Capítulo 20.
❝I thought heaven can't help
me now, nothing lasts forever,
but this is gonna take me down❞
══════⊹⊱🜲⊰⊹══════
El descendiente de Bella y Bestia tomó la mano de la chica que lo acompañaba.
—Mal, este es el mismo lugar en el que nos conocimos hace mucho tiempo. —Le recordó el joven, mientras la ojiverde seguía viéndolo—. Siento que te conozco hace toda una vida.
Y si bien aquel discurso era tierno, la chica de cabello morado estaba contando los segundos que faltaban para poder subirse a la limusina y regresar a la Isla, en donde tal vez… Uma estaría esperándola.
El castaño la soltó.
—Pero ¿he mencionado que estoy enamorado de ti? —Cuestionó el joven, la multitud suspiró y la VK dirigió su mirada hacia su mejor amiga, quien chasqueaba los dedos junto a la joven guerrera. Doug tenía una guitarra acústica que comenzó a tocar mientras Carlos corría hacia el grupo. Mal cubrió sus labios, avergonzada. —I met this girl who rocked my world like it's never been rocked… —Empezó a cantar, mientras Jane, el Hada Madrina y Jay se acercaban al grupo de coristas; al igual que Bella y Bestia.
Y cada palabra era un recordatorio de que Audrey no había sido suficiente para él.
—And now I'm living just for her, and I would never stop… —Continuó el rey, girando lentamente a su novia, quien extendió un brazo con una sonrisa antes de que él volviera a posicionarse delante de ella para nuevamente tomar su mano. La VK rio con nerviosismo, usando su diestra para acariciar la mejilla del joven, luego giró la cabeza solamente para ver a la descendiente de Aurora; quien trataba de contener las lágrimas. Al sentirse mal por presumir una felicidad falsa delante de ella, Mal volvió a ver a Ben, quien ahora estaba arrodillado. — ...But now look at what you've done, you got me down on my knee.
La princesa de Auroria llevó una mano a su estómago, viendo la escena con la boca abierta. Realmente quería irse, pero estaba atrapada alrededor de un montón de gente que estaba presenciando cómo volvía a ser humillada. Leah la miró y se aproximó a su oído.
— ¿Duele, no? ¿Ver cómo volviste a perder lo que siempre debió haber sido tuyo? —Cuestionó la mujer, pero su nieta no respondió, estaba demasiado perdida en sus recuerdos.
Ben le entregó el micrófono al pecoso y sacó una caja de su bolsillo, mientras la VK lo veía, fingiendo sorpresa.
—Mal, somos tú y yo. Somos tú y yo para siempre. —Dijo él, la chica de cabello morado suspiró, teniendo las manos en sus labios—. ¿Te casarías conmigo? —Le pidió, abriendo la caja que revelaba un anillo.
«Mal, ¿irías a la coronación conmigo?»
El público suspiró al unísono, al igual que lo hizo cuando Audrey tenía dieciséis años y el príncipe acababa de declarar su amor por la villana con aquella misma canción.
— ¿Serías mi reina? —Preguntó el rey, la villana quitó las manos de su rostro.
— ¡No! —Gritó Audrey, quien ya no soportaba los recuerdos que agobiaban su mente. Su abuela tomó su brazo.
— ¡Sí! —Contestó la hija de Maléfica.
Todo el mundo se puso a gritar y a festejar, Lonnie abrazó a Evie. La descendiente de Auroria perdió la consciencia por unos instantes, hasta que Chad y Leah la sostuvieron y ella regresó en sí, solo para ver como Ben se incorporaba para ponerle el anillo a su prometida antes de que ella lo besara.
La princesa malvada se puso a gritar mientras Jay rodeaba con sus brazos a la pequeña hada, luego Carlos chocaba su pecho con el de Adam y se disculpaba de inmediato, después el rey se apartaba para abrazar a Mal. Jay chocó los cinco con el hijo de Cruella antes de abrazarlo, luego Evie abrazó a Jane y la hija de Mulán se les unió.
La pareja real unió sus frentes, mientras ella lo sostenía de la nuca y acariciaba su mentón, estando inmersos en su propio mundo. Las Rose observaban la enorme pantalla del castillo.
—Una vida de planes, perdida. —Se quejó la madre de Aurora, girándose para ver a su nieta—. El estatus de nuestra familia, perdido. —Mencionó.
