Capítulo 1
Estaba realmente emocionado, al fin iba a asistir a la academia para ángeles, ¡estaba ansioso por llegar! Él junto a cientos de otros ángeles finalmente bajarían a la tierra, ese lugar donde vivían los humanos. Él nunca había bajado a la Tierra, solo podía espiarlos desde arriba, y todo lo que había visto hasta el momento le había gustado mucho.
Todos los ángeles que iban a ir a la academia se encontraban parados frente a la gran reja de oro, la cual era la que daba el paso para que las almas de personas difuntas ingresaran al cielo. Taehyung se encontraba ansioso por pasar al otro lado, quería ver de cerca a los humanos, aunque físicamente eran casi iguales, ellos tenían otros comportamientos y estilos de vida. Pero eso daba igual, él quería conocer todo lo que hacían, el porqué de sus acciones y emociones, cómo haría para cuidarlos, qué se sentiría estar cerca de ellos. Su imaginación ya estaba volando, creando miles de escenas donde él y los humanos compartían muchos momentos juntos, aunque estaba idealizando demasiado, puesto a que los mortales no podían verlos, era algo que estaba prohibido. Aún así, él seguía emocionado.
Frente a la gran puerta, apareció un dominio o señorío, los de su clase son el cuarto de los nueve coros angelicales dentro de la segunda jerarquía de ángeles. Tienen la tarea de regular los deberes de ángeles inferiores y solo reciben órdenes de los serafines, los querubines, o hasta de Dios. Son los responsables de asegurar que el universo mantenga su orden.
—Antes de cruzar la puerta deben saber esto. —Comenzó diciendo aquél dominio— Nuestra institución será compartida con seres del infierno, por lo tanto, debo pedirles que se cuiden e intenten no confiar en ellos. No podemos pedirles que no se acerquen a ellos o no socialicen puesto a que el fin de la academia es que se lleven bien, sin embargo, sí puedo pedirles que se cuiden mucho —concluyó.
Una vez el dominio acabó de hablar, las puertas se abrieron por fin. En primera impresión, se veía como el resto del cielo, lleno de nubes y sin poder ver abajo. De a poco, el grupo de ángeles comenzaron a caminar hacia delante y al pasar cierta área, sus cuerpos desaparecían.
Taehyung se sentía más nervioso a cada paso que daba, si bien era cierto que quería bajar a la tierra más que nada en el mundo, el miedo y la inseguridad aún se encontraban dentro de su ser. Sentía miedo de no llegar a ser un ángel, de no cumplir su meta de cuidar a los humanos. Pero él haría todo a su alcance para poder cumplir su más anhelado sueño.
Cuando pasó la barrera, un destello de luz cegó sus ojos por un segundo y de un momento a otro había llegado a la tierra en forma de rayo. Sus ojos tardaron largos segundos en acostumbrarse a tantos colores, pues en el cielo, el blanco predominaba en todo el lugar.
Ellos se encontraban en medio de la nada, sumamente alejados de cualquier rastro de vida humana. Lo que menos querían es que un humano curioso-chismoso-que anduviese vagando por los alrededores, por eso mismo buscaron un lugar muy apartado de cualquier rastro de civilización. El edificio abarcaba gran parte de terreno, pues constaba de varios pisos con salones, biblioteca, cafetería, áreas de practica y dormitorios, aparte de un espacio al aire libre para que pudiesen disfrutar sus horas libres. El edificio estaba pintado de blanco y negro, dándole una tonalidad clara pero un tanto opaca, ¿por qué estaba así? Los demonios no pueden vivir en un ambiente muy luminoso, pues podía dañarlos, mientras que los ángeles no podían vivir en lugares oscuros ya que sus alas podían pudrirse. Por esto mismo, se buscó una forma de que hubiese una igualdad para así todos estar fuera de peligro.
Los ángeles estaban a punto de entrar al edificio pero un pequeño sismo hizo que todos detuvieran sus pasos y fijaran sus ojos en el suelo que comenzaba a agrietarse a unos metros de ellos. Cuando el suelo fue abierto por completo, la tierra dejó de temblar y del agujero comenzaron a salir diferentes tipos de demonios, algunos más grotescos que otros. Sin embargo, muchos de ellos tenían una apariencia humana, así como los ángeles.
De entre todos ellos, apareció un hombre realmente hermoso, de estatura promedio, cabello castaño, cuerpo prominente y un rostro tallado por los mismos dioses del inframundo. Cualquier persona podría caer rendida a sus pies, incluso si con ellos se comete un pecado, valía la pena tan solo respirar el mismo aire de aquel hermoso ser.
El hombre se posicionó delante de todos los seres que salieron del agujero y los miró con una sonrisa, una que podía enamorar a cualquiera que lo viese.
