Capítulo 7.
❝Cause you were Juliet, I was
a scarlet letter, and her daddy
said, "Stay away from Juliet",
but you were everything to
me, I was begging you,
"Please don't go"❞
══════⊹⊱🜲⊰⊹══════
Un rato más tarde, los VKs estaban en las mesas del jardín trasero, apenas era la hora del almuerzo pero ninguno podía comer. Jay estaba sentado con una pierna encima de la mesa, mientras que sus amigos estaban en las bancas; con las piernas cruzadas mientras jugaban con la comida.
Tras ellos, estaban los AKs: Chad y Lonnie estaban sentados en una de las mesas, charlando mientras Jane y Lonnie estaban paradas a un lado; hablando, tomadas de las manos. Doug daba vueltas con su saco al hombro, siendo ignorado como el resto de los AKs que los acompañaban.
El pecoso suspiró justo cuando Ben llegó al lado de los muchachos.
—Hey, chicos. —Mencionó el castaño, uniendo sus manos con una gran sonrisa para tratar de animarlos—. ¿Cómo están todos?
Ninguno le contestó, pues Mal estaba muy ocupada, teniendo las manos encima de su libro de hechizos y dando golpecitos sobre la portada con sus dedos y Evie y Carlos estaban concentrados en revolver los alimentos que tenían delante con sus respectivos tenedores.
—Hey, escuchen. —Pidió el futuro rey, colocando una mano sobre el hombro del chico de cabello largo, quien ni siquiera pudo mirarlo; el joven lo soltó para no incomodarlo y extendió sus brazos mientras caminaba hasta colocarse tras su novia—. Olvídense de ello, ¿está bien? No fue nada, olvídense de eso; déjenlo ir. —Los trató de consolar, colocando ambas manos en los hombros de Mal para comenzar a masajearlos.
—Mañana, luego de la coronación, les prometo que todo estará bien. —Afirmó el chico Bestia, la princesa malvada dejó de jugar con su comida para apoyar su mentón sobre sus manos, mirándolo sin creerle ni una sola palabra. El príncipe se acercó al oído de la ojiverde—. Tengo que irme.
Levantó la cabeza para ver al grupo mientras continuaba proporcionando unas cuantas caricias en los hombros de la VK.
—Los veré más tarde, chicos. —Dijo Ben, soltando a la joven para dirigir las manos hacia su saco para abrochar sus botones mientras se retiraba.
El enano se aproximó a la mesa de los chicos de la Isla.
—Escucha, Evie, quiero hablarte de lo que… —Se atrevió a comenzar, pero la princesa malvada puso los ojos en blanco mientras el rubio se levantaba de la mesa.
—Doug. —Lo llamó Chad, el susodicho se giró a mirarlo, Audrey dirigió la mirada hacia el enano entrometido.
—Es mi culpa, ¿okay? ¿Quieres que lo admita? Perfecto, ahora lárgate de mi vista si no quieres terminar peor que esa rata. —Le advirtió la princesa malvada, el chico de anteojos volvió a mirarla, ella tenía las manos sobre su pecho.
—Doug. —Repitió el príncipe de Charmingtown, captando nuevamente la atención del AK.
— ¿Qué? —Le recriminó el enano, el rubio movió levemente la cabeza.
— ¿Te está amenazando? —Dudó el hijo de Cenicienta, aunque aquello sonó como una afirmación.
— ¿Y qué si lo hice? —Mencionó Evie, entrecerrado los ojos y mirando con odio al rubio.
—Eres una bruja. —La acusó el enano antes de retroceder para irse hacia la mesa de los AKs, en dónde Chad volvió a sentarse—. Tenías razón. —Le dijo al rubio antes de tomar asiento, dándole la espalda.
La descendiente de Regina empujó la bandeja con su comida hacia adelante, justo cuando Jane y Audrey se aproximaron hacia el cuarteto.
— ¿Cuánto tiempo piensa ella que esto va a durar? —Se atrevió a preguntar la princesa de Auroria, deteniéndose tras su enemiga, haciendo reír a la descendiente del Hada Madrina—. Mal solo es una chica mala.
—Sí. —Concordó la chica de ojos celestes, acercándose por detrás a la chica de cabello morado—. Quiero decir, él nunca va a convertir a una villana en reina. —Añadió, mirando a Evie, quien tenía un dedo sobre su mejilla; luego la AK se alejó de la chica de la Isla, soltando carcajadas mientras se alejaba con Audrey hacia la mesa con el resto de las chicas.
