mi hijo no estaba muy complacido de ver el hospital.
—<Doctor no> —negó molesto.
—<Si mi amor, pero verás a tu abue> —lo ánimo.
Mi hijo sonrió emocionado, nos bajamos del coche para entrar al hospital.
Al entrar todos le saludaban con la mano y el niño era feliz, le encantaba ser el centro de atención.
Llegamos para ingresarlo, el doctor ya nos esperaba.
—<Hola Oti> —saludo el doctor revolviendo su cabello.
—<Doctor> —señaló mi hijo— <Abuelo> —regañó molesto.
—<Ahorita viene mi niño> —le dijo Invi besándole.
Entramos a un cuarto mientras lo preparaban, le habían puesto una pequeña bata con dinosaurios de colores.
—<Mi nieto preciosos> —dijo su abuelo.
Mi hijo le abrazó con fuerza llenándole de besos, poniéndole a mi hijo enfrente nadie se acuerda que es lucifer.
Mi papá le dió un set de doctor... podía ver sus sucias intenciones de hacer que le guste la medicina, pero se veía precioso con el estetoscopio usándolo con su patito.
—<Nada> —dijo quitando el estetoscopio— <muerto> —aclaró lanzando al pato de la cama.
Sonreí para negar divertido, mi mamá llegó para cargar y besar a su nieto, solo le hablaba y signaba en español.
Mi hijo estaba aprendiendo las señas en ambos idiomas, pues habíamos quedado en que nuestro retoño aprendería así.
—Es hora —nos informó el doctor Herrera — <Vamos Oti>
Mi hijo asintió, no lo sabía aún con dos añitos no entendía que era diferente, para él esto era normal.
Lo llevaron en camilla hasta la entrada del quirófano.
—<Aquí estaremos Oti> —le dije a mi niño.
—<Vamos> —expresó tomando mi mano.
—<Oti entra con el Doc> —explicó Invierno— <papás afuera>
Mi hijo abrazó a su padre besando su mejilla, presionando sus mejillas divertido.
Mi esposo besó a mi hijo para dejarme a mi besarle, mi nene se acomodo en la camilla con su patito, probablemente creía que entraría a una tomografía como ya le habían hecho.
Se despidió con su manita mientras entraba, Invierno me dió la mano para recargarse en mi.
—Estará bien —susurró más para él.
—Lo estará —le calmé.
Llegamos a la habitación donde esperaríamos, sería una cirugía de unas tres horas según mi padre.
—Tengo conferencia, pero estaré aquí cuando Oti salga —dijo papá besando mi mejilla para irse.
—Quiten esas caras que es traer mala vibra —regaño mi madre.
Me senté a lado de ella recargando mi cabeza en su hombro, ella empezó acariciar mi cabello para calmarme.
—¡Llagamos, Llegamos! —dijo la mamá de Invierno entrando— Llegamos tarde —gruñó a su esposo.
—Culpa a tu hermano —aclaró James llegando para abrazar a su hijo.
—No es mi culpa, me despertaron a tiempo y saben que necesito mi tiempo —se defendió Charms.
El chico era un adolescente ya, ese bebé de nueve añitos ya tenía casi veinte.
—Está bien mamá, ya está en el quirófano —explicó Invierno.
Su madre le besó, para abrazarlo con fuerza.
—Les traeremos café —sonrió ella.
—Nos hace falta —aseguré sentándome con mi esposo para abrazarle.
—Tal vez más donas —sonrió Invi a mi lado.
Nuestras madres se fueron, su padre nos abrazó a los dos.
—Ya verán que todo sale bien —aseguró.
—Así es, Pikachu es muy fuerte —sonrió Charms.
Revolví su cabello, era agradable haberle visto crecer y ahora era casi un hombre.
Las horas se hicieron eternas hasta que llegó el doctor, tenia el corazón en la garganta.
—Todo salió muy bien —dijo clamándonos— ya están por traerlo, está despertando de la anestesia pero cuando esté completamente despierto puede estar un poco irritado y adolorido.
—Gracias doctor —dijo mi esposo a mi lado.
—Si despierta querrá comer —asegure.
—Esperemos una hora para evitar las náuseas, ya que esté completamente despierto podemos iniciar dándole leche —nos calmó.
—De acuerdo, muchas gracias —sonreí.
El doctor se fue y unos minutos después llegó mi bebé medio dormido, traía una venda que recubría parte de su cabecita.
