Capitulo 9
La luna llena iluminaba el cielo sobre Nueva York mientras Donald Flack y Rochi Taylor se dirigían a un elegante restaurante en el centro de la ciudad. Esta noche no era solo otra salida romántica, sino una celebración de su compromiso y del futuro que estaban construyendo juntos. Después de la cena familiar en casa de los Taylor, en la que Donald había sido aceptado con calidez por Mac y Melodie, ambos sabían que era el momento de seguir creando recuerdos y fortalecer aún más su relación.
El restaurante al que Donald había elegido llevar a Rochi tenía una atmósfera íntima y sofisticada, con una decoración que evocaba elegancia y confort. Las luces tenues, las velas en las mesas y la suave música de jazz creaban un ambiente perfecto para una noche especial. Donald había planeado esta velada con detalle, queriendo ofrecerle a Rochi una experiencia inolvidable.
Cuando llegaron al restaurante, Donald y Rochi fueron recibidos por un camarero que los condujo a una mesa privada cerca de una ventana panorámica que ofrecía una vista espectacular de la ciudad. Rochi se maravilló al ver el lugar.
—Wow, Donald, esto es increíble. —dijo Rochi, sorprendida por el ambiente tan romántico.
—Me alegra que te guste —respondió Donald, tomando su mano con una sonrisa de satisfacción. —Quería que esta noche fuera especial, para celebrar lo que hemos logrado juntos y lo que está por venir.
Se sentaron, y Donald comenzó a servir el vino que había seleccionado especialmente para la ocasión. La conversación fluía de manera natural, llena de risas y complicidad. Había un aire de felicidad y emoción en el aire, reflejo de la profunda conexión que compartían.
—Recuerdo la primera vez que salimos juntos —dijo Rochi, su voz llena de nostalgia—. Parecía que todo estaba destinado a llevarnos a este momento.
—Sí, y cada día contigo ha sido una aventura maravillosa —respondió Donald—. La manera en que nos entendemos y cómo compartimos nuestros sueños y deseos, me hace sentir que somos perfectos el uno para el otro.
A medida que avanzaba la cena, Donald se levantó y le hizo un gesto a Rochi para que lo acompañara a un rincón del restaurante donde había preparado una pequeña sorpresa. En el centro del área, había una pantalla de proyección que mostraba una recopilación de fotos y videos de sus momentos juntos: desde su primer encuentro hasta su reciente compromiso. La proyección estaba acompañada por una melodía suave y romántica que evocaba sus recuerdos compartidos.
Rochi miró la pantalla, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras veía los momentos especiales que habían compartido. Donald la rodeó con un brazo, su amor y orgullo por ella eran evidentes.
—He querido hacer algo especial para ti —dijo Donald—. Quiero que recuerdes siempre todos los momentos felices que hemos vivido y los muchos más que vendrán.
—Donald, esto es maravilloso —dijo Rochi, emocionada. —Cada uno de estos momentos significa tanto para mí.
Donald la miró con ternura y tomó su mano en la suya. —Lo más importante para mí es hacerte feliz y construir un futuro lleno de amor y alegría. Quiero pasar cada día de mi vida contigo, y prometo hacer todo lo que esté en mis manos para que seas feliz.
Rochi apretó la mano de Donald, sintiendo una oleada de amor y gratitud. —Lo sé, Donald. Y yo también estoy comprometida a hacerte feliz. Nuestro futuro juntos es lo que más ansío.
La noche continuó con una cena exquisita y más momentos de conexión profunda. Donald y Rochi compartieron risas, miradas significativas y una conversación sobre sus planes para el futuro. Cada palabra y gesto reafirmaba su amor y su compromiso mutuo.
Después de la cena, Donald tomó a Rochi de la mano y la condujo a un pequeño jardín en la terraza del restaurante. El jardín estaba decorado con luces colgantes y flores, creando un ambiente mágico y romántico. Allí, bajo el cielo estrellado, Donald y Rochi se sentaron en un banco, disfrutando de la paz y la tranquilidad del momento.
