32) Persecución
Jane no se esperaba esa respuesta, solamente miró a May con los ojos más frívolos y despectivos que pudo emular. No lo creía, ella quería a una trabajadora, no a otro problema. Suspiró y apretó sus puños, debía aprender a controlarse.
—De acuerdo, era sólo una sugerencia.
—Quiero ver al equipo de trabajo—pidió sin atender el problema anterior.
—Claro... ellos son Peter Best, Maureen Cox, Lee, Jason y Zak Tigrett—Jane presentó.
—Mmm... ¿Toda la familia? Eso no me parece bien.
—Es que no tenemos personal—confesó Jane penosamente.
— ¿Cómo que no hay? La estación de policía tiene a un montón de personal, ¿Cómo de que no?
—Señorita Pang—intervino Pete—, lo que pasa es que nadie quiere arriesgarse. Las acciones que han hecho los Wings son realmente terribles, así que todos quieren resguardar su vida.
— ¿De verdad? Absurdo, pero está bien, nosotros lo lograremos.
—Es bueno saberlo—dijo Mo' un poco más tranquila.
—Pero antes de seguir con los problemas externos, debemos arreglar los internos. Todo respecto a la muerte de Francie Schwartz, ¿Usted es la perito principal, no? —se refirió a Maureen.
—S-sí, así es—confesó nerviosa.
—Muy bien—revisó su carpeta—, según esto... ¿Ella murió de un paro cardiaco?
—Sí—dijo no muy segura.
—P-pero... ¿Fue aquí?, ¿Me pueden explicar?
—Estábamos Jane, Francie y yo, conversábamos sobre la amenaza que hizo John Lennon.
— ¿Qué amenaza?
—Nadie nunca sabe las cosas mejor que yo—respondió Jane sin permiso—, Francie era una tonta, John Lennon me amenazó, ¡La Plastic Ono Band se unió a Wings! Y todo con el objetivo de destruirme, ¡Lennon me lo dijo aquí! Y en mi propia cara.
—Eso es terrible...—dijo Lee aterrorizada.
—Y por eso, cuando le dijimos a Francie... ella se exaltó tanto que cayó muerta—agregó Maureen.
— ¿De verdad? Eso suena muy irreal. Y me disculparán, pero yo cuestiono hasta el último detalle. Es más, me atrevo a asegurar que la señorita Asher tuvo mucho que ver con la muerte de Francie, y de Astrid y Stuart Sutcliffe.
—Eso no es verdad, ¡No tuvo nada que ver! Francie ya tenía historial de problemas de taquicardia y cardiorrespiratorios—dijo Maureen.
— ¿De verdad?, ¿Y por qué no venía nada de eso en el registro médico?
—Yo que voy a saber, de verdad, no lo sé.
—Nunca me quedo callada, y siempre digo lo que pienso. Una de esas cosas es que pienso realmente que Jane Asher tuvo mucho que ver en esto, Francie Schwartz y Astrid Kirchherr eran mayores que ella. Así que planeó o algo así el asesinato de Astrid, creo que es más probable el de Francie. Cuando se dio cuenta que ya tenía el puesto libre, se presentó y se dio un auto-aprecio diciéndose "patrona" ante mí. Y por eso, pide a usted señorita Cox, que mienta respecto a la muerte de Francie, convenciéndola de que si no... los Wings y la Plastic Ono Band, ¿O me equivocó?
Maureen casi quería desmayarse, Jane apretó muy fuerte sus puños sin saber qué hacer, debía mantener la calma. Los hermanos Starkey (Tigrett por apellido) miraron a todos lados. Pero Pete salió a la defensiva.
— ¡Eso es absurdo! Todos sabemos aquí que la única patrona es Jane Asher, ¡Ella se ha ganado a pulso su respeto! No tendría ningún sentido que ella quisiera matar a Francie o a Astrid, ¡Qué idiotez!
—Era sólo una teoría—se escudó May de inmediato.
—Pues no diga tonterías.
—Bien, ahora veo que sí hay personas leales. Pero eso no descarta mi teoría, y quiere decir que sigo pensando de esa manera—estableció finalmente.
Jane quería estallar, quería gritar de rabia y dolor. Pero tuvo que contenerse, tuvo que mantenerse en silencio y tranquila. Exhaló para mantener la calma, tomó su abrigo y su bolso, se puso su boina, caminó hasta la puerta y dijo:
—Lo siento, pero así como usted no está acostumbrada a recibir órdenes, yo no estoy acostumbrada a que me culpen por asesinatos. Me retiro.
Pete la siguió, Jane no negó su compañía, pues sabía que la necesitaría.
(...)
En Londres había una gran cantidad de bares por todos lados, en cierta zona era muy normal ver tabernas sinfín. Así que no fue difícil para Jane encontrar uno que le gustara, pero a veces, uno debe tener en cuenta la clase de lugar en donde se mete.
—Una botella de vodka, por favor—pidió, ni siquiera se fijó en nada. Era pésima para observar.
Pete era muy lento para caminar, así que llegó con ella unos minutos después.
—No puedo creerlo, para la próxima vez, pediré el reporte psicológico de cada trabajador que tenga. ¡Quería a una empleada! No a una Francie china.
—Tranquila, patrona—dijo Pete mientras llevaba vasos—, esa mujer no tiene ninguna prueba, y en dado caso que lo haya hecho... sus razones tendrá.
—Pete, yo no lo hice, ¡Maureen es testigo!
—Yo no digo nada, pero creo que sería mejor si usamos las cámaras, pues no dudo que esa mujer siga empeñada en seguir creyendo eso, sería terrible. ¿Lo sabe?
—Las... cámaras—dijo pensativa.
—Sí, así es... las cámaras, en cualquier momento... esa mujer puede pedir que las vean.
