34) Odio

Aunque se escucharan gritos de horror, desesperación, y búsqueda infinita por todo el lugar, la verdad es que hasta arriba de la casa de dos pisos de Freda Kelly todo estaba muy tranquilo. La gente seguía entrando por las ventanas de todo tipo, ya fueran del baño, cocina, y había un mar de personas que buscaban desesperadamente y se asfixiaban unos a los otros. Hasta se escucharon disparos, era un terrible espectáculo, pero la gente era tan tonta que no pudo suponer que los buscados estaban en el techo.

Solamente miraban como más gente rodeaba la casa, pero se podían ir bajo las seguridades del aire. Fue una jugada un poco estúpida mandar a gente más estúpida.

—Muy bien, todo listo—dijo Denny cuando tenía listo el helicóptero.

—De acuerdo, sube Lin', sube Heather.

Denny y Paul ayudaron a las dos mujeres a emprender el viaje, Freda estaba relativamente alejada de ellos, pero ella era la siguiente.

—Vamos Freda, tú sigues—dijo Paul.

Él estiró su brazo, el helicóptero estaba empezando a despegar, y sólo había una pequeña escalera para que los últimos dos subieran. Pero ella no quería, observaba a la gente que cada vez se acercaba más, parecían unos seguidores de alguna secta peligrosa, y toda la calle ya estaba muy llena.

—No quiero—se alejó de Paul.

—Vamos, no empieces con tus tonterías—él la jaló del brazo.

—No son tonterías, señor McCartney, no tengo ningún interés de volverme una Wing.

—Vamos, eras mi secretaria hace unos años.

—¡Yo era secretaria de los Beatles! De Beatle John, Beatle Ringo, Beatle Paul, y Beatle George, ¡No del Wing Paul!

—No me refiero a eso, tienes que subir. La gente no tardará en subir hasta acá, ¡Y puede llegar la Scotland Yard en cualquier momento! —gritó.

—No, no quiero, ¿No escuchas? Prefiero morir libre, prefiero morir sin antecedentes, si sigo con vida... ¡Me buscarán así como lo han hecho con ustedes! Yo no soy una mala mujer, pero sí soy una mujer con malas decisiones, y malos amigos.

A Paul le dolían estás terribles palabras que escuchaba, era demasiado para él. Nunca fue su intención lastimar a Freda de esa manera, sabía que ella era alguien muy buena y pura que no merecía ningún tipo de daño, pero era la única persona en la que podía confiar.

—No te quiero dejar aquí, por favor, permite que te llevemos a algún lugar más seguro.

—¿Para qué? De todos modos, en cualquier lugar del planeta pagarán por mi pellejo también—dijo enojada.

—No, no... no te harán nada, por favor.

—Seré prófuga como ustedes, ¡Vete de aquí! Prefiero morir en mi casa antes de vivir en una celda.

Linda ya se estaba desesperando, Denny también, Heather prefería tener una actitud neutral ante todo esto. Ella aprendió a guardar sus sentimientos, su vida corría riesgo, lo único que hacía era rezar por que algún día pudieran capturar a Paul y ser libre como antes.

—Ya déjala, ¿No la escuchas? Ella tomó su decisión—gritó Linda.

—Ya escuchaste a tu mujer, a la mujer que preferiste, a la que te llevó por ese borde de destrucción y locura decorada con la cocaína de la más alta calidad, ¿No le harás caso?—dijo Freda molesta.

—De acuerdo, pero no te dejaré aquí, si la Scotland Yard viene... ¡Te encerrarán! Por favor, te llevaremos a otro lugar, Freda...—quiso tomar sus manos.

—No, la Scotland Yard no me llevará a ninguna maldita celda, me aventaré ante la gente que se reúne en mi preciosa sala que limpié hoy. Así moriré, asfixiada y pisoteada ante ese mar de gente, zombis vivientes que lo único que quieren es acabarse entre ellos. Curioso, como toda la humanidad.

—No... ¡Freda!

Denny alzó la mirada, pues un helicóptero de mejor calidad, más fuerte, mejor preparado, se acercaba a toda velocidad. Tenía la bandera de Inglaterra impregnado por todo su matiz, era precioso. Lo conducía Lee Tigrett, bajo las nuevas órdenes de May Pang.

—Ahí está, sabía que esto iba a funcionar. Y mira, Asher, te dije que justamente así estarían: Paul y Freda hasta abajo, sin subir al helicóptero.

—¿Cómo lo sabías?—preguntó Jason.

