Capitulo 8
La tarde se adentraba en la noche cuando Donald Flack se encontró frente a la puerta de la casa Taylor, nervioso pero decidido. Había estado preparándose para este momento durante todo el día, ya que el encuentro con la madre de Rochi, Melodie, y su hermana menor, Samantha, era de suma importancia. Aunque Donald ya conocía a Samantha, el encuentro con Melodie era un gran paso. Quería causar una buena impresión y demostrar que era digno del amor y la confianza de Rochi. Para hacer todo lo posible, le había pedido a Samantha que se comportara adecuadamente frente a Rochi y sus padres, deseando que todo saliera bien para ganar el afecto y respeto de Melodie y Mac.
Rochi había invitado a Samantha a la cena familiar junto a su amado Donald, ya que pronto se convertirían en una gran familia al casarse. Para Rochi, era importante que su adorado Donald y sus padres, a quienes admiraba y amaba con locura, los futuros suegros de Flack, se conocieran y comenzaran a formar lazos. Donald, consciente de la relevancia del momento, se esforzaba por cumplir con las expectativas y mantener una actitud ejemplar.
Mac Taylor, el padre de Rochi, había conocido a Donald a través de su trabajo en CSI NY y apreciaba su profesionalismo y dedicación. Sin embargo, esta cena familiar representaba un nuevo tipo de evaluación: el de futuro yerno y la relación de su hija con él. Melodie, la esposa de Mac, era una mujer de gran elegancia y dulzura, y también estaba ansiosa por conocer al hombre que había robado el corazón de su única hija.
Cuando Donald y Samantha llegaron a la casa Taylor, fueron recibidos con calidez. Melodie, con su cabello castaño y ojos café, los recibió con una sonrisa afectuosa, mientras que Mac, con su típica seriedad pero también con un brillo de orgullo en sus ojos, les dio la bienvenida. La atmósfera estaba cargada de nerviosismo pero también de entusiasmo.
—Donald, Samantha, es un placer tenerlos en nuestra casa —dijo Melodie, extendiendo una mano para saludar y abrazar a cada uno.
—Gracias por la invitación, señora Taylor. Es un honor para mí estar aquí —respondió Donald con sinceridad, mientras estrechaba la mano de Melodie y le ofrecía una sonrisa cálida.
—Sí, muchas gracias. —dijo Samantha, con una actitud amigable, asegurándose de causar una buena impresión.
A medida que avanzaba la cena, la conversación se volvió más relajada. Donald y Rochi compartieron miradas brillantes y sonrisas sinceras, dejando claro cuánto se admiraban y apreciaban el uno al otro. Bajo la mesa, sus manos a menudo se entrelazaban en un gesto de cariño y complicidad. Era evidente para todos que su conexión era fuerte y genuina.
Rochi estaba radiante esa noche, su cabello rubio oscuro y su vestido elegante acentuaban su belleza. Mac y Melodie estaban profundamente orgullosos de su hija, y su apoyo hacia la relación con Donald era incondicional. Melodie, con su naturaleza comprensiva, notaba cómo Donald miraba a Rochi con admiración y amor, y esto le daba una gran tranquilidad.
Durante la cena, Mac habló de Rochi con una mezcla de orgullo y ternura. La elogió por su inteligencia, amabilidad y dedicación, cualidades que él valoraba profundamente. Mencionó cómo Rochi reflejaba todas las virtudes de Melodie, pero con un toque especial que él describió como una versión mejorada y mini de su esposa. Estas palabras hicieron que Rochi sonrojara y que Donald la mirara con aún más admiración.
—Rochi es todo lo que siempre he querido como hija —dijo Mac con una sonrisa—. Su madre y yo estamos muy orgullosos de ella. Es una persona maravillosa y estamos encantados de que haya encontrado a alguien que la valora y la ama como lo haces tú, Donald.
Donald, conmovido por las palabras de Mac, agradeció con humildad. Quería que su futura familia supiera cuánto significaba Rochi para él y que estaba comprometido a hacerla feliz.
—Prometo que haré todo lo posible para cuidar de Rochi y hacerla feliz —dijo Donald, con una voz llena de sinceridad y determinación.
Samantha, que se había mostrado amigable durante la cena, también se acercó a Rochi con un gesto de camaradería. A pesar de las diferencias en sus personalidades, había una conexión genuina entre ellas. Rochi era abierta y dulce, cualidades que Samantha apreciaba. La conversación entre las dos mujeres fluyó con facilidad, y Samantha demostró ser comprensiva y amable.
Al final de la noche, cuando la cena llegaba a su fin, el ambiente estaba lleno de risas y sentimientos de calidez. Mac y Melodie estaban satisfechos con el encuentro, y Donald y Rochi se despidieron con una sensación de felicidad y aceptación. La promesa de una nueva etapa en sus vidas se sentía más cercana, y la cena familiar había sido un paso importante en la construcción de su futura vida juntos.
La noche se cerró con abrazos y promesas de futuros encuentros, mientras Donald y Rochi se retiraban, sabiendo que este día quedaría grabado en sus corazones como un momento significativo en su viaje como pareja.
