Capitulo 4

Los días siguientes fueron una mezcla de emoción y ternura para Donald y Rochi. Su relación florecía con cada momento que pasaban juntos, ya fuera en el laboratorio o fuera de él. Cada pequeña interacción, cada mirada cómplice, y cada gesto de cariño los acercaba más.

Una tarde, después de terminar sus tareas en el laboratorio, Donald invitó a Rochi a dar un paseo por el parque que tanto les gustaba. Las hojas de los árboles comenzaban a cambiar de color, creando un paisaje de ensueño que hacía aún más especial cada paso que daban juntos.

Mientras caminaban de la mano, Rochi se detuvo un momento para admirar la belleza del lugar. "Este parque siempre me ha parecido mágico", comentó con una sonrisa, mirando a Donald con ternura. "Es como si el tiempo se detuviera cuando estamos aquí".

Donald asintió, compartiendo su sentimiento. "Sí, hay algo en este lugar que lo hace especial. Pero creo que lo que realmente lo hace mágico es estar aquí contigo", respondió, mirándola con amor.

Rochi se sonrojó ligeramente, sintiendo una oleada de felicidad. "Eres tan dulce, Donald. Me haces sentir tan especial", dijo, acercándose más a él.

"Porque lo eres, Rochi", respondió Donald, deteniéndose bajo un árbol. "Eres la persona más maravillosa que he conocido, y cada día a tu lado es un regalo".

Rochi lo miró, conmovida por sus palabras. "Donald, tú también eres muy especial para mí. Desde que estamos juntos, he sentido una felicidad que nunca antes había experimentado".

Donald sonrió y la abrazó con ternura. "Me alegra escuchar eso, porque yo siento lo mismo", dijo suavemente, inclinándose para besarla con cariño.

Después de compartir un beso dulce y lleno de amor, continuaron su paseo, disfrutando de la compañía del otro. Hablaron de sus sueños, de sus esperanzas para el futuro y de lo agradecidos que estaban por haberse encontrado.

Más tarde, cuando el sol comenzaba a ponerse, Donald se detuvo cerca de un lago tranquilo y se volvió hacia Rochi. "Rochi, hay algo que he estado pensando", comenzó, su voz llena de emoción.

Rochi lo miró con curiosidad. "¿Qué es, Donald?"

"Desde que estamos juntos, he sentido una conexión tan profunda contigo. Y quiero que sepas que estoy comprometido a hacerte feliz cada día de nuestras vidas", dijo, tomando sus manos entre las suyas. "Quiero construir un futuro contigo, Rochi. Quiero que seamos una familia".

Rochi sintió una oleada de emoción y felicidad al escuchar sus palabras. "Donald, yo también quiero eso", respondió con lágrimas de alegría en sus ojos. "Quiero pasar mi vida contigo, construir nuestros sueños juntos y ser felices".

Donald sonrió, sintiendo que su corazón se llenaba de amor. "Entonces, hagamos que eso suceda", dijo, abrazándola con fuerza. "Juntos, podemos lograr cualquier cosa".

Con una sonrisa radiante, Rochi asintió. "Sí, juntos", dijo, sintiendo una profunda sensación de felicidad y esperanza.

Esa noche, volvieron a la casa de Donald, donde compartieron una cena casera que habían preparado juntos. La atmósfera estaba llena de amor y complicidad, y cada pequeño gesto hablaba de su amor profundo y sincero.

Después de la cena, se sentaron en el sofá, abrazados bajo una manta, viendo las estrellas a través de la ventana. "Sabes, Donald", dijo Rochi suavemente, "me siento tan afortunada de tenerte en mi vida. Nunca pensé que encontraría a alguien como tú".

Donald la miró con amor. "Y yo me siento igual, Rochi. Cada día contigo es una bendición, y no puedo esperar a ver qué nos depara el futuro".

Con el corazón lleno de amor y esperanza, se miraron el uno al otro, sabiendo que estaban destinados a estar juntos. Y en ese momento, Donald se inclinó lentamente hacia Rochi y la besó con ternura, sellando su amor con un gesto tan simple pero significativo.

Pasaron las horas hablando de sus planes y sueños, compartiendo risas y confidencias. Donald acariciaba suavemente el cabello de Rochi mientras ella descansaba su cabeza en su hombro, sintiendo una paz y felicidad que nunca antes había experimentado.

"Donald", murmuró Rochi, rompiendo el silencio cómodo. "Hay algo que siempre he querido hacer contigo".

"¿Qué es, Rochi?", preguntó él, curioso.

Rochi sonrió tímidamente. "Siempre he querido bailar contigo, aquí en la sala, bajo las estrellas".

Donald sonrió, sintiendo una ola de ternura. "Entonces, hagámoslo", dijo, levantándose y extendiendo su mano hacia ella.

Rochi tomó su mano y se levantó, sintiendo una emoción burbujeante en su interior. Donald puso una música suave, y con una sonrisa, la tomó en sus brazos y comenzaron a bailar lentamente por la sala.

Mientras se movían al ritmo de la música, Rochi cerró los ojos y se dejó llevar por el momento, sintiendo el calor y el amor de Donald a su alrededor. Era un momento perfecto, uno que atesoraría para siempre.

"Te amo, Donald", susurró Rochi, mirándolo a los ojos.

"Y yo te amo a ti, Rochi", respondió él, besándola suavemente. "Por siempre".