—Quiero que sepas lo agradecido que estoy por tenerte en mi vida —dijo Donald, mirándola a los ojos—. Tu amor y tu apoyo han sido mi mayor fortaleza, y no puedo esperar para ver lo que el futuro nos depara.
Rochi le sonrió, sus ojos llenos de amor. —Y yo estoy agradecida por cada día que compartimos. Contigo a mi lado, siento que todo es posible.
Donald se inclinó hacia Rochi, y sus labios se encontraron en un beso suave y lleno de promesas. La conexión entre ellos era palpable, y el amor que compartían era inquebrantable.
Mientras la noche avanzaba, Donald y Rochi se abrazaron, disfrutando de la tranquilidad y el amor que se respiraba en el aire. Sabían que estaban construyendo algo verdaderamente especial, y estaban emocionados por el futuro que les esperaba.
La luna brillaba en el cielo, y las estrellas parpadeaban a lo lejos, reflejando la luz de su amor. Donald y Rochi estaban listos para enfrentar cualquier desafío juntos y celebrar cada triunfo, sabiendo que su amor era el centro de todo.
Al final de la noche, se dirigieron de regreso a casa, sintiendo una profunda satisfacción y alegría. La velada había sido todo lo que habían esperado y más, y estaban ansiosos por comenzar su vida juntos como pareja casada. Con el amor y el compromiso que compartían, sabían que el futuro sería brillante y lleno de felicidad.
La noche continuaba en el jardín iluminado por las luces tenues, y el suave murmullo de la ciudad a lo lejos era el único sonido que rompía el silencio tranquilo. Donald Flack y Rochi Taylor estaban abrazados en el banco del jardín, rodeados por el delicado aroma de las flores y el brillo de las estrellas. El momento era perfecto, y Donald sentía que había llegado el momento de expresar todo lo que sentía por Rochi.
Donald se apartó ligeramente para mirar a Rochi a los ojos, su expresión llena de una mezcla de amor y emoción. Su corazón latía con fuerza, impulsado por la intensidad de sus sentimientos. Se tomó un momento para reunir sus pensamientos, eligiendo con cuidado cada palabra para transmitir lo que realmente significaba para él.
—Rochi —empezó Donald, su voz llena de ternura—, hay algo que necesito decirte, algo que he estado sintiendo desde hace tiempo y que esta noche solo se ha hecho más claro. Desde el primer momento en que te vi, algo en mí cambió para siempre.
Rochi lo miró con curiosidad y amor, su corazón palpitando al ritmo de las palabras de Donald.
—Cada vez que estoy contigo, siento una alegría y una paz que nunca había experimentado antes —continuó Donald—. Tu presencia en mi vida me hace sentir completo de una manera que nunca había conocido. Mi corazón late con una fuerza que solo tú puedes inspirar. Cuando te miro, no puedo evitar sentir que te amo en cada fibra de mi ser.
Rochi se sonrojó, y una sonrisa cálida se dibujó en su rostro. Sus ojos café brillaban con emoción, y su mirada estaba llena de amor por Donald.
—Tu amor y tu compañía me han hecho sentir más especial y valiosa que nunca. —dijo Rochi con voz suave—. Tú me haces sentir invencible, único y amado de una manera que nunca había conocido. Cada vez que me miras, veo en tus ojos un amor profundo que me hace sentir que soy la persona más afortunada del mundo.
Donald se inclinó hacia Rochi, tomando sus manos en las suyas y mirándola con una intensidad que reflejaba la profundidad de sus sentimientos.
—Me encanta cada parte de ti, Rochi. —dijo Donald—. Desde tu cabello rubio que brilla como el sol hasta tus ojos café que reflejan una belleza interior increíble. Admiro tu sonrisa sincera, que ilumina mi día, y tu inteligencia y pasión, que me inspiran a ser una mejor persona. Eres buena, dulce, sabia y adorable en cada manera posible.
