Capítulo 21.
❝She's so tall, and handsome
as Hell, she's so bad, but
she does it so well❞
══════⊹⊱🜲⊰⊹══════
Por la noche, aún habían algunas luces encendidas en la residencia, una de ellas provenía de la habitación de la princesa de Auroria; quien estaba escribiendo en su diario mientras sollozaba.
Había discutido con su abuela después del caos que se había desatado en el reino y se sentía mucho peor que antes.
«Una vida de planes, perdida. El estatus de nuestra familia, perdido…» Volvió a recordar las palabras de Leah, que dolían, pero eran ciertas.
Toda su vida había sido perfectamente planeada hasta que los VK's habían llegado.
«Tu madre pudo conseguirse a un príncipe, incluso estando dormida»
La rubia dejó escapar otro sollozo.
«No lo tendré a él, pero tengo a Evie, ¿no es suficiente? No necesito a un príncipe cuando la tengo a ella»
Aún tenía las fotos enmarcadas con su novia encima de la chimenea, también tenía algunas con Ben.
«Claro que no, ¿crees que esa chica te quiere de verdad? No, te está usando y tú lo estás permitiendo. ¿No ves lo feliz que está de que otra villana sea la reina de Auradon? Sin príncipe, no hay corona. Sin príncipe, no vales nada. Sin príncipe, no eres suficiente para nadie»
La chica terminó de retocar su dibujo y dejó el lápiz en su mesa de luz.
—I'm so tired of pretending. —Se lamentó, negando suavemente con la cabeza —Where's my happy ending?—Cuestionó, cerrando el diario y dejándolo a un lado para girarse.
—I followed all the rules, I draw inside the lines, I never asked for anything that wasn't mine. —Dijo la AK. —I waited patiently for my time, but when it finally came, he called her name.
—And now I feel this overwhelming pain… —Añadió la descendiente de Aurora, levantándose de la cama y caminando hacia la chimenea— …I mean it's in my veins, I mean it's in my brain. —Dijo, llevando sus manos hacia su cabeza.
—My thoughts are running in a circle like a toy train. —Prosiguió, tomando una de las fotos en las que estaba con su novia y acariciándola, luego agarró otra en la que estaba con su ex novio—. I'm kinda like a perfect picture with a broken frame. —Mencionó antes de acomodar la primera en su lugar y tirar la segunda al fuego.
—I know exactly who to blame. —Afirmó, entonces tomó el atizador de la chimenea.
—I never thought of myself as mean… —Dijo Audrey, caminando hacia el centro de la habitación—. I always thought that I'd be the queen.
Dio una pequeña vuelta y observó su candelabro.
—And there's no in between. —Exclamó, retrocediendo y volviendo a ver hacia el frente—. 'Cause if I can't have that, then I would be the leader of the dark and the bad. —Prometió, avanzando y viendo hacia la luz nuevamente.
—Now there's a devil on my shoulder, where the angels used to be… —Cantó, volviendo a girar y moviendo su brazo libre hacia arriba— …and he's calling me the Queen… —Añadió, bajándolo y caminando hacia la puerta de su habitación para salir de allí.
Abandonó el castillo y se dirigió hacia el museo, en donde empujó las rejas, encontrándose con la rueca de Maléfica. La rodeó, viendo la lámpara de Aladdin y el zapato de cristal de Cenicienta, llegando hasta el guardia que estaba dormido, así que se acercó al mostrador y apagó las cámaras de seguridad desde la computadora antes de dirigirse hacia el sector en donde estaba la Corona de la Reina de Auradon.
—Being nice was my pastime… —Habló la princesa, viendo el objeto que debía ser suyo, pero ahora no lo sería. —But I've been hurt for the last time. —Dijo, empezando a rodear el atril en el que estaba la tiara mientras sostenía el atizador con ambas manos.
—And I won't ever let another person take advantage of me. —Prometió la rubia, gesticulando con la mano que volvió a liberar. —The anger burns my skin, third-degree.
—Now my blood's boiling hotter than a fiery sea. —Mencionó, deteniéndose frente al atril y comenzando a subir los escalones—. There's nobody getting close to me. —Exclamó.
—They're gonna bow to the Evil Queen. —Dijo, levantando un brazo. Tal vez Regina no tenía un título vigente, tampoco Evie lo hacía, pero ella se haría uno para sí misma. Se detuvo al llegar frente a la corona que estaba protegida por un vidrio.
