Capitulo 2

El sol estaba comenzando a ponerse en el horizonte cuando Rochi y Donald llegaron al lugar del incendio. La luz anaranjada se filtraba entre las nubes de humo, dando al paisaje un aspecto surrealista. Ambos salieron del vehículo del laboratorio móvil y se quedaron un momento contemplando la escena ante ellos.

"Es impresionante", comentó Rochi, con una mezcla de asombro y preocupación en su voz. "Nunca había visto algo así en persona".

Donald asintió, mirando a su alrededor con una expresión seria. "Sí, es bastante impactante. Pero tenemos un trabajo que hacer. Vamos a ver qué podemos encontrar".

Juntos, se dirigieron hacia el almacén quemado, sorteando los escombros y evitando los charcos de agua residual. Mientras caminaban, discutieron posibles causas del incendio y estrategias para recopilar evidencia.

"Creo que deberíamos empezar por examinar el área donde comenzó el fuego", sugirió Donald. "Es probable que encontremos pistas importantes allí".

Rochi asintió, escuchando atentamente las sugerencias de Donald. Aunque estaba acostumbrada a trabajar sola, apreciaba tener a alguien con quien colaborar en esta misión tan importante.

A medida que exploraban el lugar, Rochi y Donald comenzaron a recopilar muestras de escombros y restos carbonizados. Se agachaban para examinar cada detalle, discutiendo la posible relevancia de cada hallazgo.

"Creo que esto podría ser una pista", señaló Rochi, levantando un trozo de metal retorcido. "Podría ser parte de algún artefacto incendiario".

Donald asintió, examinando el objeto con interés. "Tienes razón. Vamos a etiquetarlo y enviarlo al laboratorio para su análisis".

A medida que avanzaban en su investigación, Rochi y Donald se sorprendieron al descubrir la magnitud del daño causado por el incendio. Había evidencia de que se habían perdido vidas en el fuego, lo que les recordaba la importancia de resolver el caso lo antes posible.

A medida que caía la noche, Rochi y Donald continuaron trabajando, iluminando el área con linternas mientras buscaban más pistas. A pesar del cansancio que comenzaba a hacer mella en ellos, seguían decididos a encontrar respuestas.

Finalmente, después de horas de trabajo exhaustivo, Rochi y Donald se detuvieron un momento para descansar. Se sentaron juntos en un montón de escombros, mirando el paisaje oscuro a su alrededor.

Donald se pasó la mano por el cabello, dejando escapar un suspiro de cansancio. "Ha sido un día largo", reconoció, su mirada cansada reflejando el agotamiento de horas de trabajo. Sin embargo, su expresión se iluminó cuando volvió los ojos hacia Rochi. "Pero sabes qué, Rochi? Aunque haya sido largo, me encantó cada momento. Sabes por qué?"

Rochi lo miró con curiosidad, esperando su respuesta con una sonrisa juguetona. "¿Por qué, Donald? Cuéntame".

Donald sonrió, dejando que la emoción se reflejara en sus ojos. "Porque pude estar a tu lado", admitió sinceramente. "No importa lo agotador que pueda ser el trabajo, si estoy contigo, todo se vuelve más fácil. Y si significa que tendremos más días como este juntos, estoy dispuesto a ir a mil misiones más".

Rochi sintió cómo se le aceleraba el corazón ante las dulces palabras de Donald. La conexión entre ellos se hizo aún más fuerte en ese momento, y Rochi se encontró deseando que este día nunca terminara. "Eres increíble, Donald", respondió con suavidad. "Gracias por estar aquí conmigo".

Donald le dedicó una mirada llena de ternura. "No hay otro lugar donde preferiría estar", aseguró con sinceridad. "Estar contigo hace que todo valga la pena, Rochi".

La complicidad entre ellos era palpable mientras se quedaban sentados en medio de los escombros, compartiendo el momento especial. A pesar del cansancio que los invadía, el brillo en sus ojos y las sonrisas en sus rostros hablaban de la profunda conexión que compartían.

Después de un momento de silencio reconfortante, se pusieron de pie, listos para volver al laboratorio con la evidencia que habían recopilado. Aunque el día había sido largo y agotador, ambos sabían que habían formado un equipo imparable, dispuesto a enfrentar cualquier desafío que el destino les presentara.

El laboratorio de criminalística en Nueva York estaba sumido en una atmósfera de actividad febril, con el zumbido constante de las máquinas y el suave tintineo de los equipos de análisis llenando el aire. Rochi y Donald estaban inmersos en su trabajo, revisando minuciosamente las pruebas y evidencias recopiladas durante el día. La tensión era palpable, pero en medio de la intensidad del trabajo, una conexión especial comenzaba a florecer entre ellos.

