14) Enfrentamiento

La escena descrita anteriormente quedó así como por unos 10 o 5 minutos, nadie sabía que hacer o decir, si uno se movía o hacía el más mínimo movimiento, los otros le caerían a balazos. Era simplemente el enfrentamiento que los Wings y la Plastic Ono Band estaban esperando desde que esa batalla empezó, verse frente a frente, como los rivales que siempre fueron.

Era muy peligroso que alguien hiciera algo, pero de todas formas, Linda decidió tomar el riesgo:

— ¡Toma! —gritó y le disparó a Yoko en su ojo derecho.

Lo que pudo haberse interpretado como una guerra de disparos sin parar, no fue así, porque en cuanto Ringo y John vieron que su máxima líder estaba en el suelo, cubriéndose su ojo sangrante, tiraron sus armas y alzaron sus manos:

— ¡Podemos llegar a un buen acuerdo! —gritó John.

—No... no, ¡Nada de eso! —añadió Yoko mientras se cubría sus ojos— ¡Mátalo John! —ordenó— ¡MÁTALO!

Linda y Denny se fueron corriendo ante tal furiosa acción y que no podían arriesgarse a ser parte de una trampa de la Plastic Ono Band, Paul también los siguió y el primero huyó rumbo a la azotea. Pero John estaba ciego de rabia que no iba a permitir que se fuera así de rápido.

Ringo se quedó cuidando a Lee y viendo que podía ayudar a Yoko, contactó a Barbara, puesto que cuando llegarían, debía tener su equipo de enfermería listo para atenderla.

—¡Alto ahí! —dijo John una vez que se volvió a ver a su rival.

La tarde era gris y había mucho viento alrededor, casi parecía que venía un torbellino. Paul volteó y miró a su ex compañero y amigo, los dos quedaron frente a frente. Ambos sacaron sus armas y se apuntaron mutuamente.

—En cualquier momento... va a venir nuestro transporte y me iré de aquí... ¿Sabes? —le reprochó Paul.

—No sin antes dispararte—amenazó.

—Bien... ¿Por qué lo harás?

—. ¡Porque asesinaste a Cynthia!

—Jajaja, ¡No me vengas con tus hipocresías! —exclamó Paul muy enojado— ¿Ahora sí te importa? La trataste muy mal, ¡Lo hacías todo el tiempo! Yo no tengo la culpa que ella haya sido una fácil conmigo.

—Mira... idiota...

—La ignorabas—decía Paul para ganar tiempo—, ¡Nunca le dabas lo que ella quería! Placer... ¡Por algo tuvo que ir conmigo!

— ¡La amaba con todas mis fuerzas!

— ¡Qué mentiroso! La amabas tanto que desde antes la estabas engañando con Yoko.

— ¿No se te mordió la lengua? Yo soy el único que sabe que te casaste con Jane, ¡Y la dejaste por la mujer que te hizo tanto daño! —dijo Lennon con rabia entre sus palabras.

—Mira... hasta eso no somos tan diferentes. Sinceramente—declamó Paul y miraba sus botines negros, pero todavía tenía bien sostenía su arma—, no sé qué te hizo enojar más, ¡No sé porque tienes tanto maldito rencor! ¿Es por lo de Cynthia? O saber que Wings es mejor en el mundo del narcotráfico.

— ¡Imbécil! —gritó John furioso— ¡Eso no me importa en lo absoluto! Es por lo de Cynthia, y porque quiero el maldito dinero.

— ¿Quién quiere el dinero?, ¿Tú o Yoko? ¡Te dejas manipular por ella!

— ¡Y tú por Linda!

—Pero yo la amo.

— ¡Te conozco muy bien! —hablaba John sin parar— Sé que no la amas, ¡Sé que tienes tu mente y corazón puestos en Jane Asher!

—No digas tonterías...—se ponía nervioso.

— ¡No soy tonterías! Sé perfectamente que todavía piensas en ella, ¡Pero le temes a Linda! Así como yo le temo a Yoko.

— ¡De todas formas es tarde para retroceder en esto! —las lágrimas de Paul empezaron a salir— ¡Ya no se puede, ya no! Ni yo puedo volver con Jane, ni tú con Cynthia, ¡Supéralo!

—Sí... él que debe dejar el pasado y vivir el presente, ¡Eres tú!

— ¿Yo? Tú eres el imbécil.

