━━IX: problems and hope


━━CAPÍTULO NUEVE━━

【 DE PROBLEMAS Y ESPERANZA 】

El sol estaba en su punto más alto cuando Erwan arribó al reino de Kain. Había decidido descender en la zona menos concurrida del reino, el que le hubiese revelado la verdad a Sigrid no significaba que el resto del reino lo supiera y esta era su primera vez en Kain, lo que por alguna extraña razón lo hizo sentir extraño.

—¿Quién eres tú? —preguntó una extraña jovencilla, seguro había visto las alas nocturnas de Holthrack extenderse en medio de la nieve. Erwan suspiró y alzó una ceja al mirarla—. Habla o tendré que llamar a los guardias.

—¿Para qué?

La joven tenía el cabello pelirrojo, algunos mechones resaltaban en naranja por los rayos del sol. Usaba un vestido sucio por el polvo y estar cerca del fuego, debía ser alguna de las jóvenes que trabajaban en la cocina. Ella, al sentir la mirada nada discreta del desconocido, apretó los puños y Erwan sonrió.

—Para que te lleven con la reina.

—Ah, entonces llámalos, a eso vengo —comentó, cruzando los brazos sobre su pecho. La pelirroja pudo ser capaz de ver las marcas en sus brazos, tatuajes—. ¿No les vas a hablar? —agregó, al ver que había quedado muda.

Unos minutos después se encontraba en la entrada del salón principal del castillo. El mudo en esos momentos fue él, jamás había visto una construcción tan grande, la altura era tan impresionante que ni aún siendo un gigante sería capaz de tocar el techo. Había adornos colocados delicadamente en ciertos espacios, el dorado y el blanco destacaban en toda la construcción, Erwan tuvo que detenerse por algunos segundos para admirar las armaduras apostadas en las esquinas de cada habitación en conjunto con algunos cuadros. A través de la correspondencia, Sigrid solía contarle que le gustaba pintar y no pudo evitar preguntarse, sí alguno de esos cuadros serían de ella.

Todo era perfecto a simple vista, el espacio, el lugar, las armas, el oro; y aun así, Kain era un reino que estaba a punto de perecer de acuerdo a sus visiones. Los lobos lo habían visitado entre sueños de igual manera, le habían mostrado recuerdos de su infancia y de sus padres, así como también le habían dejado una advertencia para nada sutil. Un lobo no es amigo de un dragón. Y por más que le daba vueltas a eso, no lograba entender lo que le querían decir. Él era un dragón, no un lobo. Su vida estaba en Fair, sus obligaciones y sus lealtades estaban allá. No en Kain, no en el reino, no en su sangre. Sin embargo, aquella advertencia no lo habían dejado tranquilo y por ello no había tenido otra opción más que acudir a Kain. Era tiempo, tiempo de conocer a su madre y ver a Sigrid.

—Vamos, es por aquí. —La pelirroja apresuró el paso para que él también lo hiciera. Erwan no entendía porque ella lo escoltaba—. La reina...

—Sigrid —asintió él.

—La reina lo estará esperando —continuó ella.

Erwan no respondió y asintió, atravesaron un pasillo en el que había cuadros. Por el porte y la corona, dedujo que se trataban de los antiguos reyes. El rostro de algunos no estaba definido con las pinturas, pero en todos estaba marcado el emblema del lobo y los ojos grises resaltaban en las pinturas. Erwan los vio uno a uno, todos eran rostros distintos y desconocidos para él, hasta que llegó a los últimos. El que sería su abuelo, su retrato había sido hecho en alguno de sus años de juventud; esa pintura tenía más colores a diferencia de las antiguas, los ojos plateados resaltaban al igual que su cabello dorado, pero el gesto en su rostro le recordaba mucho a Sigrid durante una de las ocasiones en el que la vio en Fair. Al llegar a la pintura de su padre se detuvo, el aire se le fue, estaba tal y como lo recordaba. Ojos grises, la piel morena, el cabello oscuro; pero su rostro mostraba alegría, ¿habría llegado a ser completamente feliz sin él en su vida?