—Audrey, se suponía que serías su reina… y lo dejaste escapar entre tus dedos. —Le recriminó la adulta, la rubia bajó la mirada. —Tu madre pudo conseguirse a un príncipe, incluso estando dormida.
La princesa de Auroria levantó la cabeza, harta.
—No lo tendré a él, pero tengo a Evie, ¿no es suficiente? —Murmuró la joven—. No necesito a un príncipe cuando la tengo a ella.
—Claro que no, ¿crees que esa chica te quiere de verdad? No, te está usando y tú lo estás permitiendo. ¿No ves lo feliz que está de que otra villana sea la reina de Auradon? —Replicó Leah, la menor se giró a ver cómo su novia festejaba con las demás—. Sin príncipe, no hay corona. Sin príncipe, no vales nada. Sin príncipe, no eres suficiente para nadie. —Añadió, su nieta volvió a darse la vuelta.
— ¿No crees que ya me siento lo suficientemente mal, abuela? —Intervino la rubia, ya harta.
— ¡Ben y Mal son los mejores! ¡Ya quiero que Mal sea nuestra reina! —Dijo una chica detrás de ambas, entonces la princesa de Auroria se giró.
— ¿Realmente preferirías tener a una VK en el trono en lugar de a mí? —Quiso saber la chica de vestido rosado—. ¿Qué es lo qué está mal con ustedes?
La AK se giró para ver hacia la pantalla gigante, observando a la pareja real.
— ¿Qué es lo que está mal con todo el mundo? —Protestó, desviando la mirada cuando escuchó a los chicos gritando apenas el castaño se reunió con ellos.
— ¡Oh, estoy comprometido, hombre! —Dijo Ben, aún sin poder creerlo.
Mal bajó corriendo las escaleras para rodear con sus brazos a la descendiente de Regina.
— ¡Vas a rockear esa corona! —Le garantizó la última, separándose solo para acariciar su mejilla. La ojiverde colocó su mano sobre la ajena, ignorando que Audrey podía verlas y oírlas desde donde estaba, la chica de cabello azul tomó las manos de su mejor amiga—. Okay, solo he hecho como un millón de diseños de tu vestido de bodas y… Bella ya te ha organizado una fiesta de compromiso para la próxima semana. —Dijo, girándose para ver a la antigua reina de Auradon.
— ¡Es realmente bueno que haya dicho que sí! —Mencionó la chica de cabello morado, caminando hacia los adultos mientras Ben abrazaba a Jane y luego a Lonnie.
— ¡Abrazos! —Exclamó Adam, extendiendo los brazos.
— ¡Abrazos! —Repitió la VK, rodeándola con los suyos con una gran sonrisa para luego separarse y abrazar a Bella.
— ¡Estoy tan emocionada! ¡Al fin tengo una hija! —Habló la mujer, mientras su hijo era felicitado por su esposo, finalmente la descendiente de Maléfica se apartó para mirarla.
—Te quiero, Bella. —Comentó la adolescente.
—Oh, cariño. —Mencionó el Hada Madrina, su ex alumna se arrojó a sus brazos por unos instantes antes de apartarse, mientras el rey se colocaba a un lado de su prometida—. Estoy tan feliz por ambos.
—Muchísimas gracias, Hada Madrina. —Le dijo el joven, quien se acercó a ella cuando se dio cuenta de que Mal admiraba su anillo—. Creo que a ella le gustó. —Le murmuró.
—Puedes bibidi babidi apostarlo. —Le contestó la mujer, guiñándole el ojo y haciendo reír a la pareja.
— ¡Todos hagamos reverencias ante Su Real Majestad! —Mencionó Jay, adelantándose junto a los VKs y las AKs.
— ¡Oh, sí, su Real Moradesa! —Le siguió el juego De Vil, quitándose el gorro de la banda escolar que llevaba e inclinándose ante su mejor amiga, junto a los demás.
—Silencio, campesinos molestos. —Bromeó la futura reina, haciendo un gesto con su brazo y alejándose de ellos.
—Como desees, mi Lady. —Accedió el ex ladrón.
—Mi Real Molestad. —Se burló el menor de los VKs, volviendo a colocarse su sombrero mientras Evie le daba un suave golpe en el brazo al chico de cabello largo, mientras los muchachos reían.
La hija de Aurora tomó de la muñeca a la ojiverde, obligándola a detenerse.
—Felicidades. —Habló la rubia con mechones rosados y celestes, sonriéndole, la contraria imitó su gesto y dejó caer los brazos a los costados de su cuerpo—. Lo ganaste justamente.
