La llegada de Otoño
En cuanto recibí esa llamada todo mi mundo cambio, estaba por conocer a un completo extraño en mi vida, traerlo a casa y más importante cuidar de él y educarlo... ¿EN QUE MOMENTO PASÓ ESO?
—Bien ya llevó la silla para el auto, la pañalera, botanas en lo que esperamos, me falta algo —dije mirando el auto.
—Tu esposo será —señaló Inviernito saliendo, con el bastón en mano y recién cambiado.
—Claro tu —dije besando sus labios— vamos.
—Yo conduzco —me quitó las llaves de la mano.
—Pero Invi...
—No, no —me regañó— llegamos rápido o vivos y no dejaremos huérfano a nuestro hijo antes de conocerlo.
—Okay —acepté cansado— vamos.
Durante el camino Invierno trató de calmarme pero mis nervios estaban hasta el cielo.
—Ya les avisaste —mencionó Inviernito.
—Lo puse en el grupo, no quiero despertarlos —expliqué— además dicen que esto tardar horas.
—Pues yo nací en una hora —expresó inseguro.
—No ayudas —dije nervioso— mejor así dejamos que se horne más y no salga como tú.
—O se queda más tiempo y salga como tú —atacó.
—Sabroso con un color canela pasión —guiñe sonriente.
Negó divertido, al llegar al hospital ya nos esperaba la ginecóloga, la mejor del hospital.
—Que bueno que llegan —sonrió ella— los llevare a la habitación.
—Entonces aún no nace —dije tranquilo.
La doctora sonrió para llevarnos, ahí estaba Tess en la cama.
—Hola chicos —saludó— están listos para tener un bebé.
—Claramente no ¿Y tú? —preguntó Invierno besando su frente.
—Lista —nos sonrió.
Estábamos esperando a que dilatara para que pudiera pujar y aunque llevábamos tres horas no había cambio.
—Bueno aún no dilatas —dijo la doctora empezando con el ultrasonido.
Miré a Winter un poco preocupado, al escuchar el latido del bebé nos calmamos pero algo en la cara de la doctora me decía que algo no estaba bien.
—¿Todo bien? —pregunté nervioso.
Ella nos sonrió para mirarnos sería.
—El bebé aún no está en posición lo que es bueno porque tiene el cordón enrollado en su cuello —anunció— tenemos que hacer cesárea de acuerdo.
—No podemos esperar —pidió ella nerviosa.
—Si esperamos más corremos el riesgo de asfixia —explicó, tomé la mano de Invierno preocupado —los prepararemos para una cesárea de acuerdo.
Tesla asintió y en menos de lo que pensamos ya estábamos entrando en el quirófano, una cesárea de emergencia no es lo que había esperado pero en estos momentos solo quería ver a mi hijo bien.
—Escuchen —dijo Tesla tomando nuestras manos— todo va a estar bien de acuerdo.
—Perdón, sabemos que querías un parto natural y...
—No, lo importante aquí es que su hijo salga sano —nos sonrió— una cicatriz es solo eso.
—Te han dicho que eres maravillosa —aseguré besando su frente.
La doctora entró con todo el equipo, la presión caía sobre ella pues el bebito era nada más y nada menos que el nieto del dueño del hospital y vaya que ya lo había presumido en este lugar.
—Vamos a iniciar de acuerdo —anunció ella— les recomiendo no mirar para acá, los padres suelen desmayarse.
—Quiero que sepas que si te desmayas no podré detener tu caída así que sujétate bien —pidió Invierno.
Asentí agarrandome a la camilla, como en cada capítulo de doctores escuché la señal "bisturí" mi error fue ver.
—Ay dios —dije cerrando los ojos— miré invierno.
—Respira si, respira —dijo tomando mi mano.
—Cambiamos de lugar —bromeó Tess.
—Me vendría bien —suspiré.
Ocho minutos son lo que tardaron en abrirla y llegar hasta nuestro pequeño Otoño, la doctora sacó a nuestro bebito... azul, sin llanto.
