Pequeños Hechiceros

Cuando mi madre me hacía todas esas fiesta siempre pensé que eran demasiado, ahora que tenía a mi hijo entendía claramente el porqué de esas fiestas... ver a tu hijo feliz.

Mi niño crecía rápidamente, era un atleta en todo el sentido de la palabra, se esforzaba en cada práctica, cada competencia y estaba seguro que dentro de no mucho clasificaría.

Pero ahora, ahora mi hijo cumplía sus doce añitos y era tiempo de una sola cosa... recibir su carta a Hogwarts, si la había recibido ya y eso sólo significaba una cosa: iríamos a Universal al parque  de Harry Potter, de paso nos daríamos una vuelta por Disney y si ese imbecil de Goofy se atrevía a cruzarse en mi camino esta vez no la contaba.

—Vamos ya —se quejó Oti.

—Otoño deja llegan las maletas o que, planeas usar la misma ropa todos los días —señaló Inviernito.

—Me compran más —sonrió divertido— quiero ver a Jens ya —me miró insistente.

—Oti maletas —lo calme.

Mi hijo suspiró dramáticamente.

Diez minutos y ya estábamos listos.

—Te extrañe —dijo Oti abrazando a la mini diosa.

—Te acabó de ver —besó la mejilla de mi hijo— íbamos juntos en el avión recuerdas.

—Mucho tiempo —dijo Lu besando mis labios.

—Igualitos —dijo Raven riendo.

Con sus gemelos con correas y Niall sujeto a su padre bajamos, habíamos llegado a la pequeña ciudad de los Blue, aquí abordaríamos el segundo avión para llegar a Orlando.

Hace un par de meses habían diagnosticado al pequeño, meses difíciles donde casi lo perdemos, ahora estaba mejor, tomando fuerzas y mejorando.

Parte del viaje era para darle ánimos, Oti y Jens se llevaban un solo día de cumpleaños así que era perfecto, al bajar del avión ahí estaban ellos.

—¡Jensen! —gritó mi hijo para salir corriendo y abrazarlo cargándolo como siempre.

—¡Oti! —sonrió— ya bájame.

—Nunca —se negó mi hijo.

Su primo suspiró para besar su frente, Temi llegó para hacer lo mismo.

Llegamos para abrazar a los Blue, también habían sido meses difíciles para ellos.

—¡Tío Santi! —dijo mi niño abrazándome.

—¿Cómo estás campeón? —sonreí devolviéndole el abrazo.

—Mejor —sonrió.

—¡Quítate me toca! —dijo su hermanito empujándolo.

Jake se aventó a mis brazos... este era peligroso.

—El vuelo se retrasó por lo menos tres horas —mencionó Damian aún abrazando a Oti.

—Bien vamos a comer —dijo Lu— muero de hambre.

—Si por favor —apoyó mi hijo— mucha hambre.

Fuimos a comer a un restaurante del aeropuerto, los chicos se sentaron juntos, en cuanto mi hijo recibió la carta lo vi en su mirada.

—Oti solo lo que te vayas a comer, no pidas toda la carta —sentencie.

—Pero... pero Pa todo se ve bueno —hizo su drama.

—Si comes mucho te vas a enfermar —le recordó su padre.

Mi hijo miró a su primo señalándolo, Jensi solo negó para reír.

—Lo que te vayas a comer —deje en claro.

—No te preocupes mi niño lo que no te comas me lo como yo —sonrío Lu.

—Graciaa tío Lu —nos miró victorioso.

Miré a Lu molesto.

—Ni me veas así, soy su tío favorito —aclaro.

—Tiene el apoyo de sus padrinos también —miró Jon burlón.

—Los odio —aclaró Lu tomando de su bebida.

—Digan lo que quieran yo soy la favorita—sonrió Raven, no era mentira.

El mesero llegó para anotar la comida, mi hijo se pidió una hamburguesa, unos deditos de queso, macarrones con queso y un par de Bonless... probablemente si se lo iba acabar todo.

—¿Y para ti pequeño? —le preguntó a Jens.

Yo solo vi al niño ponerle unos ojos.

—Solo agua —le miró muy digno.

Damian se levantó para ir con su hijo.

—No te gustaría una malteada o un jugo —trato de convencer a su hijo.

Mi niño negó pero con algo de esfuerzo lograron que aceptara la malteada.

—Yo también —pidió Jake.

—No tu no, vamos a estar en un avión tres horas no te quiero lleno de azúcar —sentenció.

—Para que querías hijos entonces— se quejó el menor.

Negué divertido para ver a Jon.

—¿Cómo está? —pregunté viendo a mi sobrino.

—A veces es difícil pero vamos por buen camino —asintió— lo estuvimos chantajeando en que si no se ponía fuerte no iba a venir, aún se cansa rápido pero dijo que no le podía fallar a su Oti —sonrió.

El amor que se tenían los niños era inigualable.

Oti llegó conmigo.

—Papi puedo pedir una malteada —sonrío torpe.

