Capitulo 3: Dragones en el siglo 21 parte 3
Después de un prolongado vuelo, tanto Clay como Cole finalmente llegaron a la casa de este último. La vivienda era de color blanco con tejas verdes, y Cole señaló hacia ella diciendo: "Esta es". Clay observó la casa y aterrizó en el patio trasero.
"¿Tus padres no pudieron elegir una combinación de colores un poco más alegre?" preguntó Clay confundido, lo que llevó a Cole a mirarlo durante un instante antes de responder con tristeza, "Bueno, mis padres se separaron cuando tenía 8 años, así que no podría decirte si fue su elección". La respuesta entristeció a Cole, y Clay, comprensivo, se disculpó gentilmente y mostró un atisbo de tristeza en su rostro.
"No importa...", dijo Cole mientras Clay y el aterrizaban. "Por ahora, será mejor averiguar qué sucedió en esas ruinas y ocultarlo. La gente de aquí no está preparada para... bueno, esto", continuó, haciendo un gesto con las manos.
"¿Qué quieres decir con 'esto'?" preguntó Clay molesto reptiendo el mismo gesto, pero antes de que pudiera continuar, escucharon un extraño sonido desconocido seguido de luces que se acercaban. "Chin..." exclamó Cole. "Es mi mamá", dijo alarmado mientras volteaba a ver a Clay. "Escóndete, yo la distraeré", añadió Cole antes de salir corriendo hacia su madre, mientras Clay buscaba nerviosamente un lugar para esconderse.
Mientras Cole se acercaba al automóvil de su madre, esta bajó del vehículo y corrió hacia él asustada, abrazándolo con fuerza. "Cariño", gritó su madre. "¿Estás bien? Vi una luz que venía del pueblo, así que regresé. No te ha pasado nada, ¿verdad? ¿Estás herido?", dijo su madre, haciéndole innumerables preguntas mientras lo abrazaba con fuerza, dejándolo sin aliento.
"Mamá... por favor... oxígeno", bromeó Cole, alertando a su madre, quien lo soltó al darse cuenta de que lo estaba asfixiando con su abrazo. Le llevó unos minutos a Cole recuperarse, pero finalmente lo logró. "Estoy bien, mamá, y en cuanto a lo demás, estaba con los chicos cuando vimos esa luz", mintió.
"No les pasó nada, ¿verdad?", preguntó su madre, a lo que Cole negó con la cabeza, lo que la tranquilizó y la hizo suspirar de alivio. "Me alegra", dijo su madre mientras se dirigía al automóvil y sacaba algunas compras. "Antes de salir de prisa, hice las compras. ¿Te parece si cenamos?", preguntó. Cole asintió con la cabeza mientras bajaba las compras junto a ella.
Al llegar a la cocina, la madre de Cole notó un bulto extraño en el oscuro patio trasero de la casa. "Um, qué extraño, nunca había visto esa roca. Debe de ser nueva", comentó mientras se giraba. Mientras tanto, Cole observaba que el bulto era Clay y le hizo una señal nerviosa para que se quedara quieto y mantuviera esa forma durante un rato más mientras él y su madre se preparaban para hacer la cena.
Después de la cena, Cole se quedó en la cocina mientras su madre se iba a bañar, agotada por el largo día. Mientras lavaba los platos, Cole hizo una señal a Clay golpeando la ventana de la cocina que daba al patio trasero. Clay, al oírlo, se acercó a la casa. Cuando Cole terminó de lavar los platos, se quitó los guantes y salió con una bandeja llena de frutas que había en la casa.
"Coge, Clay", dijo Cole mientras colocaba la bandeja frente a él. "No es mucho, pero espero que te guste". Clay se acercó y olió las frutas antes de empezar a comerlas poco a poco. "No están mal", comentó.
"Gracias", respondió Cole, agradecido, mientras observaba a Clay comer. "Se nota que te gustan mucho las frutas", añadió sonriendo.
"¡Claro que sí!", exclamó Clay. "Son lo más rico del mundo". Luego, señalando hacia el frente, preguntó: "¿Qué es esa cosa?" Refiriéndose al auto de la madre de Cole.
"Es un auto", explicó Cole. "Los humanos los usamos para movernos hacia muchos lugares que están lejos".
"Interesante", dijo Clay. "Y eso", señalando hacia la casa de Cole, "tu hogar tiene luz, pero no veo ninguna antorcha o fogata". Confundido.
