25) Empatía

Heather no quería otra cosa, más que descubrir esas razones.

— ¿Qué?—preguntó Paul sin verla a los ojos.

—Así es Paul, debes decirme... ¿¡Qué te hizo Linda cuando te secuestró!?

—Yo... yo no sé a qué te refieres—le dio la espalda— ¿Quién te dijo esa idiotez?

— ¡Jane Asher!

— ¡Jane miente! Esta resentida, ella nunca pudo superar que preferí a Linda, ¿Comprendes? ¡Nunca!

— ¡Ella no miente!—Heather estableció con una gran fuerza— ¿Comprende? ¡No lo hace! Ella tenía razón, siempre la tuvo. Cuando todo esto empezó, dijo que Linda no era tu esposa, y ¡Era cierto! ¡No lo es!

—Ya me he divorciado de Jane—dijo Paul recordando la anécdota de días antes.

—Por supuesto, pero... ¿Lo hizo antes de su boda con Linda! ¡No! Claro que no, ¡No lo hizo! Así que no sé como diantres le haya hecho, pero ¡Ese matrimonio no es legal aún! Usted le mintió a Linda, Jane tenía razón cuando nos decía que no eran esposos, ¡Y ante la ley es así! Así que ya no tienes nada porque estar mintiendo.

Paul volteó súbitamente, dio un suspiro y con eso, demostró que una vez más: Jane Asher había dicho lo correcto.

—Muy bien, muy bien, de acuerdo. Es verdad, pero... ¿Por qué diantres quieres saber?

— ¿Qué le hizo?

—Me secuestró.

—Ya lo sé—Heather rodó los ojos—, pero... ¿Qué le hizo durante ese momento? Jane Asher dice que, una vez que lo encontraron, usted estaba diferente, frío y como si ya nada más le importara.

—Bien, estoy harto. ¿Sabes que haremos?—Paul sacó su pistola y la puso frente a Heather— Te diré, te diré y hasta con lujo de detalle que pasó aquella vez. Pero a partir de hoy, no te separarás nunca de mí lado. Y Jane Asher no debe saberlo jamás.

— ¿Por qué no?

— ¡Yo soy la única persona que debe decirle de esto!, ¿No entiendes? ¡Soy el que debe decir la verdad! Ella y yo, nada más.

—Bien... no diré nada.

— ¡No confío en ti!—Paul siguió amenazando— A partir de hoy, seré tu sombra, voy a pisarte los talones, si es necesario. Si Jane se entera, ¡Juro que te mataré!

— ¿Qué?—Heather abrió los ojos escandalizada— ¿Cómo puede hacer eso?, ¿Cómo puede amenazar a su propia hija?

—A la única que le importan los niños, es a Linda. Yo no tengo empatía, ¿Aceptas o no?

Heather tenía mucho miedo, se aterró de tan sólo ver los ojos dispuestos y esa arma cerca de ella. Sabía que Paul podría matarla en cualquier momento, sin embargo, aceptó el riesgo.

—De acuerdo... dígamelo.

—Muy bien—Paul guardó su arma—, siéntate.

(...)

Linda caminó hasta la habitación donde su pareja e hija ya se habían quedado como unas dos horas. Ella intentó tranquilizarse y actuar con seriedad. Tocó la puerta, y encontró a Heather y Paul hablando con normalidad.

—Tendremos una cena para celebrar la ejecución de nuestro futuro gran plan, ¿Los interrumpí?

Heather estaba llorando, Paul se mantenía erguido y firme, como había dicho él... no tenía empatía.

—Claro querida—se levantó de la silla—, vamos en un momento.

— ¿Todo bien?

—Sí querida, es más—Paul tomó la mano de Heather—, deberías alegrarte. Heather y yo estaremos juntos, como padre e hija, nunca nos separaremos, ¿Verdad?

—Sí... sí—tartamudeó.

—Muy bien...—dijo Linda no tan convencida— Los esperamos abajo.

Ella cerró la puerta, Paul soltó violentamente la mano de Heather y encendió un cigarrillo. Ella no dejaba de llorar.

—Es cierto, no debes decirle a Jane. Y-ya... entiendo todo.

—Así es, ¡Alguien que lo comprende!—exclamó Paul con los brazos abiertos.

—P-pero... ¿Cuándo se lo dirás?

—Escucha, es mejor que lo sepas. Esto es una batalla donde sólo quedaremos ella y yo, justo, en ese momento... se lo diré. Pero ahora, ¡Tú no debes hacerlo!, ¿Comprendes?

—Muy bien—asintió con la cabeza—, ahora ya todo tiene explicación. Todo tiene sentido, ¿No te sientes bien por haberte desahogado?

—Es algo con lo que aprendí a vivir—dijo Paul mientras miraba por la ventana—, era algo que me resguardaba no podía decir. Algo que me mantenía callado, sin duda alguna—suspiró—, por eso... me merezco lo peor, y Jane no podía seguir a mí lado.

—Estoy segura que si le explicas todo...

— ¡No es el momento!—gritó McCartney mientras la lluvia caía sobre la ventana— ¡No lo es! Tal vez algún día lo entiendas. Y mejor ya vámonos, no quiero que tu madre se desespere.

—Claro—se levantó.

Mientras salían, Heather dijo una frase incompleta:

— ¿Y cómo se sintió que te hayan...?

(...)

Mientras tanto, en las oficinas de la Scotland Yard.

"Estúpida Heather." Pensaba Jane sentada frente a su escritorio. "No ha regresado, se suponía que se regresaría cuando ya tuviera lo que quiero saber. ¡Pero no ha vuelto! Esa desgraciada no ha vuelto. ¿Y qué tal si me volvió a traicionar? No... no lo creo, es imposible que lo haya hecho. Sonaba tan arrepentida, de verdad... no creo que esto haya sido un nuevo plan, ¿Y si los Wings le hicieron algo? Tengo que comprobarlo por mí misma."

—Cox, Sutcliffe y Best, favor de presentarse a mi oficina—llamó a través de su micrófono.

Los tres mencionados fueron rápidamente a ver a Jane, sabían que ese tono de voz era el que usaba cuando las cosas se pondrían difíciles.

—Los he llamado a ustedes nada más. Necesito a mi mano derecha Maureen, y al inteligente Stuart.

— ¿Y yo?—preguntó Pete.

—Fuerza bruta—dijo Jane sin presunción—, bueno... querido equipo, no he llamado más que a los más fuertes. Vamos a jugar sucio, lo que haremos no tiene permiso por la policía, y es políticamente incorrecto. Pero será la única manera de ganarles a los Wings.

— ¿Qué es, patrona?—preguntó Stuart.

—Oh, pónganse cómodos. Vamos a hacer lo imposible—explicó Jane con una larga y triunfadora sonrisa.

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