La cena en la casa Taylor había sido un rotundo éxito. La conversación fluyó con naturalidad, las sonrisas se intercambiaron fácilmente y el ambiente estaba lleno de calidez y afecto. Donald y Rochi habían compartido miradas brillantes, sonrisas sinceras y pequeños gestos de cariño, como tomarse de la mano bajo la mesa. La conexión entre ellos era palpable, y cada gesto reafirmaba el amor y la admiración que sentían el uno por el otro. El anillo de compromiso que Donald le había dado a Rochi brillaba intensamente en su mano, simbolizando un compromiso profundo y sincero. A diferencia de las relaciones pasadas de Donald, este anillo y esta relación iban en serio. Aquellos que lo conocían como un mujeriego solo podían sentirse felices y orgullosos al ver cómo había encontrado a alguien tan especial y significativo.
Después de la cena, Donald y Rochi regresaron al departamento de Donald. La noche estaba tranquila y el apartamento estaba iluminado por una luz suave que creaba un ambiente íntimo y acogedor. Donald se dirigió a la cocina para preparar un par de copas de vino, mientras Rochi se acomodaba en el sofá, disfrutando de la tranquilidad que seguía a una velada tan significativa.
Donald regresó con las copas de vino, y se sentó junto a Rochi. Ella tomó una copa mientras él hacía lo mismo, y se miraron con una mezcla de amor y satisfacción. Tras brindar y tomar un sorbo de sus bebidas, comenzaron a hablar sobre lo que había sucedido durante la noche.
—Entonces, Rochi —empezó Donald con curiosidad—, ¿qué piensan tus padres sobre nosotros? Sé que Mac ya me conoce como su empleado, pero me gustaría saber cómo te ven a ti y a nuestra relación desde una perspectiva más personal.
Rochi sonrió, sus ojos brillando con la luz suave de las lámparas del apartamento. Se acomodó un poco más cerca de Donald, sintiendo el calor de su presencia.
—Bueno, Mac siempre ha sido una figura fundamental en mi vida —dijo Rochi, sus palabras llenas de afecto—. Desde que comencé a trabajar con él, ha demostrado una gran preocupación por mi bienestar, no solo como su empleada, sino también como su hija. Más allá del ámbito profesional, siempre ha querido lo mejor para mí. Cuando vio lo feliz que me haces, eso realmente le ganó.
Rochi hizo una pausa, mirando a Donald con una mezcla de cariño y tranquilidad.
—Mi papá, Mac, siempre ha querido lo mejor para mí, y su opinión significa mucho para mí. Melodie, por otro lado, te ha acogido con los brazos abiertos. Ella siempre ha querido que encuentre a alguien que me haga tan feliz como tú lo haces. Ella confía en mí y sabe que, si yo estoy feliz, es porque he encontrado a alguien especial. Melodie también ha notado cuánto te valoro y lo importante que eres para mí.
Donald escuchó atentamente, sus ojos fijos en Rochi mientras ella hablaba. El amor y el orgullo en su rostro eran evidentes. La forma en que Rochi hablaba de sus padres demostraba la profunda conexión y admiración que sentía por ellos.
—Es muy reconfortante escuchar eso —dijo Donald con sinceridad—. Me alegra saber que he tenido un buen impacto en tu vida y que tus padres lo reconocen. Quiero que sepas que también me siento muy afortunado de tenerte en mi vida, y voy a hacer todo lo que esté en mis manos para que sigas siendo tan feliz como lo eres ahora.
Rochi apretó la mano de Donald en la suya, sintiendo la sinceridad y el amor en cada palabra que él decía.
—Lo sé, Donald. Y créeme, mis padres están profundamente orgullosos de mí y me apoyan en todo momento. Ellos ven lo que veo en ti: una persona maravillosa que me hace sentir completa. Su apoyo significa el mundo para mí, y estoy feliz de que ellos también vean lo que nosotros tenemos.
Donald, mirando el anillo en el dedo de Rochi, sintió una oleada de emoción. El anillo brillaba intensamente bajo la luz suave, un símbolo de su amor y compromiso. Para él, nada ni nadie podía igualar el amor y la felicidad que Rochi le había dado. Eran ellos contra el mundo, dispuestos a enfrentar cualquier cosa juntos. Sus personalidades opuestas solo hacían que su amor fuera aún más profundo y significativo. Donald había encontrado en Rochi algo que nunca había experimentado antes: una conexión genuina y un compromiso verdadero.
—Nunca me imaginé que encontraría a alguien tan increíble como tú —dijo Donald suavemente—. Estoy ansioso por lo que el futuro nos depara, y me alegra saber que estamos construyendo una vida juntos, apoyados por quienes más amamos.
Rochi lo miró con ternura, el amor en sus ojos reflejando el cariño y la admiración que sentía por Donald.
—Yo también estoy emocionada por el futuro, Donald —respondió Rochi—. Y saber que contamos con el apoyo y la bendición de nuestras familias solo hace que este viaje sea aún más especial.
Donald inclinó la cabeza hacia Rochi, sus labios rozando los de ella en un beso tierno y lleno de amor. La noche continuó con una conversación suave y profunda, donde compartieron sus sueños y esperanzas para el futuro. El ambiente del departamento se llenó de una sensación de paz y felicidad compartida.
Mientras la noche avanzaba, Donald y Rochi se abrazaron en el sofá, disfrutando de la compañía del otro. La promesa de un futuro brillante y lleno de amor estaba claramente presente, y ambos sabían que estaban construyendo una vida juntos que sería fuerte y duradera. Con el apoyo y la bendición de sus familias, estaban listos para enfrentar cualquier desafío y celebrar cada triunfo, sabiendo que su amor era el centro de todo.
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