33) Multitud

ADVERTENCIA

Wattpad me obliga a advertir a los lectores que, a partir de aquí, en serio todo va a estar muy, MUY FUERTE, ni siquiera yo pueda creer que es lo siguiente que pasara. Si eres muy sensible, es recomendable dejar de leer el fic. Además, estoy tomando esto de la libertad creativa muy apecho (y viendo que ya no hay muchos lectores, así que YOLO). Estás advertido de que lo que sigue, es de verdad muy crudo y terrible.

Bienvenidos, valientes.

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Jane Asher llegó empapada a las oficinas de la Scotland Yard, había estado llorando tanto que su ojo malo también se sentía húmedo. Estuvo bastante atormentada, se fue caminando, por lo tanto, llegó en la madrugada muy cansada. Y encontró a todos saliendo para sus respectivas casas.

—Alto, alto—dijo con una voz entrecortada y ronca.

— ¿Qué ocurrió?—preguntó Maureen sorprendida.

—Pete...

— ¿Qué pasó con él?

Jane hablaba muy bajo, pero esa pregunta la obligó a sacar su tono más fuerte y elevado, uno desquiciado y fúnebre. Casi gritó cuando respondió:

— ¡Lo mataron!, ¡Los Wings Ono Band lo asesinaron!

— ¿Qué?, ¿Pero cómo?—todos se estremecieron

—Estabamos en un bar—Jane sollozaba sin parar, Maureen fue a abrazarla—, y entonces... ¡Pum! Todos los Wings y los de Plastic Ono Band salieron y... Fue un desastre, ni siquiera puedo pensarlo. El tabernero era Linda, había clientes y eran todos ellos... ¡Pete se sacrificó por mí! Y yo siempre lo vi como el inexperto, como el novato, ¡Hizo el acto más heroico de todos!

Jane no se detenía, parecía que iba a desfallecer en cualquier momento. Maureen la conocía bien, sabía que esa voz y esas lágrimas eran de un sufrimiento real, Lee, Jason y Zak tampoco podían creerlo y lloraron también. Era May Pang quien se quedó estática y más seca que nada.

—No puede ser posible, algo clave y vital en los detectives es poder reconocer rostros en cualquier lugar, ¿Por qué no viste que el tabernero era Linda?, ¿Por qué no examinaste a los demás?, ¡Fácil se pudo notar que el bar era una amenaza para los dos!

—Es que...—dijo Jane aceptando verdaderos regalos por primera vez,

— ¿Patrona? No puedo creer que no hayas sido capaz de defenderte, ¿Acaso Pete debía hacerlo por ti? Y así te crees la superior, eres un maldito chiste.

— ¡Fue totalmente inesperado! Nunca pensé que...

—No Asher, tú nunca piensas en nada, por eso los Wings se te han escapado tantas veces, y lo único que queda al descubierto es tu aparente ineptitud.

—No... No sé —dijo sin remedio.

—Ahora, apartaré y obedece si es que quieres seguir con tu trabajo. Deja a una verdadera profesional hacer las cosas como se deben.

—Está bien—suspiró acabada.

—Necesitamos a más trabajadores, a más personas que nos sirvan.

— ¡Es imposible! La maldita televisión está diciendo todas las muertes que han acarreado a cada uno de los trabajadores, nadie quiere trabajar en este caso—argumentó Jane, volviendo a su arrogancia habitual.

— ¿Y?, ¿Acaso eso es sinónimo de que debemos darnos por vencidos? No Jane, yo no acepto la derrota, ¿Entiendes?

—Bien, ¿Entonces qué propones?

—La gente que vamos a reclutar, no tiene que ser exactamente de la Scotland Yard.

— ¿Qué?

—Ya verás.

(...)

Y a la mañana siguiente, en la oficina de Jane Asher (que estaba siendo ocupada por May Pang).