—Your nightmare's my dream. —Le cantó al objeto, viéndola con atención, pues sería suya—. Just wait until they fall to my wicked schemes.
Extendió su brazo hacia atrás para tomar impulso y usó el atizador para destrozar el vidrio, haciendo que aquel accesorio se cayera de su soporte.
—I never thought of myself as mean… —Dijo la joven, tomando la corona y viéndola—. I always thought that I'd be the queen. —Añadió y se giró.
—And there's no in between, 'cause if I can't have that, then I would be the leader of the dark and the bad. —Aseguró, sacudiendo la corona y comenzando a descender por los escalones hasta llegar al anteúltimo, sonriendo victoriosa.
—Now there's a devil on my shoulder, where the angels used to be… —Siguió cantando y tiró el atizador lejos de su alcance—And he's calling me the queen of mean.
—Calling me, calling me, the queen of mean… —Repitió, bajando el último escalón y alzando la corona antes de volver a verla, pues ya sabía que haría con ella —Calling me, calling me… —Y dicho esto, movió su brazo para tomar impulso, pues quería destrozarla; pero entonces una cortina se abrió, captando su atención.
Frente a ella estaba el Ojo de Dragón.
—Audrey, Audrey… —La llamó el artefacto mágico, el cual brillaba cada vez que pronunciaba su nombre—Audrey…
—The queen of mean… —Repitió la princesa, olvidándose de sus ganas de romper lo que acababa de robar.
—Something's pulling me, it's so magnetic… —Exclamó la hija de Aurora, comenzando a avanzar lentamente hacia el sector que se acababa de abrir delante de ella. —My body is moving, unsure where I'm headed.
—All of my senses have left me defenseless. —Prosiguió, cambiando de rumbo al ver una canasta con manzanas envenenadas que arrojó al suelo—. This darkness around me is promising vengeance. —Dijo, colocando la corona en el atril y viendo el Ojo de Dragón antes de caminar hacia el mismo.
—The price that I'm willing to pay is expensive. —Afirmó la chica, empezando a mover sus manos alrededor del objeto, el cual brilló más al sentir la cercanía de la princesa—. There's nothing to lose when you're lonely and friendless.
Ella se giró para volver a dirigirse hacia el atril en donde había dejado la tiara que había hurtado.
—So my only interest is showing this princess… —Dijo, tomando la corona y caminando hasta quedar a un lado del cetro, se arrodilló—. That I am the queen and my reign will be endless, endless! —Añadió, levantando la corona.
El humo rosado comenzó a invadir el lugar, cubriéndola y modificando su aspecto, transformando su atuendo en uno mucho más oscuro con plumas y haciendo su cabello rosado con mechones rosados y morados.
—I want what I deserve. —Prosiguió, colocándose la corona e incorporándose con elegancia—. I want to rule the world! —Dicho esto, tomó el Ojo de Dragón, el cual brilló más y ella sintió su poder antes de sacarlo de su soporte.
—Sit back and watch them learn! —Mencionó, sosteniendo el objeto con ambas manos, viéndolo brillar. —It's finally my turn!
—If they want a villain for a queen… —Añadió, dando varias vueltas y moviéndose por el lugar—. I'm gonna be one like they've never seen! —Alardeó.
—I'll show them what it means now that I am that! —Prometió, jugando con su nueva adquisición—. I will be the ruler of the dark and the bad!
—'Cause the devil's on my shoulder, where the angels used to be… —Dijo, apoyando un brazo en uno de los atriles y alzando el cetro—. And he's calling me the queen of mean —Masculló, moviéndolo delante de ella para tomarlo con su otra mano.
Dio una vuelta más.
—Calling me, calling me, the queen of mean… —Repitió, practicando como amenazar con el mismo antes de apoyarlo en el suelo—. Calling me, calling me…
Sosteniendo el objeto, se inclinó hacia atrás y movió su brazo libre antes de volver a enderezarse.
—I want what I deserve! —Finalizó, alzando el Ojo de Dragón y golpeando el suelo con el mismo, logrando hacerlo brillar. El candelabro explotó y ella quedó a oscuras, entonces dejó escapar una carcajada malvada mientras el humo rosado la envolvía, llevándola hacia el bosque; en donde utilizó la magia para abrir la puerta de la cabaña a la que ingresó, pues al fin y al cabo nadie la encontraría en la cabaña en la que las Hadas habían escondido a la Bella Durmiente.
