Harry
Los quince años de la mini diosa fue una de las mejores fiestas de la vida, como buena latina tuvo su fiesta de quince con Oti de chambelan... lo admito ver a mi hijo intentando bailar fue divertido.
Y es que a pesar de tener el toque latino de su padre sacó mis dos pies izquierdos y aún así él lo disfrutaba moviendo su traserito.
Aunque mi hijo no tendría bailes de ese tipo si quería una gran fiesta como la que su padre alguna vez tuvo.
—Ya vamos a llegar —se quejó Oti camino a la granja.
—Diez minutos tal vez —lo calmé.
—Necesito ir al baño —dijo dando brinquitos— Pa apúrate.
Santi le metió prisa, casi llegando nuestro hijo bajó corriendo.
—¡Oti! —saludó mi tía.
—¡Me hago pipí! —gritó corriendo al baño.
—Tiene una vejiga muy pequeña —negó divertida— cómo está mi bebé número tres.
—Bien tía —la abracé— ya me llamarás por mi nombre.
—Ni que te quisiera tanto como a Oti —se burló— ¿Cómo estás Lucifer? —saludó a mi hombre.
—Tan sexi como siempre anciana —atacó.
—Uh golpe bajo —negó ella— vamos que no vienen de visita.
—Si, si lo hacemos —le recordé.
—No creo —negó nalgueándo a mi esposo.
Mi niño salió para abrazar a su tía que no veía desde hace mucho.
—Mi niño guapo —lo abrazó con fuerza.
—Puedo ir con los caballos —pidió mi moreno.
—Claro que si, a eso vienes —besó su frente.
Mi hijo se fue corriendo feliz.
—¡Cuidado con las bestias! —señalé.
Mi hijo sin miedo se subió a uno, mientras preparábamos la comida Santi recibió una llamada,
—Si... ¿En este momento? Okay si —habló— es tu quinto hijo Lu cálmate... bien ya vamos.
—¿Todo bien? —pregunté confundido.
—Marina está dando a luz y ya sabes como es Lu, nos quiere ahí —dijo Santi— tenemos que ir.
Asentí para explicarle a mi tía mientras Santi iba por el retoño.
—Te lo compensaremos —abrace a mi tía.
—Ustedes que, mi niño —dijo aferrándose a él— me lo tendrán que dejar en las vacaciones.
—¡Si! —exclamó Oti feliz.
—Tal vez —dije conociendo a mi hijo— te amo tía.
—Adiós bebé número tres —se despidió— y tú lucifer.
—¡Adiós anciana! —le gritó Santi.
Nos fuimos directo al hospital que eran casi dos horas de camino para mi desgracias. Al llegar estaba Raven con su hija, el hermanito de Lu junto con sus padres sin embargo algo no andaba bien...
—¿Llegamos tarde? —pregunté confundido.
Raven suspiró para acercarse a nosotros con cierta tristeza en su rostro.
—¿El bebé está bien? —se adelantó Santi preocupado.
—Si, tuvieron que hacer una cesaría de emergencia y nació bien, ahora lo están revisando —contó— sin embargo Marina... ella tuvo una complicación y no lo logro.
Esas palabras, las que no se deberían escuchar en un día tan especial como un nacimiento.
—Mi Lu —dijo Santi— ¿Dónde esta? Quiero ver a mi chico...
—Tranquilo si —dijo Raven tomando sus manos— esta en la habitación pero no quiere ver a nadie.
—Conozco más que nadie a Lu y...
—Solo quiere ver a Wint —lo detuvo.
Ciertamente era algo que me dejó sin palabras, mire a mi esposo que me vió aún más confundió.
—Si es lo que necesita ve —aceptó.
Asentí para besar su mejilla, me llevaron hasta a la habitación, ahí estaba sentado mirando la nada... abatido en su mirada.
—Hola nene —dije entrando— me querías ver.
Lu me vió con sus ojitos apagados para asentir, llegué a él para sentarme a su lado, de inmediato apoyó su cabeza en mi hombro, no dudé en abrazarlo.
—Me sorprende que haya sido yo y no Santi —mencioné acariciando su cabello.
—Eres uno de mis mejores amigos —señaló.
—Pero él es Santi —le recordé.
Lu asintió para suspirar.
—Es que no quería que me viera así —dijo soltándose a llorar en mi hombro por fin.
Lo abracé con fuerza para revolver su cabello y tratar de calmarlo, el llanto de un hombre que había perdido a la mujer que amaba es algo... que no me gustaría volver a escuchar.
