15) Escape

Yoko Ono corría como nunca hasta la azotea, su mano derecha cubría su ojo sangrante, pero con la otra mano podía sostener su pistola, tan sólo llegó a dicho lugar, y lo único que su ojo sano pudo ver, fue como el helicóptero de los Wings partía.

—No... ¡No! —exclamó adolorida y vio para abajo.

¡Paul ya no estaba! Ni en el piso, ni agarrándose de los barrotes.

John solamente reía y despedía al helicóptero que ya iba muy lejos.

— ¡Idiota! —gritó Yoko con rabia— ¿Qué hiciste?

—Ya se van—dijo con una enorme sonrisa.

— ¿Por qué?, ¿Cómo le hizo Paul para poder subir de nuevo?, ¡Sólo tenías que pisarle los dedos!

—Podía hacer eso, pero preferí ayudar a Paul para que no se cayera. Llegó el helicóptero unos minutos después.

— ¡Eres un verdadero imbécil! —le pegó con sus manos y la sangre quedó impregnada a la camisa de John— ¡Lo teníamos!, ¡Era nuestro!

—Lo siento—se alzó de hombros—, no pude evitarlo.

—Claro que sí—exclamó con dolor—, ¡Tan sólo tenías que dejar que se cayera!

— ¿Y dejar que los otros Wings me mataran? No soy idiota, Yoko.

— ¡Pero los otros Wings no nos importan! —le soltó una cachetada— ¡Claro que no! Era Paul de quién queríamos su cabeza, ¡Aplastada o no!

—Ya ni modo.

La Plastic Ono Band se retiró de escena con una gran humillación tras sus hombros. Ringo ayudaba a Lee a caminar, y todos partieron de esa vieja casa abandonada. Yoko se puso de mal humor al saber que su objetivo estuvo tan cerca de ser cumplido, y no pudo ser logrado.

(...)

Cuando llegaron nuevamente a las oficinas de la Scotland Yard, Barbara curaba el ojo de Yoko, Jane la miraba con presunción, pues se sentía identificada con ella.

—. ¿Qué? —le preguntó Yoko cuando Barbara le ponía un parche en su ojo izquierdo.

—Nada, nada—dijo Jane y miraba por todos lados.

—Esto no nos hace iguales.

—La misma mujer nos disparó en un ojo—dijo Jane pesadamente—, supongo que eso es motivo suficiente como para odiarla.

—Yo no la odiaba, hasta ahora... pero mi vista es del halcón, así que se joda. Tú la odias porque te quitó a Paul.

—Otra vez con eso, ¡Claro que no! —gritó Jane.

— ¿Entonces?, ¿Tanto show para esto? Es absurdo—añadió Barbara.

—No es un show, ¡Es justicia!

— ¿Justicia para ti, o para los demás? —preguntó Yoko.

Jane ya no dijo nada, y se sentó en su silla principal. Maureen llegó a la oficina con sus dos hijos, y se alegró mucho al volver a ver a su hija sana y salva.

— ¡Lee! —la abrazó con firmeza— Oh mi niña, agradezco tanto verte con bien.

—Mamá—Lee atendió el abrazo—, ups...

—No importa—siguió Jane—, ya todos sabemos que eres su hija.

—Uff... fue lo peor—suspiró.

—Mi hija—Mo' no dejaba de abrazarla— ¡Muchas gracias por recuperarla, Ringo!

—Por nada...—dijo el mencionado.

—Es impresionante, no pensé que te preocuparas por ella.

—Bueno, ¿Qué esperabas? Es mi padre—siguió Lee.

Todos se sorprendieron ante eso, Ringo bajó la cabeza y Maureen no sabía ni que decir.

— ¡Lee! ¿De dónde sacas ese disparate? Ringo no es tu padre.

—Paul ya me lo dijo—explicó.

—Eh... es mentira—siguió Ringo y se dio la vuelta, muy apenado.

—Descuide, lo sé todo—Lee no tenía rencor.

—Dios... ¿Qué cosas tan horribles te hizo ese hombre? —lloró.

—Nada, no me hizo nada. De hecho, me cuido muy bien—dijo Lee con entusiasmo.

— ¿De verdad?

—Por supuesto—Ringo entró a la conversación—, ¿Qué esperabas? No es un monstruo como alguien—miró a Jane—, no es un loco que debe tener a tres niños sufriendo.