⊱🜲⊰
Al día siguiente, una parte del Consejo Real había sido reunida en el Palacio de Bestia.
—Creo que todos sabemos por qué estamos aquí. —Exclamó Adam.
Ben observó a su madre, sin entender a qué se refería su progenitor, mientras tanto Evie observó al Hada Madrina con bastante confusión; por último Mal estaba cruzada de brazos, perdida en sus pensamientos.
—La gente ya está entrando en pánico gracias a Hades. —Prosiguió el adulto. Si descendiente giró la cabeza, sonriendo con nerviosismo mientras metía las manos en los bolsillos de su pantalón—. Él casi escapa.
— ¿Quién sabe lo que él habría hecho si hubiera podido escapar? —Dudó la madre de Jane, preocupada.
—No podemos arriesgarnos a tener a otro villano en fuga. —Insistió Adam.
—Siento que esto es mi culpa. —Habló la ojiverde, captando la atención de todos, quienes la miraron. Ella solo vio al castaño—. Se supone que yo debo proteger Auradon. —Dijo, sintiendo todo el peso de la situación sobre sus hombros.
—No puedes culparte por esto, M, no eres responsable de las acciones de los demás. —Intervino su mejor amiga, caminando hacia ella para colocar una mano en su hombro—. Hiciste lo que tenías que hacer para salvarnos.
—Evie tiene razón. —Concordó el chico Bestia, mirándola y gesticulando con sus manos—. Lo hiciste. Tú proteges a Auradon. —La reconfortó.
—No fue suficiente. —Se lamentó la chica de cabello morado, quien sabía perfectamente que si la descendiente de Úrsula no hubiese aparecido, el Dios del Inframundo habría drenado toda su magia hasta obligarla a retomar su forma humana; quedando totalmente indefensa. Y él habría podido abrir un agujero lo suficientemente grande como para poder abandonar la Isla, desatando el caos ante la posibilidad de que todos los demás VK's se aprovecharan de la situación.
Era demasiado estrés para una chica recién graduada. Era demasiada responsabilidad que ahora caería en sus manos. Y no podía manejarlo. No quería lidiar con esto, pero debía hacerlo.
—Cada vez que abrimos la barrera, nos exponemos al peligro. —Continuó hablando Adam, las adultas que estaban a sus lados lo miraron antes de observar a los tres adolescentes. Mal bajó la mirada cuando su prometido tocó su codo suavemente—. Maléfica, Uma, Hades.
—Con todo respeto, ¿de quién es la culpa de eso? —Lo interrogó la princesa malvada, quien ya había oído suficiente de aquel hombre—. No voy a quedarme aquí parada, oyendo cómo usted nos trata de poner en contra de nuestra propia gente. El problema no es la gente que está en la Isla, el problema es quien dio la orden de revivir y encarcelar a todos los villanos en una prisión, con la esperanza de que se maten entre ellos mientras ustedes vivían tranquilos de este lado del puente. Usted es el verdadero peligro, usted inició esto, así que no se haga el imbécil y espere a que su propio hijo arregle los problemas de un reino en el que la mitad de la población quiere su cabeza. —Dijo, señalándolo con un dedo.
— ¿Saben qué tienen en común los tres fugitivos? —Inquirió la futura Reina.
— ¿Que tú fuiste la culpable de que intentaran huir en primer lugar y que, en efecto, ellas lo hicieran? —Sugirió Bestia con cinismo, su esposa le dio un codazo y su descendiente apretó los puños mientras abría la boca para hablar pero su celular sonó y retrocedió, dándoles la espalda a los demás mientras sacaba el mismo para abrir el mensaje que había recibido.
— ¡Adam! —Le llamó la atención Bella.
— ¡No! —Se opuso la chica de cabello morado, sus ojos comenzaron a brillar mientras avanzaba hacia el adulto, con su mejor amiga yendo detrás de ella. —Que todos quieren conseguir la libertad por sus propios medios, una libertad por la que ni siquiera deberían estar luchando en primer lugar.
El joven castaño tuvo que leer varias veces las palabras que aparecían en la pantalla de su teléfono para poder comprenderlas y asimilarlas antes de guardarlo en el bolsillo de su pantalón.
—El cetro de Maléfica y la Corona de la Reina han sido robados. —Informó el rey mientras se giraba hacia los demás miembros del Consejo. El Hada Madrina y Bella se quedaron boquiabiertas, mientras las VK's intercambiaban miradas de preocupación.