Lo consulté con Inviernito, iba con el débil ante él claramente.

—Déjalo con suerte le da el mal del puerco en el avión —asintió.

—De acuerdo —acepté.

El chico se comió todo... él fue el que ayudó a Lu acabarse su comida.

Después de la cena era hora de irnos.

Por fin abordamos, los tres pequeños decidieron quedarse juntos, con tantos niños habíamos comprado boletos extras en la misma zona.

Mi hombre se acurruco a mi lado para abrazarme.

—Tranquilo Jens no nos pasará nada —lo calmó Temi adelante.

—No debes tenerle miedo a los aviones —agregó mi hijo.

—Como no, si se cae todos morimos —gruñó el pequeño.

—Todos menos tu tío Wint —se burló Lu— ese ni de una montaña de sesenta y cuatro metros se murió.

—Saltó de un quinto piso y míralo aquí está —le seguí.

—De verdad —lo miró Jens por el asiento.

—Quería ser superman —se quejó avergonzado.

—Yo también —dijo Niall que estaba sentado con Raven.

—Ves lo que les enseñas —negué molesto.

Invierno solo negó para aferrarse a mi brazo, adelante vivía mi niño la misma situación.

En cuanto el avión se alzó ninguno de los dos tuvimos la misma suerte.

—¡No me muerdas Jens! —gritó adolorido.

—Invierno mi brazo —dije con sus uñas enteradas en mi brazo.

Así fue básicamente todo el camino, como predijimos Oti y los demás se quedaron dormidos y para la salud de mi brazo también Invierno.

Tres horas no son muchas pero con tres niños de doce, uno de nueve, dos de cinco y un bebito de tres... era demasiado, pero por fin llegamos.

Cerca de las doce, llegamos directo a uno de los hoteles de Disney, los niños estaban encantados o al menos los que estaban despiertos.

—Mañana temprano —miré a Lu— temprano.

—Ya veremos —sonrío malicioso con sus bebés dormidos.

Llegamos una habitación decorada bastante linda.

Sin protestar se tiraron mis hombres a dormir, tendríamos un gran día.

Al despertar mi niño ya estaba más que vestido.

—Vamos Pa— obligó.

—Cinco minutos más —gruñi.

Ni un minuto más me dejaron dormir.

Nos fuimos para llegar al praque, los cuatro mayores con sus túnicas de cada escuela.

Mi Temi era una Gryffindor, Jens era todo un Ravenclaw, no hace falta decir que Jake su hermano era un tremendo Slytherin.

Yo podía decier que era un orgulloso padre de un mini Hufflepuff.

En cuanto a los Gemelos decidieron ir de los gemelos Wesley y el pequeño Niall quiso ser dobby... sin palabras.

Al llegar los chicos iban de un lado a otro en todas las atracciones, mi niño parecía que le habían dicho que era buffet pues cosa que se encontraba de comer se la comía.

De no ser por la cantidad tan alta de ejercicio que hace el niño sería una bolita que deberíamos rodar.

—Me lo compras —dijo señalando un peluche.

—Ya sabes la respuesta Oti —le miré serio.

Mi niño sonrío para abrazarme.

—Gracias pa— dijo para irse corriendo.

Si, la respuesta siempre era si... excepto cuando pedía un pato esa era tremendamente no.

Ver a mi hijo feliz... era más de lo que podía pedir en la vida, verlo correr de aquí haya con esa sonrisita derritió hasta este terco corazón.

—Jensen Blue —dijo un castaño de pequeños rulos.

—¿Qué haces aquí Cade? —gruño con molestia.

—Vine al festival idiota, o que solo tú tienes el derecho de venir —le miró burlón.

—No lo molestes —dijo mi hijo empujándolo.

El mini cabron lo miró de arriba abajo con una sonrisita, a mi hijo se lo estaban sabroseando y él ni enterado.

—Nos vemos Jensen, Autumn —le sonrió para irse.

Mi hijo llegó con su primo aún molesto.

—Ese imbecil otra vez —gruñó Oti.

Conocía bien al malcriado, era el rival de Jens, no debería decirlo pero un mamon de primera... me recordaba un poco a mi.

—A l otra le partes la madre —aconseje a Jens.

—¡Santiago! —regaño Invierno.

—Y a ti —dije mirando a mi hijo— debo enseñarte a coquetear mejor.

—¡Tío Santi! —me regañaron al unísono los menores.

Solo digo...

Nos fuimos tarde del parque, los niños tomaron la decisión de dormir con nosotros pues éramos los únicos disponibles.

Según ellos iban hacer pijamada pero en cuanto pusieron la cabeza en la almohada cayeron rendidos.

Como siempre Oti abrazando a Temi y ella recargada sobre él, desde bebitos se acostaban así aunque siempre terminaba mi hijo en suelo y Temi atravesada, con Jens no sería la excepción, aunque conectado a su maquinita que le suministraba vitaminas por la noche en el tubo de su estómago iba a ser complicado.

—Son un encanto —me giré para ver a mi esposo.