—¿Por 2 no llora? —dije nervioso— ¡¿Hey esta bien?!.
Ni una palabra y se llevaron a nuestro bebé, traté de seguirlo pero me detuvieron.
—Su hijo no está respirando se lo llevaron para reanimarlo, necesito que guarden la calma —explicó la doctora.
—Yo... iré con él, debemos estar con él —le dije al enfermero.
Pero lo único que me conseguí fue que me sacaran, unos segundos después salió también Invierno.
Lo abracé sin decir más besando su mejilla.
—¡Vamos díganos algo! —grité.
—Chicos —dijo el doctor de Invierno— ¿Está todo bien?.
—Se lo llevaron Doc... él... dijeron que no respiraba y se llevaron a nuestro bebé —explicó Invierno llorando— haga algo por favor.
El doctor asintió para entrar, un par de minutos después salió.
—Su hijo está bien de acuerdo —pronunció las palabras que quería escuchar — tenia algo de líquido en sus pulmones lo que es normal, subieron reaccionar rápido y ya está bien.
—Gracias Doc —dijo Invierno aliviado— ya podemos verlo, ni siquiera nos dejaron verlo.
—Lo están limpiando de acuerdo, ahora lo tienen que llevar hacer unas pruebas de rutina —nos calmó.
—Al menos podemos volver a entrar, no queremos dejar a Tess sola— pedí.
—No creo que los dejen —mencionó negando.
—Se que me altere un poco y golpear al enfermero no fue prudente de mi parte, pero en mi defensa se llevaron a mi bebé —me defendí.
—Eso y que Invierno los amenazó con su bastón —miró a mi hombre.
—Solo quiero ver a mi bebé —gruñó él abrazándome.
Nos llevaron a una habitación para esperar a nuestro retoño, mis nervios estaban comiéndome vivo y no me podía estar quieto paseando de un lado a otro por la habitación.
—Santi... Sant, amor —me llamó — carajo Santiago siéntate de una vez que me mareas.
—Lo siento solo estoy nervioso —suspiré para sentarme a su lado y besar sus labios.
Se recargó en mi hombro para tomar mi mano, era ese momento en que todas las dudas me mataban.
—No, no puedo Invi, no puedo —asegure frustrado.
—Estas nervioso de acuerdo —suspiró— todo va salir bien.
—¿Y si no? —confronte— mierda Invierno tu bien sabes que no tuve al mejor padre del mundo, que te garantiza que voy a ser uno decente
—En primer lugar porque no eres tu padre —me recordó— aparte el ladrón de hermanos pequeños me va a decir que está nervioso.
Sonreí para luego negar, bebé Charms había sido fácil no tenía las expectativas tan alta.
—Eso era fácil sólo los malcrío, lleno de dulces y listo —señalé— pero esto es diferente, criar un hijo yo...
Tomó mi mamo para después verme serio.
—Lo haremos muy bien, ¿Sabes por qué? —me preguntó calmado.
Negué inseguro.
—Porque crecerá rodeado de amor —confesó — y si lo echamos a perder siempre podemos tener otro.
Asentí divertido, para sonreírle.
—Te eh dicho que eres asombroso —mencioné — un poco molesto, pero serás un excelente padre.
Sonrió para besar mis labios y recargarse en mi, los minutos pasaron eternos hasta que la puerta se abrió.
—Señores Dagda Jones —sonrió el doctor cuyo cabello ya era blanco— les presento a su hijo.
Nos levantamos de inmediato, estaba temblando en nervios y ni que decir de Invierno.
Con cada paso podía ver más a mi bebé, hasta que estaba frente a él que sentía una necesidad tremenda de tenerlo en mis brazos.
—Puedo cargarlo —pedí nervioso.
—Claro Santi, es tuyo después de todo —sonrió dándome a mi bebé.
En ese momento que tomé a mi hijo en brazos supe que había sido la mejor decisión de mi vida, ese pequeño ser sobre mis brazos no tardo en robarse mi corazón y lo sabía, todo mi mundo sería para él, sin dudarlo... sin pensarlo.
