Capítulo 2
Las primeras semanas de clases fueron realmente molestas, tanto para los ángeles como para los demonios. Todos esos seres era de dos mundos muy diferentes y el coexistir todos juntos en un mismo espacio era una tarea muy difícil. Pero para unos pocos, muy pocos, fue algo agradable el tiempo compartido entre ellos. Taehyung era uno de esos a los que no les había molestado en lo absoluto la presencia de aquellos seres, es más, a él le resultaba interesante saber más de ellos. Su mundo era tan diferente al propio, le causaba curiosidad.
Pero había algo, o más bien alguien, que quería volver a ver.
Aquel chico con el que chocó el primer día de clases le daba curiosidad. Algo en él le llamaba la atención. Tuvo la oportunidad de verlo varias veces en los pasillos de la escuela, pero hasta el momento no ha podido intercambiar palabras con él.
Suspiró frustrado al no obtener lo que deseaba. Él era muy caprichoso a decir verdad. En ese momento se encontraba sentado en uno de las mesas de la cafetería, viendo a la distancia a aquel joven azabache. Ese chico estaba acompañado por otro chico de cabello gris, era más bajo en estatura y tenía una carita angelical, pero un cuerpo tallado por los mismos dioses del olimpo.
Ambos parecían llevarse bien, pues charlaban animadamente, cosa que era raro para Taehyung. Las pocas veces que lo había visto, se mostraba serio con todo el mundo, con una expresión de pocos amigos.
—¿Otra vez espiando a ese chico? —preguntó Yoongi, quien estaba al lado suyo, sin desviar la mirada de su lectura.
—¿Tanto se nota? —Lo miró abultando sus labios en un adorable puchero. No quería ser tan obvio.
—No, para nada —respondió su mayor con cierto sarcasmo en su voz—. Solo pareces un acosador mirándolo tan intensamente.
Taehyung sintió sus mejillas arder al oír el comentario de su Hyung. ¿En verdad parecía un acosador? ¡Pero si solo lo estaba mirando! Dios le dio esos ojitos para apreciar las cosas bellas que había creado en ese mundo, y aquel chico de cabello negro era una de esas bellezas.
—¡No soy un acosador, Hyung! —exclamó avergonzado.
—Mentir es malo, TaeTae.
—¡Hyung!
Yoongi rió divertido ante las quejas de su amigo. Le gustaba molestarlo. Eso era casi tan entretenido como dormir o leer.
Taehyung iba a reclamar una vez más por la risa de burla de Yoongi, pero algo llamó su atención antes de poder hacerlo. Los demás presentes en la cafetería comenzaron a murmurar entre sí, haciendo que un bullicio se genere en el lugar. El ángel desvió su mirada hacia la causa de tanto barullo. Sintió su corazón detenerse por una milésima de segundo al ver el porqué del asombro del de todos.
Los dos chicos que hace segundos estaba observando ahora se estaban acercando a la mesa donde él se encontraba. El chico de cabello gris iba unos pasos más adelante que el otro. A cada paso que ese chico daba se podía notar la sensualidad que se cargaba, más aún cuando estaba vestido con prendas tan ajustada a su bien formado cuerpo. Una sonrisa coqueta adornaba el rostro de ese joven y su cabello grisáceo se movía a cada paso que daba. Nadie podía negar que ese chico era realmente atractivo, cualquiera que dijese lo contrario debía ser condenado a una eternidad en el inframundo por decir una mentira de tal magnitud.
Por otro lado, el chico de detrás de él, vestía por completo de negro. Su expresión neutra daba miedo a cualquier persona que lo viese, sin embargo, eso lo hacía ver tan malditamente sexy también. Si bien no emanaba ese mismo aura sensual de su amigo, su sola imagen imponía dureza. Sus facciones definidas, su gélida mirada, su porte dominante, todo en él daba miedo, pero era tan atrayente al mismo tiempo.
—Hola, niño bonito —saludó el más bajo al llegar donde ellos, pero específicamente viendo a Taehyung.