—El rey Branden —dijo la joven al seguir su mirada—. Un buen hombre, el reino se siente vacío desde su ausencia.

Erwan no respondió ante aquello, asintió y apremió el paso. Aún no estaba listo para aceptar los motivos por el que sus padres lo habían abandonado en Fair, aún necesitaba algo de tiempo para procesar.

—En estos momentos la reina se encuentra algo ocupada, pero puede esperarla en los jardines o la biblioteca —comentó la joven y el azabache asintió, doblaron otro pasillo al que Erwan no dudó en prestar atención por sí se perdía.

El castillo era amplio, enormes hileras conformaban las paredes gruesas que daban a distintas habitaciones, algunos pasillos eran más estrechos que otros, el lugar era todo un laberinto de salones y montículos hasta que salieron a un espacio más amplio, donde el aire frío entraba por las aberturas de los muros. Después de caminar durante siete minutos más, finalmente llegaron a las puertas de la biblioteca, la cual era tan grande como las otras habitaciones y al extremo de esta, se encontraban dos puertas blanquecinas que daban paso hacia el jardín y ahí fue donde se dirigió.

⚘❀༄

—Entonces, sí he entendido bien... —Sigrid lanzó una mirada incrédula a una de las damas de la corte con la que no había tenido la oportunidad de conocer tiempo atrás—. Usted ha venido a solicitar una audiencia para pedirme que me case.

—Así es, Majestad. —La mujer hizo una reverencia y Sigrid se abstuvo de poner los ojos en blanco—. Con su debido respeto, han pasado varios meses desde que su padre falleció, el pueblo necesita conocer su próximo heredero —añadió, haciendo énfasis en la última palabra, especialmente en la "o".

El comandante Leith que estaba a poca distancia de ella para protegerla, tuvo que mirar al suelo para evitar reír y Sigrid se mordió el labio, cruzando las piernas sobre el trono. Como era de esperar, Lord Tiberio había hecho pública la información de que Sigrid debía contraer matrimonio cuanto antes y aunque faltaban pocos días para que se cumpliese el mes de límite que su tío le había dado, la kainana no había mostrado señales de comprometerse. Tras la desaparición de Nymeria semanas atrás, poco podía pensar en otra cosa que no fuese encontrarla. Momentos como este, la hacían querer lanzarse de la torre más alta.

—Yo no me estoy muriendo todavía —replicó Sigrid con un bufido que no pudo evitar soltar y antes de que la dama hablase, añadió—. Le pido que, por favor, se retire; como puede ver, tengo personas con asuntos más urgentes.

El siguiente en pasar fue un hombre junto a su nieto que lo ayudaba a mantenerse en pie, tenía las prendas rotas y el niño se encontraba descalzo.

—Majestad, son tiempos difíciles desde que el invierno no se ha ido como en años anteriores. —El hombre se acercó un poco más y Leith le ayudó para que no se cayese—. Muchos están cayendo enfermos debido a eso, mi hija murió sin que la pudiéramos ayudar. Vengo a solicitarle tiempo para pagar lo que he debido, algunos soldados se han presentado en mi casa intentando llevarse mis pertenencias, pero son pocas y solo tienen valor sentimental...

—Lamento mucho no haber podido ayudar con la situación de su hija —comentó Sigrid, la preocupación era notoria—. No se preocupe por lo que deba, me encargaré personalmente de hablar con los soldados, sí puede hacer tan amable de comentarle al Comandante el número de escuadrón al que pertenecen, saliendo del castillo le acompañará uno de mis guardias y le llevarán cobijas y alimentos.

—Gracias, gracias Majestad.

