Capitulo 3

Donald caminaba nervioso por el pasillo del laboratorio, repasando mentalmente las palabras que quería decirle a Rochi. Sabía que era hora de confesarle sus sentimientos, pero la idea de abrir su corazón frente a ella lo llenaba de ansiedad y emoción al mismo tiempo.

Finalmente, llegó al lugar donde Rochi estaba revisando algunas muestras en uno de los microscopios. Ella levantó la vista al escuchar sus pasos y le dedicó una sonrisa cálida que hizo que el corazón de Donald latiera con más fuerza.

"Hola, Donald. ¿Qué te trae por aquí?", preguntó Rochi, notando la expresión nerviosa en el rostro de su compañero.

Donald respiró profundamente, tratando de calmar los nervios que lo invadían. "Rochi, necesito hablar contigo. ¿Podemos tomar un descanso? Hay algo importante que quiero decirte".

Rochi asintió con curiosidad, dejando a un lado el microscopio y siguiendo a Donald a un rincón más tranquilo del laboratorio. Se sentaron frente a frente, y Donald tomó otra respiración profunda antes de comenzar a hablar.

"Rochi, desde que te conocí, supe que eras alguien especial. Pero con el tiempo, me di cuenta de que eres mucho más que eso. Eres la persona que ilumina mi vida, la que llena mi corazón de alegría y felicidad", comenzó Donald, sus ojos buscando los de Rochi en busca de confirmación.

Rochi lo miró con atención, sorprendida por la sinceridad de sus palabras. "Donald, ¿qué estás diciendo? Estás actuando de manera extraña", respondió, tratando de ocultar la emoción que comenzaba a brotar en su interior.

Donald tomó las manos de Rochi entre las suyas, buscando el contacto físico para transmitirle la profundidad de sus sentimientos. "Rochi, no puedo negarlo más. Estoy profundamente enamorado de ti", confesó, su voz temblando ligeramente por la intensidad de sus emociones. "Cada momento a tu lado es un regalo, y no puedo imaginar mi vida sin ti. Eres mi todo, Rochi, y quiero pasar el resto de mi vida demostrándote cuánto te amo".

Rochi se quedó sin palabras, sintiendo una mezcla de sorpresa y felicidad ante la confesión de Donald. Nunca antes lo había escuchado hablar de esta manera, y el impacto de sus palabras resonaba en su corazón de una manera que no podía ignorar.

"Oh, Donald", murmuró Rochi, luchando por contener las lágrimas de felicidad que amenazaban con caer. "No sé qué decir. Estoy abrumada por tus palabras y tus sentimientos".

Donald la miró con ojos llenos de amor y esperanza. "No necesitas decir nada, Rochi. Solo quiero que sepas cuánto te amo, y que estoy aquí para ti, hoy y siempre", respondió, transmitiendo la sinceridad de sus palabras con cada mirada y gesto.

El silencio llenó la habitación mientras Rochi procesaba las palabras de Donald, dejando que el peso de su confesión se hundiera en su corazón. Finalmente, con un suspiro de resignación y una sonrisa temblorosa en los labios, se acercó a él y lo abrazó con fuerza.

"Oh, Donald, yo también te amo", susurró Rochi, sintiendo una ola de calidez y amor inundar su ser. "No puedo imaginar mi vida sin ti. Eres mi todo".

Donald la abrazó con ternura, sintiendo una profunda sensación de alivio y felicidad al escuchar sus palabras. Sabía que este era solo el comienzo de su historia juntos, y estaba emocionado por lo que el futuro les deparaba.

Con el corazón lleno de amor y esperanza, se miraron el uno al otro, sabiendo que estaban destinados a estar juntos. Y en ese momento, en medio del silencio reconfortante, Donald se inclinó lentamente hacia Rochi y la besó con ternura y pasión, sellando su amor con un gesto tan simple pero significativo.

Después de compartir un beso apasionado, Rochi y Donald se miraron a los ojos, sabiendo que habían dado un paso importante en su relación. Con una sonrisa radiante en los labios, Rochi tomó la mano de Donald y lo siguió fuera del laboratorio, lista para comenzar un nuevo capítulo en sus vidas juntos.

Después de que Rochi correspondió a los sentimientos de Donald con amor y ternura, él la miró con una sonrisa radiante y una chispa de determinación en los ojos. Sabía que era el momento de dar el siguiente paso y llevar su relación al siguiente nivel.

