━━XXIII: remember not to forget


(DESBLOQUEA EL PRÓXIMO CAPÍTULO CON +55 VOTOS Y 45 COMENTARIOS)



━━CAPÍTULO VEINTITRÉS━━

【 RECUERDA NO OLVIDAR 】



Sigrid no podía conciliar el sueño. Se movía de un lado a otro, girando almohadas y lanzando otras en un intento por conseguir la posición correcta. Era imposible. Vendaval, dormido cerca del alféizar de la ventana, soltó un aullido y levantó sus orejas cuando ella se volvió a acomodar. Una noche sin poder dormir, estaba bien, a cualquiera le podía pasar. Pero esta ya era la novena ocasión en la que tenía el mismo problema. Nueve noches sin poder dormir.

Un relámpago iluminó el cielo y aquello bastó para que se incorporara de su cama, sobresaltando un poco a Vendaval quien levantó la cabeza y abrió los ojos, reflejados en angustia.

—No pasa nada, Vind. Sigue durmiendo —tranquilizó, aunque ella misma hizo una mueca tras ver el cielo oscuro.

El clima no era de mucha ayuda en noches como esta; con los días de verano a punto de llegar, el cielo se desataba en fuertes tormentas y vientos pesados que impedían que coinciliara el sueño. Debía ser alguna clase de señal o burla hacia ella después de todo. Tantos días así ya era una exageración. Podía ser la presencia de Rekvhan que los intranquilizaba a todos, o podía ser... No.

—Te estás limitando a ti y a lo que crees. —Le había dicho su hermano Erwan antes de que partiesen hacia Kain, para gestionar un par de asuntos. En Berk se había desatado el rumor de que vivir en armonía con personas de distintas creencias estaba haciendo enfurecer a los Dioses y es que, algunos kainianos habían decidido mudarse junto a ella cuando el castillo fue destruido—. Hasta que no aclares tu mente encontrarás una solución.

Solución. Como sí fuera algo sencillo para resolver de la noche a la mañana, Sigrid sabía quién era, en quien creía, en quien se convertiría y parte de su ser estaba ligado a sus creencias. Creía en su Dios tanto como creía en los Señores del Cielo y Estrellas. Dios era bueno, a pesar del sufrimiento que siguió por el camino que le puso. Pero no dudaba de él, tanto como no dudaba de que los Dioses de Hipo eran reales. Eran reales, había sentido a Thor en las tormentas peligrosas y había escuchado a Odín días antes de la batalla.

Sabía que el don que Vendaval le había otorgado estaba relacionado con él y un don como aquel, sobre el recuerdo, no podía quedar a la intemperie. Podría requerir un precio.

Exhausta, encendió una de las velas de su mesa de noche y se calzó las botas antes de abandonar sus aposentos. Los soldados haciendo guardia se sobresaltaron un poco adormilados al verla y Leith, como su guardia juramentado, la siguió a una distancia considerable para protegerla. Doblaron un par de pasillos y bajaron un par de escaleras hasta llegar hacia el exterior, el nuevo castillo reconstruido no era tan grande ni majestuoso como el anterior, pero cumplía su función de albergar y proteger a las familias que vivían ahí.

—Hasta aquí es suficiente —indicó Sigrid saliendo al exterior donde la brisa nocturna la recibió—. Nymeria estará conmigo.

—Estaré aquí, Majestad —respondió el Comandante, haciendo una reverencia y deteniéndose por delante de la puerta.

Cuando estaba en Kain, nunca la dejaban sola. Se había vuelto una costumbre, a pesar de que el enemigo ya no dormía bajo su mismo techo, había paz y tranquilidad. Parte de los soldados, las personas del pueblo y ella misma había desarrollado ese pequeño signo de mantenerse alerta, aguardando a que lo peor viniera hacia ellos. Pero hasta ese momento, el mal no había acechado al Reino. Tendrían que acostumbrarse a vivir así, a la espera de que algo surgiera, porque antes no lo habían hecho y el Reino sucumbió en el caos y dolorosas pérdidas.