Donald levantó la vista de la muestra que estaba examinando y encontró los ojos de Rochi fijos en él. En ese momento, un destello de reconocimiento pasó entre ellos, una comprensión silenciosa de que había algo más que la mera colaboración profesional entre ellos. Rochi sostuvo su mirada, sintiendo una corriente eléctrica recorrer su cuerpo ante la intensidad de su mirada.

"Donald", comenzó Rochi, su voz resonando en la tranquila atmósfera del laboratorio. "¿Has sentido alguna vez que hay algo más entre nosotros que solo ser compañeros de trabajo?"

Donald inclinó la cabeza ligeramente, sus ojos azules brillando con curiosidad. "Sí, Rochi, lo he sentido", admitió con sinceridad. "Desde el momento en que te vi, supe que había una conexión especial entre nosotros, algo que va más allá de la amistad o la colaboración profesional".

El corazón de Rochi comenzó a latir con fuerza mientras escuchaba las palabras de Donald. Había esperado tanto tiempo para expresar lo que sentía, y ahora que lo estaba haciendo, una mezcla de emoción y nerviosismo la embargaba por completo.

"Donald, yo..." Rochi comenzó, pero las palabras se atascaron en su garganta. "Yo también siento lo mismo", logró articular finalmente, su voz apenas un susurro.

Donald sonrió con ternura, acercándose a Rochi lentamente. "Rochi, no hay nada que temer", aseguró, tomando suavemente su mano. "Lo que sea que esté sucediendo entre nosotros, es especial y único. Estoy dispuesto a explorarlo juntos, paso a paso".

Rochi se encontró perdida en los ojos de Donald, cautivada por la calidez y la sinceridad que veía en ellos. Lentamente, extendió la mano y acarició su mejilla, sintiendo una corriente eléctrica recorrer su piel al contacto con él.

"Donald..." Rochi murmuró, su voz llena de emoción y anhelo. "No sé qué nos depara el futuro, pero quiero descubrirlo contigo".

Donald asintió con una sonrisa, sintiendo que el peso del mundo se desvanecía en ese momento. "Rochi, estaré a tu lado, pase lo que pase", prometió, sus ojos brillando con determinación.

La tensión que había llenado el laboratorio se disipó, dejando un aire de tranquilidad y complicidad entre ellos. Habían dado el primer paso hacia algo más grande, algo que trascendía los límites del laboratorio y los unía en un vínculo único y especial.

Juntos, continuaron con su trabajo, pero esta vez con una nueva perspectiva, sabiendo que no solo eran compañeros de trabajo, sino algo mucho más profundo y significativo. A medida que la noche avanzaba, la conexión entre Rochi y Donald solo se fortalecía, prometiendo un futuro lleno de posibilidades y amor.

Rochi se sentía nerviosa mientras se preparaba para hablar con su padre, Mac Taylor. Sabía que tenía que ser honesta y directa sobre sus sentimientos por Donald, pero también temía la reacción de su padre. Sin embargo, sabía que no podía ocultar más sus emociones.

Cuando encontró a su padre en su oficina, Rochi respiró hondo y decidió ser sincera desde el principio. "Papá, necesito hablar contigo sobre algo importante", comenzó, su voz mostrando determinación.

Mac levantó la mirada de sus informes y le dedicó una sonrisa a su hija. "Claro, Rochi. ¿Qué pasa?"

Rochi se aclaró la garganta, preparándose para lo que iba a decir. "Papá, estoy profundamente enamorada de Donald", confesó sin rodeos.

Mac se quedó sin palabras por un momento, sorprendido por la franqueza de Rochi. Siempre la había visto como su pequeña niña, y ahora estaba lidiando con la realidad de que estaba creciendo y experimentando el amor. Sin embargo, sabía que tenía que apoyarla, sin importar lo que sintiera.

"Rochi..." comenzó Mac, buscando las palabras adecuadas. "Eso es... una noticia inesperada, pero también es hermoso que hayas encontrado el amor".

Rochi asintió, agradecida por la comprensión de su padre. "Lo sé, papá. Sé que puede ser difícil de aceptar, pero necesitaba que supieras cómo me siento".

Mac se levantó de su escritorio y se acercó a su hija, envolviéndola en un abrazo reconfortante. "Siempre te apoyaré, Rochi. Donald es un buen chico, y si te hace feliz, entonces eso es todo lo que importa".

Rochi se sintió aliviada al escuchar las palabras de su padre y devolvió el abrazo con fuerza. Sabía que tenía un largo camino por delante, pero con el apoyo de su padre y su amor por Donald, estaba lista para enfrentar cualquier desafío.

