#O3

Este 17 de Octubre fue tal vez, uno de los mejores días de mi vida.

Como cada noche desde que llegó, subí a mi cuarto con la esperanza de verlo.
Esperé quizás diez o quince minutos, y él no estaba.

Supuse que estaba dormido, quizá comiendo, tal vez no estaba... o tal vez simplemente no quería verme, o no le interesaba y, en el peor de los casos, estaba con alguien.

Mi divulgación terminó casi al instante, pues él había llegado. Una sonrisa se formó en mi rostro, me apegué sin dudar aún más a la ventana.

Él puso sus manos en el vidrio y yo, inconscientemente, hice lo mismo.

Él sonrió, y joder, era el tipo de imágenes que quería recordar toda mi vida, que me la tatuaría porque una obra de arte como lo era él, merecía tal honor.

Luego de un par de segundos –o al menos, así lo sentí–, observé cómo retiraba su chaqueta de su cuerpo, su camisa dejó de ser un impedimento para observar, y después sus manos comenzaban a tocarse.

Comenzó a bajar sus pantalones, y entonces me encontré a mí mismo ansioso por ver más, y más y más...

Su ropa interior dejaba poco a la imaginación, bajaba estos de manera tortuosa, y cuando finalmente estaba completamente desnudo ante mí, me di cuenta de que mi mano ya estaba acariciando mi miembro.

Él se tocaba con ímpetu, haciendo movimientos sexuales con sus caderas.

Con sus labios articuló desnúdate para , y sin esperar algo más, lo hice.

Estábamos desnudos, tocándonos frente a frente. Soltaba gemidos y jadeos que eran totalmente dedicados a él, con la esperanza de que sus gemidos fueran totalmente para mí.

No sabía nada de su persona, pero estaba convencido que pronto, nada de eso tendría importancia.

Necesitaba sentirlo, besarlo, gozarlo con lujuria, era todo lo que importaba...

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