No tardó en encontrar a Nymeria golpeando con su cola a un par de troncos para derribarlos, gruñía y observaba con desesperación el cielo relampagueante; sus escamas brillaron en un tono ligeramente morado cuando el cielo se volvió a iluminar y resopló tan fuerte que generó un poco de fuego, que apagó con un golpe de su pata. Al ver a Sigrid avanzar en su dirección, dejó en paz los árboles y se encaminó hacia su encuentro.

—¿Puedes verlo? —Hablar con Nymeria no era una extrañeza, se había acostumbrado durante todos esos años a su presencia y a pesar de que ella no hablase por la mente como Rekvhan, podía sentir que le entendía a la perfección—. A mí tampoco me gusta —murmuró, con la vista en el cielo sombrío iluminándose debido a las centellas—. Parece que nos llama.

Nymeria profirió un rugido angustiado, restregó su cabeza contra Sigrid y se inclinó en sus patas delanteras para que pudiese subirse a lomos. El viento soplaba a su alrededor alborotando a los árboles y plantas a su alrededor; la oscuridad era apremiante, no parecía ser una buena idea, pero lo hizo y montó sobre su silla, donde comenzó a abrochar los cintos. Hipo le había agregado varios a su montura para que no resbalara durante su vuelo, ahora que Nymeria era más grande.

—Sabes a dónde iremos.

El Claro de los Bendecidos, se había convertido en el lugar que trajo consigo las cenizas de los habitantes de las islas Airgead que perecieron a causa de la tribu berserker casi un año atrás. Esa parte de la isla había cambiado, había florecido increíblemente durante ese tiempo y se mantenía como un área sagrada donde descansaban todas aquellas almas víctimas de las consecuencias de la guerra con Kain un año atrás.

Aterrizaron a unos metros del claro, donde se situaba el bosque que fue incendiado tiempo atrás por los berserkers. Esa parte de la isla no se había recuperado, se había vuelto sombría y al aterrizar sobre la tierra era capaz de escuchar la infinidad de susurros desconocidos, desesperados por hacerse oír entre tantas voces. Nymeria gruñó con angustia, avanzando entre los pocos troncos que se mantenían en pie, su vista alerta ante cualquier mínimo ruido. La ojigris desabrochó los cinturones que la unían a su dragona y se deslizó con cuidado.

Cuando pisó las cenizas, el ruido cesó.

—Woden te llama. —Se giró tan pronto escuchó tan familiar y extraña voz, con el ceño fruncido, reconoció a la mujer de la vez pasada. Más vieja y pequeña que antes—. Has ignorado su llamado.

—No he sabido de su llamado —replicó, tomando una de las antenas de Nymeria para no perderla de vista. Repentinamente, todo se volvió frío—. ¿Quién es usted? ¿Por qué me busca?

—El tiempo se acaba, Woden no esperará por ti —prosiguió la extraña mujer, arrastrando la voz en un siseo. Se puso en marcha, haciendo que por instinto Sigrid retrocediera con miedo. Al verla, la anciana río y prosiguió su camino, alejándose del Claro y del bosque—. Todos hacen elecciones, tú también debes elegir.

En el viento su figura desapareció, como aquella vez, dejando una extraña y sombría sensación que recorrió su cuerpo tembloroso. Sin embargo, a pesar de que ya no la veía, podía seguir escuchando su voz una y otra vez pidiendo que hiciera aquello que no comprendía. Elegir. Todos tomaban decisiones, la vida estaba formada de caminos con obstáculos y decisiones por hacer. La vida y la muerte era una decisión. Casarse con Hipo fue una decisión, al igual que convertirse en Reina y adoptar a Eivør. Todo ello se trataba de una encrucijada que la pondría a prueba cada vez que diera un paso al frente.

Los susurros en su mente se intensificaron cuando la anciana desapareció por completo y entonces pudo comprender lo que pedían. Elige. El desconcierto la sucumbió, después de todo, ¿qué era lo que tenía que elegir? A Vendaval o Nymeria; su vida con Hipo o su vida en el Reino, ¿qué era lo que tanto buscaba que hiciera Odín? Se puso en marcha con pesar en dirección al claro, pero antes de salir se detuvo abruptamente al ver la figura de un hombre cuya aura irradiaba grandeza y su simple presencia imponía respeto, los cuervos graznaban a su alrededor sumidos en una bruma grisácea que cubría la mayor parte de su cuerpo.