"Rochi, ¿te gustaría salir conmigo esta noche? Quiero llevarte a cenar a un lugar especial y pasar tiempo juntos", propuso Donald, esperando con ansias su respuesta.

Rochi sonrió, emocionada por la idea de pasar más tiempo con Donald fuera del trabajo. "Me encantaría, Donald. Sería maravilloso", respondió con una sonrisa, sintiendo mariposas revoloteando en su estómago ante la idea de una cita romántica con él.

Esa noche, Donald llevó a Rochi a un encantador restaurante, donde compartieron una cena íntima a la luz de las velas. La conversación fluyó fácilmente entre ellos, mezclando risas, confidencias y miradas cómplices que hablaban más que mil palabras.

Después de la cena, Donald invitó a Rochi a dar un paseo por el parque cercano, donde las luces de la ciudad creaban un ambiente mágico y romántico. Se detuvieron en un banco bajo la luz de la luna, y Donald tomó la mano de Rochi con ternura, mirándola profundamente a los ojos.

"Rochi, desde el momento en que te conocí, supe que eras especial. Pero esta noche, mientras comparto este momento contigo, me doy cuenta de que eres mucho más que eso. Eres el amor de mi vida, Rochi, y no puedo imaginar mi futuro sin ti", declaró Donald, su voz llena de emoción y sinceridad.

Rochi sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Donald, conmovida por la intensidad de sus sentimientos. "Donald, yo también siento lo mismo. Estar contigo esta noche ha sido maravilloso, y no hay otro lugar en el que preferiría estar", confesó con dulzura, mirándolo con amor y admiración.

Con el corazón lleno de emoción, Donald se inclinó hacia Rochi y la besó con suavidad, sellando el momento con un gesto lleno de amor y pasión. Rochi correspondió al beso con ternura, sintiendo el calor de su amor envolviéndola por completo.

Después de un momento mágico bajo las estrellas, Donald y Rochi regresaron a la casa de Donald, donde la atmósfera estaba cargada de anticipación y deseo. Sin palabras, se miraron a los ojos y supieron lo que el otro quería.

Con manos temblorosas pero llenas de determinación, Donald tomó suavemente el rostro de Rochi entre sus manos y la besó con pasión, dejando que sus corazones se unieran en un amor ardiente y eterno.

La noche pasó volando en un torbellino de amor y pasión, y al amanecer, Donald y Rochi se encontraron abrazados en la cama, más unidos que nunca antes. Con una sonrisa radiante en los labios, Donald acarició suavemente el rostro de Rochi y le hizo la pregunta más importante de todas.

"Rochi, ¿quieres ser mi novia?", preguntó Donald, su voz llena de esperanza y amor.

Rochi miró a Donald con los ojos brillando de felicidad y emoción. "Sí, Donald, sí quiero ser tu novia", respondió con una sonrisa radiante, sabiendo en su corazón que estaban destinados a estar juntos para siempre.

Al día siguiente, Donald y Rochi decidieron compartir la emocionante noticia con sus compañeros de equipo en el laboratorio. Con manos entrelazadas y sonrisas radiantes en sus rostros, entraron juntos al laboratorio, donde fueron recibidos con sorpresas y alegría por parte de sus colegas.

"¡Buenos días, equipo!", exclamó Donald con entusiasmo, su voz resonando con emoción contenida.

El equipo, al ver la expresión feliz en el rostro de Donald y Rochi, supo de inmediato que algo especial estaba a punto de suceder. Las miradas de curiosidad y anticipación llenaron la habitación mientras todos esperaban ansiosamente escuchar las noticias.

Rochi, con una sonrisa brillante, tomó la mano de Donald con ternura y miró al equipo con emoción. "Tenemos algo que compartir con ustedes", anunció, su voz llena de emoción.

Con un gesto de complicidad, Donald y Rochi comenzaron a contarles a sus colegas sobre su nueva relación, compartiendo detalles de cómo se habían conocido, cómo habían surgido sus sentimientos y cómo habían decidido dar el paso de convertirse en pareja oficial.

A medida que relataban su historia, el laboratorio se llenó de risas, aplausos y felicitaciones por parte de sus compañeros. Todos estaban encantados de escuchar sobre el romance entre Donald y Rochi, y se alegraron sinceramente por su felicidad.

"¡Eso es increíble, chicos!", exclamó Danny, con una sonrisa de oreja a oreja. "Estoy tan feliz por ustedes. Se merecen todo el amor y la felicidad del mundo".