La villana todavía le sonreía.
—Oh, espera, no lo hiciste. —Replicó la princesa, logrando que la mirara con la boca abierta—. Hechizaste a Ben para destruir todo Auradon. —Le recordó con cinismo.
—Gran historia para los nietos. —Añadió Audrey, logrando shockear aún más a la joven que tenía delante.
—Okay, hay que hacer esto. —Habló el chico Bestia, chocando los puños con Jay. Aquello captó la atención de ambas chicas, Mal volvió a verla.
—Hablando de niños, hay unos que nos están esperando, así que… —Dijo la ojiverde con educación, colocando una mano sobre el brazo de su enemiga— …si me disculpas. —Murmuró antes de girarse para caminar hacia donde estaban sus amigos, mientras la rubia la seguía con la mirada.
Todos vieron como la enorme limusina morada estacionaba en la calle y un guardia bajaba del vehículo mientras todos se despedían, la princesa malvada caminó hacia su novia.
—Amor, ¿estás bien? —Susurró Evie, algo preocupada.
—Sí, lo estoy. —Mintió la princesa de Auroria, forzando una sonrisa.
—Venía a pedirte que, si te parece bien, puedes venir conmigo al castillo cuando regresemos con los niños… Me haría feliz que se lo mostráramos juntas. —Exclamó la descendiente de Regina.
—Sí, supongo que sí. —Accedió Audrey, quien sabía que aquello era importante para la VK.
—Genial. —Dijo la diseñadora, sonriendo con felicidad. —Okay, debo irme ya, pero no tardaré en regresar. —Le prometió al ver que Carlos había abierto la puerta trasera de la limusina y la estaba esperando para entrar. Se aproximó al rostro de su novia, pero al notar a Leah a unos metros de distancia, le dio un beso en la mejilla y caminó hacia el auto; saludando con la manito antes de ingresar al interior del mismo.
El hijo de Jafar se despidió de Lonnie y de Jane con un abrazo para cada una antes de subirse hacia el asiento del conductor.
—Felicitaciones, Lady Mal. —Exclamó uno de los guardias, tomándola de la mano y estrechándola.
—Gracias. —Dijo la VK antes de subirse a la limusina.
—Su Majestad. —Mencionó el guardia, estrechando la mano del rey, quien caminó hacia el vehículo y saludó a todo el mundo para luego entrar al mismo. El guardia cerró la puerta y se alejó, mientras Doug seguía tocando la guitarra y Jane y Lonnie bailaban juntas, hasta que vieron como Audrey se giraba para regresar hacia donde estaban Chad y Leah.
La multitud siguió saludando mientras la limusina comenzaba a moverse, dirigiéndose hacia su nuevo destino.
⊱🜲⊰
Unos minutos más tarde, los core four estaban con sus cuatro elegidos, quienes se despedían de sus familias.
El señor Smee besaba las cabezas de sus hijos mientras los abrazaba, Carlos y Jay solo podían verlos con ternura.
—Okay, chicos. —Intervino el pecoso, el villano los soltó y él le dio una suave palmadita en el hombro a Squeaky.
— ¡Vamos a viajar un poquito! —Le dijo el hijo de Jafar al otro gemelo, caminando con él hacia la puerta trasera, luego de que metieran sus maletas en el baúl.
—Lo vas a ver pronto, ¿okay? —Prometió el pecoso, llevándoselo por el lado izquierdo y ayudándolo a entrar al auto.
—Tengo tanto que mostrarte. —Le garantizó Evie a la pelirroja, con quien avanzó hacia el maletero, junto a Lady Tremaine.
— ¿Tienes todo? —Le preguntó la madrastra malvada mientras su nieta dejaba uno de sus bolsos dentro del baúl.
—Sí, tengo todo. —Afirmó la chica de anteojos, viendo a su pariente.
— ¿Estás segura? —Cuestionó la adulta.
—Estoy segura, abuelita. —Insistió la VK, entonces la mayor sacó la mano que escondía tras su espalda.
—Oh, ¿de verdad? —Dudó Lady Tremaine, enseñándole un artefacto que estaba olvidando.
— ¡Mi pistola de pegamento! —Exclamó Dizzy, tomándola con una sonrisa.
—No sé qué vas a hacer sin mí. —Replicó la villana.
—Ni sin mí. —Añadió Drizella, abriéndose paso entre la gente.
—Las voy a extrañar. —Confesó la menor, mientras las mayores la miraban.