Contuvo el aliento sin saber a dónde ir, el viento se volvió más frío y las hojas de los árboles se alzaron durante un par de segundos. Luego, el hombre giró hacia ella y la miró con el único ojo que tenía... Donde debía estar el otro únicamente se encontraba la carne cicatrizada y rojiza. Nymeria se removió incómoda y Sigrid tuvo que aferrarse a su antena para no caer.

En un parpadeo, Woden desapareció de su vista y en su mente se quedaron sus deseos. Tenía qué decidir.


⚘❀༄


—Bebe esta taza con té, te sentirás mejor. —Sigrid observó el vaho flotar por encima del líquido sin muchos ánimos, ser incapaz de dormir era la señal para su desgracia. Su madre se inclinó para acariciar su hombro y hacerle el cabello hacia atrás—. Serás capaz de dormir con esto, lo necesitas, tu aspecto es espantoso.

—Mamá no me puedes decir eso en estas circunstancias —replicó la ojigris con un chillido, pero finalmente accedió a beber de la taza. El líquido caliente atravesó su garganta y tuvo que hacer un esfuerzo para no derramar el té—. Estoy preocupada, Hipo está preocupado, todos están preocupados. No sabemos qué hacer con Rekvhan.

—¿Han considerado dejar de perseguirla? Es un dragón salvaje, en cuanto se canse ustedes estoy segura que los cazará —replicó su madre con un tono de desaprobación. Constantemente sus conversaciones eran así, Kenia les reprendía mucho a Niels y ella por vivir como sí no existiera el peligro en el aire—. Han hecho muchas cosas durante este tiempo, no quiere decir que deban encargarse de cada problema que acarree el mundo.

—Bueno, pero Rekvhan despertó de esta isla, mamá —contestó Sigrid con pesar, dejando la taza sobre la mesa—. Creo que sí es mi problema a resolver.

—Lo es sí lo sigues viendo como un problema. —La ojigris abrió la boca para replicar, pero su madre la detuvo en seguida—. Sé lo que ha hecho, aldeas quemadas, barcos destrozados, personas heridas... Es una dragona con la que no podrían competir, ni siquiera Chimuelo. Al buscarla solo se arriesgan a que ella los termine encarando, ¿y luego qué? Vendrá a quemar Kain o a regresar la isla al fondo del océano, como la mayoría de nuestro legado el día de su despertar.

» No puedes ir a dar la cara cuando tu responsabilidad es más grande que esto, eres la Reina y juraste proteger a tu pueblo. Kain es tu pueblo. —Su madre la tomó de las manos y le brindó calor—. Sé que no te mantendrás quieta tan pronto tengas oportunidad de hacer algo, pero piénsalo. Busca la forma en la que tu encuentro con esa dragona no termine en un enfrentamiento y no te preocupes demasiado por lo que pueda hacer, recuerda que tus deberes son más importantes —añadió esa última oración en un tono más bajo.

Sigrid, sin dejar desapercibido ese último comentario, frunció el ceño.

—¿Deberes?

—Tener un heredero, desde luego.

—¡Mamá! —Indignada, la kainiana se alejó del agarre de su madre y Kenia suspiró, bebiendo un sorbo de su taza—. Pensé que habíamos acordado que el deber de la mujer era algo más que producir herederos.

—Y estoy completamente de acuerdo —coincidió su madre—, pero la Reina necesita un heredero.

—Está Niels.

—Ambas sabemos que no aceptará eso. —Kenia se incorporó y caminó en su dirección para tomar sus manos nuevamente. Sigrid la miró entristecida—. No te voy a apresurar y tampoco te volveré a hablar de ello, sí no deseas escuchar mi opinión. Yo sé que tienes a Eivør y es la niña más carismática que he conocido, pero por desgracia no comparte tu sangre.