La siguiente en pasar fue una familia, el hombre sujetaba a su mujer por la cintura mientras se aproximaban hasta Sigrid lo suficiente. Ellos venían a anunciar la espera de su primer hijo y querían la bendición de Sigrid, quien nunca había sido solicitada para ello y ahora se sentía honrada. Al salón llegaron también mujeres mayores, señores adultos o niños, la mayoría de los problemas eran fáciles de resolver hasta que una mujer entró al salón, presentaba golpes en el cuerpo, las piernas se le veían ligeramente rojas y detrás de ella iba un hombre enojado que debía ser su esposo.

No se esperó a que explicasen el problema, el miedo en los ojos de la mujer eran evidentes. Hizo llamar a sus curanderos para atender a la mujer cuanto antes.

—Majestad, he venido a que la justicia se tome como es debida —dijo el hombre en cuanto se acercó hasta Sigrid, tenía los ojos increíblemente oscuros y el cuerpo tenso, señal de estar enojado—. Encontré a mi mujer yaciendo en la cama de otro hombre, llevamos casados tres años, tomamos el rito y los votos tradicionales, usted sabe la importancia de nuestra fe. Me siento deshonrado, maldecido y herido. He tenido que tomar la justicia con mis propias manos.

El rito conocido como el llamado de la luna era más que conocido en Kain y desde generaciones atrás se llevaba a cabo. Era en ese rito cuando las personas se entregaban en cuerpo, alma y corazón. Era tan sagrado que solo aquellas personas que estarían dispuestas a pasar con una por el resto de sus vidas podían tomarlo. En el reino se podía establecer la justicia sí este era roto.

—Lo he podido ver —expresó Sigrid, un poco disgustada por lo acontecido—. Dígame, señor...

—McFarland, Majestad.

—Dígame, señor McFarland, ¿en qué momento descubrió que su esposa había roto al voto?

—Dos días atrás.

—Y, en esos dos días, ¿fue cuando la golpeó?

—Así es, Majestad.

—¿Cómo lo hizo?

—Utilicé una vara, Majestad.

Se quedó por un momento pensando, estaba claro que el daño ya estaba hecho, que la mujer ya había sido castigada por ello. Pero había algo que no la hacía sentir bien con aquello, las leyes estipulaban que el marido tenía el derecho de ejercer un castigo físico a su esposa cuando sucediesen acontecimientos como romper el voto. Suspiró y recargó la cabeza en el respaldo del trono. Aquello no parecía ser lo más justo, aunque la mujer tampoco había actuado siguiendo su fe.

—¿Qué es lo que me viene a solicitar? —preguntó finalmente, mordiéndose el labio, no podía hacer nada.

—Quiero que se anulen mis votos, para que no tenga que vivir bajo el mismo techo que está mujer.

—¿Tienen hijos?

—Dos, Majestad.

La cabeza le dolió de solo pensar en lo que tenía que hacer. ¿Aceptar la petición de ese hombre que había ejercido fuerza física en una mujer? ¿Qué pasaría entonces con esos niños? ¿La mujer tendría algún lugar donde vivir? Inhaló una gran bocanada de aire mientras relajaba su mente e intentaba pensar en una solución.

—¿Puede decirme cuantos golpes con la vara le dio a su esposa?

—¿Majestad? —El hombre sonó un poco incrédulo ante la pregunta—. Le di los necesarios para que recordase el pecado que había cometido.

—Cuántos —repitió.

—Ciento dos.

El estómago se le revolvió de solo pensarlo y los murmullos se hicieron presentes dentro de la Corte. ¿En que momento había tenido que ser responsable para afrontar ese tipo de situaciones? Sí seguía la ley, el hombre podría estar perdonado... Pero aquello no se sentía como si fuese lo correcto. Ciento dos golpes con una vara de hierro, con razón la mujer poco podía caminar, se agarró la sien y cerró sus ojos por un momento pensando que hacer.

—Deniego su petición —dijo finalmente, antes de que el hombre respondiese se incorporó—. Vivirán separados, sí la mujer no tiene hogar, se le proporcionará uno, el negocio del que se sustentaban será de ambos, bienes compartidos. Y los niños se irán a vivir con la señora.

—Pero Majestad...