—Queridos londinenses, nos estamos enfrentando a una de las mayores amenazas que ha visto el Reino Unido, no creo que nadie sea capaz de poder con tanta maldad junta. Los Wings se han aliado con otra banda de mafiosos, La Plastic Ono Band. La dupla Lennon/McCartney ha vuelto de una manera mil veces peor. Por lo tanto, la honorable Scotland Yard ha tomado la súbita decisión de ofrecer 2 millones de libras a aquel -o aquellos- que nos entreguen a...

Y fueron pasando fotografías conforme May iba diciendo sus nombres:

—Paul McCartney, Linda Mc...

Vio los ojos de furia de Jane, así que tuvo que cambiar el nombre

—Linda Eastman, Brian Frederic Hines, alias Denny Laine. John Lennon, Ringo Starr, Yoko Ono-Lennon, y Barbara Bach. Sé que es confuso para ustedes, pero se los dejaremos muy fácil. Todos ellos se encuentran en el 43 de la calle Wags, al norte de Londres, ¿Cómo lo sabemos? Es la casa de Freda Kelly, todos están ahí, o mejor dicho, los Wings. Si nos entregan a cualquiera de los mencionados, es seguro que tendrás dos millones de libras, o por lo menos sí ayudaste. Fin del comunicado.

Se acabó de grabar el comercial, lo transmitirían unas horas después. May lucia victoriosa y muy satisfecha.

—Bien, genio, ¿Pero de verdad pagaremos tanto?—dijo Jane aún dolida.

—Sí, claro que sí. Por lo menos a uno, pero ten por seguro que habrá una gran multitud que se dirigirá a la residencia fe Freda Kelly.

Pero, ¿Qué estaba pasando en dicha casa? Bueno, solamente se encontraban Linda, Paul, Heather, Denny, Michael Jackson y John Bonham. Tomaban de unas buenas cervezas y comían papás fritas mientras jugaban cartas y escuchaban la radio. No habían prendido la televisión para nada, así que no tenían ni idea de que habían ofrecido millones por cualquiera de ellos.

—Ja, volví a ganar—dijo Paul por sexta vez consecutiva. A su lado se encontraba Heather, y como ella no sabe jugar, solamente miraba aburrida esto.

Linda se sentía intrigada por la unión tan extrema y súbita que habían hecho Paul y su primera hija. Ella seguía sin recordar absolutamente nada de su pasado, o de cosas referentes a sus padres. Por lo tanto, esto era muy extraño para Linda, llegó a pensar que algo ocurría entre ambos. Pero descartó esa idea totalmente, era algo terrible de imaginar.

—Muy bien, ¿Algo que hacer hoy?—preguntó Linda sin despegar la vista de sus cartas.

—Descansar, John y Yoko fueron a arreglar unas cosas en su mansión de Tittenhurst Park—respondió Denny.

—Bien, me parece razonable.

Eran las 2:10 pm, justamente, diez minutos antes, el comercial grabado por May Pang se había trasmitido por todo el Reino Unido: Inglaterra, Irlanda del Norte, Gales y Escocia.

Así que unos rápidos y estrepitosos pasos empezaron a escucharse por toda la esquina y calle principal. Freda estaba tendiendo ropa, así que pudo ver como olas de gente corrían hasta su casa.

—Mi momento ha llegado—pronunció en voz baja—, debería ir a decirles. Pero prefiero que gane Jane Asher a que ganen ellos, ellos no merecen ganar, Paul no merece vivir.

Así dejó que las personas se fueran acercando a su propio paso, hasta llegar a rodear toda la calle. Eran miles, tal vez millones, de londinenses, que se reunieron con un fin y sólo propósito. Fue hasta que empezaron a gritar, que Freda decidió bajar.

— ¿Tienes prendida la tele o algo así?—preguntó Paul al verla.

—No, hay algo peor. Una multitud ensordecida en vivo y en directo

— ¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Cuál es la razón?

—Supongo que todos quieren capturar su cabeza, mi lord—lo dijo con un tono elegante y sarcástico a la vez.

De inmediato, todos prendieron la televisión, y a su vez se escuchaban gritos de gente enloquecida y ansiosa por asesinar.