—Uma. —Dijo Adam de inmediato, señalando a los adolescentes con los anteojos que llevaba en la mano.
— ¡Si vuelves a acusarla otra maldita vez, voy a convertirme en dragón, llevarte hasta las nubes y dejarte caer! —Lo amenazó Mal, sus ojos brillaron con más intensidad mientras el calor en su pecho empezaba a ser insoportable y Evie tuvo que tomarla de los hombros para hacerla retroceder. —No la conoces en lo absoluto, ella jamás quiso una corona, así que te recomiendo que cierres la boca. —Mencionó, apuntándolo con un dedo.
—M, respira. —Pidió su mejor amiga, sintiendo el calor que irradiaba el cuerpo de la contraria—. Tenemos todo el derecho de estar enojadas, pero no puedes volver a convertirte en dragón después de que Hades casi te mata ayer, necesitas recuperar tus fuerzas. —Le dijo en voz baja, la soltó lentamente solo para ver cómo empezaba a caminar de un lado a otro.
—No sabemos eso, Papá. —Intervino Ben, serio. Honestamente, él tampoco creía que la bruja del mar tuviera la necesidad de robar aquellos artefactos.
Ver a la ojiverde tan estresada solo hacía que la descendiente de Regina comenzara a preocuparse aún más por ella, así que la guió hacia uno de los sillones y sacó un recipiente con fresas de su bolso, el cual fue invadido por las manos de Mal en un instante.
—Cuando la gente escuche esto, no van a querer salir de sus casas. —Mencionó Bella con preocupación, su esposo colocó una mano en su espalda—. ¿Qué les diremos?
Ben miró a su madre, luego a las VK's, entonces la mujer también las observó; encontrándose con que ambas estaban comiendo fresas.
—Mal… —La llamó la adulta, captando la atención de la adolescente, quien ya estaba intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir— ¿Qué hacemos? —Dudó.
—Bella, por favor, ¿no ve que es demasiado peso para ella? —Intervino Evie, mirándola—. Mal no está preparada para tomar una decisión en este momento de crisis.
—Lo entendemos, querida, pero tenemos que hacer algo antes de que la situación empeore —Habló el Hada Madrina, viendo a sus ex alumnas—. ¿Cómo mantendremos el mal fuera de Auradon? —Las interrogó, aunque la pregunta iba dirigida para todos.
—Creo que solo hay una manera de garantizar su seguridad… —Comenzó a responder la descendiente de Maléfica, jugando con una fresa en sus manos. —Y creo que, para eso…
—Tienen que dejar de entrar y salir. —La interrumpió Bestia—. Cerraremos la barrera para siempre. —Decidió, recibiendo miradas horrorizadas de parte de su descendiente y las VK's, mientras que las otras dos mujeres asentían con la cabeza.
—No. —Masculló Ben, serio, mientras se giraba lentamente.
—Hijo… —Susurró Adam.
—No. —Repitió el rey de Auradon.
—Está loco. —Gruñó la princesa malvada, negando con la cabeza y siguiendo al castaño—. No vamos a hacer eso.
—Ben… —Lo llamó Bella.
—No, no, no, no. —Insistió el joven.
— ¿Cómo pueden estar de acuerdo con esta bestia? —Les recriminó la ojiverde a las adultas, tirándoles las fresas junto con el recipiente a los tres adultos antes de levantarse para ir tras sus amigos.
—Mal. —Exclamó la madre de Jane, mientras Bella tomaba a su esposo del brazo cuando él comenzó a gruñir.
—Hey. —Dijo la futura Reina, tomando la mano de la diseñadora y sosteniendo la del muchacho con su otra mano—. No vamos a permitir que arruinen tu sueño… porque es tan hermoso. —Le habló al rey, quien apenas podía sostenerle la mirada.
—Comenzó como un sueño que estamos transformando en realidad. —Habló Evie, tratando de contener las lágrimas para no arruinar su maquillaje—. Todos esos niños… nos necesitan y no podemos abandonarlos ¡tal y como ustedes nos dieron la espalda durante dieciséis años! —Prosiguió, dirigiéndose a los adultos mientras las lágrimas caían por sus mejillas.
— ¿Al menos son conscientes de lo que esto significará? Todos esos niños… ¿Están preparados para eso? —Dudó Ben, mirando a sus padres—. Ustedes me dijeron que siempre escuche a mi corazón, ¿y saben qué me está diciendo? Que esto no es lo correcto.