El resto del equipo asintió en acuerdo, expresando su apoyo y alegría por la nueva pareja. Abrazos, palmaditas en la espalda y palabras de aliento llenaron el aire mientras todos celebraban juntos este nuevo capítulo en la vida de Donald y Rochi.

Después de compartir la noticia con sus compañeros de equipo, Donald y Rochi se sintieron abrumados por el amor y el apoyo que recibieron. Sabían que tenían un equipo increíble que los respaldaba en cada paso del camino, y eso significaba mucho para ellos.

Con los corazones llenos de gratitud y alegría, Donald y Rochi se miraron el uno al otro, sabiendo que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que el futuro les deparara. Con el amor de su equipo y el amor que compartían entre ellos, sabían que estaban listos para enfrentar cualquier cosa que la vida les pusiera en el camino.

Rochi se sentó frente a su computadora y marcó los números conocidos de sus amigas, Lizzy, Candela y Eugenia. Con un chasquido y un par de pitidos, las imágenes de sus queridas amigas aparecieron en la pantalla, cada una desde su respectivo lugar.

Rochi se conectó a la videollamada con una sonrisa radiante, lista para compartir su emocionante noticia con sus amigas. Después de intercambiar saludos y felicitaciones habituales, Rochi notó algo curioso detrás de Eugenia: la camiseta de Greg.

"Espera un momento", dijo Rochi con curiosidad, señalando hacia la prenda de vestir. "¿Qué hace la camiseta de Greg contigo, Eugenia?"

Eugenia rió con picardía, su mirada brillando con complicidad. "Oh, esto", dijo ella, sosteniendo la camiseta con orgullo. "Es de mi novio, Greg. De hecho, estaba a punto de contarte sobre él".

Las otras chicas, intrigadas por la revelación, se inclinaron hacia adelante para escuchar más.

"¡Un novio, eh?" exclamó Candela con una sonrisa. "Estoy ansiosa por conocerlo".

Eugenia asintió con entusiasmo. "¡Por supuesto! Estoy segura de que te encantará conocerlo", dijo ella mientras comenzaba a describir a Greg y su relación.

Mientras tanto, Rochi se volvió hacia Candela, quien había llamado su atención anteriormente. "Hablando de novios", dijo Rochi con una sonrisa juguetona. "¿A quién estabas abrazando allí, Candela?"

Candela sonrió, su rostro iluminado por la felicidad. "Ah, eso era Nick", respondió ella, sus ojos brillando con cariño. "Estábamos pasando un tiempo juntos aquí en casa".

Rochi asintió con aprobación. "Me alegro de que estén disfrutando su tiempo juntos", comentó ella con sinceridad.

Finalmente, Rochi se dirigió a Lizzy, quien había permanecido en silencio durante la conversación. "Y tú, Lizzy", dijo Rochi, notando el entorno detrás de su amiga. "No parece que estés en tu habitación. ¿Dónde estás?"

Lizzy rió suavemente, compartiendo una mirada cómplice con Rochi. "Bueno, resulta que estoy en la cama de Ryan en este momento", reveló ella con una sonrisa tímida. "Parece que tengo algo que confesar".

Las risas y los suspiros de asombro resonaron a través de la videollamada mientras las chicas compartían historias sobre sus romances y se emocionaban por el amor que florecía entre ellas. Aunque estaban separadas por la distancia física, su conexión y apoyo mutuo seguían siendo tan fuertes como siempre.

Donald entró en la habitación y se sorprendió al ver a Rochi haciendo una videollamada con sus amigas. Eugenia, con su típico espíritu juguetón, no pudo resistir la oportunidad de bromear.

"Oh, mira quién llegó", exclamó Eugenia con una sonrisa traviesa. "¡Aquí está tu príncipe azul, Rochi!"

Rochi se sonrojó ligeramente ante el comentario, pero no pudo evitar reírse junto con el resto. "¡Hola, chicas!", saludó Donald, uniéndose a la conversación con una sonrisa.

Nick también aprovechó para saludar, compartiendo una mirada cómplice con Greg, quien estaba ayudando a Eugenia a cocinar en la cocina. "Hola a todos", dijo Nick desde el sofá, donde estaba viendo un partido junto a Candela.

"Mira quién se ha unido a la fiesta", comentó Rochi, señalando a Ryan, quien apareció en la pantalla desde la cama junto a Lizzy. "¡Hola, Ryan! ¿Cómo estás?"