"Eso es porque usamos electricidad", explicó Cole mientras Clay lo miraba asombrado. "Es algo así como pequeños rayos, lo que permite que varias cosas funcionen dentro de la casa".
"Guau", exclamó Clay impresionado.
"Bueno", dijo Cole bostezando, "ya es hora de que me vaya a dormir. Mañana iremos a la casa de Chloe". Señaló hacia una gran construcción de cristal. "Puedes dormir allí, mi mamá no entra. Es mi invernadero, donde cultivo y cuido mis plantas". Dicho esto, Cole se marchó a su casa, pero Clay lo detuvo con su pata derecha.
"¿Qué pasa, amigo?", preguntó Cole al ver al dragón.
"¿Te puedes quedar conmigo?", preguntó Clay. "Este lugar es nuevo para mí, y bueno, quisiera saber más sobre él". Cole miró al dragón y sonrió levemente.
"Está bien, espera a que mi mamá se duerma y saldré, ¿de acuerdo?"
"De acuerdo", respondió Clay mientras se dirigía al invernadero, mientras Cole iba a su casa a ponerse una pijama y a esperar a que su madre se durmiera. Cuando Clay entró en aquel lugar, se sorprendió al ver un sinfín de plantas. Estaba claro que a Cole le gustaba mucho la jardinería. Sin embargo, sin querer, debido a su cojera, chocó con una mesa de plástico, provocando un estruendo. Algo que Cole oyó asustado.
"¿Qué fue eso?", preguntó la madre de Cole.
"Nada, mamá", respondió este. "Es que estaba viendo una película con el volumen muy alto".
Cuando por fin la luz de la habitación de su madre se apagó, Cole, vestido con una pijama color plomo, una chaqueta abrigada y zapatos, salió por la ventana de su habitación con un par de sábanas y una almohada, dirigiéndose al invernadero donde Clay ya estaba bien acomodado para dormir. Era un lugar grande, decorado con plantas y una hamaca. Solían venir aquí a acampar cuando era pequeño junto a su padre.
"Oye, colega, ¿qué fue ese ruido? ¡Por poco mi mamá nos descubre!" dijo Cole, un poco molesto.
"Lo siento", respondió Clay apenado. "Es que ya no me muevo como antes", dijo señalando su muslo derecho donde estaba la marca de la mordida. "Auch", dijo Cole, tapándose la boca. "¿Qué te pasó?"
"Es una larga historia, pero no creo que te interese", dijo Clay, pero antes de que pudiera terminar, observó cómo Cole se acomodaba justo donde estaba, apoyando su espalda en el lomo de Clay. "Sí me interesa", dijo Cole sonriendo, lo que hizo que Clay también sonriera mientras comenzaba a narrarle sus aventuras.
Mientras tanto, en los otros hogares, las cosas marchaban más o menos igual. Alex y Tsunami se encontraban frente a una inmensa piscina en la casa de Alex, mientras Tsunami hablaba sobre su linaje y las aventuras de sus amigos, captando la plena atención de Alex. Alisha y Starflight, de cierta manera, se conectaron. Aunque Starflight no podía ver, de alguna forma sentía que con Alisha era capaz de guiarse mucho mejor de lo que ya podía, mientras ella le contaba sobre el avance de la humanidad y los avances tecnológicos. Al mismo tiempo, Alisha trabajaba en su garaje preparando algo espectacular. No era por nada que era la primera de la clase. Linda y Glory, aunque al principio pelearon, ahora se encontraban conversando. Linda le contaba todas sus hazañas en el boxeo, mientras Glory le mostraba los beneficios de ser una Rainwing. Mientras tanto, Chloe y Sunny se conectaban más en su habitación, que era inmensa, por lo que ambas podían estar allí sin problemas. Al mismo tiempo, compartían todo como si fuera una pijamada.
Con el tiempo, el sueño fue venciendo a todos. Cada dragón se acurrucó con su respectivo humano. A pesar de haberse conocido recientemente, estaba claro que se sentían como si ya hubieran estado juntos antes. Sin embargo, Clay y Cole seguían conversando, aunque el sueño también los estaba alcanzando.
"De todo lo que he visto", dijo Clay, observando al cielo, "a través de mis aventuras, nunca creí que hubiera algo más que encontrar. ¿Sabes? Cuando pasan los años y has visto todo, crees que nada puede sorprenderte".