—Claro que lo son, lo han hecho antes y por supuesto que están preparados para volver a darle la espalda a la Isla porque no les importa quienes sufren mientras no sean ellos. Yo sé lo que significa y no, no estoy preparada para eso. —Susurró Mal, dedicándoles una mirada repleta de rencor. —Está mal y no vamos a dejar que procedan con esto. Buscaremos otra solución. —Afirmó, su mejor amiga asintió con la cabeza.
—Tienen que entender que no hay otra opción. —Dijo Adam, quien ya se había acercado a ellos, manteniendo una distancia prudente. —No nos perdonaríamos a nosotros mismos si algo terrible sucediera.
— ¡Usted ya no es nadie para decidir a quién encerrar y a quién no! —Alzó la voz Evie, harta—. Ustedes están dejando que algo terrible pase, pero no se saldrán con la suya. —Sentenció, seria.
—Como Rey y Reina… ¿Cuál es nuestro deber? —Le preguntó la chica de cabello morado a su prometido, tomando sus manos.
—Proteger a Auradon. —Contestó el chico Bestia, la contraria asintió con la cabeza, con una sonrisa triste.
—Van a necesitar la ayuda de su Consejera Real. —Exclamó la descendiente de Regina—. Protegeremos a Auradon y a la Isla de los Perdidos, cueste lo que cueste.
⊱🜲⊰
Las VK's abandonaron el Castillo de Bestia luego de que dieron por finalizada la reunión, en la que no habían llegado a ninguna conclusión para los problemas que debían solucionar. Ahora ambas se encontraban caminando hacia la residencia, pues Evie no quería ir sola y Mal necesitaba tomar un poco de aire.
—Detesto tener que mantener en secreto lo que hablamos en las juntas del Consejo Real —Protestó la princesa malvada. —Sé que es para evitar que la gente entre en pánico, pero Carlos y Jay merecen saber lo que sucede con la barrera.
—También yo. —Exclamó la descendiente de Maléfica, haciendo una mueca. —Nada va a pasar. No la vamos a cerrar, E. No le daremos la espalda a nuestra gente otra vez. —Susurró, negando con la cabeza.
—Los cuatro estamos viviendo nuestros sueños aquí y al fin podemos compartir eso, ¿qué podría ser más importante que eso? —Se quejó la diseñadora, llevándose la mano al pecho.
—Lo sé. Podemos aumentar la seguridad, tranquilizar a todos… —Propuso la ojiverde, tratando de pensar en una idea que pudiera funcionar.
—M, de verdad están pensando en que nadie entre o salga de la Isla. —Habló la chica de cabello azul. —Nunca tendremos que regresar a ver a nuestros padres, pero ¿qué hay de los niños que sí tienen familiares que los quieren genuinamente? Les prometimos que podrían volver a visitarlos cuando quisieran.
—Lo sé, yo estaba ahí cuando Bestia quiso imponerlo. —Le recordó su mejor amiga. —Ya sé, Dizzy, Celia y los gemelos no se merecen esto.
—M, estoy tan feliz de que vayas a ser la Reina. Sé que no es lo que quieres, pero mírale el lado bueno, estamos siendo parte de estas conversaciones. Estamos defendiendo a los VK's. —Habló Evie, deteniéndose al llegar a su destino y tomando la mano de la contraria, quien le sonrió—. Y le diremos la verdad a los chicos, mañana, en mi castillo; antes de irnos al cumpleaños de Jane. —Sentenció.
—Sí, vale la pena tener voz en este tipo de cosas tan importantes. —Le dio la razón la hija de Maléfica, asintiendo con la cabeza antes de abrazarla. —Muy bien. Mañana será.
Cuando se apartaron, la dueña de Evie's 4 Hearts comenzó a caminar por el jardín, pero se detuvo cuando no escuchó el sonido de las botas ajenas yendo tras ella.
— ¿Mal? —La llamó la VK, girándose para verla.
—No estoy segura de que Audrey quiera verme después de las cosas que me dijo cuando Ben me pidió matrimonio… Prefiero darle un poco de espacio para que se calme. Además, ahora que ya comí, quiero ir a volar un poco para despejar mi mente… pero si veo algo raro, te avisaré. —Se excusó la ojiverde.