—Sí hubiese acudido a mí en cuanto aconteció y no hubiese tomado justicia por cuenta propia, las cosas habrían sido un poco distintas.

La piel se le erizó al ver los ojos de se hombre, inyectados en coraje. Muchos de la corte también hicieron saber su desacuerdo diciendo que estaban en su derecho. Algunos minutos después, dio finalizada las audiencias y se marchó para verificar el estado de salud de aquella mujer.

⚘❀༄

El sol comenzaba a ocultarse mientras avanzaban entre la maleza, los árboles adquirían un tono verde más vivo en esa parte de la isla. Erwan se adelantó para mover un par de ramas y espinas que dificultaban su paso, algunos copos de nieve cayeron por encima de ellos. El señor que había acudido a audiencia con ella tiempo atrás tenía razón, el invierno debía haber pasado desde tiempo atrás. No entendía cómo seguía cayendo nieve, aunque la isla fuese un lugar frío no estaban habituados a que durase más tiempo.

—Por aquí.

—¿Seguro que has hablado con ellos antes? —preguntó Sigrid siguiendo a su hermano, las manos se le enredaron en un par de lianas y tuvo que cortarlas con la daga que le habían dado en Fair tiempo atrás, Erwan al reconocerla, alzó una ceja sin decir nada.

—Tú eres la reina, debías haber hablado con ellos desde hace tiempo —replicó el azabache, adelantándose un par de metros para explorar el perímetro.

Era la primera vez que se dirigían a las islas Airgead de manera legal y por el camino que conectaba con Kain. aparte de la ocasión en la que siguió a Erwan sin su consentimiento no lo había vuelto a hacer, aunque sabía que tarde o temprano debía presentarse hacia la tribu del norte. Avanzó con cuidado de no tropezar y Holthtrack la terminó empujando ligeramente con el ala para que apremiara el paso, la cual la hizo bufar al ver al dragón de su hermano. Una sonrisa triste curvó sus labios, no había tenido noticias de Nymeria desde que Rekvhan la llamó y a lo que su hermano le había comentado, no había sido la única híbrida en desaparecer, Trueno también lo había hecho al igual que otro par de dragones que conocía provenían de dos especies o más. La única solución era conocer más información sobre esa dragona y de acuerdo con el ojigris, la tribu norte les podía proveer de ello.

—No había pensado en ello, sabía que mi papá les conocía —comentó, sujetándose del tronco de un árbol para no resbalar—. Olvidé por completo que tenía que presentarme.

Tiempo atrás cuando el primer Whiterkler arribó a Kain, descubrió que la isla había estado habitada. Para que no hubiesen conflictos o peleas por la tierra, el primer hermano de la tribu norte estableció una alianza en el que no peleasen por tierra y la compartiesen. Desde entonces, cada que un nuevo Whiterkler se sentaba en el trono, debían presentarse ante el hermano de la tribu para continuar con los viejos tratados.

—Ya lo harás.

La separación de ambas islas era fácil de reconocer, los fiordos eran notorios y no se podía cruzar nadando, el río que les separaba era peligroso de atravesar y solo había una manera de pasarlo. Sin decir una palabra más, se subió detrás de Erwan a su dragón y dejó que este los guiase hacia la entrada correcta de la isla donde les estaban esperando. Había un señor de mayor edad esperándoles un paso adelante de los otros, sostenía un báculo cuya parte superior tenía la cabeza de un oso, cuando Sigrid se bajó del dragón pudo verlo mucho mejor. Vestía una túnica de color café y los pies estaban descalzos, los hombres atrás vestían similar, con abrigos del mismo color y las mujeres con faldas que no estaban muy largas. Todos descalzos, el cabello largo, trenzado y ojos increíblemente azules, como el color del cielo nocturno.