—Bueno, ve, andando. —La apresuró la madrastra malvada, gesticulando con su brazo.
La pequeña estilista se giró a ver a su mejor amiga, quien le guiñó el ojo, entonces la pelirroja se apresuró a envolver a ambas en un abrazo.
—Adiós, abuela. Adiós, mamá. —Se despidió la pequeña VK, las adultas le correspondieron hasta que se apartaron.
—Estará a salvo conmigo. —Le prometió Evie a la hermanastra malvada, quien asintió con la cabeza, intentando contener las lágrimas mientras las diseñadoras se tomaban de las manos para rodear el vehículo e ingresar.
Las Tremaine fueron tras ellas, quedándose detrás de la limusina, mientras Ben y Mal avanzaban con Celia.
—Aquí, déjame ayudarte a sacártela. —Le ofreció la chica de cabello morado al ver cómo la menor se quitaba la mochila de su espalda solo para arrojarla dentro del maletero sin su ayuda—. Oh. —Murmuró.
—Okay. —Mencionó el castaño, cerrando el baúl, la tarotista pasó por su lado para dirigirse hacia la puerta que aún estaba abierta; Ben la siguió con la mirada—. Hay que hacer esto…
Ambos señalaron a la joven mientras la ojiverde reía, él la rodeó con un brazo para caminar junto a ella hacia el interior de la limusina, despidiéndose de los demás y cerrando la puerta. Todos se colocaron los cinturones y el vehículo arrancó.
—Entonces, tan pronto lleguemos a Auradon, tienes que probar el helado. —Le dijo la princesa malvada a la joven diseñadora.
— ¿E ir a nadar? —Propuso la descendiente de Drizella, entusiasmada.
— ¡Puedo llevarte al Lago Encantado! —Le indicó la mayor, ansiosa.
Las dos chillaron de emoción al mismo tiempo.
— ¡No puedo creer que viviré contigo en tu propio castillo! —Exclamó Dizzy, feliz, mientras su mejor amiga negaba con la cabeza levemente.
— ¡Es solo un castillito! —La corrigió la chica de cabello azul, haciendo un gesto con su mano para restarle importancia al asunto—. Ah, y no solo ustedes vivirán conmigo. Audrey se mudará cuando termine algunas materias pendientes, pero suele pasar mucho tiempo ahí conmigo, no solo ayudándome con Evie's 4 Hearts.
—Entonces asegúrate de cerrar la puerta de tu dormitorio con llave cuando ella pase las noches allí para que nadie las interrumpa. —Le aconsejó la pelirroja, elevando ambas cejas.
Squirmy sostenía fuertemente el brazo de Jay.
—Gran agarre. —Dijo el hijo de Jafar, impresionado, alternando su vista entre el menor y el camino—. ¿Juegas a algún deporte?
El pequeño negó con la cabeza, sin soltarlo.
Carlos tomó un cupcake que le ofreció a Squeaky, mientras comía el suyo.
— ¡Vamos! —Lo alentó al ver que el niño lo tomaba y luego lo miraba—. Confía en mí. —Pidió, entonces el VK le dio un mordisco, saboreándolo para volver a establecer contacto visual con él.
El hijo de Cruella asintió con la cabeza varias veces.
—Lo sé. —Dijo el pecoso, pasando un brazo alrededor del hombro del menor y dándole palmaditas—. Disfrútalo, disfrútalo.
La tarotista extendió sus cartas hacia el rey, mientras Mal estaba ocupada, con su brazo apoyado en la puerta. El castaño tomó una carta y la menor bajó el resto, extendiendo su mano, el chico Bestia se la regresó mientras la chica de cabello morado apoyaba el mentón en el hombro de Ben.
Celia cubrió la carta con la palma de su mano y cerró los ojos antes de abrirlos para verlo, asintiendo con aprobación.
—Vas a ser un rey sabio y valiente. —Le comentó la menor, enseñándole la carta en la que salía el dibujo de un rey.
—Él ya lo es. —Habló la descendiente de Maléfica, tomando el brazo de su prometido con delicadeza, mientras él agarraba la carta y miraba a la ojiverde con una sonrisa.
— ¿Ves? —Dudó la hija del Hombre Sombra, viendo como el muchacho ahora observaba su carta—. Las cartas nunca mienten. —Añadió, extendiendo su mano y moviendo sus dedos, el castaño sacó su billetera para entregarle un billete que la menor vio con alegría antes de guardarlo.
