49) Escalones
Atención, hemos entrado a la etapa final de este grandioso fanfic, faltan pocos capítulos para el gran final, así que sostenganse bien de su asiento, y disfruten cada uno uwu.
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—Muy bien—dijo John Lennon frente a todos—, entonces, será así.
Era una reunión improvisada que habían tenido ambas coaliciones, el asunto sobre la muerte de George Harrison, y como se tomaría venganza respecto a la muerte de los hijos McCartney.
—Esto es por George. Así que es un trabajo que nosotros debemos hacer—dictó Ringo autoritario.
—Específica "nosotros"—pidió Denny.
—John, Paul y yo... A los que alguna vez nos llamaron B-E-A-T-L-E-S.
—Me parece ideal, nosotros somos los encargados de tal labor—apoyó Paul—, un nuevo proyecto.
—Así es, y no debemos fallar.
—Está dicho, pues. En la noche de mañana, morirá esa perra—dijo Ringo más molesto.
Paul fue quién tomó el volante de aquella camioneta hurtada desde hace tiempo. Ringo fue el copiloto y John en la parte de atrás. Partieron a primera hora de la mañana, dispuestos a cumplir su labor como soldados.
Era vital que estuvieran lo más temprano posible, pues debían estar muy atentos para cuando llegara Pang. El estacionamiento estaba casi vacío, usaban unos binoculares que les permitían ver con fluidez y detenimiento.
Ahí vieron como cada trabajador llegaba a su lugar, también miraron a Jane Asher y Maureen Cox. Pero su objetivo era otra persona.
Paul tenía dudas y no podía creer que Asher no hubiera estado inmiscuida en nada, era algo que no aceptaba. Pero no tenía ningún argumento para matarla.
—Ahí está—dijo John.
Los tres fijaron su vista a la mujer que salía de un automóvil gris y de último modelo. Era ella, la mujer que disparó a George y mató frívolamente a unos inocentes niños.
—¿Recordaron el coche? Bien, estaré más cerca.
Paul condujo y se puso muy cerca del auto de May, obvio no entró al estacionamiento, pero si tenía una justa manera de seguirla. Esperaron largas horas hasta la noche, donde todos los trabajadores salían de su rutina.
Así que habían gastado buen dinero de John para viáticos que los hicieron sobrevivir durante la larga jornada.
—"Macca"—dijo Ringo mientras bebía un café. John estaba dormido.
—¿Qué?—preguntó Paul mientras cambiaba las estaciones de la radio
—¿Me dejas conducir?
—¿Eh? No comprendí...
—Quiero ser yo quien conduzca y provocar la muerta a esa maldita. Por George...
—Pero, si tú no tienes fuerza suficiente—sacó unas papas de la bolsa.
—Tengo una rabia incontrolable que corre por mis venas. Esa rabia hará que pise más fuerte, mientras recordaré a mi buen amigo...
—Ringo, eso me parece increíble. De acuerdo, cambiemos de asiento.
Rápidamente, salieron de sus respectivos lugares y se pusieron en el contrario a donde estaban.
—Muy bien, sigue la camioneta ahí. Seguiremos esperando.
Así continuó la larga espera de seguir a alguien. Muchas veces, Paul dijo que sería mejor hacerla confesar sus crímenes. Pero Ringo Starr era una máquina imparable de destrucción, sostenía el volante y sus ojos azules clavaron su vista al frente, esperando enardecido el momento de atacar.
—Mientras tenga una muerte más violenta, más feliz seré —decía sin parar.
Poco a poco, los trabajadores fueron por sus automóviles y salieron de las oficinas de la Scotland Yard, Jane se marchó rápido, al igual que Maureen, pero se fueron separadas.
Pero May fue una de las últimas en salir, cuando Ringo la vio, sus sentidos reaccionaron al instante, tomó el volante con firmeza. Parecía un toro furioso, dispuesto a atacar.
—Ahí está.