Mientras tanto, Donald también se había abierto con su amigo y colega, Danny Messer, sobre sus sentimientos por Rochi. Después de una larga conversación, Danny le dio su apoyo y le recordó que siempre estaría ahí para él. Con el aliento de sus seres queridos, Donald se sentía más seguro que nunca en su amor por Rochi y estaba decidido a luchar por su relación con ella.

Donald estaba sentado en el laboratorio, absorto en sus pensamientos, cuando Danny se acercó a él con una expresión de curiosidad en el rostro. Había notado el comportamiento distraído de su amigo y quería saber qué estaba pasando.

"Danny, ¿puedo hablar contigo un momento?", preguntó Donald, mirando a su amigo con seriedad.

"Por supuesto, Don", respondió Danny, tomando asiento junto a él. "¿Qué sucede? Pareces preocupado".

Donald respiró hondo antes de comenzar a hablar. Sabía que tenía que ser honesto con Danny sobre sus sentimientos por Rochi, incluso si eso significaba abrirse de una manera que raramente lo hacía.

"Sabes, Danny, he estado pensando mucho últimamente", comenzó Donald, su voz ligeramente temblorosa por la emoción que sentía. "Y... bueno, creo que estoy profundamente enamorado de Rochi".

Danny arqueó una ceja, sorprendido por la confesión de Donald. No esperaba escuchar algo así de su amigo, pero sabía que debía escucharlo y ofrecer su apoyo.

"¿Enamorado de Rochi? Eso es... inesperado", respondió Danny, buscando las palabras adecuadas. "Pero, ¿cómo te sientes al respecto?"

Donald suspiró, tratando de poner en palabras la intensidad de sus emociones. "Es difícil de explicar, Danny. Cuando estoy con ella, siento que el mundo desaparece a nuestro alrededor. Es como si solo existiéramos nosotros dos".

Danny asintió, comprendiendo la profundidad de los sentimientos de Donald. "Entiendo lo que quieres decir. Rochi es una chica increíble, y si te hace sentir de esa manera, entonces es algo especial".

Donald asintió con gratitud, agradecido por el apoyo de su amigo. "Gracias, Danny. Significa mucho para mí tener a alguien con quien hablar sobre esto".

Danny le dio una palmadita en el hombro, ofreciéndole una sonrisa de ánimo. "Siempre estaré aquí para ti, Don. Y si Rochi te hace feliz, entonces estoy a bordo".

Con el peso de su confesión compartido con Danny, Donald se sintió un poco más ligero. Sabía que aún enfrentaría desafíos en su relación con Rochi, pero con el apoyo de su amigo, estaba listo para enfrentar lo que viniera.

Donald se sentía abrumado por la intensidad de sus sentimientos mientras continuaba compartiendo con Danny. Quería expresar cada detalle, cada pensamiento que lo había llevado a darse cuenta de lo profundo que era su amor por Rochi.

"Cuando digo que solo pienso en ella, Danny, no estoy exagerando", continuó Donald, su voz cargada de emoción. "Desde el momento en que me despierto hasta que me voy a dormir, mi mente está llena de su imagen, de su voz, de su risa. Es como si estuviera siempre conmigo, incluso cuando estamos separados".

Danny escuchaba atentamente, asimilando las palabras de su amigo con respeto y comprensión. Sabía que lo que Donald estaba compartiendo era algo profundo y significativo, algo que no podía tomarse a la ligera.

"Entiendo, Don", respondió Danny, su tono reflejando su apoyo incondicional. "Parece que Rochi realmente ha dejado una marca en ti".

"Lo ha hecho, Danny. De una manera que nunca antes había experimentado", admitió Donald, sintiendo un nudo en la garganta al hablar de su profundo amor por Rochi. "Estar cerca de ella es como estar en otro mundo, un mundo donde todo es posible y donde la felicidad abunda".

Danny sonrió con ternura, conmovido por la sinceridad de las palabras de Donald. "Suena como si estuvieras verdaderamente enamorado, Don. Y eso es algo hermoso".

"Lo estoy, Danny. Más de lo que nunca pensé posible", respondió Donald, dejando escapar un suspiro de gratitud. "Rochi ha cambiado mi vida de una manera que nunca podría haber imaginado. Y no puedo imaginar un futuro sin ella".

Con cada palabra compartida, Donald se sentía más seguro de sus sentimientos por Rochi. Sabía que su amor por ella era real, profundo y duradero, y estaba decidido a hacer todo lo posible para que su relación prosperara. Con el apoyo de Danny a su lado, estaba listo para enfrentar los desafíos que el amor les presentara.

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