El vehículo ya había llegado a la plaza de la Isla cuando Jay presionó el botón para que la barrera comenzara a abrirse.
⊱🜲⊰
—La única razón por la que deberían estar abriendo esa barrera es para volver a encerrar a Uma, no para sacar a más villanos. —Protestó Leah, quien observaba todo desde Auradon, estando cruzada de brazos al igual que su nieta.
Sin embargo, varias personas gritaron de emoción al ver cómo la limusina atravesaba la cúpula mágica, que ya comenzaba a cerrarse.
⊱🜲⊰
Evie giró la cabeza, sonriendo al ver a la multitud que estaban dejando atrás, porque genuinamente deseaba volver por todos ellos pronto.
Y entonces el Dios del Inframundo se abrió paso entre la gente, empujándolos y corriendo hacia la barrera, alcanzando a sacar el brazo con el que sostenía su ámbar. Usó su otra mano para comenzar a abrir el pequeño agujero.
— ¡Es Hades! —Habló la princesa malvada, logrando que Celia, Ben y Mal giraran sus cabezas para ver lo que el villano estaba haciendo—. ¡Detén el auto! ¡Él está intentando escapar!
El descendiente de Jafar obedeció y los core four, junto al chico Bestia y los gemelos, bajaron del auto. La ojiverde cerró la puerta de su lado, mientras el adulto sacaba la cabeza por el agujero que cada vez estaba haciéndose más grande.
— ¡Soy un Dios! —Gritó Hades, su cabello se encendió de inmediato—. ¡Yo no pertenezco aquí! —Se quejó.
La diseñadora no les quitó la vista de encima a los menores hasta que ellos volvieron a subir al vehículo y cerró la puerta de su lado, mientras los chicos se adelantaban para intentar detener al contrario, quien les lanzó un rayo con su ámbar a cada uno; logrando tirarlos al suelo.
La chica de cabello morado vio aquello con horror y observó al adulto, quien solo reía mientras establecía contacto visual con ella, cuyos ojos comenzaron a brillar mientras alzaba el mentón y era rodeada por el humo púrpura.
Evie solo podía ver aquello, al igual que Carlos, Ben y Jay; hasta que ella terminó de transformarse en una dragona y alzó el vuelo.
Le rugió, haciendo que Hades dejara de sonreír mientras ella se acercaba, pero él le apuntó con su artefacto mágico; lanzándole un rayo poderoso que comenzó a drenar su magia, haciéndola retroceder mientras gemía de dolor.
Los niños gritaron, los VK's no dejaban de ver cómo la criatura era incapaz de avanzar.
⊱🜲⊰
Adam tomó la mano de su esposa mientras el resto de las personas murmuraban al ver aquella escena en la pantalla.
— ¡No entren en pánico! ¿Okay? —Les rogó el Hada Madrina desde el escenario, mientras Lonnie rodeaba a Jane con su brazo de forma protectora frente a la tarima, junto a los demás. El antiguo rey se llevó la mano al pecho—. ¡Nadie necesita entrar en pánico!
— ¡Es Ben! —Exclamó Bella, sin dejar de ver la situación.
— ¡Ahí está su preciosa reina! ¡Ella ni siquiera puede protegernos! —Gritó Audrey, señalando hacia la pantalla con su brazo, mientras su abuela sostenía su otro brazo.
— ¡Yo puedo protegerte! —Dijo Chad, la rubia le dio un codazo.
— ¡Okay, estamos entrando en pánico! ¡Bibidi babidi corran! —Se corrigió el Hada Madrina, corriendo por la tarima hasta dos guardias que la escoltaron hacia abajo mientras Bella y Adam corrían hacia el interior del castillo.
Lonnie y Jane se tomaron de las manos mientras más guardias les indicaban que también debían entrar a la residencia, sin embargo el príncipe de Charmingtown saltó los arbustos y salió corriendo como alma que lleva el diablo junto al tumulto de gente, mientras las Rose también eran escoltadas hacia el palacio.
⊱🜲⊰
Hades volvió a lanzar otro rayo con su piedra mágica a la dragona, quien gritó de dolor, siendo forzada a retroceder más.
Dizzy, Celia y los gemelos veían eso con miedo.
— ¡Vamos, Mal! ¡Hazlo arrepentirse! —Le gritó Jay, viendo como su mejor amiga bajaba la cabeza.
Aquello le dio una idea a la ojiverde, quien levantó la cabeza y comenzó a rugirle al Dios del Inframundo, dificultándole concentrarse mientras intentaba mantener el equilibrio; aún así él aumentó la potencia en su piedra mágica, apuntándole a la boca esta vez.