—He aquí, jóvenes, donde de ahora en más pasarán sus días. —Comenzó diciendo. Su voz era melodiosa y ciertamente encantadora al oírlo.— Desgraciadamente, no puedo acompañarlos más allá de las puertas, pero simplemente les pediré que se porten bien y no cometan ninguna locura. Al menos no en el primer mes.
—¿Qué clase de pedido es ese? —habló el dominio, quien los había acompañado.
—Uno muy fácil de cumplir, mi señor —respondió el hombre fijando su mirada en el ángel—. Usted debe ser Jung Soo, ¿no es así? —El aludido asintió ligeramente.— Mucho gusto, mi nombre es Kim Seok Jin. —Se presentó haciendo una reverencia.
Jung Soo copió su acción solo por simple cortesía, porque si por él fuera, jamás se atrevería a hacer tal cosa con uno de su clase. Él no toleraba a los seres de su clase.
Jin se volteó nuevamente hacia los demás demonios, sonriéndoles una vez más.
—Estarán seguros aquí, chicos. Habrán troles custodiando los alrededores para que no haya ningún problema ni mucho menos que ustedes estén en peligro. Si algo llega a suceder, pueden acudir a ellos, ellos están para protegerlos a ustedes.
—Ustedes también están a salvo —dijo Jung Soo viendo a los ángeles—. Habrán arcángeles cuidando los alrededores las veinticuatro horas. Ellos los ayudarán si surge algún problema.
Antes de que alguien pudiese decir alguna palabra, un murciélago y una paloma aparecieron de la nada y se acercaron cada quien a Jung Soo y Seok Jin. Ambos venían con un mensaje.
—Bien niños, debo irme —dijo Jin al terminar de leer el mensaje—. Disfruten su estadía y aprendan mucho.
—Yo también debo retirarme. Por favor, no olviden lo que les dije.
Sin más, Soo desapareció en forma de rayo y Seok Jin bajó nuevamente al mundo de las tinieblas.
De la nada, dos esferas de gas aparecieron frente a todos los presentes. Las dos flotaban en el aire una al lado de la otra, como si estuviesen danzando juntas, pero al tocar el suelo ambas se materializaron en dos hermosas mujeres.
De la esfera blanca, una joven de cabello rubio apareció acompañada de una radiante luz, una que llegó a cegar momentáneamente a los seres de la oscuridad. La joven rubia, iba vestida con una túnica blanca, una tiara de oro reposaba en su cabeza y un collar con un dije de un corazón partido a la mitad adornaba su cuello.
Por otro lado, de la esfera negra, una joven de cabello tan oscuro como la noche apareció junto con las llamas del infierno. Al contrario de la otra chica, ella iba vestida con una túnica negra, una tiara de cuarzo negro en su cabeza y el collar con la otra parte del corazón de la otra joven.
Ambas eran muy parecidas, pero muy diferentes a la vez.
—¡Muy buenas tardes y sean todos bienvenidos a la academia Wings! —gritó eufórica la chica de blanco— Yo soy Vida y ella es mi hermana, Muerte, pero preferimos que nos llamen Mina y Nayeon. —Sonrió.— Síganos, por favor, nosotras les mostraremos todo el lugar.
Las hermanas se adentraron al establecimiento, siendo seguidas por los demás jóvenes. Vida y Muerte encabezaban a la multitud, Vida iba hablando y explicando qué era cada lugar que visitaban, mientras que su hermana iba en silencio a su lado. Todos los recién llegados se encontraban asombrados por lo increíble que era el interior del edificio. Los pisos y paredes eran de mármol, las puertas y ventanas tenían una decoración de oro en los bordes, haciéndolas ver realmente finas y delicadas, de los techos colgaban candelabros antiguos que no iluminaban mucho, pero las antorchas que estaban en las paredes.
El lugar era increíble y ciertamente espacioso, aparte de ser acogedor para ambas especies.
—Y aquí se dividen sus dormitorios —dijo Vida con una gran sonrisa al llegar a un salón con dos puertas—. La puerta negra es para los demonios y la blanca de los ángeles. Está prohibido que un ángel cruce a los dormitorios de los demonio y viceversa. Si llegan a hacerlo, Nayeon se enojará y los hará sufrir, ella no es nada bonita cuando se enoja —se quejó haciendo un tierno puchero—. En fin, nosotras debemos irnos. Mañana comenzarán con sus clases, por lo tanto, hoy pueden explorar el lugar o conocerse o estar en su habitación. Pueden hacer lo que deseen menos salir, está prohibido que se alejen mucho de la academia. Los guardias están avisados y no dudaran en atacar a cualquiera que desobedezca las ordenes de mi señor.
—¿Por qué está prohibido? —preguntó uno de los ángeles.
—No tengo idea, yo solo cumplo con las ordenes que me dio mi señor —respondió ella con simpleza—. En fin, nos retiramos. ¡Adiós!
Dicho esto, ambas volvieron a transformarse en aquellas esferas de sombra y luz, y así como aparecieron, desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos.