—Era muy obvio, ¿Creían que mi plan era que la gente atrapara a los Wings? Por favor, tan sólo un meñique de Paul es más listo que todos esos idiotas, eso hubiera sido realmente absurdo. Sabía que huirían por el helicóptero, pero Freda Kelly no soportaría la idea de saber que sería encarcelada, así que no quiere subir con ellos, y ahí está Paul, intentando convencerla, si ella no sube, Paul no sube, si Paul no sube, los Wings no se van.

Parecía un plan detenido y precisamente planificado, todos se sorprendieron, nadie era más inteligente que Jane Asher, pero la experiencia en donde se supone que debía ser la más fuerte, resultó ser la más incompetente, necesitaba retomar el orden y control de la situación, si es que quería salir victoriosa como siempre.

—Tenías razón—musitó Maureen—, ahí están.

—Es nuestro momento, arranca a toda velocidad—dijo Jane en orden a Jason.

—Creo que es buena idea, Jane, pues el tiempo es relativamente corto. Si llegamos rápidamente, no podrán huir, y no tendríamos mucho de desventaja.

—No—interrumpió May—, debes respetar las normas áreas que impone la Scotland Yard y la conducción de helicópteros del estado.

—Oh vamos, no te pongas de pesada. ¡Vamos muy lento!

—Yo sí respeto las reglas, Jane.

Así que tuvieron que ver como se acercaban poco a poco, era una tensión terrible e injustificada, todos miraban en frente, pues temían que el helicóptero de los Wings saliera a toda velocidad, pero ellos no podían atraparlos, ni aunque quisieran arrancar.

—Vamos... ¡Paul! Debe ser la policía, ¡Se vienen acercando!, ¡No tenemos armas!—exclamó Denny harto.

—No me subiré sin Freda, ¡Anda! Vamos, toma esa maldita cuerda, te ayudaré a subir.

—No... ¿Eres sordo?, ¡No quiero subir! Anda, ¡Vete, vete! Hazles caso, y vuelve a ser un esclavo de tu propia cárcel, de saber que nunca volverás a ser un humano libre, pues jamás volverás a ser normal, a vivir con tranquilidad. ¿Para eso quieres a tus hijos?, ¿Para enseñarles a huir? Que Dios se apiade de ti, Paul.

Esas palabras realmente fueron hirientes, él quería pegarle y subir con los demás, escapar nuevamente. Eso era lo que había hecho desde hace mucho tiempo: huir, no pensar en nada más. Escapar de todos lados, y saber que nunca volvería a tener un día normal. Pero no permitió la negatoria de Freda, no la iba a dejar ahí a su suerte.

—No me importa que te suicides después, ¡Te vienes conmigo! Y fin de la historia.

Paul jaló bruscamente a Freda del brazo, pero como se soltó, tuvo que hacer lo mismo, pero agarrándole los cabellos y obligándola a sostener la cuerda del helicóptero, Denny tuvo que descender más, pues ella debía subir lo más pronto posible. Pero a pesar de todas sus negatorias, tuvo que subir un poco la cuerda, estaban a casi nada de huir.

—¡Están subiendo!—exclamó Jane mientras miraba desde unos binoculares— ¡Mira, maldita sea!

—¿Qué? —May se asomó— Bueno, al parecer la convenció más rápido. Pero... ¡Observa! Ella no quiere subir, aún tenemos ventaja y podemos ir bien.

—Nada de eso, ¡Van a huir los dos de cualquier manera! May, por favor... ¡Dile a Jason que vaya más rápido! Este es uno de los mejores helicópteros, podría hacer a todos pedazos en cualquier instante.

—No, Asher, ¡No! Tienes que respetar las reglas y normas de conducción.

Paul obligaba a Freda a subir, Linda también la estaba jalando de los brazos o de cualquier parte del cuerpo, pero ella no quería hacerlo, ella ya no quería escapar. A la Scotland Yard le faltaba mucho para llegar, pero se acercaban exponencialmente.

—Vamos... vamos... ¡Freda! Falta muy poco, ¡Jálala más, Linda!—ordenó Paul.

—Eso intento, hasta Heather me ayuda, ¡Pero parece imposible!—gimoteó.

—Ya... ¡Freda!

—Se acerca la muerte, Paul... se acerca para los dos.

Jane ya no pudo con más tensión, se asomó del helicóptero, calculó la distancia y pretendía ver si podía saltar hasta la casa con precisión y su pistola. Pero no, la altura del helicóptero y de la azotea era demasiado lejana, no alcanzaría a llegar ni con todas sus fuerzas.