—Hola mi amorcito —dije besando su mejilla, abrió un poco sus ojitos para luego cerrarlos.
Estuvimos esperando, llenándole de besitos para que se sintiera bien.
Cuando despertó estaba de malas, Invierno se acostó con él para calmarle.
—Los dejamos descansar —mencionó mi suegra.
—Si será mejor, nos vemos mañana —acompañó mi mamá besando mi mejilla.
Sus abuelas y abuelos le besaron pero niño solo les miraba cansado, al único al que le dió besó fue a Charms.
Pasando las horas mi nene estaba muy callado, pero después de su leche se quedó dormido.
—¿Y si hicimos mal? —preguntó cansado— velo está triste.
—Se está recuperando mi amor —dije tomando su mano— Acaso tú despertaste feliz de una cirugía.
Invierno sonrió divertido para negar riendo.
—Pues recuerdo cuando alguien me despertó besándome —sonrió.
—Que buenos tiempos—señalé riendo.
Me acerqué a ellos para besar a mi hijo y luego a mi esposo.
—Estaremos bien —asegure.
Lo estaríamos, mi nene estuvo bastante callado el primer día pues se sentía mal, pero nada que mimos, galletas y leche no resolvieran.
Mientras los días pasaban mi hijo volvía reír tan feliz como siempre, teníamos que esperar a que cicatrizara su herida de la cabeza.
Un mes casi y mi niño tendría su primera cita para ponerle su implante externo.
—Chicos no tenían que venir —dijo Invierno en la entrada.
—Venimos a darle buenas vibras cariño —dijo Raven entrando.
Lu entró con su nena en brazos para besar a mi hombre en sus labios.
—Lu deja en paz a mi esposo —gruñi con mi nene en brazos.
—<Otoño> —dijo la nena en brazos revolviéndose para que su padre la bajara.
Artemisa bajó corriendo para correr a él, mi niño casi saltó de mis brazos para correr hasta su adoración.
La nena le besó su mejilla, con sus chinos alborotados como siempre.
Lu llegó a mi para besarme igual.
—De verdad que nunca entenderé su relación —se burló Damian entrando.
Los Blue entraron con su bebé dormido en brazos, nuestros pequeños fueron a él gritándole para despertarlo.
Jens se despertó molesto pero al verlos su carita se transformó en una sonrisa.
Nos sentamos mientras los nenes jugaban, la pequeña Artemisa llevaba a mi hijo de la mano y Jens de la otra, les ganaba casi por nueve meses y era bastante madura.
—Les trajimos galletas —dijo Raven— menos de las esperadas —señaló mirando a su esposo.
—Fue Temi mi amor —se excusó Lu.
—De verdad vas a culpar a tu hija —le dije negando.
—Para eso la tuve —sonrío Lu, Raven le pegó molesta.
—Nosotros también le trajimos algo —mencionó Jon— Jens ven mi amor.
El nene llegó con sus primos porque claro si venía uno venían los dos.
—Mane —dijo el nene, sus ojitos azules eran preciosos.
—Dale lo que le trajiste a tu primo —sonrió Damian.
Jensen sonrió para ir con su padre y sacar un osito con un pequeño implante como el que tendría mi hijo mañana.
—<Para tu> —le dió el bebé quien se le dificultaba un poco las señas.
Mi niño abrazó el osito amándolo desde el primer minuto, mi hijo llegó para presumirnolos.
—<Está hermoso> —le sonreí.
Invierno sonrió, una lágrima rodó por su mejilla, era muy sentimental.
Le abracé de inmediato para besar su mejilla.
—Gracias, de verdad —aseguró mi esposo.
—Para eso estamos, somos su padrinos siempre estaremos para él —le dijo Damian abrazándole.
—Si, sus padrinos —dijo Lu poniendo los ojos en blanco.
—Ya lo habíamos hablado, fue ceremonial y tú no estabas —le recordé.
La edad no le pasaba encima, Lu era Lu cruzándose de brazo molesto haciendo drama como siempre.
Mi hijo fue hasta él para mostrárselo, haciendo que el oso le diera un besito en la mejilla, Lu lo tomó en brazos para abrazarle con fuerza.
—Serán tus padrinos pero yo soy tu favorito evidentemente —sonrió Lu.
El nene solo besó su mejilla para que lo dejara ir, mi hijo salió corriendo con sus primos.
Después de un rato era hora de que se fuera y como siempre nunca querían.
