❄6❄

BOUN🖤

Despertar casi al mismo tiempo en que la claridad se filtraba por las cortinas de la habitación. Tener a la persona de la que estaba... enamorado, sí, perdidamente enamorado, a mi lado casi encaramado en mi pecho. Saber que no vamos a separarnos, aunque la distancia física exista. Tenerlo cada vez que nos encontremos durante un descanso de la vida laboral.

Sí, estaba enumerando mis cosas favoritas a partir de este instante, y sí, me encantaba estar así de bobo y babeando por la imagen en mi cabeza. En este preciso momento, iba a disfrutar de la que tenía delante. Una figura delgada, pero con masa en lugares correctos, a mi merced e indefensa, y lo mejor de todo, desnuda solo para mí.

Realmente era muy romántico, en la vida siempre me he acostumbrado a cuidar de los demás, incluso con mis parejas anteriores. Pero no quería ser del cliché esta vez y despertarlo la primera vez con un desayuno y rosas a la cama. Quería probar eso que salen en las películas AV.

Cuidadoso de no hacer muchos movimientos, acomodé a Prem boca arriba como le gusta dormir. Tomé un objeto de la mesilla de noche y me coloqué sobre él y fui retirando la sabana de su mitad inferior hasta ver mi objetivo, el cual, como esperaba, estaba despierto antes que su dueño.

Lo llevé a mi boca, pero esta vez no iba a detenerme y jugar, iría directo al punto. Así que lo engullí rápidamente y comencé a trabajar sobre él. Dejé que la saliva se escurriera por las comisuras de mis labios hinchados y apreté lo más que pude. Fui a la punta de vez en cuando, probando el salado de su excitación.

-Boun, qué haces tan temprano. –sonreí al escucharlo quejarse entre gemidos. Sus manos no sabían dónde ir, apretaba la sabana, la almohada, se acariciaban a sí mismas y al cuerpo curvado en el aire.

-Bu...buenos días. –susurró jadeante. La sonrisa en su cara me dio todo lo que necesitaba para saber que le gustaba mi manera de despertarlo.

No quería prolongar más aquella felación, quería que su propio orgasmo lo tomara de manera sorpresiva, que lo hiciera jadear de placer y pedir por más cuando terminara.

Tanteé con mis dedos su entrada y destapé el tubo de lubricante que había tomado de la mesilla antes, y que me había olvidado de usar la noche anterior en mi desesperación por hacerme con su cuerpo de una maldita vez. Vacié una exagerada cantidad de líquido viscoso en su orificio, no quería dañarlo ya que aun cuando habían pasado horas, mi tacto se sintió áspero al enterrar mis dedos. Estaba ensanchado aún y lejos de ponerme inquieto, me llenó de orgullo saberlo así por mi causa.

Mis dedos no tardaron en encontrar la protuberancia adentro, la rozaron una vez, otra vez, mientras que un sonido resonó juntos a sus gemidos al sacar su miembro de mi boca, hasta que no pudo más. De nuevo, como esperaba, abrió los ojos enormes ante la inesperada nube que lo envolvió con el orgasmo.

De más estaba decir que amé cada segundo de lo que acababa de suceder. Me había alzado en el momento justo para vez todo el espectáculo de mi amante. Sus manos apretaban su boca intentando impedir que los sonidos a toda voz salieran de su garganta, sus piernas temblaron visiblemente, incapaces de juntarlas siquiera. Por último y no menos importante, su venida seguía siendo como la de la noche anterior, abundante e un regalo que no se esperaba él no poder manejar.

Cuando bajó y me miró con ojos llorosos, ya estaba a su lado abrazándolo y besando su sien. Sonreímos en silencio por un rato, hasta que el sonido de la puerta me hizo maldecir.

- ¡¿Qué quieres?!

-Boun, aquí hay unas personas que quieren verte. –reconocí la voz del pequeño diablillo, Earth.

-Diles que vengan otro día.

-Ya intenté con que moriste incluso, pero tienen prisa por verte, son capaces de registrar el lugar con tal de encontrarte. –sabía que estaba riendo, adoraba mi desgracia en momentos así. Pero era un amigo importante para mí y me conocía muy bien. Si no fuese imprescindible mi presencia, no querría interrumpirme.