—Hola bebé —lo llamé— hijo soy tu papá—dije acariciando su mejilla.
Y ahí esa pequeña sonrisa se formó en mi moreno, una lágrima rodó por mi mejilla porque era algo que no podía describir.
—Dios es hermoso —solté feliz para ver al ser que había hecho posible esto, el amor de mi vida con quien criaría a mi otro amor de mi vida.
—Quiero cargarlo —pidió Invierno.
Invierno se sentó para no tirar a nuestro hijo lo que estaba de acuerdo me senté a su lado para dejar con delicadeza a nuestro hijo en sus brazos y pensar que hace unos minutos habían sido los más aterradores de mi vida.
—Hola Autumn —saludó besando su frente— soy tu Papá.
Mi hombre acarició su mejilla a lo que nuestro hijo respondió tomando su dedo un pequeño bostezo para abrir los ojos, aquellos ojos como los de su padre.
—Es... nuestro —sonrió con lágrimas— nuestro hijo Santi.
Nuestro bebé nos miró, un cachito de nuestro amor.
—¡Felicidades son padres! —anunció mi doctor.
Éramos padres, al escuchar esas palabras me sentí completo, ahora si era el hombre más feliz del mundo.
—¿Cómo está Tess? —pregunté preocupado.
—Ella salió bien, se está recuperando y su hermano llegó a estar con ella —calmó— cuando se sienta mejor lo llevaremos para que coma un poco.
—Gracias doctor —agradecí sincero.
Nos quedamos un tiempo embobados viendo dormir a nuestro bebé, tan precioso nuestro niño.
Lo llevamos para que comiera y claro disculparnos.
—Ahí están —sonrió ella que se veía cansada— ¿Cómo está el campeón?
—Hermoso —suspiré dándoselo.
Ella sonrió mirando el bebé para enseguida darle de comer.
—Lamentamos mucho dejarte sola —dijo invierno.
—Oh lo entiendo —nos calmó— si hubiera sido el mío me levantaba a seguirlos aunque físicamente fuera imposible, pero aquí está su pequeño.
—De verdad gracias, no te imaginas lo feliz que nos has hecho —exprese.
—No has cambiado la vida —afirmó Imvierno.
—Saber que lo he hecho es... inigualable —asintió— sé que serán unos excelentes padres.
Después de terminar de comer tuvimos que firmar papeles, le dieron otra revisión a nuestro bebé y dejaron estar presente a Inviernito.
Una vez de terminar casi a media tarde estábamos cansados pero podíamos ir a casa.
—Te veremos mañana —me despedí de Tess.
—Aquí los esperare —sonrió— recuerden la leche al refri.
—No lo olvidaré —asintió inviernito.
Nos habían dado leche de ella y un poco del banco de leche para nuestro bebé y por lo menos el primer mes seguiríamos viendo a Tess para la leche de nuestro niño.
Al salir llevaba al bebé en brazos, toda la familia se levantó para vernos.
—Simba —aproveché la oportunidad levantándolo en alto.
Las risas empezaron para acercarse a nosotros.
—Que lindo, se va a llamar simba —dijo Lu siendo el primero en cargar a Oti.
—No se llama simba Lu —corrigió Invierno negando.
—Como sea ya lo amo —confesó besando su frente, ya estaba llorando.
—Es hermoso tonto —dijo Sofi abrazándome.
—Nos salen bonitos —miré aInvierno quien ya estaba en brazos de su madre.
—Precioso —asintió Suns.
—Venga a pasárselo a las abuelas —dijo mi mamá casi quitándoselo a Lu.
—Yo soy tu Tita mi niño hermoso —susurró besando su frente— mi niño precioso.
Mi suegra llegó con el bebé para seguir por cargarlo, abracé a mi esposo para besar sus labios, Lu nos abrazó a ambos para besarnos.
—Tenemos unos hijos preciosos —aclaró Lu feliz.
—Así es —sonreí— y la princesa.