—Ringo—Paul lo detuvo del brazo—, sé que estás enojado. Pero piensa antes de atacar, no actúes bajo impulso. Primero, síguela lento, no sabemos ni en donde atacar.
—De acuerdo—Ringo tragó saliva y se dispuso a conducir tranquila y lentamente.
—John, es hora—dijo Paul y lo despertó con su fuerte voz.
—Ya oí—se puso sus lentes—, vamos.
Y así fue, siguieron aquel coche de May, nadie perdió el rumbo ni desconcentraron sus ojos de ahí. Era todo tan preciso y perfecto, dedujeron que May tomaría la gran avenida.
—Tengo un plan.
Ringo dejó de seguirla y tomó otra ruta que lo llevaría al primer semáforo. Paul ya ni quería decirle nada, pero John insistía en que no hiciera locuras. Pero Starr no escuchaba de razones, seguía con un sólo y práctico objetivo. Se metió por las calles londinenses y llevaba a la par el tiempo en que May tardaba para llegar al siguiente semáforo.
Era una precisión que Starr jamás había tenido, así que era impresionante. Ya eran la una de la mañana, no había tráfico ni tránsito en las solitarias calles.
La cosa fue así: May iba del lado horizontal de la gran avenida, esperó el tiempo respectivo en que el semáforo cambiaba de luz. Justo cuando llegó a la verde, se dispuso a continuar con su camino.
Pero del lado horizontal, un irrespetuoso coche no acató el semáforo de no pasar. Era Ringo al volante, cuando vio aquel coche gris pasando, no dudó en acelerar con todas sus fuerzas. Paul y John se sostuvieron muy bien de sus asientos, la gran camioneta de los Ex Beatles alcanzó una gran e imponente velocidad. Era majestuoso, y fue tanto el cálculo de Ringo, que hasta sabía el momento justo en el que May iba a pasar.
Así que la gran camioneta llegó del lado derecho del conductor, Ringo hizo que dicho transporte le pegara con una fuerza sorprendente, tanto así, que el pequeño coche gris de May terminó rodando por toda la avenida y volcado hasta la banqueta, impactando a un poste de luz.
Pero no era suficiente para el dolido Starr, todavía que el coche de May quedó prácticamente destruido, él siguió chocando contra aquella carcasa. Durante todo el recorrido, no dejó de gritar y hacer sonidos respectivos, seguía haciéndolo a pesar de ver que el coche de May estaba casi en llamas, Paul y John tuvieron que detenerlo.
—¡Vengué a mi George con una pequeña ayuda de mis amigos!—exclamó al final.
—Ya, ya... Vámonos —dijo Paul.
Luego de ver su feroz acción cometida y de comprobar que sí era el automóvil de May con ella dentro, pudieron retirarse, pero Paul fue quién condujo de regreso a Tittenhurst Park, pues Ringo estaba tan dolido que se la pasó llorando todo el camino.
(...)
Y en la mañana del día siguiente...
—Señora Asher, en la madrugada, la patrona Pang tuvo un accidente—notificaron tres policías a primera hora—. Y murió al instante.
Jane tuvo que contenerse para no estallar de la risa.
—¿Saben las razones?—preguntó con el estómago apretado.
—Un accidente vial, pero no se sabe nada de el auto que la impactó.
—Uff, que triste...
Los policías se extrañaron por ver está actitud tan indiferente de Asher. Eran Jimmi Nicol, Allistar Taylor y Derek Taylor.
—Jane—entró Maureen.
—Ahora si nos permiten, tenemos asuntos que atender.
—P-pero, señora Asher. ¿Es lo único que piensa decir o hacer respecto a la muerte de su compañera May?—preguntó Jimmi indignado.
—Sí, y vayan a contarle a alguien que le importe—dijo en burla.
Ellos reaccionaron muy enojados y escépticos sobre la actitud de Jane, pero ninguno de los presentes tuvo duda de que aquella malvada y autoritaria patrona había regresado, y más desgraciada que antes. Así que se retiraron sin decir más.