-Bajo en diez.

-Ok, solo no demores. Y dale mi ''hola'' a tu amado.

-Uno tuyo, dos míos.

-Sí, sí, señor sobreprotector. –dijo burlón mientras sentía sus pasos alejarse. De seguro llevaba los botines con tacón porque eran llamativos y anunciaban su estampa en todo el lugar.

Miré a Prem, quien se había vuelto a dormir. Sus mejillas seguían siendo esponjosas, el color del tomate viajaba hasta su cuello. Estaba tan pacifico así que me dio pena decirle que era hora de dar la cara, pero era necesario.

Fui a darme una ducha luego de haber utilizado una toalla húmeda en Prem, el chico ni se inmutó y siguió adormilado. Para cuando salí, él estaba sentado al borde de la cama, tallando sus ojos como un niño pequeño.

-Buenos días, Bboun.

Directamente me hizo sonreír al ver su puchero en los labios. Alcé su mentón y lo besé aprovechando para morderlo un poco. Su protesta salió con voz ronca y aniñada. Reí más alto porque no podía dejar de verlo con ternura.

Rezongó en cuanto despeiné su cabello, dando un manotazo en mi mano. Agarré sus muñecas y lo tiré sobre la cama nuevamente. Me subí a horcajadas y comencé a besarlo, desde su boca, hasta el pecho. Descendí hacia su cintura lentamente, torturándolo una vez más y no podría decir que no me encantaba, adoraba ver esas expresiones adormiladas y al mismo tiempo, suplicantes de más placer. Esa era mi palabra favorita cuando se trataba de Prem.

Repartí besos a boca abierta por su piel, saqué la lengua para regar saliva sobre él también, probando la sal y su propio sabor. Me enloquecía su olor cuando mi nariz fría, lo rozaba. Gracias a sus suspiros haciéndose cada vez más fuertes, su espalda arqueándose en busca de mi boca y sus manos aferrándose a mi cabello, su desesperación, no notó el color bermellón en sus caderas causado por las marcas que dejé a propósito. Quería que me recordara y se tornara carmesí por completo cada vez que las viera. Me recordaría.

Justo cuando estaba por alcanzar el bajo de su pelvis, Prem comenzó a hacerme cosquillas. –Fastidias el momento.

-Es que no quiero ser culpable por asociación. –rio intentando abrir sus ojos y fallando en el intento. Me contagió su estado de ánimo mañanero. Alegre, pacífico.

- ¿Me llamas vago? –le devolví las cosquillas. Estuvimos un rato así, jugando con el otro, riendo, desordenando la cama e incluso lanzando las almohadas al suelo. Cuando terminamos por falta de aire, estábamos con la respiración pesada, nuestras bocas juntas queriendo estrujarse entre sí a la fuerza, y éramos un enredo de piernas por doquier.

Prem detuvo el manoseo otra vez y lejos de enojarme, me resigné a sus deseos. -Debes bajar a atender a tus invitados, deben ser importantes si hicieron a tu adorado Earth venir hasta acá e interrumpirnos. –dijo y noté el tono desfavorecido hacia el nombrado.

Tomé su mentón para que no pudiera desviar la mirada de la mía. –Escúchame bien niño, no tengo ni tendré nada con mi hermanito del alma. Ambos amamos a personas muy diferentes. Solo te pido que no me hagas elegir ni lo trates mal, él me ayudó a volver.

Sus ojos abiertos cuanto podía denotaban la sorpresa y la culpa estaba en su labio siendo mordisqueado con ansiedad. Acaricié su cara carmesí, atrayéndolo para un beso intenso como los demás, lleno de todo lo que, tal vez, no podía expresar con palabras.

-Suena a cliché, -dije una vez que rompimos el beso. Sus ojos como estelas captando cada una de mis acciones. –pero sé que eres la persona de mi vida. Eres el único para mí, no importa cuanta gente quiera estar a mi lado, solo vale que soy yo quien quiere estar contigo. Nada más tienes que recordar mis palabras, solo escúchame a mí en todo momento, siempre te seré leal.

Luego de ese vergonzoso instante donde usé mis peores frases de amor, fuimos al baño a darnos una ducha que comenzó como debía, siendo un reguero de manos, caricias y jabón. Nos vestimos a toda prisa y salimos, pues Earth había estado dando gritos tras la puerta. El pobre estaba rojo de los nervios cuando logramos verlo.