—Es mi cuarta esposa Invi, creí que ella... que era la indicada y yo... yo la perdí —lloró con un dejo de desesperación— perdí a la mujer que amo...
Besé su frente para sobar su hombro, dejándolo que sacara todo lo que tenía dentro.
—No q que voy hacer... como voy a criar a un niño yo solo —dijo aterrado.
—Lu no sé si te has dado cuenta pero eres un excelente padre —señalé— y no estás solo, nos tienes a nosotros.
—Ustedes se tienen yo...
—Eso es una gran pendejada —dijo Santi llegando.
—No deberías estar aquí —gruñó ocultando su rostro en mi hombro.
Santi entró para sentarse a lado de su mejor amigo y atraerlo a él para abrazarlo con fuerza.
—No me apartarás cuando más lo necesitas —dejo en claro— lo hiciste una vez y no lo volverás hacer me oíste.
Lu lo miro para asentir y volver a chillar aferrado a su amigo, sobe su espalda para tenderle pañuelos.
Podía decir que si, Lu es uno de mis mejores amigos pero la amistad que tenía con Santi... era algo único que muy pocas personas podían tener.
—Perdonen la molestia —dijo la enfermera entrando con el cunero— les traigo al pequeño para que le den de comer.
—Gracias —asentí.
Mire al bebito dormido, un bebito hermoso con esos cachetes rojizos hermosos.
Santi lo tomó en brazos para dárselo a Lu.
—Ten a tu hijo —besó su frente— es un campeón como su padre.
Lu cargó a su bebito en brazos tomando el biberón para dárselo, abrió los ojitos y pude ver que tenía los mismos ojitos que Lu.
—Hola mi niño —dijo besando su frente— soy tu papá, y tu y yo vamos a estar bien, muy bien mi pequeño Harry.
—Estarán bien —bese su mejilla— pueden quedarse con nosotros todo el tiempo que quieran.
—No sería justo para Oti tener un bebé en casa —
mencionó.
—Oti es sordo Lu, si el bebé llora se quita los implantes y listo —lo calmé— tendrá más suerte que nosotros.
—No me refería a eso, es muy celoso —nos miro.
—Estará bien —lo calmó Santi— es un chico muy comprensivo.
—En realidad estaba pensando que podías quedarte con nosotras —dijo Raven desde la puerta— a Temi le gustara tener a su padre cerca.
—Pero tú trabajas y...
—En realidad estaba planeando cambiarme a un turno nocturno así que estaría por las mañanas —señaló entrando— que te parece.
—Yo...
—Di que si Papi —dijo Temi desde la puerta con Oti.
—Sabes que no te puedo decir que no —sonrío a su princesa.
Entraron para ver al bebito, ahí estábamos toda la familia junta.
Esa noche Santi se quedó en el hospital con Lu para ayudarlo con todos los trámites.
—Pobre de mi tío Lu —dijo Oti— puedo ayudarlo a cuidar al bebé.
—Pensé que no te gustaban los bebés —le recordé divertido.
—Bueno lloran mucho y eso me lastima pero... puedo aguantarlo por mi tío Lu —asintió.
Sonreí para besar la mejilla de mi niño.
—Bien le dire que estás disponible —apoye.
Esa noche me costó trabajo dormir, desperté para irnos al funeral de Marina, una mujer que había sido extraordinaria.
A mi me tocó hacerme cargo del pequeño Harry en lo que se llevaba a cabo el funeral.
Era un bebito muy chiquito con esos ojitos preciosos de su padre, aquellos que habían heredado todos sus hijos.
—Gracias Invi —dijo Lu dándole de comer— dice la pediatra que esto le ayuda al pequeño Harry hacer vínculos.
—Lo haces excelente —animé.
Lu me dió una sonrisa triste.
Puedo decir que por un par de semanas mi esposo no era mi esposo si no el de Lu, pero yo era compartido.
Eso si los primeros meses fueron muy difíciles para mi Lu, cuando se dió cuenta de todo lo que se perdería su hijo fue cuando lo afectó más, no quería ser un padre como su padre fue con él.
El tiempo pasa rápido y en un abrir y cerrar de ojos sus bebé ya tenia seis meses.
—¡Oti se nos hará tarde! —le gritó Lu.
—¡Ya voy! —gritó a unos metros de él.
—No necesitan gritar —los mire.
—¡Claro que si! —me gritó Lu.
El bebé en su kangurera se empezó a reír, Harry tenía un cabello rulo precioso.