—Bienvenida, Sigrid, hija de Branden. —El hombre mayor se acercó, a la mencionada le costó entender la lengua en la que le había hablado, el acento era un poco más marcado. Después de que Erwan hubiese indicado a su dragón que se quedase ahí, ambos se aproximaron hasta ellos—. Bienvenido Niels, hijo de Branden. En su tierra tengo muchos nombre, mayormente me reconocen como el hermano, pero aquí me llaman Kiran.

Erwan se acercó, alzando una ceja, él nunca había revelado su nombre a los hombres de la tribu. Al menos, no el real.

—Los estábamos esperando desde hace mucho tiempo.

Sin más palabras, el hombre se dio la vuelta comenzando a caminar y ellos lo siguieron. Los otros fueron detrás de ellos a manera de escolta, cada uno sosteniendo su propio báculo. Atravesaron una empinada llena de flores medicinales y un arco hecho en base de madera que tenía enredaderas a su alrededor, la parte central tenía inscrita una oración. Encuentro mi camino. Más adelante, se situaban las cabañas, todas eran pequeñas y hechas con madera, al centro había una más grande a las demás y fuera de esta, había una fogata con troncos colocados horizontalmente para que pudiesen sentarse. El olor cambió en esa parte de la isla, Sigrid pudo reconocer la frescura de cedro y nuez. Hipnotizada por el aroma, se dejó guiar por los habitantes de la tribu y los siguió hasta la carpa junto a Erwan.

—Sigrid, reina de Kain, toma asiento conmigo.

Al momento en el que se sentó, una de las mujeres se inclinó en su dirección y la tomó de las manos.

—Esperábamos su visita desde que vinieron los lobos.

—¿Los lobos? —preguntó, frunciendo una ceja. La mujer sonrió y le besó las manos—. ¿Sabían que los lobos nos habían llamado?

—Se habían tardado en hacer el llamado —contestó, Sigrid abrió la boca para decir algo, pero la mujer colocó una mano sobre su hombro—. Los lobos te mostraron algo, ¿qué fue?

—Eran muchas memorias, no pude reconocerlas todas —admitió—. No pude concentrarme en una sola cosa, la mayoría eran memorias de mi niñez.

—El tiempo te permitirá acceder a esas memorias —dijo el hombre de avanzada edad, Erwan se acercó hasta ella y se sentó a su lado—. Dime, Niels, ¿qué fue lo que viste tú?

—Memorias de mi pasado —contestó el ojigris, pasando saliva por su garganta—. Vi a mi padre y a mi madre en el momento en el que supieron que tendrían un segundo hijo y una advertencia.

—Un lobo no es un amigo de un dragón.

—¿Qué significa eso? —preguntó Sigrid al haber recibido la misma advertencia.

—El tiempo es poderoso, valioso e infortunio, la historia no va a recordar los dragones, será el secreto mejor guardado del tiempo —habló la mujer que había estado con Sigrid, la cual se incorporó y se paseó por el lugar para encender la fogata—. Pero el lobo sí recuerda.

¿Qué significa aquello? No comprendía lo que le estaban tratando de decir, ¿debía alejarse de los dragones? Pero, ¿cómo podía ser capaz de hacer eso? Sí había acudido a esa isla en primer lugar para recuperar a Nymeria, ellos debían saber algo acerca de Rekvhan y sus intenciones.

—¿Qué significa esto? ¿Qué tiene que ver con nosotros? —No pudo evitar preguntar Erwan, fijando sus orbes plateados en el hombre mayor, quien les proporcionó un vaso con una sustancia transparente cuya esencia era similar a la brisa del mar, Sigrid la tomó, más no bebió de ella—. Sabemos que ustedes conocen sobre la leyenda de la dragona de la luz, ¿por qué se ha llevado a los dragones?

—El lobo no es solo un símbolo para representar a su familia, el primer rey, Eilad El Primero, nació como un hermano de la tribu norte. Sigrid, hija de Branden, debes conocer ese nombre.

—Nattstjener, esa era su tribu.