Rochi apretó las manos de Donald, sintiendo el calor y la sinceridad en su toque. Sus palabras la tocaban profundamente, y el amor que sentía por él solo crecía con cada momento que compartían.
—Yo te amo más de lo que las palabras pueden expresar. —dijo Rochi con firmeza—. Eres el amor de mi vida, mi persona favorita. No cambiaría ni un solo detalle de ti, y estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por ti, sin dudarlo ni un segundo.
Donald sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Rochi, y sus ojos se llenaron de emoción. Su amor por ella era tan profundo que parecía imposible describirlo con palabras.
—Y yo haría cualquier cosa por ti, Rochi. —respondió Donald, su voz temblando ligeramente—. Estoy dispuesto a hacer hasta alguna locura si eso significa verte feliz y a tu lado. Mi vida sin ti no tiene sentido, y lo que más deseo es que estemos juntos para siempre.
Rochi se acercó aún más a Donald, sus labios encontrándose en un beso tierno y lleno de promesas. El beso era una mezcla de pasión y dulzura, un reflejo de la conexión profunda que compartían. Mientras se besaban, Donald sintió que su corazón se desbordaba de amor, y supo que cada palabra que había dicho era la verdad.
Cuando finalmente se separaron, ambos estaban respirando con dificultad, pero con sonrisas llenas de felicidad. Donald tomó una profunda respiración, tratando de calmar su corazón acelerado.
—Quiero que sepas que eres mi todo, Rochi. —dijo Donald con sinceridad—. Desde el momento en que te vi, supe que eras la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Cada día contigo ha sido un regalo, y estoy emocionado por todo lo que el futuro nos depara.
Rochi lo miró con ternura, sus ojos brillando con lágrimas de alegría. —Yo también estoy emocionada por nuestro futuro juntos. —dijo Rochi—. No hay nada que desee más que pasar cada día contigo y enfrentar juntos cualquier desafío que venga. Nuestro amor es lo más importante para mí, y estoy agradecida por cada momento que compartimos.
La noche continuó con conversaciones suaves y profundas, llenas de promesas y sueños para el futuro. Donald y Rochi compartieron sus esperanzas y planes, disfrutando de la conexión que tenían y de la certeza de que estaban construyendo algo verdaderamente especial.
Mientras se abrazaban en el jardín, rodeados por la belleza de la noche y el amor que compartían, ambos sabían que estaban listos para enfrentar cualquier cosa juntos. El futuro estaba lleno de posibilidades, y estaban emocionados por cada paso que darían juntos.
Al final de la noche, Donald y Rochi regresaron a casa, sintiendo una profunda satisfacción y alegría. Su amor era fuerte y verdadero, y estaban listos para enfrentar el mundo juntos, con el apoyo y el compromiso que habían prometido el uno al otro.
La noche continuaba en el jardín iluminado por las luces tenues, y el suave murmullo de la ciudad a lo lejos era el único sonido que rompía el silencio tranquilo. Donald Flack y Rochi Taylor estaban abrazados en el banco del jardín, rodeados por el delicado aroma de las flores y el brillo de las estrellas. El momento era perfecto, y Donald sentía que había llegado el momento de expresar todo lo que sentía por Rochi.
Donald se apartó ligeramente para mirar a Rochi a los ojos, su expresión llena de una mezcla de amor y emoción. Su corazón latía con fuerza, impulsado por la intensidad de sus sentimientos. Se tomó un momento para reunir sus pensamientos, eligiendo con cuidado cada palabra para transmitir lo que realmente significaba para él.
—Rochi —empezó Donald, su voz llena de ternura—, hay algo que necesito decirte, algo que he estado sintiendo desde hace tiempo y que esta noche solo se ha hecho más claro. Desde el primer momento en que te vi, algo en mí cambió para siempre.
Rochi lo miró con curiosidad y amor, su corazón palpitando al ritmo de las palabras de Donald.