—A mi niño le gusta —sonrió Santi quitándole el bebé— no es así.
Mi esposo empezó a llenar de besitos a Harry, verlo me hacía recordar cuando Oti era bebito y lo cargaba en brazos.
Pero a Oti no le dió tanto gusto, era un celoso de primera, lo había sacado de su padre.
—Dame a mi hijo —pidió Lu igual de celosos.
—Devuélveme a mi padre —gruñó Oti.
—Celosos —se quejó devolviendo al niño y abrazando a su hijo.
Nos fuimos al partido de soccer de la mini diosa, era una chica ruda que no se dejaba de nadie.
—¡Eso, metele el pie! —le gritó Lu— ¡Eso Temi por eso eres la mejor!
Los otros padres le miraron disgustados.
—Algún problema, quieren debatir de quien es la mejor por que mi hija arrastra sus traseros —atacó mi Lu.
Todo esto con su hijo en la kangurera con su gorrito y lentes, la cosa más linda del mundo.
—Bien Lu ven te traje galletas —lo distrajo Raven.
—Ya voy —se sentó.
Nos quedamos mirando a los dos, se veían como una familia sin importar los años.
—Veinte a que Lu termina con Raven otra vez —apostó Santi.
—Cuarenta a que es decisión de ella volver —le extendí la mano cerrando el trato.
—Hecho, mi chico es un semental —sonrió viéndolo.
—Y ella es mi diosa —sonreí.
Santi y yo nos tardamos casi diez años en entender que éramos el uno para el otro... y estaba seguro que ellos también estarían juntos.
Al terminar la mini diosa ganó así que terminamos en nuestra casa celebrando.
Por la noche los chicos se fueron a dormir dejando a los adultos, en nuestra fogata Santi aprendía algo de guitarra con la diosa para darme una serenata.
Lu llegó para sentarse a mi lado y abrazarme con fuerza.
—Gracias Invi —besó mi mejilla.
—¿Por qué? —pregunté confundido.
—Por ser mi amigo —murmuró.
—Te ganaste mi corazón —sonreí.
—No de verdad, gracias —insistió— fui un mierda contigo toda la primaria y secundaria y después simplemente regreso y me beso a tu novio —suspiro— pero tu me perdonaste ¿Por qué?
—Porque sabía lo mucho que significabas para Santi —confesé— además tu siempre trataste de ser el menos mierda, detuviste muchas veces a Santi de putearme, ademas creo en las segundas oportunidades y tu la supiste utilizar.
Lu me miro con sus ojos llorosos para abrazarme con fuerza.
—Sabes que mi Ty siempre guardara un lugar muy especial como mi mejor amigo pero tu Lu, eres lo más cercano a un mejor amigo... eres como otro hermano más —confesé.
Esa confesión lo hizo chillar y llenarme de besitos.
—Te amo cabron —dijo más que feliz.
—Yo también Lu —negué divertido.
—Después de mi esposo eres mi mejor amigo —confesó aún llorando.
—Es mi esposo Lu, no el tuyo —rectifiqué riendo.
—Nuestro esposo —no iba a ceder.
—No tienes remedio —negué abrazándolo.
Lu lloró un rato más, tiempo después se fueron con sus bebés, el mío ya estaba más que perdido con el perro a su lado como siempre.
—Harry es hermoso —sonrió Santi.
—¿Quieres otro? —dije burlón.
—No después de ver lo que cago —negó metiéndose a la cama abrazándome— ¿Cómo está mi otro bebote? te dijo algo.
—Que es tu esposo —mire burlón.
—Nos casamos en una quermés a los doce así que si —se burló.
Negué divertido para besar su mejilla.
—Esta mejor, lo lleva con calma —asentí.
—Bien —me abrazó adormilado— no quiero que decaiga en estos momentos.
—No lo hará —asentí— porque nos tiene a nosotros.
Por Lu, el mundo entero daba y estaba seguro de que pasaría por esto.
Lu era Lu... y eso significaba más de lo que siempre pensé.
Abrazos y besos, muchos besos para nuestro Lu. 🥺💕
Quería un capítulo de Lu y aquí lo tienen y es que es tan hermoso. 🥺🙌🏻
Lu es Lu... y eso significa demasiado.🥰
Harry no tendrá una mami pero tiene todo un ejército que luchará por esa sonrisita.🙌🏻💕
Vengo a decirle también que ya casi estamos al final de esta historia, lo sé, lo sé duele pero ya es tiempo.😪
Los tqm, se me cuidan, coman heladito y mucha agua.🙌🏻💕
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