» Has hecho mucho por ti misma en este tiempo y estoy orgullosa de ti como la Reina, pero sí queremos preservar lo que has realizado y honrar la memoria de tu padre, necesitamos quien siga el linaje. —Sigrid asintió, sintiendo la opresión en su garganta al tomar su último aliento. Su madre se inclinó y sonrió—. La sangre es pesada y se envenena con el grado de ambición en nuestro ser, pero lo que Tiberio hizo en nombre de los Whiterkler no es el limitante de la persona que te convertirás si mantienes la línea sucesoria.

—Me preocupa ser cómo él —admitió al cabo de unos segundos, soltando el aire retenido en sus pulmones—. Pensé... Sí yo era la última, no ocurriría lo que pasó aquí. No habría peleas por la sangre, herederos, ni linaje.

—Lo comprendo, Sigrid —comentó su madre con tranquilidad, acarició su cabello y besó su frente como hacía tiempo atrás—. Pero en ti recae algo mucho mayor a tus temores y aspiraciones, posees el recuerdo de los lobos. Memorias y recuerdos que han sido pasados a cada Whiterkler, no podemos perder eso también.

Sigrid asintió, a pesar de que la plática no le había hecho demasiada gracia. Suspiró y se alejó de la sala para admirar detrás del ventanal las cabañas reconstruidas de los kainianos. Tomó tiempo y esfuerzo llegar a dónde estaban ahora, recursos que estuvieron a punto de dejarlos en la ruina, pero tras un arduo trabajo, consiguieron devolverle vida a la isla; a lo que alguna vez fue, un reino.

Cuando quiso añadir algo, su madre ya había abandonado la sala.

Abatida, Sigrid se encaminó a la sala del trono.


⚘❀༄


A Niels no le costó encontrar a su hermana, sentada sobre la rama alta de un árbol con la vista cabizbaja. Pudo percatarse de que algo le pasaba, pero eso no impidió que no pudiese jugarle una broma. Envuelto entre las sombras de Holthrack avanzó con sumo cuidado, sus pisadas suaves presionaron ligeramente la tierra bajo él y contuvo el aliento hasta aproximarse lo suficiente a ella por detrás y la tomó de los pies. Ella de inmediato reaccionó, sobresaltada por la impresión y uno de sus gritos resonó en el bosque haciéndole carcajear.

—¡Dioses, Niels! —exclamó asustada al reconocerlo, se llevó una mano en el corazón y se recargó contra el tronco—. Te mataré, cuando me pueda bajar —añadió horrorizada.

—¿Ah sí? —replicó este ampliando una sonrisa—. Mamá se puede enojar.

—Un disgusto que tendré que sobrellevar —replicó con los ojos entrecerrados, lo vio escalar sin dificultad hasta subirse junto a ella y le dio un codazo—. ¿Qué quieres?

—Te alegrará saber que he encontrado un antídoto para el veneno que los cazadores suplementaron en Draco —comentó Niels alzando los hombros, su hermana tuvo que agarrarse del tronco para no caer—. Muy buenas noticias, tendrás que darme una recompensa.

—Nunca aceptas mis obsequios —replicó ella ceñuda, empujándolo con el brazo.

Niels río y negó con la cabeza, claramente no lo hacía porque sus regalos eran de estilos que él no utilizaba, como una ocasión cuando le trató de dar un jubón plateado para que lo vistiera o cuando quiso organizar un baile para que las damas lo cortejaran.

—Ya sabes porqué.

—Estoy ofendida.

—Cálmate. —Niels negó y giró su cuerpo de lado para poder recargar una de sus piernas sobre el tronco y apoyarse en su rodilla—. Tendremos que regresar a Berk cuanto antes, ¿ya has arreglado todos esos asuntos que tenías que ver?

—Ya, realmente no ha sido mucho. —Sigrid suspiró y observó el brazalete que su hermano le había obsequiado tiempo atrás, acarició el frío metal y lo giró con sus dedos—. ¿Crees que tus Dioses existen? —preguntó al cabo de un tiempo, cuando ambos estuvieron inmersos en un profundo silencio.

—Lo creo —respondió él sin dudar, la miró con extrañeza y alzando una ceja—. ¿Tú no crees en ellos?

—No lo sé.

—Tus amigos creen en ellos —continuó el ojigris y él mismo observó cada uno de sus tatuajes, la mayoría de ellos eran runas con distintos significados—. Y te casaste con un vikingo.