—Mi diosa la fue a cambiar, la pondrá lista para conocer a su primo —sonrió.
Asentí, nuestro hijo pasó por brazos de todos hasta llegar a los de mi padre, lo cargo en brazos para besar su frente, una sonrisa se formó en él para llegar a mi.
—Felicidades hijo —dijo abrazándome— sé que serás mejor padre de lo que yo fui contigo —susurró para besar mi frente.
Lo abracé con mi bebé en brazos, los balbuceos de Temi nos llamaron la atención, la nena ya decía varias palabras incluidas "bebé" pues la había escuchado mucho.
Al llegar soltó una pequeña risita feliz señalándolo.
—Bebé —dijo ella feliz.
—Así es Temi, el bebé —sonrió Invierno— tu primo.
—Es preciosos —sonrió Raven— ya sabemos el nombre de él bebé.
—Autunm Samuel Jones —anunció Invierno— Oti para la familia.
—Me encanta —dijo la mamá de Invierno.
—Más decente que el de tu hijo Charmander si —se burló Suns.
En ese momento me di cuenta que Charmsito no estaba, miré a Invierno que visualizo a su hermano sentado a lo lejos... claramente sabíamos que pasaba.
—Vamos —le dije a mi esposo.
Nos acercamos a lo que nos vió llegar apartando la mirada.
—Hay alguien que te quiere conocer —dije sentándome a su lado— Señor Charms.
—Está lindo su hijo —mencionó sin verlo.
—Me parece que alguien está celoso —dijo Invi sentándose del otro lado abrazándolo.
—Que dices si él es tu hijo y yo solo tú hermano —suspiró.
—Oh pequeño Charms —dijo besando su frente— aún eres mi bebé, y todo seguirá como antes solo que ahora tendrás un aliado para conspirar contra nosotros.
—¿De verdad? —preguntó inseguro.
—Claro que si —aseguré— aún eres mi niño, mi hermanito y yo soy.
—Tu hermano favorito —completó mirándome para por fin mirar a Otoño, una lágrima salió de sus ojitos.
—Es precioso —sonrió mirándole.
—¿Quieres cargarlo? —animó su hermano.
Charms asintió, por mucho tiempo fuimos los tres solamente y claro era normal tener celos después de todo pero en cuanto lo cargo esa sonrisa en su cara me hizo saber que lo amaría como un hermano pequeño.
—Te amo Pikachu —sonrió divertido.
—No...
—Ni lo intentes, es mi Pikachu —aseguró.
Nos quedamos un momento así para dar momento a irnos a casa, cuando salíamos llegaron los Blue.
—¡Felicidades! —dijeron abrazándonos, saludando al pequeño Otoño.
—¿Ustedes ya están listos? —preguntó Invierno.
—Ya se le rompió la fuente —sonrió Jon.
—Todo saldrá bien —asentí— felicidades.
Mientras nosotros nos íbamos ellos estaban por empezar todo el proceso para tener a su pequeño Jensen.
Nos fuimos a casa, nuestro pequeño Oti era todo un dormilón y claro se veía que sería un glotón, por la noche lo dejamos en su cuna.
—Es tan chiquito —dijo Invierno tocando su manita.
—Lo es —sonreí— como lo dejamos así solito por la noche.
—Imposible —se negó Invierno.
Aquella noche, nuestra primera noche como padres nos quedamos dormidos junto a su cuna para cuidar de él, cuidar de nuestro peque otoño.
Nuestro hijo deseado.
Ay, ya nació nuestro bebé Oti. 🥺
Viniendo a dar sustos como su padre.🙃
Solo a Wint y Santi los sacan en el nacimiento de su hijo. 🥴😂
Ya conocíamos la versión de Invierno pero necesitábamos la de Santi de este tan importante momento. 🙌🏻✨
Charmsito celoso aww, duele cuando dejas de ser el bebé de la casa. 🥴🤧
En fin, aquí les dejo una recreación de nuestros nenes si fueran chiquitos. 🥺❤️
Todos hermosos de bebitos 🥺🥰
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top