Jay miró a Mal con preocupación, pero la joven solo abrió su libro de hechizos y comenzó a pasar las páginas, buscando un encantamiento. Colocó una mano en la página en cuanto lo encontró.
—Postizos, con rizos, deshagan el hechizo. —Pronunció la ojiverde, levantando su mano y moviéndola rápidamente cuando su magia comenzó a manifestarse en pequeños rayos verdes que salieron disparados de su mano hacia la hija del Hada Madrina, revirtiendo el encantamiento de su cabello; quien dejó escapar un grito.
Las chicas que la acompañaban retrocedieron, riéndose de ella y su cabello, mientras que Audrey solo se cubrió la boca mientras la señalaba. La descendiente de Mulán tocó su cabello, buscando cerciorarse que seguía intacto, para su buena suerte así era.
La princesa malvada se incorporó de su asiento, al igual que Mal quien se dio la vuelta, captando la atención de las AKs.
—Hay muchísimo más de donde vino eso. —Les advirtió la hija de Maléfica, mientras que su mejor amiga colocaba una mano en su cadera, la princesa de Auroria se quitó la mano de la boca para imitar la pose de Evie.
—Disculpa, ¿quién te crees que eres? —Le preguntó Audrey, su enemiga elevó su mentón mientras sonreía, observándola con impaciencia.
— ¿Parece que estoy bromeando? —Se atrevió a dudar Mal, mientras la hija de Regina ladeaba su cabeza. La expresión en el rostro de la hija de Aurora se transformó en una seria, entonces la VK volvió a abrir su libro de hechizos, pasando las páginas. Los AKs tomaron sus pertenencias y salieron corriendo. Satisfecha con aquel susto que había causado, la ojiverde se giró a ver a Evie con una sonrisa malvada—. Tengo muchas ganas de que llegue mañana.
La chica de cabello azul elevó el mentón, la ojiverde cerró el libro y lo sostuvo mejor mientras sonreía.
—Robemos esa varita y larguémonos pronto de este reino de mierda. —Les propuso la descendiente de Maléfica, mirando a sus amigos para luego rodear la mesa, el pecoso se incorporó y junto a Evie pasaron ambas piernas por encima de la banca mientras Jay se levantaba de la mesa y los cuatro se retiraban en fila; con mucho estilo y deseos de venganza.
⊱🜲⊰
Al día siguiente, cuando Mal fue escoltada hacia la primera fila dentro de la catedral para la coronación, aún estaba tratando de procesar que Ben jamás fingió haber estado enamorado de ella desde que el agua del lago encantado revirtió el encantamiento de amor en su cita.
El coro, desde el palco, cantaba; mientras tres VKs estaban en la primera fila del mismo. Jay miró a Evie, ella lo observó para luego ver a Carlos, quien desvió la mirada hacia las puertas que acababan de abrirse.
El hijo de Bella y Bestia comenzó a caminar por el pasillo, mientras la gente a su alrededor hacia reverencias ante él y sus padres se levantaban de sus asientos.
Los VKs hicieron reverencias, al igual que el resto de la gente que estaba en el balcón, mientras Mal estaba seria; hasta que el muchacho pasó a su lado y tuvo que inclinarse ante él, sonriendo, en forma de respeto. El castaño la miró antes de continuar avanzando.
El Hada Madrina abrazó a Bella mientras el muchacho llegaba junto a ellos, la mujer hizo una reverencia ante Adam para luego quitarle la corona y caminar hacia donde estaba Ben; arrodillado en las escaleras. La madre de Jane le colocó la corona en la cabeza y se hizo a un lado para que Bestia levantara el vidrio que cubría la varita.
Mal giró la cabeza hacia sus amigos, quienes se encontraban serios y expectantes, luego ella volvió a ver hacia el frente.
Bella le entregó el artefacto mágico a su dueña mientras Adam volvía a colocar el vidrio donde estaba y la segunda mujer se posicionaba delante del futuro rey; con el objeto en ambas manos.
— ¿Juras solemnemente gobernar a la gente de Auradon con justicia y piedad durante todo tu reinado? —Le preguntó el Hada Madrina, sonriendo.
El castaño humedeció sus labios antes de contestar.
—Lo juro solemnemente. —Respondió Ben.
—Entonces es mi honor y mi alegría… —Le dijo la adulta mientras tocaba ambos hombros del joven con el artefacto—… bendecir a nuestro nuevo rey.
Pero entonces, alguien le arrebató la varita mágica, causando que todo el mundo se horrorizara.
Esta persona lanzó un hechizo hacia el techo de la catedral, abriendo así un agujero en la cúpula de la Isla de los Perdidos, que causó un pequeño terremoto en aquella prisión.