—No te esfuerces mucho, entonces. Y buena suerte. —Le deseó Evie, su acompañante asintió antes de que el humo comenzara a rodearla, entonces la descendiente de Regina ingresó al castillo y subió las escaleras velozmente; algo que podía hacer con más facilidad en ocasiones como esa, ya que llevaba pantalones.
Al llegar al segundo piso, sacó su celular de su bolso, se puso a revisar el chat con su novia –quien no le había contestado ninguno de los mensajes que le había enviado desde que había salido de la reunión– mientras caminaba por el pasillo. Se detuvo al llegar a la puerta del cuarto de su pareja y respiró hondo antes de golpear.
Esperó unos instantes y volvió a golpear, pero no se oía nada, así que sacó la llave extra de su bolso y abrió la puerta; ingresando sigilosamente en el caso de que la rubia estuviera durmiendo una siesta.
Pero la habitación se encontraba en orden, sin embargo su dueña no estaba allí.
Su celular sonó y la VK dirigió la mirada hacia la pantalla, suspiró con alivio al darse cuenta de que la hija de Auroria finalmente le había respondido: «Perdona la tardanza, mi vida. No tengo buena señal aquí. Vine al spa por la mañana y se me olvidó avisarte, quiero estar perfecta para el cumpleaños de Jane, pero nos veremos en casa para llevar toda la comida que falta. Podremos hablar de lo que quieras contarme cuando estemos en el lago encantado. Te amo muchísimo».
⊱🜲⊰
Al día siguiente, los VK's estaban en la cocina del castillo de Evie, ordenando todo lo que iban a llevar al lago encantado.
La princesa malvada le arrojó una bolsa a Jay, que él atrapó velozmente.
—Sándwich. —Habló la chica de cabello azul antes de lanzarle otra a Mal, quien la tomó—. Hamburguesas. —Dijo, viendo como ambos guardaban las dos en una de las canastas.
— ¡Buen día! ¡Traje las toallas en caso de que alguien quiera nadar! —Mencionó Carlos apenas ingresó a la cocina, las colocó dentro de otra de las canastas.
—Esa no voy a ser yo. —Exclamó la hija de Maléfica, negando con la cabeza, viendo como el menor guardaba algo más y la dueña del castillo le lanzaba una manzana al descendiente de Jafar.
— ¡Hey! —Dijo el chico de cabello largo al atraparlo.
— ¡Yo quiero, yo quiero! —Habló la chica de cabello morado, señalando las fresas que su mejor amiga estaba por guardar, tomó una y se la lanzó; ella abrió la boca y la atrapó, masticándola.
—Realmente espero que a Jane le guste el pastel, chicos. —Habló el pecoso, caminando por detrás de Mal y Jay para ver la caja en la que se encontraba el mismo, al cual le faltaba un pedazo—. Oh no.
— ¡Oh sí! —Exclamó el ex ladrón, con entusiasmo, mientras todavía atrapaba todo lo que la contraria le lanzaba. Los tres reían, felices.
De Vil apoyó ambas manos contra la mesa con frustración antes de rodearla.
— ¡Okay! —Elevó la voz Carlos, dejando caer sus brazos a los costados de su cuerpo, los demás lo siguieron con las miradas—. ¿¡Quién se comió el pastel de Jane!?
Mientras la diseñadora se aproximaba hacia la caja, la ojiverde intercambió una mirada de complicidad, ambas se habían dado cuenta de que el hacker estaba muy estresado con el evento; por eso entendieron que aquel definitivamente no era el momento para contarles la noticia sobre el Consejo. Tal vez luego de la celebración podrían hacerlo.
— ¡No te preocupes! —Comentó la hija de Maléfica, el VK se giró hacia ella—. Yo tengo justo lo que necesitas. —Añadió, usando su magia para hacer aparecer su libro de hechizos.
—Eres una salvavidas. —Mencionó el descendiente de Cruella.
— ¿Qué haríamos sin tí, M? —Dudó Jay, viendo como la joven abría el libro, comenzando a buscar el hechizo que necesitaba.
—Probablemente seguirían peleándose por las cosas que hay aquí. —Bromeó la ojiverde, haciendo reír a sus amigos, entonces tocó dos veces la página cuando la encontró—. ¡Aunque ahora todo parezca complicado, este pastel volverá a estar como si nadie le hubiera dado ni un bocado! —Recitó el encantamiento, moviendo sus manos hacia el pastel, de inmediato varios rayos de magia verde comenzaron a salir de sus dedos y se dirigieron hacia el postre; que de inmediato volvió a estar completo.