—Pero mi bala sí.

Sin ningún tipo de permiso, Jane sacó su pistola y apuntó directamente a Paul, pero como él estaba en un lugar impreciso, esa bala cayó en...

—¡FREDA!—gritó cuando la vio desfallecer en el suelo.

—¡ASHER! —May exclamó molesta.

—Yo soy la patrona aquí, ¡Jason! Conduce lo más rápido que puedas.

—Claro, Patrona.

Freda cayó hasta la azotea, provocando un gran ruido que hizo que una de las tantas personas que inundaban la casa, supieran que había algo sucediendo en la azotea, así que unas manos se asomaron ligeramente. Esto puso muy nervioso a Paul, pero más al ver que la policía se acercaba precipitadamente.

—Freda... ¡Freda!

—Sí... sí—dijo delirante.

—¿Sí qué?

—Si quiero ser secretaria de los Beatles—deliró su última frase.

Esa única oración fue suficiente para que Paul se sintiera como la peor mierda del mundo, la cargó a la mala, la gente ya sabía que estaban ahí, el helicóptero casi estaba en sus narices. Sostuvo la cuerda y tuvo que hacer grandes esfuerzos para poder subir con el cuerpo de Freda sobre su mano izquierda.

—Vamos, ¡Larguémonos!

¡La policía estuvo a casi nada de chocar contra el helicóptero de los Wings! Pero May Pang detuvo frenéticamente el gran transporte.

—No, ¡No!—abofeteó a Jason— ¿Qué te pasa?

—¡Estuvimos muy cerca, Pang!—gritó en su defensa— ¡Un poco más y los hacíamos chocar!

—Ese no es el maldito sentido, ¡Era hacerles creer que iríamos lento! Luego, cuando se fueran, ¡Ibas a poder acelerar! No eran tontos, ¡Son expertos, Jason, expertos! Y tú—miró a Jane—, reza y espera por todos los santos que esa bala no haya caído en nadie.

—Por ley, si asesinas a prófugo, nada te puede pasar, no hay cargos imputados—dijo Jane sabiamente.

—Freda Kelly no tenía ningún cargo, ¡Ninguno!

—Cómplice, cómplice desde el momento en que permitió a los Wings la entrada.

Nuevamente, vieron como la gente se reunía en el techo de la casa, buscaba alrededor de todos lados. Se hizo una trifulca espantosa, May se desagradó tanto que prefirió ordenar la huida de ahí.

(...)

Los Wings y Heather fueron a la mansión de los Ono-Lennon, Barbara era la especializada en todos los asuntos médicos. Había sido una experiencia traumática, el disparo cayó sobre la espalda de Freda, perforó un pulmón y cayó directamente en su brazo. Además, la última frase fue lo peor de todo.

—Yo vi una cabellera pelirroja, fue Jane—dijo Linda.

—Ella lo hizo, fue terrible todo. Ver a toda esa gente, saber que Michael y Bonham murieron aplastados... que horror, justo cuando creímos que sería un día normal—dijo Denny—John y Yoko se encargaran de todos los detalles del entierro.

Paul no había dicho nada, se quedó callado, observando las paredes blancas de la mansión de su amigo. No podía con tanto, tres caídos en un solo día, ¿Qué clase de locura era esa?

—Esto... es una competencia, como ya lo dijimos. Asher tomó venganza por Stuart, Astrid, y Pete... nos quitó el mismo número igual. Todos moriremos, déjenme decir esto en claro.

—Paul, ¡Paul! Por favor, no digas eso... no moriremos, seremos triunfadores y vencedores—dijo Linda más optimista.

—Mientras matemos a más de ellos, matarán más a los nuestros. Despertó mi odio, el odio que nunca debió salir, esto no puede seguir así. No quiero verlos morir.

—No moriremos, Paul, nos tenemos unos a los otros. Seremos los mejores—dijo Denny más seguro.

—No se preocupen, yo, solamente yo, me encargaré de matarlos a cada uno de ellos, a todos los que trabajan contra nosotros. Morirán ante mis manos, como Freda lo hizo.

—Esa actitud me agrada—dijo Linda más precavida.

Paul caminaba por todo ese blanco lugar, miraba los muebles de ese color, revisaba en cada uno de sus cajones, observó una pistola al azar.

—Pero no soportaría que ellos los asesinen. Así que...—le apuntó a Denny— Yo los tengo que matar primero.

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