"Suele ser así. Yo, por mi parte, siempre he crecido aquí, rodeado de mucha normalidad. Cuando eres niño, eso casi no importa, pero cuando llegas a ser un adolescente, ansías ver el mundo, conocer y tener aventuras, resolver misterios o encontrar profecías en templos", dijo Cole emocionado.
"Sabes, yo nunca he creído mucho en que las profecías sean instrucciones de algo o que lleven a un destino fijado", dijo Clay mirando a su amigo humano, quien lo miraba confundido. "¿Ah, no? ¿Y qué crees que son las profecías?" preguntó Cole extrañado por las palabras del gran dragón, quien simplemente rio un poco.
"No creo que quieras saberlo, seguro echaría a perder tu espíritu aventurero", dijo Clay. "Anda, cuéntame", insistió Cole. "Para ti, ¿qué son las profecías?"
"Bueno...", dijo Clay, "para mí, las profecías son pistas que guían hacia la dirección correcta", respondió el dragón. "¿Pistas?", preguntó Cole asombrado por la respuesta.
"Así es", dijo Clay. "También creo que es decisión de quien las lea o quien esté en ellas qué hacer con ellas".
"Tiene sentido para mí", respondió Cole, algo que llamó la atención de Clay. "Las profecías no son como una instrucción, sino una serie de señales, con las cuales tú debes decidir qué hacer, ¿no es verdad?", preguntó Cole.
"Exactamente", respondió Clay.
"Je", rió Clay, "sabes, me caes bien", dijo sonriendo.
"Y tú a mí", respondió Cole. "Siempre he tenido amigos, pero de alguna manera, tenerte aquí es una sensación diferente. Es como tener a un hermano que siempre tuviste pero que nunca viste".
"Es verdad", asintió Clay. "¿Y a ti te gusta cantar?" preguntó.
"Claro, cuando era niño solía cantar en los coros de las obras de teatro. Ahora no tanto, pero sí me gusta", respondió Cole.
"Hay una canción que nos cantaban a nosotros cuando éramos pequeños", dijo Clay. "Pero es un poco sosa".
"No te cortes, hombre", animó Cole. "Cántala".
"Está bien", dijo Clay, tomando aire y empezando a cantar:
"Oh, vienen los dragoncitos,
Vienen a salvar el día.
Vienen a pelear,
Porque saben lo que es correcto,
¡Los dragoncitos, hurra!"
Clay terminó de cantar y observó a Cole, quien se había quedado dormido encima de su pata con una sonrisa en el rostro. Clay se puso feliz con la escena, y con una de sus alas lo cubrió mientras también se disponía a dormir.
"Buenas noches, amigo", dijo antes de cerrar sus ojos.
Mientras dormían, de repente una luz en cada uno de los pechos de los cinco dragones y los cinco amigos humanos empezaban a brillar levemente, como si algo, una pequeña luz, estuviera avivándose dentro de ellos. Aunque la de Clay y Cole, entre todas, era la que más brillaba.
A la mañana siguiente, Clay y Cole se levantaron temprano. La madre de Cole había salido a la televisora por una llamada de su jefe, por lo que Cole se cambió de pijama y se dirigió hacia donde Clay lo estaba esperando para irse. Una vez listos, salieron volando y se perdieron entre las nubes. Cole guiaba a Clay hacia la casa de Chloe.
"Mira, Clay, esa es la casa de Chloe", dijo Cole, señalando una gigantesca mansión, lo que casi hace que Clay suelte a Cole, quien se aferró a una de sus patas para no caerse.
"Perdona", se disculpó Clay, "es que me sorprende que uno de tus amigos viva aquí. Es muy diferente de tu casa".
"Bueno, cada uno vive diferente", respondió Cole. Al llegar, se encontraron con los demás, quienes los esperaban ya con su ropa lista.
"Ya era hora", respondió Tsunami algo impaciente. "Creímos que se habían quedado dormidos".
"No es nuestra culpa", replicó Clay. "La casa de esta chica queda muy lejos, incluso volando. Y hablando de eso, esto parece más un castillo que una casa".
"Bueno, al menos puedo decir que la arquitectura del lugar me impresiona", dijo Starflight mientras inspeccionaba el lugar, algo que llamó la atención de Clay y Cole era que Starflight llevaba unas extrañas gafas puestas en lugar de la venda de siempre.
"Oye, Star", preguntó Clay, "¿qué es eso que llevas puesto?"