Jay, Evie y Carlos aplaudieron, mientras el pecoso dejaba escapar un suspiro de alivio.
Mientras Mal tuviera su libro de hechizos, ¿qué podría salir mal?
⊱🜲⊰
En el patio trasero del castillo, Dizzy y Celia se encontraban sentadas contra la chimenea, comiendo sus respectivas porciones de pastel que habían hurtado.
—Delicioso. —Habló la pelirroja, llevándose a la boca el dedo que tenía restos de comida.
—Yo amo especialmente la falta de suciedad. —Exclamó la joven tarotista.
La chica de anteojos volvió a pasar el dedo por su plato ya vacío y se lo chupó, su acompañante la miró de reojo.
— ¡Y la falta de moscas! —Mencionó Dizzy, señalando a la contraria, quien comió un poco más del pastel con su tenedor para luego asentir con la cabeza.
Nuevamente, la nieta de Lady Tremaine pasó el dedo por su plato y se lo llevó a los labios, hasta que la otra VK le acercó su plato.
— ¿Quieres un poco? —Le ofreció la morena, de inmediato la pelirroja tomó un poco con su tenedor.
—Gracias. —Murmuró la menor, sin poder dejar de observar a la hija del Hombre Sombra. —Oh, tienes algo ahí. —Le indicó, señalando los labios ajenos antes de aproximarse al rostro de la contraria para besarla, quien le correspondió de inmediato.
Solo se apartaron cuando el aire les hizo falta y entonces volvieron a comer pastel, solo para sonreír y suspirar al mismo tiempo, como las dos novias enamoradas que eran.
⊱🜲⊰
Mal salió del castillo, llevando el regalo de Jane en su mano, cerró la puerta y comenzó a caminar hacia donde las motocicletas estaban estacionadas.
Un rayo se hizo presente y Audrey apareció, envuelta en una nube de humo que no tardó a dispersarse mientras ella avanzaba hacia el palacio. La villana se detuvo al verla, lucía diferente y llevaba el Ojo de Dragón y la Corona de la Reina.
—Estaba esperando que estuvieras en casa. —Mencionó la recién llegada, mientras la chica de cabello morado la inspeccionaba con la mirada y soltaba una risita incómoda, viendo como la hija de Aurora veía el artefacto mágico que había hurtado.
— ¿Esto es una broma? —Cuestionó la ojiverde, confundida, su enemiga la miró con seriedad.
— ¿Parece que estoy bromeando? —Le cuestionó la princesa de Auroria.
— ¿Qué estás haciendo con la corona y el cetro? —La interrogó la descendiente de Maléfica.
—Bueno, yo los quería, así que los tomé. —Respondió la chica de Auradon, sonriendo con malicia. La villana vio el Ojo de Dragón brillando y luego a la joven que se encontraba frente a ella—. Tú deberías entenderlo mejor que nadie, Mal. —Dijo, cambiando de mano el artefacto mágico e inclinándose hacia el.
— ¡Espera! ¡Audrey, detente! —Gritó la VK, dejando el libro de hechizos y la bolsa de regalo en la mesa que estaba detrás de ella, extendió un brazo hacia la contraria, quien la miró con odio—. No uses eso.
La chica volvió a cambiar de mano el Ojo de Dragón.
—Creí que te gustaban los hechizos. —Le comentó la chica de cabello rosado, con cinismo. La villana reformada quedó boquiabierta, sin saber cómo responder, no quería provocarla así que simplemente se quedó callada. —Bueno, Evie seguro apreciará la sorpresa que tengo preparada para ella. —Mencionó, pero Mal se interpuso en su camino hacia la puerta.
—No vas a hacerle daño. —Sentenció la chica de la Isla, viendo como la contraria volvía a acercar el cetro a su rostro, viéndolo con interés. La VK extendió sus dos manos hacia ella—. Okay, Audrey…
— ¡SILENCIO! —Alzó la voz la Reina del Mal, gesticulando con su brazo libre y dándose la vuelta mientras la chica de cabello morado llevaba las manos a su rostro y luego dejaba caer ambos brazos a los costados de su cuerpo.
Al oír tanto escándalo, la princesa malvada salió al jardín delantero, sin entender qué sucedía porque hace unos minutos había recibido un mensaje de su novia; diciéndole que quería que fuera la primera que la recibiera.
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