De a poco, los presentes comenzaron a dispersarse. Taehyung, al igual que los demás, decidió explorar el lugar y visitar las áreas donde Vida y Muerte no los habían llevado. Con esa idea en mente, Taehyung comenzó a caminar sin un rumbo en especifico, apreciando los bellos detalles que tenían las paredes.
Cuando llegó al gran comedor, notó que los grupos de ángeles y demonios estaban muy separados los unos de los otros y solo se miraban desde lejos. A Taehyung le daba curiosidad saber más de esos seres, pues nunca se había acercado a uno de ellos porque lo tenían prohibido estando en el cielo. Pero también sentía miedo de que le hicieran algo, siempre le habían advertido que los demonios podían hacerle mucho daño con solo dedicarle una mirada. No sabía si era verdad o mentira, pero prefería no arriesgarse.
Pasó de largo del grupo de demonios y se acercó al grupo donde estaban los demás de su clase. Él no tenía muchos amigos, pues la gran parte del día se la pasaba viendo a los humanos e imaginando un futuro donde él estuviese cuidando a uno de ellos.
En una mesa alejada, se encontraba su único y mejor amigo. Un joven de cabello negro, piel pálida, estatura un poco baja y personalidad seria, demasiada para ser un ángel. El chico estaba sentado en el banco frente a un libro que estaba leyendo. Con una gran sonrisa en su rostro se acercó a ese chico y lo abrazó por la espalda, haciendo que gran parte de su peso cayera sobre él.
—¡Hola, Yoongi Hyung! —dijo, o más bien gritó, en el oído del nombrado.
—¿Puedes salir de encima? Pesas mucho —se quejó el azabache intentado sacarlo de encima.
—Mhm, nop.
—Quítate.
Riendo ligeramente, Taehyung se alejó y se sentó a su lado.
—¿Qué hacía, Hyung? —preguntó con una sonrisita.
—¿No es muy obvio? —Alsó el libro que tenía en sus manos, diciendo de forma sarcástica lo que hacia.— ¿Tú qué haces? Creí que te quedarías en las habitaciones —preguntó volviendo a su lectura, pero poniendo atención a lo que su amigo le decía.
—Síp, pero me aburrí y quise ver por mi mismo el lugar. ¿No quiere venir conmigo? —preguntó con emoción, algo muy típico de su personalidad entusiasta.
—Nha, prefiero quedarme aquí. Es más tranquilo.
—¡Por favor, Hyung! —suplicó formando un puchero en sus labios y viendo con ojitos de cachorro a su Hyung—. Me siento solito.
—¿Por qué no le preguntas a alguno de aquellos? —Señaló al grupo de ángeles que charlaban animadamente en una de las mesas más alejadas de la de ellos—. Parecen agradables.
—Pero yo quiero que usted me acompañe.
Yoongi lo miró por unos segundos y luego suspiró ligeramente. Aveces llegaba odiar a su amigo.
—Bien, vayamos.
—¡Sí! Gracias, Hyung. —Sonrió emocionado y se levantó de su lugar, seguido del más bajo.
Los dos amigos comenzaron a recorrer los pasillos de la academia, charlando de cómo serían las clases y cómo afectaría la llegada de los demonios en su vida. A Yoongi no le importaba mucho eso, su única meta era convertirse en un arcángel y ser parte del ejercito de Miguel, el jefe del ejercito celestial. Los arcángeles son uno de los siete coros de la jerarquía de los ángeles, para ser más específicos los penúltimos de la lista, siendo los ángeles comunes los últimos.
Ellos iban charlando con tranquilidad cuando doblaron en un pasillo, Taehyung chocó contra algo, o más bien alguien, y estuvo a punto de caer al suelo, pero su cintura fue rodeada por un fuerte brazo que evito que se cayera. Taehyung levantó su mirada, encontrándose con un hermoso chico de cabello negro, ojos rojos y facciones bien definidas. Las mejillas de Taehyung comenzaron a calentarse al tener tan cerca a ese apuesto joven que lo miraba tan serio.
—D-Disculpa, n-no me fijé que venías —se disculpó tomando distancia del chico.
Este solo lo ignoró y pasó de largo de ellos.
—¿Estás bien, Tae? —preguntó Yoongi.
Él asintió ligeramente y desvió la mirada en la dirección donde aquel chico se había ido. Sabía bien que él no era un ángel, era la primera vez que estaba tan cerca de un demonio y se sorprendía de que alguien así fuera tan guapo.
—Tae, ¿vienes?
—¿Eh? ¡Ah, sí! —dijo y se acercó a su amigo para seguir con su camino.
****************
Más de 2mil palabras :'3 esto no pasa seguido ;w;
Espero les haya gustado :3
Denle musho lof al fic que eso me incita a seguir escribiendo :3
En fin, nos vemos :3~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top