"Ah, esto", dijo, señalando las gafas, "son un invento de esta chica. Me dijo que con esto podría moverme, aunque la verdad lo hago bien gracias a esto puedo sentir como se me agudizan mis sentidos".
"Alisha", preguntó Cole, "¿no es el sensor de movimiento para autos que ibas a presentar en la feria?"
"Sí", respondió Alisha, "pero pensé que Starflight lo necesitaba más. Además, puedo presentar otra cosa", añadió sin más que agregar.
"Bueno, querida, si ya no hay nada más que decir, les tenemos una sorpresa", respondió Chloe, dándole la señal a Sunny para revelar un desayuno en grupo. Para los dragones, tenían una gran comida que consistía en unos kilos de carne de res cocinada por un chef profesional, una gran cantidad de fruta fresca y jugosa, y un poco de agua fresca y pura. Para sus amigos, el desayuno consistía en un par de pancakes de espinaca, pan francés y unos huevos poché. Sin más, todos se sentaron y comenzaron a comer. Cole y Clay devoraban la comida, casi atorándose de manera simultánea.
"Estan sincronizados", dijo Alisha ajustándose las gafas. "Ahora son dos", agregó Starflight, quien, aunque no veía, sabía que Cole y Clay eran un par igual.
Después de comer, los chicos comenzaron a hablar sobre lo que sucedió en la cueva que encontraron ayer.
"Mientras sobrevolábamos el bosque", comenzó Alex, "Tsunami y yo vimos un grupo de camionetas y personas muy raras que estaban observando las ruinas del lugar. Por cierto, volábamos muy alto y no se dieron cuenta de que estábamos allí", añadió Tsunami preocupada.
"No tardarán en atar cabos y saber quiénes estuvieron allí", dijo Starflight preocupado. "No podremos ocultarnos aquí mucho tiempo. La gente empezaría a sospechar, y tampoco podemos ir volando por allí sin que nos vean".
"Starflight tiene razón", respondió Alisha. "No podremos ocultarlos por mucho tiempo. Tenemos que pensar en algo".
"Sí, pero ¿qué, querida?", preguntó Chloe mientras Sunny le ponía un ala encima para reconfortarla. Todos estaban muy inseguros sobre lo que pasaría y cómo podrían solucionarlo. Las ideas, las preocupaciones, todo se les mezclaba en la cabeza. Los que más estaban preocupados eran Cole y Clay. Ambos sabían perfectamente que no podrían estar en un mismo lugar sin llamar la atención, y el bosque no era un lugar seguro en estos momentos. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la llamada del mayordomo de Chloe, quien tocaba la puerta que daba al patio. Los dragones se escondieron inmediatamente, mientras Chloe iba a ver qué quería.
"George, ¿qué se te ofrece?", preguntó Chloe. "Disculpe que interrumpa su reunión con sus amigos, señorita, pero un paquete llegó este mismo momento y está destinado... dice que no debe abrirse hasta que llegue a sus destinatarios", dijo mientras entregaba a Chloe un extraño paquete envuelto que solo decía: "Para los Jóvenes Rockwell, Grey, Farnham, Evan y Barton".
"¿Qué es esto?" preguntó Alex, confundido al ver el paquete, mientras los dragones salían de su escondite. Chloe no respondió, simplemente abrió el paquete. Dentro, encontraron un viejo walkman con una cinta que decía "Escúchame".
"¿Quién nos enviaría una reliquia como esta?" preguntó Linda mientras inspeccionaba el walkman. "No sé qué sea esto, pero creo que no resuelve nuestro dilema", dijo Glory. Sin embargo, Cole tomó el Walkman de Linda para insertar la cinta, y de inmediato comenzaron a escuchar lo que estaba en ella.
"Si están escuchando esto, es que mi mensaje llegó hacia ustedes. Escuchen, niños, no tienen mucho tiempo. Tomen sus cosas y váyanse de Mill Valley...
"¡¿Qué?!" exclamó Alex. "¿Que nos vayamos de Mill Valley? Este tipo está loco o qué", sin embargo, los demás lo callaron para seguir escuchando la cinta.
"...Sé que es mucho pedirles a unos chicos de su edad que hagan este tipo de cosas, pero confíen en mí, su hogar ya no es seguro. Yo les explicaré todo a su debido tiempo. Por el momento, cuando llegue el momento yo me pressentare. Tomen lo que necesiten para un viaje largo, ya que por el momento no podrán regresar a su hogar...