Ya estaba babeando en mi hombro, lo malo de tenerlos a los tres aquí era que no podíamos divertirnos un poco, besé la frente de mi esposo para morirme como todos aquí.

En la mañana no tuve de otra que pararme temprano por los gritos de los niños.

—Ya nos vamos —suspiré siendo jalado por mi hijo— conocen las reglas —señale.

—No correr —dijo Jens.

—No irnos con extraños —agregó Temi.

—Y si vemos a Goofy nos vamos contra él —sonrió Oti.

—¡No! —se negó Invi de aguafiestas.

Con todos los demás padres nos fuimos a uno de los parques, toda la semana iba a ser así.

Como dije para Oti parecía barra libre, ya iba por su tercera pierna de pavo del día.

—Ya podemos ir al Hotel del terror —pidió Oti.

—Si porfis —pidió Temi.

—De acuerdo —aceptó mi esposo— pero no corran...

Muy tarde, mientras llegábamos Jens iba atrás con su padre evidentemente cansado, por otro lado siendo jalado por Jake quien moría por subirse.

Jon había tendido que regresar al hotel pues se les había olvidado todo lo de Jens.

—Hey porque no te subes con Jake y Jens me acompaña a esperarlos, ese último me marea —apoyé a Dami.

—Pero era el carrusel —dijo Jens confundido.

—Si pero tu tío favorito ya está viejo —le recordé.

Jens me sonrió para asentir, Dami asintió aliviado.

—Gracias —dijo sin más para ser jalado por Jake.

Le compré algo de agua para sentarnos a descansar por un momento, el chico se recargó en mi.

—Gracias tío Santi, perdón porque no te pudiste subir —se quejó agotado.

—No te preocupes mi niño, total la última vez que me subí a ese casi vomito —mentí, ese fue mi Inviernito.

Una risita para negar.

—Te extraño mucho —me abrazó.

—Yo también —le devolví el abrazo— yo creo te voy a secuestrar de vuelta.

El chico negó divertido, yo nunca dije que fuera broma.

—Te tienes que poner fuerte he mi niño, no más sustos como la última vez —lo regañe.

—Lo prometo tío Santi —asintió.

—Bien, y ahora lo que tienes que hacer con ese cabron de Cade...

Le di muy buenos consejos que no podría darle frente a los demás, mientras platicábamos los demás regresaban.

—He me falta mi hijo —miré a los demás— y mi esposo.

—Ya venían, Oti se sintió mal —contó Temi sentándose a lado de su primo.

Un par de minutos después mi hijo llegaba desanimado con su papá.

—¿Qué pasó? —pregunté abrazando a mi Otoñito que tenía mala cara.

—Digno hijo tuyo es —dijo Wint— al bajar le dieron náuseas, así que lo llevé al baño sin embargo Goofy nos abarcó a medio camino.

—Ese maldito me las...

—Y tú hijo lo vomito encima —completo, Oti me miró avergonzado.

—Ese es mi hijo —besé su frente.

Con razón ya traía otra ropa.

—Quiero helado —se ocultó en mi pecho.

—Vamos por Helado, te lo mereces —lo calmé— les conté que tengo la cabeza de Goofy en mi casa.

—Mil veces Santi —dijo Damian.

Uno de los mayores triunfos en mi vida, esa cabeza estaba a lado de mi Oscar, oh si como debía ser.

Las vacaciones se fueron volando y con cuatro maletas extras era hora de volver, las despedidas no me gustaban pero cuando fue hora de dejar a los Blue un par de lágrimas salieron.

—Los voy a extrañar —dijo Lu aferrado a ellos.

—Te veremos en un par de semanas Louis —se burló Damian.

—Aún así —se aferró a ellos.

Me despedí de mis chicos para besar sus mejillas.

—Tenemos un trato no lo olvides —dije abrazando a Jens.

—Lo cumpliré tío Santi —sonrió el pequeño.

—Yo sé que si —besé su frente.

Los chicos se quedaron abrazados por un largo rato.

—Vamos a perder el avión Oti— dije jalándolo.

—No importa —lo agarro Temi.

—Vamos Temi —dijo Lu de la misma manera.

—Jens suéltalos —regaño Dami.

Al final lo conseguimos aunque nos llevamos varias mordidas, en el avión mi hijo se recargó en su padre.

—Gracias Pa —me sonrió.

—No hay de que pequeño hechicero —sonreí.

Si, ser padre era la mejor aventura de mi vida.

No pues con padres así quien no, envidia al mil para estos princesos.

Oti solo fue a Disney a ver qué se comía no hay otra razón, eso si se tenía que vengarse de Goofy como su padre lo hizo.

Aunque imagínense un viaje con tantos niños y Lu, solo diré que se les perdió más de un niño en el parque y un Lu dos veces.

Momentos complicados para los Blue, pero que mejor que la familia para estar ahí.

En fin, tenía ganas de hacer este cap que vivía en mi cabecita así que se los dejo, cuídense, coman mucho helado y nos vemos la siguiente semana.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top