Puntitos rojos
Mi madre siempre dijo que era un desmadre cuidar de mi, si de mi porque mi gemela claro era un pan de Dios... No le creí hasta que los catorce años de mi hijo llegaron.
Desperté algo tarde pues Inviernito se había quedado dormido y no me había levantado.
—Ya levántate —gruñi besando su mejilla.
—Cinco minutos más —pidió acomodándose más.
—Flojo —bufé levantándome.
Mi otro flojo aún seguía dormido con Krypto a su lado.
—Hey ya es hora de correr —lo levanté.
—No gracias —gruñó tapándose con las cobijas.
—Ayer hicimos trampa hoy te toca —le recordé.
Más a la fuerza se levantó, salimos a correr sin embargo algo andaba mal pues se estaba quedando atrás, sudaba demasiado hasta que en un momento mi hijo se detuvo respirando agitado como nunca.
—Oti, ¿Te sientes bien? —pregunté preocupado.
—Estoy cansado y tengo frío —se quejó el moreno.
Me acerque para tocar su frente, estaba hirviendo.
—Tienes fiebre mi niño —señalé preocupado— vamos regresemos.
No pude dejar de ver como se rascaba.
—No te preocupes llegando te preparo tu baño y algo para que comas —lo calmé.
—No tengo hambre —dijo adormilado.
Lo iba llevar directo al hospital...
Al llegar mi hijo bajó cansado, rascándose con fuerza.
—A ver Oti ven aquí —lo jale, miré su abdomen lleno de puntitos rojos— tienes varicela.
—Tu la tienes —atacó molesto.
Negué para quitarle su cinta y dirigirlo a su habitación.
—Llamaré a tu abuelo —besé su frente— y no te tapes.
—Tengo frío —chilló siendo consolado por Krypto.
Fui a mi habitación pues había dejado el teléfono, ahí seguía en cama mi Inviernito.
—Sigues de flojo —envidié lanzándole la almohada.
—Ven acurrúcate a mi lado tengo frío —pidió.
Miré a mi inviernito para besar su frente para comprobar.
—Estas hirviendo —dije más preocupado.
—No tengo ganas de sexo quiero abrazos —gruñó molesto.
Le quité las miles de cobijas para ver su abdomen, estaba lleno de puntitos rojos.
—Oh genial tú también —bufé— otro con varicela.
—¿Mi Niño? —preguntó mirándome cansado.
—Así es —besé su frente— tienes suerte de que ya me dió.
Mande a mi hijo con su padre en lo que llamaba al mío, la época de mi varicela mamá la llamo la era oscura.
Mis padres llegaron de inmediato, esa sonrisa burlona en el rostro de mi madre.
—Te dije que me las ibas a pagar todas —dijo triunfante— ya quiero ver como te va.
—Gracias mamá —me queje.
Ella pellizcó mi mejilla para besarla después.
Subimos mi padre estaba ahí revisando a mis chicos.
—Pues si es varicela —afirmó— reposo, descanso y te dejaré medicinas para Wint.
—Gracias suegro —dijo mi Wint asintiendo.
—Y tu —dijo tomando las manos de mi hijo— no te rasques que te va a dejar marca.
—Estas muy guapo para eso mi amor —le dijo su abuela— les voy a traer churros.
Invi sonrió, mis padres se fueron para quedarme con los dos, empecé atar las manos de mi niño porque el cabroncito no entendía.
—Así está mejor —dije besando su frente.
—Y si quiero hablar en señas —señaló mirándose sus manos.
Entonces recaí en ese momento para ver a mi hijo.
—Me pudiste recordar cuando inicie no —negué.
—Se te olvido que soy sordo —atacó alzándome la voz.
—No me hablas así Otoño —regañe.
Mi hijo me miró triste para tirarse en mi pecho con los ojitos llorosos.
—Perdón —dijo alterado.
Lo abracé para calmarlo, se quedó dormido por completo.
Lo acomode a lado de mi Inviernito para besar su frente.
—¿Qué dijo tu mamá? —pregunté dándole la medicina a Invi, debía cuidarlo extra pues su salud no era la mejor.
—Que me cuide —hizo caras a la pastilla— no les ha dado y no quieren enfermarse ahora que se van de viaje.
—Yo te cuidare de acuerdo, ya verás que bien lo hago —lo calmé, se que necesitaba a su mamá en estos temas.
Invi besó mi mejilla abrazándome.
—Me traes de desayunar —pidió.
—Haré mi mejor esfuerzo —asentí
Bajé para prepararle algo de desayunar, mis huevitos le encantaban... también los que se comen.