—H-Hola —respondió él con las mejillas encendidas. Le daba vergüenza los alagos—. ¿P-Puedo ayudarte en algo?
—Aww, ¡es tan lindo! —exclamó el peligris con una radiante sonrisa—. Sí. Quiero que me respondas algo. —Taehyung frunció el ceño al encontrarte confundido.
—¿Qué cosa?
—¿Por qué espías a mí Jungkookie? —preguntó directo, aún con su sonrisa intacta.
—¿Q-Qué? —Su rostro pasó por todas las tonalidades de rojo en ese momento. ¡¿En verdad soy tan obvio?! Se sentía tan avergonzado en ese momento que quería que la tierra se abriera y se lo tragara—. Y-Yo no l-lo estoy espiando. —Intenta excusarse.
—¿Ah no? ¿Seguro? —Taehyung asintió—. Pues mí querido amigo siente tu mirada en todo momento, bombom —dijo el chico con un deje de diversión en sus palabras.
—Ya, Jimin, deja de molestar y vamonos. —Se quejó Jungkook.
Taehyung sintió su corazón acelerarse al oír la hermosa voz de ese chico llamado Jungkook. Tal vez el que lo haya estado espiando por tanto tiempo no había sido tan mala idea.
—No estoy molestando —se defendió cruzándose de brazos—. Solo le estoy preguntando algo.
—Algo que a ti no debería importarte —rebatió él. Jimin rodó los ojos al oírlo.
—Cállate. —Suspiró levemente y volvió a sonreírle a Taehyung— ¿Cómo te llamas y que raza eres, hermosura?
—K-Kim Taehyung, soy ángel novato, ¿y tú?
—Mucho gusto, Tae, soy Park Jimin, un incubo —respondió sonriente—. Y él es mi mejor amigo, Jeon Jungkook —dijo señalando al chico a su lado. Jungkook movió la cabeza en forma de saludo.
—Mucho gusto, Jimin. —Taehyung sonrió— Él es mi mejor amigo, Min Yoongi.
Jimin miró al joven sentado a un lado de Tae, notando que este parecía estar más interesado en la lectura que en la conversación que ellos mantenían. Parecía estar en su propio mundo, tan sumergido en las palabras escritas en esas paginas de ese libro con aspecto viejo que parecía que ni un terremoto lo haría alejarse de su lectura.
Jimin sonrió coqueto y rodeo la mesa que los separaba. Al estar al lado de Yoongi, se sentó sobre la mesa apoyando sus pies sobre el banco. El arcángel ni siquiera se inmutó por su presencia, algo que le parecía curioso, pues generalmente volteaban todos para verlo y apreciar su belleza que sabía que tenía.
—Yoongi Hyung, no sea maleducado y salude. —Regañó Taehyung.
El mencionado suspiró ligeramente y levantó la mirada del libro tan interesante que estaba leyendo, centrándose por primera vez en los chicos casi recién llegados. Lo primero que llamó la atención de Yoongi fue el chico que estaba a un lado suyo, que no se dio cuenta en qué momento llegó ahí.
—Hola —saludó con su típico tono de voz aburrido.
—Hola, cariño.
—No me llames así —dijo Yoongi con una mueca.
—¿Por qué no? Suena lindo. —Abultó sus labios en un adorable mohín a modo de queja.
—Si tú lo dices —dijo y luego se levantó de su lugar—. Nos vemos luego, Tae. —Se despidió y sin más, comenzó a caminar hacia la salida.
A Jimin le dio curiosidad la reacción de Yoongi, era la primera vez en su larga vida que alguien lo rechazaba, aun que sea de manera indirecta. Ciertamente le dolía en el ego que eso sucediera, pero también le causaba cierto grado de diversión. Algo en él llamaba su atención, tanto que Jimin sentía que comenzaba a nacer en su interior una necesidad de hacer caer a ese chico a sus pies.