Los Auradianos comenzaron a cubrirse los unos a los otros.
—Niña, ¿¡qué estás haciendo!? —La interrogó el Hada Madrina, decepcionada y preocupada, mientras el castaño se levantaba de la escalera.
— ¡Si no vas a hacerme hermosa, yo misma lo haré! —Contestó su descendiente, quien luchaba para controlar el artefacto que acababa de tomar, dando vueltas sobre sí misma. Ben corrió a proteger a Mal, quien no se había movido—. ¡Bibidi babbidi boo! —Dijo, aterrada.
— ¡Busquen refugio! —Gritó Adam, tratando de proteger a las dos mujeres que se encontraban cerca de él.
La chica de ojos celestes seguía dando vueltas mientras los chispazos salían de la punta de la varita, hasta que la chica de cabello morado se apartó de Ben y corrió hacia la AK, comenzando a forcejear con ella para quitarle el objeto.
— ¡Ten cuidado, Mal! —Le recomendó Bella, pero luego de unos segundos más, la villana le arrebató la varita.
Todo el público se agachó. Jane vio a la gente horrorizada y a la joven frente a ella, los VKs que estaban en el palco salieron corriendo del mismo y la hija del Hada Madrina se apresuró a buscar refugio tras Lonnie. La hija de Maléfica sostuvo el artefacto con ambas manos mientras su novio se colocaba frente a ella, retrocediendo lentamente.
—Mal… —La llamó el nuevo rey, pero la susodicha solamente lo apuntó con el objeto mágico— Dame la varita.
—Retrocede. —Ordenó la ojiverde, justo cuando sus compañeros abrieron la puerta del salón y corrieron por el pasillo.
—Está bien. —Trató de calmarla el castaño.
—Ben, ¡dije que retrocedas! —Elevó la voz Mal.
—Te lo dije. —Le recriminó Audrey, avanzando unos pasos, pero la VK se dió la media vuelta para apuntarla con la varita y la princesa retrocedió al igual que la gente que la rodeaba. La ojiverde volvió a girarse hacia el chico Bestia mientras sus amigos llegaban a su lado.
—Vamos. —Dijo Carlos.
—Es hora de la venganza. —Le recordó el joven ladrón.
— ¿Realmente quieren hacer esto? —Se atrevió a preguntar el rey.
—No tenemos elección, Ben. —Contestó la chica de cabello morado—. Nuestros padres…
—Sus padres tomaron sus decisiones. —La interrumpió el chico Bestia—. Ahora ustedes tomen las suyas. —Les aconsejó.
La villana permaneció boquiabierta durante varios segundos, viéndolo a él y luego a Bella, Bestia y el Hada Madrina, pero volvió a hacer contacto visual con el muchacho.
—Creo que quiero ser buena. —Dijo finalmente la ojiverde.
—Tú eres buena. —Afirmó Ben.
— ¿Cómo sabes eso? —Le recriminó la descendiente de Maléfica, elevando su voz.
—Porque… —Comenzó a hablar el castaño, desviando la mirada por unos instantes y relamiendo sus labios antes de mirarla nuevamente— ...porque estoy escuchando a mi corazón.
—Yo también quiero escuchar a mi corazón—. Admitió la chica de cabello morado, manteniéndose callada durante unos instantes durante los que intentó aclarar su cabeza—. Y mi corazón me está diciendo que nosotros no somos nuestros padres —Prosiguió, bajando la varita y girándose para ver a los otros VKs, sonriéndoles y dejando escapar una pequeña risa.
Evie apenas sonreía, pero los chicos estaban serios, confundidos; por lo tanto Mal miró a Jay.
—Quiero decir, robar cosas no te hace feliz. —Comenzó a explicar la villana, mientras el susodicho permanecía en silencio—. El Tourney y la pizza de la victoria con el equipo te hacen feliz.
El hijo de Jafar no pudo evitar sonreír al recordar eso, intercambiando miradas con el pecoso, para luego volver a ver a su amiga.
—Y a ti, rascarle la barriga a Dude te hace feliz, ¿quién lo habría pensado? —Añadió la ojiverde, señalando al menor de los VKs, para luego mirar a su compañera de cuarto—. Y Evie… No tienes que fingir ser tonta para conseguir un chico, tú eres muy inteligente. —Le recordó, mientras la princesa malvada negaba con la cabeza cuando la oyó hablar sobre lo que no debía hacer.
Ambas rieron y la chica de cabello azul asintió con la cabeza, Mal suspiró.
