Capitulo 6

El día había transcurrido con la normalidad de cualquier jornada en la oficina del CSI de Nueva York. Rochi, con los nervios a flor de piel y una sonrisa nerviosa en el rostro, se encontraba junto a Donald en el laboratorio. Habían decidido dar un paso importante en su relación y era hora de compartirlo con su familia en el trabajo.

—Donald, creo que es hora de decírselo a todos —dijo Rochi con determinación, mirando a su prometido con cariño.

Donald asintió, sintiendo una mezcla de emoción y responsabilidad. Sabía que contarle a Mac Taylor, no solo su jefe sino también el padre de Rochi, sería un momento crucial.

—Estoy listo, mi amor. Vamos a hacerlo —respondió con voz firme, tomando la mano de Rochi y guiándola hacia la sala de reuniones donde se encontraban todos los miembros del equipo.

Al entrar, el ambiente se llenó de miradas curiosas y sonrisas expectantes. Mac Taylor, serio como siempre pero con una profunda bondad en sus ojos, observó a su hija con atención.

—¿Qué sucede, Rochi? —preguntó Mac, notando la expresión emocionada de su hija.

Rochi respiró hondo y miró a Donald, quien la alentó con una mirada de apoyo. Decidida, tomó la mano de Donald con fuerza y comenzó a hablar.

—Papá, equipo... Donald y yo tenemos algo importante que compartir con ustedes. Nos hemos comprometido —anunció, dejando que la gravedad de esas palabras llenara la habitación.

El silencio se hizo palpable por un momento, seguido de un aluvión de felicitaciones y expresiones de alegría. Mac se quedó atónito por un instante, procesando la noticia antes de que una sonrisa orgullosa se extendiera por su rostro.

—Rochi... —empezó Mac, emocionado y luchando por encontrar las palabras adecuadas. Se levantó de su asiento y caminó hacia ella, abrazándola con ternura—. Estoy tan feliz por ustedes dos. Donald, cuida bien de mi hija. Sé que lo harás —dijo con voz firme, mirando a Donald con respeto y confianza.

Donald asintió con humildad, sintiendo la responsabilidad de las palabras de Mac.

—Lo prometo, Mac. Cuidaré de Rochi con mi vida si es necesario —respondió con sinceridad, apretando suavemente la mano de Rochi.

El resto del equipo se acercó para felicitar a la pareja, compartiendo abrazos, sonrisas y buenos deseos. Stella, con lágrimas de alegría en los ojos, abrazó a Rochi con cariño.

—Felicidades, querida. Esto es maravilloso —susurró Stella, expresando la emoción que todos sentían en ese momento especial.

El ambiente se llenó de risas y anécdotas mientras todos compartían la felicidad de Rochi y Donald. Mac observaba con orgullo a su hija y a su futuro yerno, sabiendo que este paso marcaba un nuevo capítulo en sus vidas.

—Estoy muy feliz por ustedes dos. Rochi, Donald, cuenten con todo mi apoyo —dijo Mac finalmente, mirando a la pareja con amor de padre y jefe.

Rochi y Donald se miraron el uno al otro, sintiendo el amor y la aceptación de su familia en el equipo. Sabían que este día quedaría grabado en sus corazones para siempre, marcando el comienzo de una nueva y emocionante etapa juntos.

El ambiente se relajó con la aceptación cálida de Mac, pero el equipo de CSI NY, que había estado escuchando discretamente desde la puerta, no pudo evitar intervenir con sus comentarios jocosos.

"¡Vaya, Rochi, tu primera misión como comprometidos y futuros esposos!" bromeó Danny, provocando risas entre todos.

Rochi rió suavemente, apreciando el apoyo y el humor de sus colegas. "Sí, y parece que tengo a todo un equipo de respaldo para ello."

Donald, un poco más relajado ahora con el ambiente amistoso, se acercó a Danny con una sonrisa. "¿Alguna recomendación para un novato en el matrimonio?"

Danny se tomó un momento para pensar, luego se apoyó en una silla cercana con expresión reflexiva. "La paciencia y la comunicación son clave, amigo. Y nunca subestimes el poder de una buena cena casera después de un largo día de trabajo."

Todos rieron ante el consejo sabio y práctico de Danny, mientras el ambiente se llenaba de camaradería y felicitaciones sinceras para Rochi y Donald.

El bullicio de la gala de beneficencia en Manhattan proporcionaba la cobertura perfecta para Rochi y Donald, quienes se movían con gracia entre los invitados mientras mantenían un ojo vigilante sobre los objetivos de su misión encubierta. Como parte del equipo de CSI Nueva York, habían sido seleccionados para infiltrarse en la fiesta, donde se sospechaba que un traficante internacional planeaba vender tecnología robada.

Rochi ajustó su micrófono discretamente y se dirigió hacia la mesa principal, su vestido elegante ocultando hábilmente el equipo técnico que llevaba consigo. Donald la seguía de cerca, su mirada siempre alerta mientras observaba cada movimiento a su alrededor. "¿Cómo te sientes?", susurró él, su voz apenas audible sobre la música de fondo.

"Preparada", respondió Rochi con determinación, sonriendo para disimular cualquier nerviosismo. "Solo necesitamos encontrar la oportunidad adecuada". Donald asintió, admirando su confianza y la habilidad con la que manejaba cada situación.

Mientras se acercaban al objetivo principal de la noche, intercambiaron miradas significativas que transmitían más que palabras: confianza mutua, complicidad y el amor que habían cultivado durante años trabajando juntos en el equipo. En un momento de pausa, aprovecharon para revisar los detalles finales del plan, asegurándose de que cada movimiento estuviera coordinado y listo para ejecutarse sin contratiempos.

Cuando llegó el momento crucial, Rochi se encontró cara a cara con el traficante, su sonrisa encantadora ocultando la intensidad de su determinación. Mientras tanto, Donald trabajaba desde las sombras, monitoreando la situación y proporcionando el apoyo necesario a través del comunicador. "Estoy listo cuando tú lo estés", murmuró él, su voz tranquila transmitiendo confianza.

Con precisión quirúrgica, Rochi logró ganarse la confianza del traficante, obteniendo la información crucial que necesitaban mientras mantenía la calma bajo presión. Donald, por su parte, intervenía discretamente para neutralizar las amenazas potenciales y asegurar la tecnología robada antes de que pudiera cambiar de manos.

Al finalizar la misión con éxito, Rochi y Donald se reunieron en un lugar discreto fuera del alcance de los invitados, donde la emoción de la noche se transformó en un alivio compartido y una celebración tranquila de su victoria. "Lo logramos", dijo Rochi, su voz llena de gratitud y admiración por su compañero.

Donald la abrazó con ternura, sintiendo el peso del trabajo bien hecho y la satisfacción de saber que tenían el uno al otro para enfrentar cualquier desafío. "Eres asombrosa, Rochi. No podría haber pedido una pareja mejor para esto", admitió con sinceridad, su mirada llena de admiración y amor.

Rochi sonrió, sus ojos brillando con la complicidad compartida y la promesa de futuras aventuras juntos. "Y tú eres mi roca, mi apoyo constante", respondió, sus manos encontrando las suyas en un gesto de cariño.

Al regresar al laboratorio, fueron recibidos con aplausos y elogios de sus colegas, quienes reconocieron la eficiencia y el coraje demostrados por la pareja durante la misión. Entre risas y bromas, compartieron miradas cómplices que prometían muchas más historias por contar en su viaje como compañeros y amantes en el equipo de CSI Nueva York.

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