—Mira Starr, mejor déjate de tus tonterías—pidió Jane muy molesta.

— ¿Mis tonterías? Es la verdad—la retó con la mirada—, ¡Qué clase de cosas terribles le habrás hecho a esos indefensos!

Jane no era de aquellas que soportaban insultos o que alguien le hablara mal a su cara, así que le soltó una fuerte bofetada a Ringo. Él la miró con mucho enojo y alzó su mano, en señal de que también le pegaría.

—. ¡Ringo! —gritó Maureen para que no lo hiciera.

Pero Ringo era un caballero, así que nada más la asustó con su gran mano. Yoko y John miraban impresionados.

—Escucha—Ringo se alejó de ella—, está bien que seas "la patrona" de la Scotland Yard, que seas la jefa de mi hija, pero no lo eres de nosotros, no eres nada. Y más te vale que no me vuelvas a pegar, porque no respondo.

—Pues solamente te di lo que te mereces—dijo Jane.

—Ya, déjala—dijo John y ambos retrocedieron.

La incomodidad de todos subió ante ese momento, Jane solamente suspiró y tenía rabia por dentro, pues no sabía cómo reaccionar, pues estaba tan acostumbrada al dominio total y completo que se sintió profundamente humillada. Lee rompió el silencio para provocar un ruido peor:

—Como Paul me dijo que Ringo es mi padre, yo le he dado otra información a cambio.

— ¿Qué es? —preguntó Maureen,

—Que "Victoria Asher" es nada más y nada menos que Heather, la cuarta hija de los McCartney.

— ¿QUÉ? —todos reaccionaron violentamente.

—P-pero... ¿Cuándo se lo dijiste? —interrogó Yoko.

—Cuando me cubrió y me abrazó para protegerme de tus balas, le susurré "Victoria Asher es Heather". Tu sobrina es en realidad la hija de Linda—señaló a Jane.

—Eres una... ¡IDIOTA! —le dio una bofetada muy grande— ¿Cómo se te ocurre decirle eso?

— ¡No le pegues a mi hija! —Maureen se interpuso— ¡No te permito que le pegues!

—Best... mira en donde está Victoria y no dejes que se acerque aquí—ordenó Jane furiosa.

Eso mismo hizo Pete Best, salió para procurar y cuidar la entrada. Pero no se esperaría lo que le ocurrió.

— ¿Cómo pudiste decirle? —estaba irritada y muy molesta— ¡Es el colmo! Eres una imbécil.

—Tenía que decirlo... ¡Todos los de aquí saben que Victoria es Heather! —aclaró.

—Mmm... ¿Cómo puede ser posible eso? —John parecía entretenido. — ¿Cómo pudiste quitarle la identidad a Heather Eastman?

—Eso... no se pregunta—dijo Jane poderosa—, está bien... lo arruinaste, arruinaste el secreto de mi hermano y el mío. Pero no importa—suspiró—, ella nunca sabrá su verdadera identidad, y jamás podrá reconocer a sus padres. Lo mismo digo con James, Mary y Stella. ¡Linda y Paul JAMÁS volverán a tener a sus hijos!

— ¿Por qué no? —Ringo reaccionó violentamente— ¿Los matarás a todos?

— ¡Sí es necesario, así lo haré! —dictaminó— Y no importa que los recupere a los cuatro, ¡Ellos nunca los querrán!

—De verdad que eres malvada—sonrió Yoko—, me agrada.

—Juzgas a los Wings por supuestos monstruos, ¡Pero eres peor! ¡Eres más mala que ellos! —gritó Ringo.

—Mira... ¿A ustedes que les importa? —Jane se cansó— ¡Ustedes tráiganme lo que quiero, y les daré protección y el dinero! ¡Ya! Supérenlo, ¡Nunca serán amigos de nuevo! Ahora, ¡Largo! A fuera, nos comunicaremos después Yoko, al parecer eres la única que sabe bien como es la jugada, pero tus perros no.

—Ya, vámonos—ordenó Yoko.

John y Ringo miraron con pesadez a Jane y los tres salieron de su oficina. A fuera seguía Pete, cuidando y dictaminando que Victoria no se acercara, Jane estaba muy indignada, pero... ¿Qué podía hacer? Era la patrona, pero no pudo controlar las acciones de Lee, eso hirió puntos en su ego.

nbY!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top