Una sonrisa ladina apareció en su hermoso rostro ante esa idea, solo necesitaba algo más para tomar una decisión.
—Jungkookie —llamó a su amigo, quien ya se encontraba sentado en el banco. Este lo miró—, ya regreso. Si no llego clases, cubreme.
—Está bien.
Jimin se bajó de la mesa y comenzó a caminar por el mismo camino por donde Yoongi se había ido con la meta de alcanzarlo.
Por otro lado, Taehyung se encontraba nervioso ante la presencia de Jungkook. No iba a negar que ese era el momento que había esperado desde aquel primer choque entre ambos, pero no podía evitar sentirse nervioso al estar a solas con el demonio, más aún cuando sus propios compañeros estaban mirándolos.
—¿Estás bien? —preguntó Jungkook de la nada. Taehyung lo miró sin entender.
—Sí, ¿por qué?
—Tu rostro está rojo.
—¿Q-Qué? —Tocó su rostro y efectivamente sentía su piel levemente más caliente.
—Nunca vi a un ángel con el rostro rojo —comentó Jungkook con burla.
—L-Lo siento... es que estoy algo nervioso —confesó Tae con la mirada gacha, jugando con sus dedos por debajo de la mesa.
—¿Por qué? Yo no muerdo.
—Me han dicho que sí.
—Se dice muchas cosas de nosotros, y la mayoría no son ciertas. —Taehyung frunció el ceño ante ese comentario.
—¿Y cómo saber que lo que tú dices no es falso? —preguntó el ángel con los ojitos entrecerrados, como desconfiando de las palabras de Jungkook, pero sin hacerlo en realidad.
—¿Y cómo saber que lo que ellos dicen no lo es? —rebatió el azabache.
Taehyung quiso tener una respuesta ante esa incógnita, sin embargo no supo qué decir, ya que tampoco estaba seguro de que si todo lo que sus superiores alguna vez le dijeron era totalmente cierto. Al fin y al cabo, nadie aparte de Dios sabía todo lo del mundo y cómo era cada ser viviente.
—No sé la verdad. —Aceptó rendido— En fin, ¿de qué raza eres? —preguntó para cambiar de tema.
—Soy un cambión.
—¿Qué es eso?
—Lo que soy yo.
—¡Sabes a lo que me refiero! —Se quejó cruzándose de brazos.
—Amm, nop.
—Yo no sé lo que es un cambión.
—Lo que yo soy. —Repitió con burla, causando que Taehyung se molestara.
—Eres desesperante.
—Gracias, tengo un don. —Sonrió. Taehyung frunció el ceño, por un momento sintió el deseo de golpear a ese chico por lo desesperante que era— Ya, no te enojes. ¿Qué quieres saber?
—¿Cómo nacen los de tu especie? —preguntó de inmediato, inclinándose ligeramente hacia adelante.
—Nacemos de una mujer humana o de un padre humano.
—¿En verdad? ¿Y por qué los consideran demonios si hasta parecen humanos? —Volvió a preguntar, sintiéndose más curioso.
—Porque nuestro otro progenitor es un íncubo o un súcubo.
—¿Y tú tienes un padre íncubo o una madre súcubo?
—¿Sabes que eres bastante molesto con tu preguntas?
—Tú me diste la oportunidad de preguntar. —Jungkook suspiró.
—Bien. Mi padre es un íncubo y mamá una mujer humana.
—¡¿En serio?! ¡Es fascinante! —exclamó emocionado—. ¿Viviste en el mundo de los humanos? ¿Cómo son? ¿Qué hacen? ¿Son igual de raros y geniales a como los veo desde el cielo? —preguntó con gran rapidez, tanto que llegó a marear a Jungkook.
—Amm, son unos seres odiosos, repulsivos y egoístas por naturaleza. Solo mienten, traicionan, engañan, lastiman y se preocupan solamente por su vida. Nunca ven más allá que sus propias necesidades y no suelen preocuparte por nadie más que ellos mismos. Y sí, desgraciadamente viví con en ese asqueroso mundo durante mi infancia. —Cada palabra que salía de su boca, se podía notar que era con completo desagrado, parecía tener cierta ira hacia esos seres que Taehyung tanto amaba.