La noche continuó llena de amor y ternura, y cuando finalmente se retiraron a dormir, se acurrucaron juntos, sintiendo una profunda conexión que los unía. Sabían que estaban destinados a estar juntos, y estaban emocionados por todo lo que el futuro les deparaba.

A la mañana siguiente, Rochi despertó con el sonido de pájaros cantando fuera de la ventana. Abrió los ojos y sonrió al ver a Donald todavía dormido a su lado. Con cuidado, se levantó y se dirigió a la cocina, decidida a prepararle un desayuno especial.

Mientras cocinaba, no pudo evitar pensar en lo afortunada que era de tener a Donald en su vida. Cada día con él era una nueva aventura, y no podía esperar a ver qué les depararía el futuro juntos.

Cuando el desayuno estuvo listo, Rochi llevó la bandeja a la habitación y la colocó suavemente en la mesa de noche. Se inclinó y besó a Donald en la mejilla, susurrando su nombre.

Donald abrió los ojos y sonrió al verla. "Buenos días, amor", dijo con voz ronca de sueño. "¿Qué es todo esto?"

"Es un desayuno especial para el hombre más especial de mi vida", respondió Rochi con una sonrisa radiante. "Espero que te guste".

Donald se incorporó y miró la bandeja con gratitud. "Eres increíble, Rochi. Gracias", dijo, tomando su mano y besándola.

Desayunaron juntos en la cama, riendo y disfrutando de la compañía del otro. Después de comer, se prepararon para el día y decidieron dar un paseo por el campo, disfrutando del aire fresco y la belleza de la naturaleza.

Mientras caminaban, Rochi tomó la mano de Donald y lo miró con ternura. "Donald, quiero que sepas que estoy comprometida a hacerte feliz cada día de nuestras vidas", dijo con sinceridad. "Eres mi todo, y quiero que siempre lo sepas".

Donald sonrió y la abrazó con fuerza. "Y yo estoy comprometido a hacer lo mismo por ti, Rochi. Eres el amor de mi vida, y siempre te amaré".

Con los corazones llenos de amor y esperanza, continuaron su paseo, sabiendo que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que el futuro les deparara. Con cada paso, reafirmaban su amor y su compromiso el uno con el otro, construyendo un futuro lleno de felicidad y amor eterno.

Al regresar a casa, Rochi y Donald se encontraron con una sorpresa. En la puerta de su casa, encontraron una carta sin remitente. Intrigados, la abrieron y descubrieron que era una invitación a una fiesta organizada por sus colegas del laboratorio.

"¡Una fiesta sorpresa!", exclamó Rochi con entusiasmo. "¡Qué emocionante!"

Donald asintió, sonriendo. "Sí, será una excelente oportunidad para celebrar con nuestros amigos y compartir nuestra felicidad".

Esa noche, se prepararon con entusiasmo para la fiesta. Rochi eligió un vestido elegante y se arregló el cabello con esmero, mientras Donald se vestía con un traje que complementaba perfectamente su estilo. Ambos estaban radiantes y emocionados por la ocasión.

Al llegar a la fiesta, fueron recibidos con aplausos y felicitaciones por parte de sus amigos y colegas. La atmósfera estaba llena de alegría y camaradería, y todos estaban ansiosos por celebrar con la nueva pareja.

"¡Bienvenidos!", exclamó Danny, acercándose a ellos con una sonrisa. "Estamos tan felices de tenerlos aquí. Esta noche es para ustedes".

Rochi y Donald agradecieron las cálidas palabras y se sumergieron en la celebración, disfrutando de la música, la comida y la compañía de sus amigos. Hubo brindis, risas y momentos especiales que compartieron con todos los presentes.

En un momento dado, Lizzy se acercó a Rochi y la abrazó con cariño. "Estoy tan feliz por ti, Rochi", dijo con una sonrisa radiante. "Mereces toda la felicidad del mundo, y me alegra ver que has encontrado a alguien tan especial como Donald".

Rochi le devolvió el abrazo, emocionada. "Gracias, Lizzy. Tu amistad significa mucho para mí, y estoy agradecida de tenerte en mi vida", respondió con sinceridad.

La fiesta continuó, llena de momentos inolvidables y emociones a flor de piel. Donald y Rochi se tomaron un momento para bailar juntos, rodeados por la cálida luz de las velas y la música suave que llenaba el aire. Mientras se movían al ritmo de la música, se miraron a los ojos y sonrieron, sabiendo que estaban viviendo un sueño hecho realidad.

"Te amo, Donald", susurró Rochi, apoyando su cabeza en su hombro mientras seguían bailando.

"Y yo te amo a ti, Rochi", respondió Donald, besando su frente con ternura. "Este es solo el comienzo de nuestra increíble aventura juntos".

Con sus corazones llenos de amor y esperanza, continuaron bailando, sabiendo que juntos podían enfrentar cualquier desafío que el futuro les deparara. La noche avanzó, y cuando finalmente llegó el momento de despedirse, se sintieron agradecidos por tener a tantos amigos y por la increíble conexión que los unía.

Al salir de la fiesta y caminar de regreso a casa bajo las estrellas, Rochi y Donald se tomaron de la mano, disfrutando de la tranquilidad de la noche y de la compañía del otro. Cada paso que daban reafirmaba su amor y su compromiso mutuo, sabiendo que juntos construirían un futuro lleno de felicidad, aventuras y amor eterno.

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