"Espera, ¿nos está pidiendo que nos fuguemos de nuestras casas?" dijo Linda. "Soy rebelde, pero no haría eso".
"...Deben entender que ahora que están con dragones a su lado, se volverán el objetivo de muchos malvados que querrán apropiarse de ellos..."
"Justo lo que temíamos", dijo Cole, quien miró a Clay preocupado. Este le devolvió la mirada con igual preocupación.
"...Este viaje que emprenderán será duro y lleno de retos, sin embargo, cuando consigan superarlo, obtendrán un gran poder que nadie más ha podido tener. Tienen hasta esta noche. Dense prisa, ya que los que los buscan no tardarán en llegar".
La cinta se detuvo en ese momento, dejando a los chicos en blanco. Había gente buscándolos, no solo a los dragones, sino a ellos también. Cole sabía que si se quedaban, sus familias y amigos correrían peligro. "No hay opción", respondió Cole, sorprendiendo a todos. "Debemos irnos".
"¡Amigo, ¿estás seguro?!" exclamó Alex. "Somos solo unos muchachos, no podemos irnos así como así".
"Pero si no lo hacemos, ¿quién sabe lo que podría pasarnos, a ellos y a nuestras familias?" respondió Cole. "Lo mejor es irnos por ahora y averiguar qué es o qué sabe este tipo sobre nuestros dragones".
"Detesto admitirlo, pero tienes razón", dijo Linda. "No podemos quedarnos... podríamos poner en peligro a nuestras familias y es posible que los sujetos que Alex y Tsunami vieron en el bosque sean los mismos de los cuales nos advierte el tipo del walkman".
"Entonces está decidido..." dijo Cole seriamente. "Reunámonos en las afueras del pueblo al anochecer, después de que nuestros padres se duerman. ¿Vale?"
"Vale", respondieron todos al unísono.
Durante el resto del día y la tarde, los chicos se prepararon para lo que sería el viaje de toda su vida. Además de empacar la ropa que necesitarían para viajar, cada uno llevó algo propio. Alisha llevó su set de herramientas y varios proyectos pequeños que le servirían, además de llevar un Taser en caso de emergencia y libros para leer. Chloe, por su parte, empacó ropa ligera y un set de cosméticos, así como unos audífonos para pasar el tiempo. Linda empacó unas cuantas botellas de agua y comida enlatada, presentando que iban a pasar un buen tiempo afuera. Alex, por su parte, empacó una tienda de campaña y un set de supervivencia. Finalmente, Cole estaba muy indeciso, pero decidió llevar una guía turística que le serviría de utilidad para las ciudades cercanas y su libro de Historia de los Dragones. Por alguna extraña razón, presentía que lo necesitaría.
"No tienen que hacer esto", respondió Clay afuera de la casa, observando por la ventana de Cole. "Nosotros podríamos irnos y no tendrían que estar en peligro".
"Admiro que seas así, Clay, pero tomamos nuestra decisión, y no les dejaremos solos en esto, ninguno de nosotros", dijo Cole, aproximándose a la ventana y juntando su frente con la de Clay, ambos cerrando los ojos.
Volviendo a su habitación, Cole guardó lo último en su maleta cuando escuchó la voz de su abuelo llamándolo desde abajo. Cole se olvidó de que sus abuelos venían de visita mientras su mamá no estaba. Decidió seguir con el plan después de que se acostaran.
"Coley, ven a cenar", llamó la voz de su abuelo desde abajo. "En su segundo Abu", dijo Cole, haciendo que Clay se riera un poco por el nombre. Durante la cena, sus abuelos le preguntaron a dónde había ido, ya que no lo encontraron cuando llegaron. Cole respondió que había sido invitado por Chloe para desayunar, lo cual los convenció.
Caída la noche, Cole se asomó por la puerta de su habitación para verificar que nadie estuviera despierto. Luego, tomó su maleta y bajó hacia la salida de la puerta trasera. Pero al llegar a la sala, se sorprendió al ver a su abuelo sentado en el sillón, como si estuviera esperándolo. "¿Vas a algún lado, Coley?" preguntó su abuelo al ver la maleta que llevaba su nieto y que él trataba de ocultar.
"No... yo... esto", dijo Cole entrecortado. "Es que Alex organizó una acampada de última hora y no quería despertarlos", dijo nervioso.