La dragona no tardó en comenzar a toser, intentando cubrirse el rostro con sus brazos, tratando de bloquear el ataque.
En ese momento, la hija de Úrsula salió a la superficie, formando un gran remolino acuático que explotó en una ola que se encargó de mojar a todos en el puente roto; incluyendo el ámbar.
— ¿¡Qué mierda significa esto!? —Se quejó el Dios del Inframundo, mientras su cabello se apagaba.
Mal solo rugió, levantando la cabeza para ver hacia el agua, entonces sonrió.
—Oh, necesitabas un baño, apestas. —Le contestó la bruja del mar con una sonrisa burlona—. Y regresar a tu agujero. —Dijo, extendiendo un tentáculo para tomar al villano y volver a arrojarlo dentro de la Isla antes de que la barrera volviera a cerrarse.
Todos lo vieron dar varias volteretas por el suelo, mientras los niños bajaban del auto. Jay ayudó a levantar a Ben, mientras que Evie hacía lo mismo con Carlos.
— ¿Estás bien? —Murmuró la princesa malvada.
—Sí. —Susurró el pecoso, el joven rey se inclinó para volver a tomar su corona que se había caído, la dragona comenzó a descender mientras Hades se incorporaba.
La chica de cabello turquesa seguía viéndola con atención hasta que se paró encima de la limusina y el humo púrpura la rodeó, transformándola en humana.
Ben y Evie la tomaron de las manos para ayudarla a bajar del vehículo, pero ella corrió hacia el borde del puente, adolorida.
— ¡Uma! —Gritó, queriendo decirle tantas cosas.
— ¡Ese es mi nombre! —Dijo la morena con una sonrisa—. Oh, él no te destrozó las cuerdas vocales con esa piedra, qué bien. —Añadió, estando aliviada de verla entera. Se la veía cansada, sí, pero estaría bien.
— ¡Tenemos que hablar! ¡Por favor! —Le rogó la ojiverde.
—Lo siento, no tengo tiempo, soy una mujer muy ocupada. Y solo vine a salvarte, como siempre hago, pero si no lo vas a valorar otra vez… no tengo nada que hacer aquí. —Replicó la hija de Úrsula, saludándola con la mano antes de volver a zambullirse bajo el agua, no haciendo tanto escándalo esta vez.
— ¡No! —Alzó la voz la chica de cabello morado, alterada. — ¡Vuelve, por favor!
—M, vamos. —Susurró Evie, acercándose a ella y tomándola de la mano para ver hacia la Isla—. ¿Estás bien…? —Dudó, aunque sabía que la pregunta era bastante estúpida.
— ¡No! —Se opuso la ojiverde, mientras el chico Bestia la sostenía por la cintura—. Él estaba drenando toda mi magia con ese ámbar y sentí todos mis poderes desapareciendo… —Exclamó, angustiada.
—Estás a salvo. —La tranquilizó su mejor amiga, luego miró al Dios del Inframundo—. Él volvió a donde pertenece.
La descendiente de Maléfica simplemente asintió, el adulto les dirigió una mirada llena de rencor antes de suspirar y darse la vuelta para retirarse, asustando al resto de VK's que se apartaron de su camino mientras él avanzaba hacia el puente.
—Sí, por ahora… —Habló la futura reina, Ben la apegó a su cuerpo y ella reposó su cabeza en su pecho.
—Deberíamos irnos. —Intervino el ex ladrón, tomando a la ojiverde del brazo con suavidad.
—Okay. —Accedió la muchacha, Carlos tomó la mano de Evie mientras Mal sujetaba la de Ben y se giraban para volver a entrar a la limusina junto a los demás.
Una vez que todos ya estuvieron dentro del vehículo, cerraron las puertas y se colocaron los cinturones de seguridad, el celular de la diseñadora sonó y ella lo sacó para leer el mensaje de su novia que le había llegado: «Lo siento, mi abuela no quiere que vaya a quedarme contigo esta noche. Pero puedo pasar a verte mañana, si no estás muy ocupada con los niños, amor»
La chica de cabello azul se dispuso a contestarle: «No pasa nada, lo entiendo. Claro que puedes, a Dizzy le encantará volver a verte» y luego se sacó una foto con la hija de Drizella que le envió a su pareja, tratando de animarla.
══════⊹⊱🜲⊰⊹══════
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top