—Estás muy triste, ¿verdad?—preguntó Maureen con sarcasmo e ironía.
—Ah... May murió en un "misterioso accidente", que triste...—dijo Asher con una evidente sonrisa.
—¿Crees que fue provocado?
—Tal vez.
—Yo no—dijo Maureen y se sentó en la silla frente a la mesa.
—¿Por qué lo dices?
—Revisé algunos papeles en la oficina de May—Maureen puso su gran bolso sobre sus muslos y sacó lo mencionado—, y ella tenía una especie de " diario". No, mejor dicho, notas escritas al azar, donde destacaba el beneficio de ser anónima para Londres. Pues los Wings no sabían nada sobre ella, así que... Es extraño pensar que fue algo planificado, ni Wings ni la Plastic Ono Band no sabían nada, hasta la televisión desconoce la figura de Pang. Y no creo que Ruth haya hablado con Paul.
Semejante deducción obvia de Maureen fue suficiente para desmantelar subliminalmente su plan, pero Cox no tenía ni idea. Sólo una ligera aproximación de lo que podía tratar, pero no había hecho el intento de pensar más distintiva. Pero con semejante carcajada llena de maldad que emuló Jane la hizo entender todo.
—¡JA, JA, JA, JA!—seguía riendo.
—Basta Asher, ¡explícate de una buena vez!
—Bien, bien... Te lo diré todo en una simple frase: "Usé a Los Wings como escalones para deshacerme de May."
—¿Qué?, ¿qué quieres decir?
—Uff, todo fue planeado desde que vi el ataúd de mi hermano Peter—detalló mientras caminaba por toda la oficina—. Viendo el féretro y textura del santo reposo de mi hermano, y pensé: "¿Cómo puedo quitarme a May de encima?". Mejor dicho:
"¿Cómo puedo usar a los Wings para que ellos lo hagan por mí?
Así que supe que hay una persona que era libre de todas esas mierdas; era George, un alma tan buena y pura sólo sirve para ser utilizada. Así que sólo le dije la verdad, de que May había asesinado a los hijos McCartney, y mostré las pruebas. También le dije que May no haría nada para dar justicia a los niños, pues ella era la responsable. Dejaría este caso así, vacío y sin más.
Entonces, incité a George a reclamar y pedir justicia, culpando directamente a May. Harrison era un tipo aferrado y siempre apostaba por todo. No fue difícil convencerlo de que lo hiciera. Pero él no era tonto, no, no. Me preguntó si podía haber consecuencias por retar y enfrentar a May de semejante manera, pero yo le dije que no. Usé un buen argumento, algo que parecía obvio, ningún policía sería capaz de matar a alguien adentro de Scotland Yard.
A menos de que ya tuviera algo planeado, y que fuera esa desquiciada de Pang.
Desde que la vi por primera vez, supe que tenía distintas cosas que me serían de utilidad, de alguna u otra manera. Pude ver que es nerviosa, por lo tanto, escondía su debilidad con sus aires de tirana baratos.
Lo supe desde su primera frase:
"Lo siento. Pero no estoy acostumbrada a recibir órdenes."
Eso no fue una ofensa, fue una risa. Una verdadera líder como yo, o como lo que May queda aparentar ser, no muestra semejante frase para fingir arrogancia. Los de mi tipo son más inteligentes.
Así que esa fue mi primera pista, luego, debía comprobarla, debía darle lo que tanto quería: atención. Y lo aproveché.
Después, la examiné minuciosamente. Portaba un cinturón con dos pistolas, pero sólo saca la de su lado derecho, o sea, aquella que muestra a todos. La otra es la que mantiene oculta de todos, o sea, es la que utilizaría en caso de emergencia.
Una persona ansiosa en una situación de dominación y mandato se ve en peligro, suele hacer las peores cosas. Así que recibir la lluvia de verdades dichas por George la podrían poner en un estado emocional terrible. Por eso, pedí que pusieras la cámara, quería captar ese momento.