—¿Por qué hablas así de ellos? Son una especie increíble.
—Tengo mis razones.
—¿Tan malo fue tu experiencia? —preguntó con cierta tristeza. A él nunca le parecieron personas malvadas, siempre los veía tan sonrientes y siendo tan dulces los unos con los otros que le parecía demasiado extraño las palabras de Jungkook.
Antes de que Jungkook pudiera responder, el llamado de otro demonio lo interrumpio.
—¡Jungkook! —llamó aquella persona. El nombrado volteó a verlo, al igual que Taehyung— ¡¿Qué diablos haces ahí?! ¡Ven aquí!
Jungkook rodó los ojos ante la orden de su amigo, aveces era demasiado molesto. Volvió su mirada a Taehyung, quien se mantenía a la espera de su respuesta.
—Lo siento, ya debo irme. —Se levantó de su lugar— Espero poder charlar contigo en otra oportunidad.
—Digo lo mismo. —Sonrió ligeramente— Eres interesante.
—Jamás creí que escucharía eso de un ángel. —Soltó una pequeña risita— Eres raro.
—Sí, me lo han dicho. —Acompañó con la risa.
Jungkook le sonrió una última vez y se volteó para irse con su amigo.
Taehyung se quedó viendo en dirección por donde Jungkook se había ido. Ahora tenía más interés en él que antes, no parecía ser alguien malo ni mucho menos alguien peligroso. Si bien siempre le dijeron que el diablo tiene cara bonita, Jungkook tenía cierta aura que le daba esa seguridad de saber que no iba a dañarlo. Pero ahora no solo tenía curiosidad de saber qué era Jungkook, ahora quería saber qué le había pasado para tener esos pensamientos, cómo había sido su infancia, cómo había llegado al infierno.
Aparte, no iba a negar que le había caído bien, a pesar de ser alguien muy desesperante y con un don para hacerte molestar. Él realmente deseaba volver a compartir otro momento con ese chico.
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Yoongi se encontraba sacando las cosas de su casillero, casillero que estaba lleno de libros muy interesantes para él. A lo largo del tiempo, Yoongi desarrolló un gusto por la lectura, amaba perderse entre las palabras escritas por antiguos escritores de la raza humana. Luego de acomodar los libros y las demás cosas que había ahí, cerró la puerta del casillero, encontrándose con el hermoso rostro del chico peligris que había visto en el comedor.
—¿Puedo ayudarte en algo? —preguntó Yoongi con una expresión neutra.
Jimin le sonrió.
—De hecho sí —respondió dando un paso más hacia Yoongi—. Necesito averiguar algo. —Sus dedos atraparon uno de los botones de la camisa del arcángel, comenzando a jugar con él, pero sin despegar los ojos de los de Yoongi.
Si había algo que no le gustaba a Yoongi, era que se le acercaran tanto a su persona, y el descaro de ese chico que parecía no saber qué era el espacio personal le molestaba mucho.
Tomó con delicadeza la mano de Jimin, que al lado de las propias eran muy chiquitas, y la alejó de su ropa.
—Pues lamento decirte que no puedo ayudarte en este momento. Tengo cosas más importantes que hacer.
Yoongi se alejó de Jimin y siguió su caminó hacia el salón de clases. Jimin se quedó apoyado contra los casilleros, mirando en dirección por donde Min se había ido.
—Descuida, ya me has ayudado —dijo en un susurro—. Te haré caer a mis pies, Min Yoongi. —Sonrió arrogante.
Oh sí, Min iba a ser su próxima conquista.
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Abefinwfaef no sé a ustedes, pero a mi el YoonMin ya me re copó 7w7
En fin, espero que les haya gustado :D
Nos vemos en el próximo capítulo ><
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