—Eilad de la tribu Nattstjerner cambió lo que sería su estilo de vida, él encontró un camino al norte en el que las estrellas y la tierra se alinearon. En el que la oscuridad no dominaba, sino la luz —contó—. Ningún hombre a podido ir tan al norte sin perecer, pero él encontró un soporte, Eilad se hizo amigo de un lobo; no cualquier lobo, un huargo. Sus caminos se unieron como el día y la noche, la memoria y el olvido, el bien y el mal. El lobo siempre fue la memoria y los viejos relatos, dicen que el alma de Eilad El Primero pasó al cuerpo del lobo para no olvidar lo que juntos habían hecho y asegurar su futuro. Ustedes deben escuchar a los lobos.

» Los lobos no les están pidiendo que se alejen de los dragones, le está pidiendo que recuerden y para que lo hagan, necesitan confiar en el otro.

—¡Confiamos en el otro! —replicó Sigrid un poco alterada por la información que estaban recibiendo, un carraspeo la hizo girarse hacia su hermano—. ¿No confías en mí?

—Te conozco desde hace poco, claro que no —dijo él en su defensa y ella lo miró indignada—. Pero entonces, ¿solo eso? ¿Confiar en el otro?

—No, acepta quién eres. —El hombre trazó sobre la tierra con su báculo la runa que simbolizaba el «yo» , el cuarto pilar del que le había hablado Branden para poderse convertir en Reina; dicho símbolo estaba representado por un círculo incompleto cuyo extremo era el comienzo de una flecha que apuntaba al centro de este—. Debes tener siempre en cuenta la persona que eres, conoce tu pasado, encuentra tus errores, acepta, perdona y supera. Lo demás será más fácil.

—Comprendo —asintió Erwan y suspiró—. ¿Podrían hablarnos de Rekvhan?

—La historia de los dragones se remonta desde generaciones atrás, nadie sabe cómo llegaron a existir, pero los Nattstjerner fueron criados con la leyenda de un ser alado de nombre Rekvhan, que con el tiempo fue reconocida como el primer dragón existente. La magia de esta dragona es antigua y toda magia antigua es más poderosa, tanto que ella era capaz de hablar con los primeros humanos a través de su mente, gracias a ese hecho, nació una lengua arcaica para que los hombres se pudiesen comunicar con los dragones y tratasen de comprenderlo —relató la mujer, sentándose frente a ellos. En ese punto, el sol ya se había ocultado dando paso a un cielo anaranjado y unas estrellas a punto de asomarse—. Era tanta la confianza del humano con el dragón que con el tiempo, no solamente Rekvhan fue capaz de comunicarse con ellos, los mismos dragones conocieron esa nueva lengua al igual que las demás personas.

—¿Y entonces? ¿Qué pasó con esa lengua? —No pudo evitar preguntar Sigrid, la idea de comunicarse con los dragones le sonaba completamente fascinante y le intrigaba el pensar que había sucedido—. Ahora esto ya no es posible, ¿verdad?

—Con el tiempo, llegaron nuevas personas que no sentían el mismo afecto hacia los dragones como los antiguos predecesores. La caza de dragones se comenzó a dar desde las ciudades del sur, hasta que la lengua draakiana se fue olvidando, Rekvhan se encargó de eliminar aquello. —Kiran les explicó, dando un par de golpecitos a la tierra con el báculo, el fuego soltó brasas ante esa acción y la llama creció y se encogió en medida del movimiento—. Los dragones que habían aprendido la lengua con el tiempo la fueron olvidando y los nuevos que eclosionaron de sus huevos nacieron sin esa misma habilidad, solo muy pocos conservaron la tradición. Ustedes saben sobre los vínculos del dragón porque tienen uno, pero el vínculo en aquel entonces era más poderoso capaz de unir al dragón y al jinete en mente y alma.

» Eran tan poderosos que juntos el dragón y el jinete se unían, podían conocer los emociones y sentimientos del otro, podían ser capaz de leer la mente del contrario y hablar, aunque, esta unión tampoco era del todo buena. Si el dragón moría, el jinete también. No es tan diferente al vínculo que tienen algunos dragones hoy en día con su jinete, los tiempos vuelven a cambiar y por ello Rekvhan va a regresar.