Nadie se fijaría en un simple cuadro de la Mona Lisa, y te puse un sinfín de pretextos para que me ayudaras, los cuales no recuerdo.
Llegó el momento, persuadí de mil maneras a Harrison para que fuera y enfrentara a May sin usar mi nombre. Lo convencí, fue espectacular y magnífico.
Y tal como lo supuse, pasó. May disparó a George, sacó la pistola que reserva del lado izquierdo y la puso sobre Harrison, diciéndonos su cuento de que él había sido el perpetrador. ¡Era tan obvio! Es el único pretexto que tenemos los policías para matar a gusto.
Una vez que mató a Harrison, ya no tenía miedo. Casi me mata, pero mis palabras la hicieron convencer de que yo no tuve nada que ver, fue fácil. Y todos creímos su versión, fue la que pasaron en la televisión, y que los Wings creyeron también.
Entonces, revisé la cámara y... ¡Bingo! Ahí estaba todo lo que necesitaba, salió mejor de lo que esperé. Se filmó el momento exacto en donde May asesinó a George y confiesa que mató a los hijos de Paul.
Fui a la mansión de Tittenhurst Park, pero antes, revisé con unos binoculares, viendo por un árbol, la posición en que estaban todos. Comprenderás que no podía tocar la puerta si Linda estaba más cerca de abrir, ellos no tienen sirvientas, así que el más cercano, sería él que atendería.
John Lennon es un imbécil, un rudo con mente de niño al que se puede manipular. Así que esperé tranquilamente hasta que él estuviera cerca de la puerta, ya lo he mangoneado a mí gusto. Y lo volví a hacer.
Esta vez sí se puso rudo, pero yo demostré ser mejor, pues saqué el tema de Harrison, y les dije sobre la existencia de May, como única creadora e interesada en capturarlos.
Él vio lo captado por las cámaras, y le pedí que no dijera que era yo. Obedeció, y me notificó que matarían a May por George y los hijos de Paul. Supuse que lo harían, pero no por Linda o Paul, sino por George.
Ringo lo quería y estimaba mucho, así que él no dejaría pasar eso desapercibido e impune, no, para nada que no. Fue un trabajo de Ex Beatles, conozco su orgullo, sé que lo harían los tres.
El día de la muerte de May, vi la gran camioneta que robó McCartney hace tiempo. Bien pude haber notificado a los guardias y capturar a los tres. Lo pensé, sin duda que sí. Pero no lo hice porque, si capturábamos a Paul ahí, todo el crédito se lo llevaría May, y ese no era el propósito inicial.
Era bastante claro que eran ellos, pues permanecieron todo el día ahí. Yo nunca les dije sobre cómo encontrar a May o saber su paradero. Era fácil saber que lo harían así.
Yo saqué mi coche, pero espié a todos desde otro punto, espié a los que espiaban, ¡qué ironía!, hasta que May se fue, la camioneta partió, y la siguió muy puntual y sin falta. Pero cuando se desviaron del camino, temí, pues pensé que no eran ellos o el plan sería una trampa para mí. May tomaría la gran avenida, eso lo sé muy bien. Seguí al trío de babosos, y me di cuenta que usaron un atajo. Pero como él que conducía era Starr, no calculó bien el tiempo, y ese atajo era más corto, no llegaría a tiempo para impactar a Pang.
El propósito era estamparse con May justo en el momento en que su auto gris pasaba por órdenes del semáforo. Regresé atrás e hice un poco más largo el tráfico, para que Ringo tuviera tiempo. Me puse frente a dos coches del de May.
Yo soy muy buena para ver la velocidad con la que va un vehículo de esa talla, así que el breve estancamiento duró unos minutos.
Y sí, seguí a May, fue justo cuando cruzaba y... ¡BUM! Recibió el ataque de la feroz camioneta, fue tremendo, pues su diminuto auto quedó estampado en el poste y banqueta.