—Bueno, pero es realmente distinto —respondió abatida, devolviéndole la mirada—. El poder del recuerdo y la sanación, ¿crees que sea por Odín?

A Niels le extrañó aquella pregunta o el rumbo que había tomado la conversación. Durante todo ese tiempo, se habían acostumbrado al hecho de que habían sido criados bajo distintos Dioses, pero nunca se pusieron en cuestionamiento o duda sí seguían creyendo en ellos a pesar de todo. Ambos se encontraban en una línea que hasta el momento no habían traspasado, aceptando las creencias del otro sin cuestionarlo.

—No lo creo, tú tienes el don y fue por un lobo cuya sabiduría pasó de rey a rey —comentó—. Los Whiterkler no han tenido descendencia vikinga, ¿no es así?

—No, no la han tenido. Tienes razón —respondió, pero el ojigris pudo sentir el nerviosismo en su voz.

—¿Ocurrió algo?

—No, únicas imaginaciones mías —dijo y, sin añadir más, se incorporó y se apoyó del cuerpo de Nymeria materializándose a su lado para bajar—. Tengo que ir a empacar, ¿regresaremos a Berk, no?

—Podemos demorar el regreso sí tienes cosas pendientes por hacer —dijo su hermano sin moverse de su lugar, extrañado por su comportamiento.

—No, no, para nada —replicó con seguridad sin perder su camino hacia el castillo, Niels negó para sí mismo—. Ya no tengo nada que hacer aquí.

—Sí tú lo dices —murmuró para sus adentros.

Permaneció ahí sobre la rama por un buen tiempo, Kain había cambiado mucho en todos esos meses. De haber sido una isla amplia con espacios inhabitables de sobra, ahora era diferente. La mayoría de los bosques y cerros fueron consumidos por el océano cuando Rekvhan despertó, consumiendo gran parte de la isla y las pertenencias de los kainianos. El castillo había terminado en su totalidad destruido, salvo por las zonas generales que se mantuvieron intactas y de las cuales se alzó el nuevo hogar de su madre.

Los pueblerinos mismos también sufrieron incontables pérdidas que sumergieron al reino en una gran crisis cuando se agotaron los recursos, la mayor parte del oro quedó en las profundidades del mar y gran parte de lo que se rescató fue concentrada en la construcción de casas y espacios para habitar y cultivar de nuevo. Los primeros meses fueron los peores, la reducción del espacio, la falta de comida y de un hogar al que regresar, la gran crisis económica que no les permitió comprar a los mercaderes y lo ocurrido en la guerra, fueron algunas de las razones por las cuales varios kainianos decidieron mudarse con Sigrid a Berk, teniendo que hacer de lado sus prejuicios y acostumbrarse a vivir en cercanía con dragones. Aquello fue una de las mejores decisiones que pudo Sigrid tomar, tomó semanas el que se acostumbraran, pero con ellos trabajando en Berk y con los pocos en el Reino consiguieron devolverle la vida a Kain, aunque no fuera lo mismo.

Niels nunca tuvo el deseo de separarse de su nuevo hogar, se había prometido que les daría la oportunidad a su familia y tener la oportunidad de conocer a su madre. En ocasiones, anhelaba su antigua vida, convivir con su familia adoptiva, salir a volar junto a Idunn o entrenar con Alistair. Despegarse de lo que fue alguna vez costó más que cualquier cosa y tuvo que aferrarse a la pequeña espina clavada en su pecho preguntándose sí tendría que esperarse a hacer las paces con su madre hasta que esta muriera como lo hizo Branden.

El bosque se sumió en una profunda oscuridad cuando menos se dio cuenta, el ojigris se sostuvo del tronco alzando la vista en busca de lo causante. Al percatarse de que no eran las nubes o el mal clima el responsable de esa oscuridad se incorporó de inmediato y subió a lomos de su dragón tras llamarle con un silbido.

Fue como una avalancha, el aire soplaba con fuerza y los propulsaba hacia el suelo. Tuvo que sujetarse con fuerza de las correas de Holthrack para no resbalar, el aire se volvía cada vez más pesado cuando trataban de ascender. La tierra bajo ellos se levantó con el movimiento del viento y tosió cuando el polvo ingresó a sus pulmones.