—Y yo no quiero dominar el mundo con el mal, eso no me hace feliz. —Confesó la descendiente de Maléfica—. Yo quiero ir a la escuela.
Los cuatro VKs se sonrieron, tenían eso en común.
—Y quiero estar con Ben. —Siguió hablando la joven, el castaño la observó con ilusión, viendo como se giraba hacia él—. Porque Ben me hace realmente feliz. —Dijo, levantando la mano en la que tenía puesto el anillo de Bestia que él le había pedido que usara.
Mal volvió a darse la vuelta para ver a los otros VKs.
—Que seamos amigos los cuatro me hace realmente feliz, no destruir cosas. —Les hizo saber, observando a la princesa malvada, quien negaba levemente con la cabeza. La ojiverde suspiró antes de extender un puño hacia el frente—. Yo elijo el bien, ¿y ustedes, chicos?
El trío la observó y luego a su brazo, mientras la chica de cabello morado los observaba, temiendo perderlos; hasta que el joven ladrón extendió su puño hacia el frente.
—Yo también elijo el bien. —Afirmó Jay, haciendo reír a la hija de Maléfica, quien luego volteó a ver a su mejor amiga; que tenía una gran sonrisa y asentía con la cabeza.
—Yo elijo el bien. —Habló la princesa malvada, extendiendo su puño y juntándolo con los otros dos, mientras tenía su otra mano en su cadera. Giró su cabeza para ver al menor del grupo, al igual que los demás.
—Entonces, solo para ser claro, ¿no tenemos que preocuparnos por lo realmente molestos que estarán nuestros padres? —Dudó el hijo de Cruella, haciendo reír a sus amigos y también a Ben—. Porque ellos van a estar realmente molestos. —Les recordó, por lo tanto el rey decidió avanzar un poco.
—Sus padres no pueden alcanzarlos aquí. —Lo reconfortó el castaño.
—Okay, entonces… —Mencionó Carlos, extendiendo su puño hacia el frente— … el bien.
Mal rio con ternura antes de voltear su cabeza para ver al hijo de Bella y Bestia, le hizo una señal con la cabeza para que se acercara al cuarteto. Él lo hizo y, cuando llegó a su lado, extendió el puño hacia el frente. Todos aplaudieron mientras la ojiverde reposaba su cabeza en el hombro del castaño.
Y, por un instante, todo fue perfecto; hasta que se oyó un estruendo que los hizo separarse y ver hacia el agujero en el techo; por el cual entró bastante humo verde que llegó a separar a los VKs del rey, este humo comenzó a disiparse hasta que todos reconocieron a la recién llegada: Maléfica.
— ¡Regresé! —Anunció la villana, mientras Ben protegía a su progenitora.
—Lárgate, madre. —Rogó la ojiverde, quien aún sostenía la varita.
La recién llegada no pudo evitar reír.
—Ella es divertida. —Le dijo la Emperatriz del Mal a la familia real, entre risas, para luego girarse hacia su descendiente—. Es muy divertido. Ahora, dame la varita. Chop, chop. —Demandó.
— ¡No! —Replicó el rey de Auradon, estirando un brazo cuando vio que su novia extendía el artefacto mágico hacia su pariente para luego arrojárselo al Hada Madrina, quien lo tomó.
— ¡Bibidi babbidi! —Comenzó a conjurar la mujer, moviendo el objeto mágico velozmente.
— ¡Boo! —La interrumpió Maléfica con un tono burlón, elevando su cetro y congelando a todo el mundo, excepto a los VKs; quienes observaron a su alrededor con sorpresa. La adulta caminó hacia Adam, quitándole los anteojos y volviéndoselos a poner. —Uh, en otros tiempos…
Tarareando Evil like me, la villana subió los escalones hasta donde estaba la madre de Jane y le quitó la varita, volviendo a reír.
—Uh, oh no, alguien debe cortarse el pelo de la nariz. —Se burló la Emperatriz del Mal al acercar el objeto a la nariz de la pobre mujer, luego miró al cuarteto. — ¿Por dónde deberíamos comenzar? ¡Ya sé! ¿Por qué no empezamos por deshacernos de esto? —Añadió, apuntando hacia su hija con el artefacto mágico, quitándole el anillo.
— ¡Perfecto! —Dijo Maléfica, mientras su descendiente veía su dedo con tristeza, la mujer se alejó del Hada Madrina—. Oh, disculpa, los cuernos; ¡los putos cuernos!
La chica de cabello morado bajó sus manos para entonces ver cómo su madre se aproximaba hacia el castaño.
Y entonces Mal decidió que ya había tenido suficiente.
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