—No lo entiendo. —Sigrid se giró hacia el anciano para verlo mucho mejor, entendía el vínculo del que había hablado, Nymeria y ella estaban conectadas. Quizás no hablaban, pero ambas sentían las emociones de la otra—. ¿A qué se refiere con regresar?

—Cuando sucedió la caza de dragones la situación se volvió complicada, los mitos dicen que Rekvhan fue apresada y lastimada por un grupo salvaje de cazadores. Los viejos jinetes que conservaban las viejas tradiciones con el tiempo se fueron separando, los Nattstjener nos asentamos en esta isla y todos los años, durante la primera noche de primavera comenzamos con el rito que se hizo en su honor para mejorar su salud, más no fuimos los únicos, el clan Vandraa originario de los jinetes del dragón, también celebraban un festival en honor a la Diosa Dragón.

La canción de Medianoche.

Sigrid la conocía, en Kain la solían practicar como símbolo de buena fe, para tener salud y prosperidad durante todo el año. Con el tiempo, se había olvidado que la tradición había sido originaria para la dragona de la luz, no todos recordaban su pasado. La cabeza le dio vueltas de solo pensar en toda la información que estaba recibiendo, era demasiada.

—Sí Rekvhan fue apresada, ¿cómo logró escapar? —No pudo evitar cuestionar Erwan, atento a los detalles y a la historia contada—. ¿Los jinetes le ayudaron?

—La magia de Rekvhan siempre ha sido antigua y poderosa, con sus últimas fuerzas destruyó la celda en la que se mantenía cautiva y abrió la abertura hacia un nuevo mundo para que los dragones estuvieran a salvo durante su ausencia. Los relatos cuentan que ella no alcanzó llegar a ese nuevo mundo, ella se quedó en una isla, sus escamas cubrieron la tierra y el mar la sumió en un sueño profundo, sí lo que dicen es cierto, sí ella ha comenzado a hablarles por la mente, quiere decir que su sueño esté por finalizar.

Los problemas en el reino pronto se vieron chicos ante lo que se había enterado, habían pasado muchas cosas desde esos años. Rekvhan era un dragón que había perecido tras los humanos, ¿no supondría una amenaza como Muerte Roja lo había sido antes? La piel se le erizó de solo pensarlo, un suspiro escapó desde su garganta reseca y bajó la vista para mirar al vaso del que no había bebido.

—Los dragones híbridos, genéticamente no es posible que existan...

—¿Usted piensa que es la magia de Rekvhan la que lo hizo posible?

—Por eso Nymeria la siguió desde el momento en que ella la llamó por primera vez —concluyó la kainana, sintió su estómago encogerse debido a los nervios—. ¿Cree que la vuelva a ver?

—Eventualmente, todos los dragones regresarán —respondió Kiran—. Ahora, beban de la infusión, les ayudará a que los recuerdos que los lobos le mostraron se hagan visibles en menor tiempo.

Debía de ser importante si la tribu norteña les estaban ayudando, Sigrid no lo pensó dos veces y bebió del líquido espeso que le habían proporcionado horas atrás, el sabor era agridulce y la esencia era similar a la brisa del mar. Al principio, sintió un ligero mareo que al poco rato desapareció. Erwan bebió después que ella y una muchacha se acercó a darles un vaso con agua para que la sensación espesa de la bebida desapareciera. Después de ello y al percatarse que la noche había caído por completo, ambos decidieron regresar a Kain, no habían esperado tardarse tanto tiempo, pero la información que les habían dado era demasiada y de tal importancia, que no habrían podido esperar a otro día para conocerla.

—En Airgead ustedes siempre serán bienvenidos, Sigrid, Reina de Kain y Niels, Jefe de Espías; su padre fue un hombre muy amable con nosotros durante su reinado, nos ayudó en más de una ocasión y por ello estamos agradecidos. Cuando sea el momento, nosotros ayudaremos de la misma manera a ustedes. Buen viaje. Buena salud. Hasta que las estrellas se alineen.