Al bajar lo entendimos.

Mi manager estaba esperando junto a quien reconocía como la chica que habían asignado para llevar la agenda de Boun en Corea. Si más no me equivocaba, su nombre de pila era Jung-Hye.

-Por fin llegan. Estaba empezando a hacerme vieja esperándolos. –con eso iniciamos una batalla de intentos para llegar a un acuerdo. Obviamente, ninguno quería ceder ante nadie.

Para cuando terminamos, estaba agotado de tanto pensar en soluciones y por cómo veía el ceño arrugado de Prem, estaba igual o peor, ya que, había sido él quien dio la solución que se acordó finalmente. En verdad, casi todo el daño iría a su imagen, pero me calló en cuanto quise negarme.

-Esta vez, me toca arriesgarme a mí. –concluyó serio y tajante.

- ¿Entonces volveremos a actuar juntos en una serie más? –dije sin poder creérmelo.

-Así es, y más les vale hacer su desarrollar su mejor papel. O soy capaz de encadenar a Boun en Corea para que jamás se vuelvan a ver ni a través de la pantalla. –amenazó mi manager, Jung-Hye. Desde que la conocí, era una chica responsable y con mucho oculto. Tenía capacidades de convencimiento que casi nadie conocía. También era toda amabilidad en su cara, pero en su lengua cuchillos bien afilados. Era impredecible a veces.

Terminaron yéndose todos, hasta Earth, quien en cuanto vio a Santa asomarse por la puerta, chilló y corrió con su nuevo par de botines resonando por todo el lugar. Daba gracia ver a la pareja interactuar, eran todo risas tímidas y regaños. Santa era casi tan sobreprotector como yo, por algo los fans le decían ''hijo de Boun''. en cuanto veía a Earth, buscaba el dobladillo de su saya para intentar bajarla y cubrirlo un poco más. También le ponía un abrigo sobre sus hombros queriendo ocultar piel expuesta sin compasión. Siempre terminaba con un manotazo de Earth y un puchero que, sin dudarlo, le hacia sonreír y ceder bastante.

-Ahora sí, puedo decir que estaremos juntos por mucho, mucho tiempo. –asentí mirando a Prem, quien denotaba felicidad por sus poros.

Se acercó más a mi lado en el sofá. Agarró mi mano y puso su cabeza sobre mi hombro. Fue un movimiento inesperado porque casi nunca toma la iniciativa en el contacto físico. Asumí que se debía a que solo estábamos nosotros en la sala y aun no llegaban los empleados del bar.

-Quiero decirte algo.

-Dime.

-Si se te ocurre irte una vez más, te dejaré congelarte en el frío hasta que se te caiga el pelo.

Reí a carcajadas. - ¿Qué te hace pensar que te pediré perdón en el frío? Puede ser en cualquier otra estación.

Lo sentí negar con la cabeza. Su pelo haciéndome cosquillas en el cuello, acompañando a su nariz y labios que habían sido osados y se habían pegado a mi piel. –No lo creo porque... siempre estaremos juntos al llegar el invierno.

-Está bien, me acordaré de rogarte cuando caiga la lluvia más fría y corra el viento más helado del año. Pero déjame decirte algo Prem, no volveré a dejarte. Ni en verano ni en invierno.

F!N

Muchas gracias por apoyarme en mis proyectos anteriores tanto como en este.

Agradezco a tod@s por sus lindos comentarios y aprovecho para alentarlos a seguir leyendo mis libros.

¡Sigamos compartiendo el gusto por la lectura y el BounPrem Amy!

Otros libros...

1. Una respuesta (BounPrem fanfic).

2. El peligro del olvido (BounPrem fanfic).

3. Posesión Eterna (BounPrem fanfic).

4. Madrastra Joven.

5. Te odio tanto que...- Historias Cortas.

6. Apostar todo por ti (BounPrem fanfic).

7. Whispers (Blog).

8. Luces, cámara y reacción (2min fanfic).

9. Una Cita Online.

10. Winter (BounPrem fanfic).

¿Cuál es el próximo que leerás?

Nos leemos en el siguiente.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top