—Hace unos momentos, la policía de Scotland Yard dio el comunicado oficial de que se daría una gran recompensa a cualquiera que capture o ayude a capturar a alguno de los miembros de Wings o de la famosa Plastic Ono Band, y se tiene estimado que miles de personas ya acataron aquella orden, pues se han reunido en la casa de la ciudadana Freda Kelly, donde se dice, ahí se encuentran Paul y Linda McCartney, así como su tercer miembro oficial: Brian Hines, mejor conocido como Denny Laine.

Apagaron el televisor de un repentino golpe y se estremecieron por completo. Era demasiado tarde para reaccionar o por ir por las armas, pues ya había centenares de personas reunidas como imán en la casa de Freda Kelly, se pegaban a los vidrios y a la puerta, y una vez que uno confirmó que los Wings se encontraban ahí, el desastre fue peor. Parecían zombies que querían algo de carne para comer, en este caso, para obtener dinero.

— ¡Dios mío!—gritó Linda horrorizada al ver el rostro de alguien sobre la ventana de la cocina, se veían muchísimos más, y todos querían romperla.

—Sinceramente, Jane ya se había tardado. Sabía que estábamos aquí, y no dijo nada antes—Paul era el único tranquilo.

— ¡No tenemos armas, no tenemos nada!—gritó Bonham fatigado.

—Tenemos el helicóptero en la azotea, bien resguardado—señaló Denny.

—Freda, ¿Hay personas que intentan subir?—cuestionó Paul.

—Probablemente, pero todavía están en faceta para escalar—respondió.

—No tenemos mucho tiempo, ¡Vámonos!—exclamó Jackson.

La primera en subir las escaleras fue Heather, le siguió Linda, Freda, Denny, Paul estaba en el primer escalón, pero justo cuando Michael y Bonham iban a subir. ¡Crash! Un mar de gente destruyó la ventana de la puerta principal, entrando y amontonándose en bola.

— ¡Mierda!—gritó Jackson cuando uno de ellos tomó su pie.

—Toma, ¡Cerdo!—Bonham lo pateó

En serio, fue algo extremadamente traumático ver a muchísimas personas deslizarse a ti, entraron más por la ventana del baño, otras por la cocina, el jardín, ¡Y más lugares innombrables! Todos parecían muertos vivientes, hasta por los gestos y gruñidos que hacían.

— ¡Ay!—gritó Paul cuando lo reconocieron.

— ¡Es él!, ¡Atrápenlo!

Lo anterior lo exclamó un hombre corpulento y muy alto, con sus brazos pretendía ahorcar a Paul, y aquello no se veía tan difícil, pues con tan sólo estirar los dos podría hacer ese objetivo. Pero Bonham intervino entre ambos, recibiendo el golpe que iba para Paul.

— ¡Huye!—exclamó Bonham sin respirar.

Paul ya iba en el tercer escalón, pero no quería subir, tuvo que contemplar con furia e impotencia como una ola de gente parecía comer a sus dos amigos, y era tanta la ingesta que nadie podía ver que el prófugo ya estaba escapando. Por momentos pensó que seria mejor entregarse y pedir que dejaran libres a los demás, pero eso ya era absurdo, pues a los dos los tenían en el piso.

Así que con todo el dolor de su corazón, Paul tuvo que seguir subiendo a la azotea, donde ya estaban los anteriores mencionados y Denny preparaba la huida.

—Están tan concentrados que no se darían cuenta ni en un millón de años que estamos arriba de ellos—dijo Linda divertida

— ¿Y Michael y Bonham?—preguntó Heather al ver a Paul llegar solo y cansado.

—Allá abajo... La gente los aplastó—dijo sin poder respirar ni creerlo.

— ¿Qué?, ¡Debemos ir por ellos!, ¡Salvarlos!—pidió Heather.

— ¡No!, ¡Denny ya prepara el helicóptero!, ¡Huiremos en picada! —exclamó Linda sin poder pensar.

—Ya me quedo claro que aquí todos traicionan a todos—musitó Heather enojada.

Y sí, el helicóptero ya estaba listo y dispuesto a partir. ¿Lograrían burlar a la Scotland Yard otra vez?

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