Era imposible ver a través del bosque, las ramas y la neblina dificultaban su visión mientras se hacían paso luego de que Holtrack les hubiese ayudado a cruzar a Kain. Lo conveniente habría sido irse volando, pero el frío era tan insoportable que Sigrid se había rehusado, además, algo no se sentía bien. Mientras caminaban, no pudo evitar girar su rostro a todos lados, la misma acción la repetía Erwan quien había tensado el arco, sus respiraciones eran el único sonido dentro del bosque. Ambos apresuraron la caminata y subieron un par de rocas, pero el ambiente en el lugar era tan abrumador y silencioso que la hizo fruncir el ceño. Con una rápida mirada, Erwan la tomó del brazo y la hizo caminar a su lado.

Dieron vuelta para perderse entre las ramas, la luz de la luna poco les permitió ver a través de ellas y cuando su hermano se giró para pedir a Holtrack que alumbrara un poco con su fuego un pequeño gruñido se escapó de la garganta del Devilish Dervish. Estuvo a punto de gritar cuando vio la flecha impactar cerca del pecho del dragón, pero Erwan fue rápido y la cubrió con la boca.

—Te daré cinco segundos para que te muestres en la luz y dejes tus armas —bisbiseó Erwan con lentitud, soltó a Sigrid y en un ágil movimiento tensó la flecha en el arco.

—Yo te daré tres —respondió la otra voz, a Sigrid le costó entenderla y cuando se giró para distinguirlo una daga se clavó en su espalda.

Un aullido de dolor escapó de su garganta, intentó gritar por ayuda, pero de su boca no salió nada. Las palabras se le fueron de la mente y la vista se le tornó nublada, a los pocos segundos, su cuerpo no pudo sostenerse más y cayó al suelo. Pudo ser capaz de escuchar el grito de su hermano llamarle, para posteriormente ser el siguiente en caer. La oscuridad los envolvió en su manto y ella, se sumió en un sueño profundo.

¡Holaaaaaa!

No escribo capítulos en meses y cuando me da inspo lo hago en menos de un día, dios mioooo, tremendo cap. HAN PASADO MUCHAS COSAS Y ESTO NO LO ES TODO. Prepárense, los próximos caps que se vienen son más duros. En seis capítulos más se finaliza este acto torturoso, pero más datos se van a estar revelando, espero que lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlo.

La info de Rekvhan y su creación, originalmente sería solo para mi historia original que tengo publicada, pero quise añadirlo aquí también <3 es posible que no se le haga tanta mención o el mismo nivel de importancia como tendrá en mi historia pero igual quería que tuviesen ese acercamiento con ella aquí también. Algunos datos que me gustaría aclarar, el clan Vadraa, el vínculo antiguo con los dragones y la lengua draakiana son pertenecientes a mi amiga Carly (olympgdness) en su próximo fic de httyd <3 Esta última esta inspirada en los libros de cómo entrenar a tu dragón donde Hipo habla dragonés y se puede comunicar con su dragón.

Algunas noticias externas al fic que quería comentarles, es que he cambiado los protas del live action del fic. Ya no me sentía cómoda con la idea de mantener actores adultos para representarlos y los he cambiado a unos un poco más acordes, pues mi Sig y mi Hipo son jóvenes. Como pueden ver, dejé a Dalila como Sig pq siempre me ha recordado a ella cada que veo awae y a Harry Collet como Hipo pq MIREN ESE PEINADO QUE TIENE EN HOTD, ES IGUAL. Y ya, sí en estos días o después ven que ando publicando mucho de nuevo soy yo volviendo a subir los apartados con las ediciones nuevas, también más adelante conocerán mis versiones para Said, Kristoff y ellos.

No se desesperen que Hipo ya saldrá en uno o dos caps más, pido paciencia si me demoro, la tesis me tiene del cabello y no me suelta.


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