El teléfono sonó, contesté al ver el nombre de mi diosa.
—Hola Rav —salude— adivino Temi también tiene varicela.
—No pero alguien que deje en tu puerta si —dijo.
—¡No te atreviste! —me queje— tengo a Oti y Wint enfermos.
—Lo siento pero Marina apenas inició su embarazo y no podemos dejar que se enferme, tampoco Temi si no está contagiada aún —señaló— a mi ya me dió así que ahí te lo dejé.
—Pero...
La puerta se abrió, mi Lu entro con mala cara.
—Me voy a morir —dijo tireandose en mi.
—Ni fiebre tienes —señalé.
—No seas insensible —gruño besándome.
Bufé para abrazarlo y revolver su cabello.
—Anda ve acostarte —ordene— pero no me despiertes a Oti he.
—No prometo nada —dijo subiendo.
Subí para llevarles el desayuno, ahí estaban los tres en mi cama.
Desayunamos, claramente ante el olor de la comida mi hijo se despertó.
Para mi suerte se quedaron dormidos la mayor parte del día.
Era un subir y bajar una y otra vez que si no era por jugos eran galletas, tragaban como si no tuvieran llenadera.
Terminé agotado tirándome en mi cama.
—Seguro que no me puedo dormir aquí —dijo Lu en la puerta.
—Vete a dormir ya —gruñí.
—Los veo en la madrugada —sentenció.
—¡Ni Oti molesta tanto! —exclamé.
Mi niño ya se había quedado dormido, Ja me saqué la lotería con él.
Mi inviernito me abrazó acomodándose en mi pecho.
—Me van a matar —gruñi
—Habla por Lu —sonrió— Gracias por cuidarnos.
—Siempre —dije quedándome dormido.
Desperté en la madrugada por la voz de Invi.
—Santi —me llamó.
Desperté para verlo algo preocupado.
—Me siento mal —dijo cansado.
Besé su frente, tenía fiebre otra vez.
—Te voy a preparar la tina —asentí— tómate la medicina.
—Mhm
—Has caso cabron —ordene— hasta nuestro hijo se porta mejor.
—Es un amor —asintió tomando su medicina a regaña dientes.
Le prepara la tina para ayudarlo a meter en ella, sus ojitos azules me miraban, con el pelo despeinado como siempre.
—¿Qué? —lo miré.
—Te metes conmigo —dijo pícaro.
Sin pensarlo me metí en la tina, él se recargó en mi pecho para mirarme, besé su frente.
—Si me hubieran dicho de joven que me casaría contigo y que tendríamos un hijo encantador no lo hubiera creído nunca —sonrió.
—Te sacaste la lotería —lo abracé.
Una sonrisita en su rostro.
—¿Ya estás mejor? —pregunté
—A tu lado siempre —se acomodo en mi.
—Habló de la fiebre genio —sonreí.
—Ah si —dijo cansado— bendito momento me vino a tocar.
—Lo se, pero ponte bien que no quiero sustos de los que acostumbras —ordene.
—Hasta crees, como que me llamó Winter Jones a que vamos a envejecer juntos —me calmó— eso te lo prometo.
—Más te vale —lo llené de besos.
Después de un rato cuando la fiebre le bajo lo llevé a la cama.
—Voy a ver a los niños si —besé su frente.
Invi sonrió para besarme ya casi quedándose dormido.
Fui a ver a Lu que estaba casi en el suelo, lo acomodé para arroparlo verificando que no tenía fiebre.
Terminé para ver a mi hijo que dormía tranquilamente.
—Me lo estás cuidando —dije acariciando al perro— siguemelo cuidando bien he.
Krypto lamió mi mano como si estuviera feliz besé la frente de mi niño, los puntitos rojos ya lo estaba llenando.
Mi niño despertó para sonreírme.
—<Perdón cariño> —acaricié su mejilla.
—<Está bien Pa> —asintió— <Te quedas conmigo>
—<Claro que si> —me acomode a su lado.
Mi hijo se acomodó en mi pecho para quedarse dormido, Solo iba a ser un momento pero desperté con un beso.
—Despierta flojo —dijo Invi.
—Me quedé dormido —suspiré— lo siento.
—Tranquilo estabas muy cansado —me tranquilizó.
—Deja les preparo de desayunar —asentí.
—Ya lo hice —me calmó.
—Tu debes descansar —le recordé.
—Me siento bien, y no podemos seguir desayunando, comiendo y cenando huevos —murmuró.
—Pensé que te gustaban —dije destruido.
—Otros —me guiño.
Mi hijo despertó mirándonos para negar y volverse acostar.