—Cada vez que estoy contigo, siento una alegría y una paz que nunca había experimentado antes —continuó Donald—. Tu presencia en mi vida me hace sentir completo de una manera que nunca había conocido. Mi corazón late con una fuerza que solo tú puedes inspirar. Cuando te miro, no puedo evitar sentir que te amo en cada fibra de mi ser.
Rochi se sonrojó, y una sonrisa cálida se dibujó en su rostro. Sus ojos café brillaban con emoción, y su mirada estaba llena de amor por Donald.
—Tu amor y tu compañía me han hecho sentir más especial y valiosa que nunca. —dijo Rochi con voz suave—. Tú me haces sentir invencible, único y amado de una manera que nunca había conocido. Cada vez que me miras, veo en tus ojos un amor profundo que me hace sentir que soy la persona más afortunada del mundo.
Donald se inclinó hacia Rochi, tomando sus manos en las suyas y mirándola con una intensidad que reflejaba la profundidad de sus sentimientos.
—Me encanta cada parte de ti, Rochi. —dijo Donald—. Desde tu cabello rubio que brilla como el sol hasta tus ojos café que reflejan una belleza interior increíble. Admiro tu sonrisa sincera, que ilumina mi día, y tu inteligencia y pasión, que me inspiran a ser una mejor persona. Eres buena, dulce, sabia y adorable en cada manera posible.
Rochi apretó las manos de Donald, sintiendo el calor y la sinceridad en su toque. Sus palabras la tocaban profundamente, y el amor que sentía por él solo crecía con cada momento que compartían.
—Yo te amo más de lo que las palabras pueden expresar. —dijo Rochi con firmeza—. Eres el amor de mi vida, mi persona favorita. No cambiaría ni un solo detalle de ti, y estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por ti, sin dudarlo ni un segundo.
Donald sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Rochi, y sus ojos se llenaron de emoción. Su amor por ella era tan profundo que parecía imposible describirlo con palabras.
—Y yo haría cualquier cosa por ti, Rochi. —respondió Donald, su voz temblando ligeramente—. Estoy dispuesto a hacer hasta alguna locura si eso significa verte feliz y a tu lado. Mi vida sin ti no tiene sentido, y lo que más deseo es que estemos juntos para siempre.
Rochi se acercó aún más a Donald, sus labios encontrándose en un beso tierno y lleno de promesas. El beso era una mezcla de pasión y dulzura, un reflejo de la conexión profunda que compartían. Mientras se besaban, Donald sintió que su corazón se desbordaba de amor, y supo que cada palabra que había dicho era la verdad.
Cuando finalmente se separaron, ambos estaban respirando con dificultad, pero con sonrisas llenas de felicidad. Donald tomó una profunda respiración, tratando de calmar su corazón acelerado.
—Quiero que sepas que eres mi todo, Rochi. —dijo Donald con sinceridad—. Desde el momento en que te vi, supe que eras la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Cada día contigo ha sido un regalo, y estoy emocionado por todo lo que el futuro nos depara.
Rochi lo miró con ternura, sus ojos brillando con lágrimas de alegría. —Yo también estoy emocionada por nuestro futuro juntos. —dijo Rochi—. No hay nada que desee más que pasar cada día contigo y enfrentar juntos cualquier desafío que venga. Nuestro amor es lo más importante para mí, y estoy agradecida por cada momento que compartimos.
La noche continuó con conversaciones suaves y profundas, llenas de promesas y sueños para el futuro. Donald y Rochi compartieron sus esperanzas y planes, disfrutando de la conexión que tenían y de la certeza de que estaban construyendo algo verdaderamente especial.
Mientras se abrazaban en el jardín, rodeados por la belleza de la noche y el amor que compartían, ambos sabían que estaban listos para enfrentar cualquier cosa juntos. El futuro estaba lleno de posibilidades, y estaban emocionados por cada paso que darían juntos.
Al final de la noche, Donald y Rochi regresaron a casa, sintiendo una profunda satisfacción y alegría. Su amor era fuerte y verdadero, y estaban listos para enfrentar el mundo juntos, con el apoyo y el compromiso que habían prometido el uno al otro.
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