Luego de que recibió la furia de tres Ex Beatles versión psicópata, se fueron. Y me acerqué a dicho coche, temía que no fuera May. Pero me alegre tanto cuando vi su cabeza de china llena de sangre, aplastada y con la gasolina esperando un cerillo para estallar. Fue tan hermoso, me excité demasiado y me retiré después de que ese cerillo cayó sobre la batería del auto, provocando el incendio más hermoso de todos.
Lo mejor de esto, es que los Wings me han visto como la "buena", como una aliada, así que ellos no tienen más razón para dudar a mí, y todo por haber demostrado que no tuve nada que ver con aquellas muertes, a pesar de que ellos se vengaron al matar a mí hermano. Creen que nuestra guerra ha terminado y que yo no quiero atraparlos.
Pero lo he cobrado con la muerte de Harrison, y mi manera de capturarlos será más elaborada que esto, de eso. Nunca sabrán que los he utilizado para mi propio beneficio, que con el tiempo, será lo que más les perjudicará."
Jane terminó de nuevo en su gran escritorio, y contó lo anterior como si fuera una gran hazaña, cuando sólo fue lo que comprobó su grado de maldad. Maureen estaba estupefacta y con la boca abierta.
—Y sobre las notas que dijiste—finalizó Asher—, también era obvio saber que no usaría su nombre jamás. Para que los Wings siguieran creyendo que tú y yo somos las únicas, y ella no está en radar. Pero descubrí su manera de usarnos, sin decirlo, obedeciendo y catando sus órdenes de mierda. Haciéndole creer que nos tenía en jaque.
—Eres la hija de puta más grande que he conocido—fue lo que único que Maureen pudo decir.
—Dime algo que no sepa—Jane lo tomó como alago.
—¡Es verdad! Dios, ¡usaste a un pobre hombre para quitarte a May de encima! En vez de unirse las dos para atrapar a Wings.
—¡Vamos Maureen! Te dije muy bien que no lograríamos nada si May seguía jodiendo.
—¡No fue por eso! Fue tu absurda ceguera y hambre de querer tener el poder absoluto, que el mundo te reconozca como la mejor detective del mundo, como la "patrona" que capturó, o capturará a los Wings. Pero... ¿También quieres que sepan de todo lo que hiciste?, ¿de aquellos inocentes a los que hiciste indirectamente perder la vida?
—Déjate de pseudo discursos de moral, Maureen. Esto es como una obra de teatro, a las personas no les importa conocer todo el trabajo que hiciste para darte el resultado final. Eso mismo pasará cuando meta a todos esos bastardos a la cárcel—dijo Jane con superioridad.
—¡No importa! Dios santo, de verdad que eres la desgraciada más grande de todo el planeta tierra.
—¡May merecía morir! Por los niños McCartney, por mi hermano. ¡Nos usó para inflar su propio ego!
—El burro hablando de orejas...
—Por lo menos yo tengo muchas causas: descubrir que mierda pasó Paul cuando Linda lo secuestró, y capturar a una amenaza social como lo son los Wings. No que May... ¡De seguro sólo quería llegar con algo para presumir a China!
—Igual, no tienes justificación.
Jane miró a una furiosa Maureen que sólo quería estallar. Observó sus uñas fingiendo indignación, como si ella fuera la víctima.
—Bueno, de todos modos, no me importa lo que digas. Puedes creer lo que quieras, me da igual. Ahora, vete, vete. ¡Ya!—gritó en lo último.
Maureen tomó su abrigo con rabia y azotó la puerta al marcharse, estaba muy molesta.
Jane parecía estarlo también, pues su alegría inicial se había desvanecido. Pero no, se miró en su típico espejo de mano, lo dejó en su escritorio, y empezó a reírse como desquiciada, sus gestos se deformaron y se hicieron más grandes. Emuló unas carcajadas que no parecían ni de ella, sino de algún otro ente desgraciado, sabía que lo lograría, sabía que la victoria y el triunfo estaban a la vuelta de la esquina.
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