Nos empezamos a reír, les subí el desayuno a mis hombres incluido Lu que era... era peor de lo que pensé.
En que momento me metí en esto, era un subir y bajar eterno.
Dos semanas así subiendo y bajando soportando el llanto y las fiebres que me traían por todos lados.
Pero sobreviví, para la tercera se pusieron mejor y a mi me dio un resfriado de los peores.
—Te traje otro te Pa —sonrío mi Oti.
—Un tequila sería mejor —asentí.
—Papá dijo que no —se sentó a mi lado— pero si pregunta yo no te lo di —guiño dándome una de las botellitas.
—Ese es mi niño —sonreí orgulloso.
—Otoño —dijo Invi entrando cruzado de brazos.
—Fue su culpa —se deslindo.
—Fuera de aquí —lo corrió— no quiero que te enfermes más.
Sin decir más se fue corriendo, no iba a probar su suerte.
Lu venía tras de él para acostarse en la cama conmigo y abrazarme.
—Ya me voy —dijo— Mi padre vino para cuidarme la última semana.
—No me dejes —lo abracé— en cuanto te vayas me asesinara.
—Bien así me quedó con él —sonrió besando mi boca
—Te odio —gruñi.
Lu negó para mirarme.
—Gracias por cuidarme Santi, por eso eres mi mejor amigo —sonrío feliz.
—No es que tengas muchas opciones—le recordé.
—También —asintió riendo.
El hombre se fue, mi Inviernito me miró para negar y recostarse a mi lado.
—Me abrazas —pedí.
—Está bien pero sigo enojado contigo —regaño.
Mi hombre me abrazó besando mi frente.
—Ya te dije que el tequila sirve —le recordé.
—Tu mamá dijo que no —me recordó.
—Bueno pero me ayuda a olvidarme —sonreí.
—¿Ya te sientes mejor? —preguntó abrazándome aún.
—Veo la luz Invi —me burlé.
Me metió un zape el grosero, gruñi molesto a lo que me calmó con un beso.
—Si te pierdo me muero —bufó cansado.
—Claro y dejas a nuestro hijo huérfano —me queje.
—Lo entenderá —asintió, no lo decía de broma.
Negué abrazándolo más.
—He perdido mucho en esta vida, perder al amor de mi vida... eso no lo soportaría —confesó.
—Pero si casi me pierdes, te recuerdo que me suplantaste por patito feo —le recordé.
Inviernito soltó una pequeña risita.
—Amo a patito, pero aún estando con él mi corazón no dejaba de latir por ti —susurró— no dire lo mismo que tu, quien sabe que desmadres hiciste en México.
—Sobre eso cabe la posibilidad de que tenga un hijo —me burlé.
Tremenda cara me puso al escuchar eso, me morí de la risa para negar.
—No, la verdad es que si quise... formar una relación con alguien haya, incluso un acoston pero no pude —conté— sentía que te estaba engañando y hacerte daño era imperdonable para mi.
—Excepto cuando me metías en botes de basura en la escuela —señaló aún molesto.
—Ah que buenos momentos—sonreí— pero te recuerdo que me hiciste una contusión.
Negó riendo, claro eso si se le olvidaba.
—Hey no te gustaría probar algo Sado —sonreír
—Si yo te pego si —asintió pícaro.
—No le pegues fue mi culpa yo le traje el alcohol —dijo Oti en la puerta.
—Si fue su culpa —señale riendo.
Mi esposo negó para poner los ojos en blanco.
Mi hijo se subió a la cama para acomodarse.
—Una película de terror —pidió feliz.
—Bien pero no anden de chillones después —señalé.
—Pero si eres tú —dijo Oti.
—Ya lo veremos —le mire negando.
Terminé con mis amores de la vida a mis lados, abrazándolos.
Si moría ahora podría decir que tuve la mejor vida que nunca imaginé gracias a ellos.
Se nos enfermaron nuestros patitos 🥲
Pero Santi de enfermero 🙌🏻 es lo que todos necesitamos 🥺.
Lu es como un niño chiquito enfermo 😂 pero es precioso, Wint por otro lado es un necio que aunque se esté muriendo dice que se siente bien.🙄
La mamá de Santi siempre le dijo que iba a pagar todas las que le hizo cuando tuviera un hijo, y no 💅🏽 Oti le salió un amor jaja. 🥰💕
El tequila cura todo lo dire yo de experiencia, si no también el helado 🥰
Se nos viene un cap un poco pesadito así que se preparan con pañuelos.🥺
Cuídense, pórtense bien o mal las dos es aceptable y duerman sus ocho horas. 💕
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top