Ryan sonrió y saludó al grupo. "¡Hola, chicos! Estoy bien, gracias. Solo disfrutando de la compañía de Lizzy aquí".

La conversación se llenó de risas y chistes mientras cada uno compartía lo que había estado haciendo durante el día. Greg contó anécdotas sobre el trabajo en el laboratorio, mientras que Nick y Candela discutieron emocionados sobre el último partido.

"¿Y qué hay de ustedes, chicos?", preguntó Rochi, dirigiéndose a Lizzy y Ryan. "¿Cómo ha sido su día?"

Lizzy sonrió, acurrucada junto a Ryan. "Ha sido tranquilo, pero agradable. Ryan y yo acabamos de volver de un paseo por el parque".

Ryan asintió, agregando: "Sí, fue genial. Disfrutamos del clima y simplemente pasamos el rato".

Mientras tanto, Eugenia y Greg continuaron cocinando juntos, intercambiando comentarios y risas mientras preparaban la comida. La atmósfera era cálida y acogedora, llena de amor y camaradería entre amigos cercanos.

La videollamada se prolongó durante horas, ya que cada uno disfrutaba de la compañía del otro, compartiendo historias, sueños y risas. A pesar de la distancia física, el vínculo entre ellos seguía siendo fuerte, recordándoles que, sin importar dónde estuvieran, siempre estarían unidos como una familia.

Nick, que había estado escuchando en silencio, decidió intervenir con una broma. "Oye, Greg, ¿debería decirle a mi suegro que mis compañeros de trabajo están en una relación?", preguntó con una sonrisa pícara.

Greg soltó una risa juguetona mientras dirigía una mirada cómplice a Nick. "La tienes más difícil, Nick. Después de todo, estás saliendo con la hija del jefe, ¿no es así, amigo?", bromeó, con una sonrisa traviesa bailando en sus labios.

Nick rió, jugando con la idea. "Bueno, al menos mi suegro ya lo sabe", respondió con un guiño, provocando risas entre todos.

Las chicas, al escuchar la conversación, no pudieron contener su risa. "Bueno, parece que Donald y Ryan están en la misma situación", comentó Eugenia con una sonrisa, refiriéndose a sus respectivas relaciones con Rochi y Lizzy, hijas de Mac y Horatio, respectivamente.

Donald y Ryan asintieron con una sonrisa, dispuestos a defenderse. "Sí, Mac y Horatio ya están al tanto de todo", agregó Donald con una sonrisa, mientras que Ryan, con un brillo de orgullo en sus ojos, añadió: "Incluso Horatio me dio su bendición para nuestro casamiento, después de que me salvó de Rick Steleer".

Candela, al escuchar la conversación, se unió a la diversión. "Bueno, parece que todos estamos en problemas, excepto yo. ¡Supongo que debería buscar un jefe para salir con su hija!", bromeó, provocando risas entre todos.

La conversación continuó en un tono ligero y jovial, mientras compartían anécdotas y bromas sobre sus relaciones y la vida en general. A pesar de las diferencias en sus situaciones personales, la camaradería entre ellos era evidente, unida por el amor y la amistad que compartían.

Después de un rato, la atención se desvió hacia las actividades que cada uno estaba haciendo. Eugenia seguía revoloteando por la cocina con la camisa de Greg, mientras él le enseñaba algunos trucos de cocina. Nick y Candela, por su parte, estaban absortos en la emoción de un partido de baloncesto, intercambiando comentarios y burlas cada vez que su equipo anotaba un punto.

Mientras tanto, Ryan se había unido a la conversación desde la cama, abrazando a Lizzy con ternura mientras escuchaba atentamente las historias que compartían sus amigos. Su presencia tranquila y reconfortante agregaba una sensación de calidez a la videollamada, haciendo que todos se sintieran aún más cerca a pesar de la distancia.

A medida que la noche avanzaba, la risa y la charla animada llenaban el aire, creando un ambiente de camaradería y complicidad. Cada uno se sentía agradecido por la oportunidad de compartir este momento especial con sus seres queridos, incluso a través de una pantalla.

Finalmente, cuando llegó el momento de despedirse, todos se despidieron con una sensación de alegría y gratitud por la conexión que compartían. Prometieron mantenerse en contacto y planear futuras reuniones, ansiosos por crear más recuerdos juntos.

La videollamada llegó a su fin, pero el vínculo entre ellos seguía siendo tan fuerte como siempre, recordándoles que, aunque estuvieran separados por la distancia, siempre estarían unidos por el amor y la amistad que compartían.

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