—¡Más alto, Holth! —indicó con pesar, se sujetó de las riendas con una sola mano y con la otra se cubrió la boca y la nariz—. Tenemos que seguirla.

Sí sus sospechas eran las correctas, aquella debía ser Rekvhan dirigiéndose hacia algún lugar en el sur. Su Derviche Diabólico se tomó tiempo en ascender, la fuerza de las alas de la Tempestad Alada lo regresaban cada que intentaba alcanzar una altura superior, pero no se rindió. Esta era una de las raras ocasiones en las que Niels tenía la oportunidad de verla, a pesar de su gran tamaño, cuando hacía sus ataques y la perseguían era difícil seguirle el rastro. Conseguía esquivarlos y desaparecer tras el rastro de las tormentas que dejaba a su rastro.

—Necesito que nos cubras en la sombra —pidió a su dragón, acariciando la zona inferior de su cuello—. Ya sabes cómo.

Un rugido fue lo que recibió como respuesta, pero su dragón acató la indicación. Sopló de su fuego oscuro hacia el cielo, una considerable cantidad que se transformó en humo negro como las sombras. Años de práctica y entrenamiento habían permitido que Niels pudiese acostumbrarse a su táctica, protegiendo a sus pulmones del humo. Entre los bolsillos de sus pantalones extrajo el pequeño instrumento elaborado para evitar ingerir de este y se lo colocó sobre el puente de su nariz.

A medida que ascendían fue más claro distinguir los pequeños relámpagos que emergían desde el cuerpo de la dragona, cubierto bajo las nubes mismas. Él no aminoró el paso, aunque se condujo con demasiada cautela e indicó a Holthrack que no atacara. Seguirle el paso no era tarea sencilla, la Tempestad Alada era veloz y no tenía idea hacia donde se dirigía, debajo de ellos la neblina se expandía perdiendo de vista si seguían en Kain. Entonces unos nuevos rayos se proyectaron, pero a diferencia de los que emanaban del cuerpo de Rekvhan estos eran más oscuros y grandes. A Niels no le costó reconocer a la dragona de Daven, una skrill llamada Vengadora y cuando salieron del humo pudo confirmarlo.

—¿Reconoces a dónde se dirige? —preguntó sin más preámbulos cuando se igualó en la altura de su amigo.

—Vamos hacia el sur —dijo Daven con exasperación—. Me parece que se dirige más allá del mar.

—No consigo distinguir nada por la bruma —comentó el vikingo algunos minutos después, continuaban volando por debajo de la dragona sin suerte alguna de alcanzarla o superarla sobre el cielo—. Tendré que descender para seguirle el rastro.

—Sería una locura, no se ve nada en ninguna posición, la neblina la cubre en su totalidad —replicó Daven con los ojos entrecerrados, el cuerpo de su dragona emanaba bastantes rayos provocados por los del cuerpo de Rekvhan—. Basta ya, Vengadora.

Vengadora. Así la había nombrado el día que formó vínculo con su skrill, la razón de que tuviera un dragón fue porque el mismo Niels le ayudó a domarla cuando apareció en Kain pocos días después de la guerra trayendo mayores tormentas y relámpagos.

—Tienes razón. —Con un ágil movimiento, el ojigris jaló las correas de su dragón para detenerlo y quedaron suspendidos en el aire—. Regresemos a Kain, ya es tiempo de preparar todo e irnos de inmediato a Berk. A estas alturas el Furia Espectral es el único que posiblemente nos pueda ayudar con esto.

Daven no le contradijo, se pusieron en marcha, dejando atrás la tormenta formada por el batir de las alas de Rekvhan. Solo cuando estuvieron cercas de la tierra, Niels pudo escuchar la clara voz dentro de su mente, como un intruso tratando de alcanzar su interior. Confuso, alzó la vista para encontrar los ojos eléctricos de la Tempestad Alada, mirarle y gesticular una sola palabra, un nombre «Ilan».