—Por lo menos, yo acepto que los Beatles se acabaron... pero tú... ¿Tú qué, Paul? Estás loco, ¡Acepta que está es tu realidad! Un maldito prófugo que volverá a la cárcel.

— ¡Sobre mi cadáver! Y sí yo voy a la cárcel... ¡Te arrastro conmigo! —no perdía su tino a la cabeza de John.

—Tenemos protección por Asher, así que te voy a disparar para acabar con está mierda para siempre... ¡Yo gano Paul, siempre gano!

Mientras seguían discutiendo en palabras, Ringo sacó a Lee de esa terrible casa, Yoko no paraba de gritar de dolor. Y todavía no había pistas ni señales del helicóptero conducido por Linda y Denny, eso se debía a que tenían cosas que arreglar todavía.

—Aquí estaremos seguros—dijo Ringo a Lee—, estamos muy lejos, y por lo menos ya tenemos a Lee, es algo.

—Tenemos que matarlo—decía Yoko con su mejilla rodeada por sangre.

—No pienses, no hables... ¡Diablos, Linda te hizo mierda el ojo!

— ¡Esa no me importa! —exclamó Yoko y se levantó, parecía duendecillo enojado— ¡Donde está mi arma!, ¿A dónde mierda se fue Paul y John?

—Alza la mirada y lo sabrás—señaló Ringo.

Y así es, efectivamente, ellos contemplaron el enfrentamiento entre los dos amigos que parecía no terminar.

—Date por vencido... Linda te disparará si no bajas tu puta arma y te largas—dictó Paul.

—Correré el riesgo, ¡Te mataré primero!

—Yo te mataré... ¡Así como lo hice con Cynthia!

—Y te burlas... ¡Te odio, desgraciado! —gritó John como un volcán.

—Sí... así es... ¡Me burlo!

El fuerte de John no eran las armas, pero era muy bueno con la lucha física, además de que era muy rápido. Así que cuando Paul menos lo esperó, John tiró su arma y lo tiró en la azotea, ahí empezó a golpearlo tan fuerte en su rostro. Los puños de John caían como si fueran una lluvia y le pegaban con tanta rabia sobre la cara de Paul, él no podía quitárselo, reconocía que Lennon siempre había sido el más feroz en el sentido de las peleas y los puños sucios.

Paul lo jalaba de su cabello y quería que se levantara de su cuerpo, pero John tenía una furia ciega que le permitía seguir lastimando a su compañero. Finalmente, Paul pudo alzarse y quedaron de pie nuevamente, este escupió uno de sus dientes, estaba mareado, golpeado, y no podía pensar con detenimiento ni precisión.

Al contrario de John, que sabía excelentemente que hacer, y no sólo eso, tenía una rabia ciega. Al escuchar que el helicóptero ya había prendido, hizo algo precipitado. Aventó a Paul de la azotea con un empujón muy fuerte.

— ¡Ay! —gritó Paul al caer.

Ringo, Yoko y Lee no perdían contacto de esto. Ellos esperaban que Paul cayera como bicho al piso y se desplomara, pero eso no pasó, él pudo sostenerse de un barrote de la ventana, quedando con los pies colgando, pero todavía seguía vivo y resistiendo.

— ¡Sí! —gritó Yoko emocionada— ¡Tengo mi cuchillo especial! Esta es la oportunidad perfecta, ¡Voy a decapitar a Paul!

—Espera... ¡Yoko! —pidió Ringo.

Pero en menos de lo que se esperaba, Yoko volvió a entrar a la casa y subía emocionadamente por las escaleras. Ella tenía un objetivo bien claro y no dudaba en poder cumplirlo.

—John...—lloraba Paul y la sangre de su nariz caía al suelo— ¡Ayúdame! No... ¡No puedo sostenerme más!

John se arrodilló y miró como su compañero hacía esfuerzos súbitos para poder salvarse. Era cuestión de darle un par de pisadas para que cayera y muriera definitivamente.

—John...—Paul alzaba su mirada, todo se veía distorsionado y no podía reconocer que era real o no— ¡Ayúdame! Pierdo... pierdo las fuerzas, m-me... me voy a caer.

John quedaba en su misma posición, no hacía nada, tenía una cara de póquer incapaz de reaccionar.

— ¡¡JOHN!! —pedía Paul en gritos, su mano derecha se había soltado, y sus dedos de la izquierda se deslizaban suavemente. No había duda, iba a caer en menos tiempo del que se lo esperaba.

¿Qué haría Lennon?, ¿Acaso lo iba a ayudar?

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