Jane pensó en momentos por eso, ¿Cómo haría para cubrir las cámaras? Si May Pang o cualquier otra persona pedía verlas, sabrían que ella asesinó a Francie. Pero esta situación fue fuertemente distraída cuando escuchó que la radio cambió súbitamente de estación. De una canción feliz y alegre que había de ABBA, se reprodujo una diferente. Un teclado repetitivo sonó por la radio, miró a este objeto con precisión y miedo, esa melodía la conocía, sabía que la había escuchado antes. Y lo supo cuando inició la primera línea:
Cafe on the left bank, ordinary wine
Touching all the girls with your eyes
—Cafe on the left bank...—dijo en voz baja.
— ¡¡¡C-c-c-cafe on the left bank!!! —respondió el tabernero.
Pero... ¡No era un tabernero! Ni tampoco era "Él", ¡Era Linda! Sacó un arma y amenazó a Jane, más bien... ¡Disparó! Pero Pete la tiró de su banco para que la bala no atravesará su cabeza.
— ¿Gusta ayuda? —dijo el otro que estaba sentado.
Jane alzó su mirada, pero... ¡Era otro hombre! Y... ¡Era Denny Laine!
—Ah...—se cubrió al momento en que él también disparó.
Pete la levantó en seguida, aunque fue sorpresa para él tener que ver a otros dos detrás de ellos.
—Eh Pete... ¿Ya mejoraste en la batería? —preguntó John Lennon, igual con un arma.
—Me tardaron mucho en aceptarme—dijo Ringo y también mostró su pistola.
Se escabulleron entre una pequeña llovizna de disparos que sonaron. Jane fue la primera en salir, y Pete la siguió. Linda, Denny, Ringo y John iban vestidos todos de negro, ¡Hasta los últimos parecían miembros de Wings! Pero hicieron una breve alteración, pues llevaban el traje típico de Wings, pero también un sombrero y una capa como solían llevarlo Yoko y John. No había más personas en el bar, y la calle ya estaba desierta y vacía en la profundidad de la noche. Así que los cuatro mencionados persiguieron a Pete y a Jane mientras disparaban al azar, fue un verdadero milagro que no les hubiera caído nada.
—Demuestra tu puntería, ¡Ya! —ordenó John.
— ¡No dejan de moverse! —se justificó Linda.
Los chicos creían que ya estaban a salvo, porque llegaron a un pequeño y oscuro callejón en medio de dos grandes edificios, no tenía más que un par de metros. Pero no era así. Pete corrió primero y Jane lo seguía. Arriba se encontraban ya Linda y Denny, preparando sus armas y soltando sus balas sin pensarlo. Del lado derecho y en el edificio frontal, estaban John y Yoko haciendo lo mismo. Así que corrieron lo más que pudieron, pero eso no era todo. John Bonham y Michael Jackson estaban hasta el final del callejón, fue un ataque desde arriba, sin verlos directamente. Fue una bala de Bonham el que hizo a Pete caer.
— ¡Mierda! —gritó Pete cuando cayó al piso.
—Ya... ya, ¡Mátala!—dictaminó Denny.
—Se acabaron mis balas.
—Déjenmela a mí—dijo John superior.
Pete se tuvo que levantar con un esfuerzo sobrenatural para proteger a Jane. La abrazó con todas sus fuerzas por la espalda y tuvo que soportar todas las balas que cayeron sobre él, simplemente para resguardar la vida de su patrona. Era un ruido terrible, todos esos disparos cayendo en una sola persona. Jane huyó hasta el final del callejón, creyendo que ya estaba a salvo, la noche la ayudó a escapar, a sobrevivir de la persecución, pues ya no pudieron ver a quién disparaban finalmente. Llegó a un lugar seguro... pero...
—Hola—Paul la tomó de los hombros, por sorpresa.
— ¡Ah! No... ¡No!—exclamó con horror.
— ¿Escucharon eso?, ¡Paul la tiene! —dijo Yoko.
—Mátame... ya, ya mátame—dijo Jane abatida, con el corazón latiendo a mil por hora y sudando hasta no más poder.
Paul la miró directamente a los ojos, su color hazel se enfocó directamente en los ojos azules claros de Jane. Él también tembló, se escucharon los pasos apresurados de sus compañeros, pues sabían que podían encontrar a Asher ahí. Así que, Paul, en un impulso no planeado, aventó a Jane del lado contrario mientras susurraba:
—. ¡Escapa!, ¡Vete de aquí!
Ella no desperdició la oportunidad y se fue tan veloz como sus piernas le permitieron. Los otros encontraron a Paul y preguntaron:
—. ¿A dónde se fue?
—Por allá—señaló el lado equivocado.
Así que ellos siguieron un camino distinto al que Jane había tomado. Dieron las 10 de la noche, y ella seguía muy cansada, seguía deambulando sin rumbo por la gigantesca Londres, lloraba, pues lamentaba que alguien tan leal como Pete hubiera tenido una muerte tan terrible y desgarradora como aquella. Suspiró abatida y la lluvia la mojó por completo. Los carros pasaban, pero nadie la reconocía, ni siquiera ella supo en qué lugar de toda la ciudad se encontraba. Llegó al centro de la calle, no pudo más. Se arrodilló ante el pavimento y exclamó al unísono con los rayos:
— ¡Nadie me atrapará con vida!, ¡Ha llegado el momento de hacer las cosas bien!, ¡Debo luchar por sobrevivir!
Las gotas de agua no cesaban, de hecho, caían con más intensidad por los cabellos de Jane. Las recibía con un estruendoso grito de dolor, pánico, y agonía, prometió venganza por Pete, y dispuesta a acabar a los Wings, fuera sola o acompañada.
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