⚘❀༄


Kristoff admiraba la tranquilidad que producía la soledad en lo alto de las colinas berkianas, mientras Patapez terminaba de preparar las muestras del antídoto de las garras de Draco antes de enfrentarlo.

Sigrid y compañía, habían regresado un días atrás de tan exhaustivo viaje en el Reino y Margaery junto a las otras damas lo habían hecho tres días atrás. A Kristoff le gustaba convivir con Margaery, habían compartido muchos momentos cuando fue gravemente herido, no podía olvidar la bondad con la que le había velado las noches, vendado las heridas y curado los golpes. Era realmente extraño la forma en que la vida formaba vínculos emocionales y amistosos, años atrás Kristoff no hubiera creído ser amigo de la rubia siquiera. Siempre conoció a las amigas y damas de Sigrid solo por eso, pero nunca tuvo un acercamiento real hacia ellas —a excepción de Lyanna, claro— y el que ahora el destino les hubiera unido los caminos, era realmente extraño.

Como sí la hubiese invocado, al ojiazul le sorprendió vislumbrar la cabellera dorada de la kainiana aproximándose a su encuentro. Portaba un vestido rosa de mangas largas que resaltaban su piel etérea, parpadeó un par de veces para asegurarse de que era ella y cuando lo comprobó, se incorporó para recibirla.

—Es un largo camino para llegar hasta aquí —comentó cuando ella terminó de aproximarse.

—Lo acabo de descubrir —asintió Margaery, alzando los hombros con una sonrisa sellada—. De repente me surgió la intriga de caminar y aproveché para traerte un mensaje.

—¿Un mensaje? —Kristoff frunció una ceja y la miró expectante.

—Niels ha encontrado una manera de extraer el veneno del dragón y Patapez ya tiene los antídotos —respondió—. Estarán en la arena de entrenamiento, te esperan ahí.

—No se diga más, gracias Margaery —comentó con sinceridad, se giró para buscar entre la maleza y sonrió al ver a Nerion tratar de pasar desapercibido, con un silbido el dragón verde de armadura plateada se encaminó hacia él, dejando estupefacta a la rubia.

—¿Este es tu dragón? —preguntó atónita cuando se aproximó Nerion hacia ellos, su mirada estaba fija en ella, con las garras sobre la tierra y una posición de alerta—. Pensé que estaba más chico.

—Ha crecido solo un poco —dijo el rubio con un encogimiento de hombros, lo saludó palmeando su cuerpo y se giró para ver a su amiga—. Te puedo llevar de regreso a la aldea, vamos.

—Esa no es manera de que me invites a salir —replicó Margaery con una ceja alzada.

Kristoff que no estaba acostumbrado al trato con las chicas, sintió como el calor ascendía hacia sus mejillas.

—Yo... no...

—Descuida, ya me invitarás en otra ocasión.

Atónito en sus propios pensamientos, el rubio no se dio cuenta cuando montó a Nerion y se pusieron en marcha hacia la arena de entrenamiento. Su corazón latía rápidamente y su mente era todo un lío de sentimientos. Regresó a su realidad cuando aterrizó a metros de la arena, cuando los rugidos de Draco resonaron en todo a su alrededor alterando a los dragones próximos a él y al mismo Nerion quien salió huyendo tan pronto se bajó de su lomo.

Al llegar vio a Said, Daven y Niels sujetar firmemente la correa que sujetaba a Draco para impedirle escapar; pero a pesar de sus esfuerzos el dragón demostraba tener más fuerza que ellos. Sin perder tiempo, el rubio corrió hasta sus amigos y tomó el borde de la soga para ayudarles a ejercer presión.

—Será doloroso, así que deben inmovilizarlo —dijo Hipo, aproximándose con un pequeño frasco de cristal. Las garras de Draco se clavaban sobre la tierra y su cuerpo temblaba frenéticamente luchando por resistirse a lo que sea que le iban a dar—. Patapez, ahora.