—<Vamos Oti> —pedí a los nenes que se tenían abrazados— <Ya se tienen que ir mi amor>
Negó apretándolos mas a él, por cualquier lado que trataras de jalar a los nenes se apretaban más, con chantajes y Galletas logramos que se soltaran.
Bañamos a nuestro hijo con cuidado de limpiar la herida, la que ya casi cicatrizaba.
Le pusimos su mameluco favorito con los mismos gustos feos que su padre su animal favorito eran los patitos.
Mi nene sonrió feliz mirando su osito con el implante.
—<¿Qué es?> —preguntó confundido.
Lo cargue para sentarme en la silla junto a su cuna, miré el osito para ver a mi hijo.
—<Tu osito es sordo y este aparato lo va ayudar a escuchar> —le sonreí.
Mi hijo miró el osito realmente confundido.
—<Peluche> —me miró arqueando su ceja.
Sonreí divertido para besar su frente para recostarlo en mi pecho, su manita acariciaba mi barba divertido como siempre, aquellos ojitos preciosos me transmitían paz, podía ver a su padre en esos ojitos.
—<Pa> —sonrió feliz.
—<Leche> —adivine.
Mi nene empezó a reír divertido a escondidas lleve a mi moreno por leche y una galleta de la tía Raven.
Después de labarle los dientes se quedó dormido, estaba agotado.
Llegue con mi esposo quien se había quedado dormido, con el libro en su pecho, se lo quité para acostarme a su lado atrayéndolo a mi en un abrazo.
Mi inviernito despertó acomodándose en mi, poniendo su cabezo en mi pecho.
—Lu nos lo va a reclamar por siempre —me burlé.
—Era en ese momento, no podíamos esperar a que dejara de cojer en Hawaii —señaló riendo— se le pasará.
Besé su frente, había sido un mes difícil para él y no me gustaba verle así.
—Invierno —lo llamé— quiero que mañana sea tu voz la primera en escuchar nuestro hijo.
Mi esposo levantó la vista para verme con los ojos cristalinos.
—Pensé...
—Quiero que seas tu —sonrió— que escuché tu voz, la voz de su padre.
Mi esposo sonrió abrazándome con fuerza, otra lágrima salió de su mejilla la cual limpié.
—Gracias —besó mis labios— esto es, gracias...
—Ya verás que todo estará bien —sonreí— además no quiero asustarlo con mi voz.
Él sonrió divertido para besarme más, entre besos y caricias nos quedamos dormidos.
El gran día llegó, esperando afuera del consultorio mi niño jugaba con los juguetes de la sala de espera.
—Es hora —sonrió el doctor.
Entramos al consultorio, mientras el doctor nos daba la explicación me senté en el sillón para cargar a mi nene en lo que le ajustaba el implante.
Invierno tomó su manita, esperando al doctor.
—Bien iniciare ajustando su implante, en estos momentos él deberá escuchar ruidos que con el tiempo podrá interpretar a palabras —aseguró.
—De acuerdo, iniciemos o morire aquí de nervios —sonrió Invi.
El doctor empezó a mover cosas en su computadora para darle señal a Winter, mi hijo estaba inmerso viendo su osito.
—Hola mi amor —le dijo Winter.
Mi hijo abrió los ojos como platos buscando el sonido, riendo de inmediato.
—Oti, soy tu papá —le llamó Invierno.
Nuestro retoño empezó a reír, escuchando su risa, me miró emocionado.
—Otoño —lo llamé— yo soy tu Pa.
Mi hijo sonrió emocionado, frunciendo su labio mientras sus ojito empezaron a llenarse de lágrimas.
—Funcionó —dijo mi esposo abrazándole.
No iba a ser fácil, mi hijo iba a necesitar mucha terapia y aunque el implante le ayudaría a "escuchar" a su manera el mundo el siempre iba ser sordo, y nosotros siempre estaríamos para nuestro hijo.
Oti, Oti... Nos matas de ternura cabron.🤨
Una decisión difícil como dijeron pero hicieron lo mejor para su nene. 🥰
Lu se los reprochará toda la vida, así es, así es pero Oti y Lu 🙌🏻 que travesuras no hicieron juntos.
El osito que le dió Jens a su primo 🥺 por eso te amamos.🧸
En fin, Oti tuvo la fortuna de que sucediera y ahora solo falta aprender. 💕
Cuídense mucho, usen cubre bocas, gel y descansen ✨
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