"Coley... no me mientas", dijo su abuelo con una sonrisa sarcástica. Sabía cuando su nieto estaba ocultando algo, y esta no era la excepción. "Dile a tu abuelo qué pasa".
Cole suspiró. Su abuelo era bueno, muy bueno. Desde luego, él estuvo en el ejército y era muy bueno detectando cuando alguien ocultaba algo. "Abuelo, es un poco difícil de explicar. Verás...", intentó decir, pero su abuelo lo interrumpió. "¿Por qué no dejamos que tu amigo de allá afuera me lo cuente todo?" dijo señalando a la puerta, algo que sorprendió a Clay y a Cole al mismo tiempo.
Su abuelo, por su parte, se levantó del sillón y puso su mano encima del hombro de su nieto, y ambos caminaron hacia el patio trasero. Clay inmediatamente se escondió, pareciendo una roca en la oscuridad. "Puedes dejar de hacer eso, sé que eres tú", respondió el abuelo de una manera tranquila, algo que sorprendió a Cole y a Clay.
"Abuelo, ¿tú lo sabías?" preguntó Cole mientras Clay se aproximaba hacia ellos. Sus abuelos simplemente se agacharon y miraron a su nieto.
"Sí", respondió el anciano. "Sabía que me ocultabas algo en la cena, y te espié un poco. Lo vi a él", dijo volteando a ver a Clay para luego volver a Cole. "Abuelo, no puedes contarle a nadie, esto...", dijo Cole, pero fue interrumpido nuevamente por su abuelo. "Sé que vas a emprender un viaje muy largo y muy difícil a su lado", dijo volviendo a ver a Clay. "Pero sé que ese es tu camino a seguir".
El abuelo se sacó un collar con una efigie de Dragón del cuello y se lo colocó a Cole. "Desde que naciste, supe que harías grandes cosas. Este es un amuleto que ha pasado de familia en familia", dijo mientras lo ponía en el cuello de Cole. "Te lo doy a ti para que te proteja en tu viaje".
Mientras Cole abrazaba a su abuelo como si fuera la última vez que lo vería, Clay observaba la escena asombrado por la actitud del abuelo de Cole. Este se volteó por última vez al ver a Clay. "Debes proteger a mi nieto", fue lo único que dijo, a lo cual Clay asintió.
Cole se subió a las patas delanteras de Clay, y ambos se elevaron mientras el abuelo de Cole miraba todo en silencio, observando cómo su nieto se marchaba con su Dragón.
"¿Estás seguro de que nuestro nieto estará bien?" preguntó una voz detrás de él. Era la abuela de Cole, quien se había despertado por el ruido del vuelo. "Sé que sí. Nuestro nieto nació para hacer cosas grandes. Él logrará todo lo que se proponga. Y cuando él y su Dragón obtengan 'El Vínculo', se volverán el guerrero y el dragón más fuertes que han existido".
(Aqui puse esta canción, siento que va bien la tonada)
https://youtu.be/tf22c8GVuUM
Mientras ascendían en los cielos, Cole y Clay contemplaban en silencio la casa de Cole, quien la observó por última vez antes de reunirse con todos afuera del pueblo. Todos estaban preparados para dejar su hogar, al menos por el tiempo que fuera necesario. "Listos, chicos... No hay vuelta atrás después de esto", afirmó Cole con determinación. "No podremos regresar hasta que descubramos toda la verdad". Los demás asintieron en silencio mientras eran cargados por sus dragones, partiendo hacia el horizonte.
Mientras tanto, en el bosque, los agentes completaban su investigación en las ruinas. El hombre elegante se acercó a uno de los miembros del equipo. "¿Algún progreso?", inquirió con su habitual tono sombrío.
"Hemos detectado el rastro de energía de 10 seres vivos: 5 humanos y 5 criaturas no identificadas", informó el investigador. "¿Humanos? ¿Había personas aquí?", cuestionó el hombre sombrío con interés. "Sí, señor. Por la cantidad de energía, parecen ser jóvenes de instituto. Pero el rastro se ha enfriado", añadió el investigador.
El hombre se giró sin decir una palabra, dejando a los demás con la intriga. Luego, sacó un arma y disparó contra el investigador, quemándolo ante el estupor del equipo. "Unos simples adolescentes no nos detendrán. Encuentren quiénes son. Investíguenlos en cada escuela, en cada instituto. Debemos encontrarlos. Nada impedirá que el Trono Oscuro cumpla su objetivo".
Continuará...
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