El vikingo, quien se había colocado unos guantes de piel, se aproximó rápidamente hacia el dragón y tomó los bordes de la boca del Furia para abrirlos, no sin antes cerrar los ojos. A pesar de que no habían transcurrido ni cinco minutos desde su llegada, Kristoff podía sentir el sudor correr de su rostro y sus manos arder ante la presión ejercida de la cuerda para inmovilizarlo. Vio a Patapez soltar un gritillo cuando Draco intentó morderlo, pero Hipo rápidamente vertió el antídoto hasta su garganta, sujetándole el puente de la nariz para evitar que se moviera.

—Ya. —Jadeó cansado, no hizo falta decirlo una segunda ocasión, Patapez saltó de lado alejándose y los demás soltaron la correa. Kristoff observó sus manos temblorosas y rojas, calientes por la fuerza acumulada—. Hay que darle su tiempo, no se acerquen mucho.

Terminando de ingerir el líquido, el Furia Espectral se mantuvo con la mirada cabizbaja y la boca abierta. Escupió saliva y luego un líquido verdoso que lo hizo toser, pero el rubio alcanzó a distinguir el cambio en sus ojos. ¿Sería posible?

—Draco —llamó Hipo, pasando saliva por su garganta.

El berkiano estiró una mano en su dirección, pero no se acercó. Las orejas de Draco se levantaron, reconociendo su nombre y aquello le hizo suspirar aliviado, debía ser una buena señal. Se atrevió a dar un paso al frente y lo volvió a llamar. En esa ocasión, el Furia Espectral alzó la cabeza y los miró a todos con desconcierto, los ojos fijos ante una posible amenaza.

—Será mejor sí traemos a Valka, ¿no creen? —preguntó Patapez con miedo, mirando nerviosamente al dragón frente a él.

—Sí —concordó Said, caminó lentamente hacia la salida y mantuvo sus ojos fijos en el dragón con desconfianza y el semblante duro—. Nosotros no podemos hacer nada contra él, lo mejor será dejarlo.

Lentamente, uno a uno abandonó la zona de entrenamiento, sin perder la vista del Furia Espectral ante un posible ataque. Kristoff vio al dragón con desconcierto, la letalidad en su mirada y el peligro mismo que exponía en su alrededor para cualquiera que cruzase su camino; no era un dragón que pudiera ser domesticado, se preguntó cuántas personas habrían muerto a su ataque, pero de alguna forma, su madre logró entrenarlo y vincularse a él.

—Me quedaré aquí a cuidar que no se escape —dijo a los demás cuando salieron—. Descuiden.

Ansiaba fervientemente encontrar una posible conexión hacia su madre. Era lo único que quedaba de ella, una parte de su cariño y su alma había sido vinculada a ese dragón. Quizás ese fue el motivo por el cual Sigrid nunca tuvo rencor hacia Draco, por el cual él mismo se sentía intrigado.

Suspiró y permaneció dentro de la arena, cerrando la puerta tras de sí. Se recargó en el muro a su lado y el Furia Espectral centró sus ojos en él. Azul eléctrico, como las tormentas nevadas en Kain. Él pareció comprender lo que quería descubrir, porque enseguida le mostró a su madre, como era en su juventud y todo por lo que pasaron. Y Kristoff se prometió una sola cosa.

No olvidar. 

Hola holaaa

Tras una gran eternidad en lo que se cumplía la meta de votos y comentarios, he traído finalmente el capítulo 23. Me gustó escribirlo, pero siento que hay unas cositas que no me convencen del todo ¿?, estuve corrigiendo, escribiendo, borrando y nada me convencía, esto fue lo que mejor pude darles soo, espero que les guste <3

Hoy 31 de julio es cumple de Niels, así que por ello les traje el cap ya tarde, pero se logró!!! 

en fin, no tengo mucho que decir, ya solo queda un cap para cerrar este temita de Draco y Rekvhan y ya en el 25 comenzamos the hidden world que es lo que más ansío, pero haganme saber sus opiniones, ¿hay alguna escena en particular que les gustaría leer? ¿qué personajes les gustaría que narrara el siguiente cap? 

Friendly reminder que tengo la precuela escrita con la historia de Naara Whiterkler por sí quieren leer, se encuentra en mi perfil como "El camino de los caídos", y tengo canal de difusión por si les interesa, les dejo link aquí en comentarios <3. 

Voten y comenten para poder actualizar más pronto!<3


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