Capítulo 12.

❝The ties were black, the 
    lies were white in shades
and candlelight


══════⊹⊱🜲⊰⊹══════

  Jay guiaba el camino, siendo seguido por Evie, Audrey; Ben y Carlos. Todos estaban tensos, los VKs observaban hacia atrás con desconfianza, pero nadie los estaba siguiendo. Si tenían buena suerte –y la necesitaban– podrían hablar con Mal, solucionar todo y volver al reino antes de que los problemas los alcanzaran.

—Vamos. —Rompió el silencio el chico de cabello largo, tomando la última piedra que quedaba encima de la mesa que estaba fuera de la guardia, la arrojó hacia el cartel que hizo que la reja se elevara, cediendo el paso hacia las escaleras. Colocó una mano sobre el hombro del rey, guiándolo hacia la entrada.

El castaño apenas había subido un escalón cuando se detuvo para mirar a sus acompañantes.

—Deséenme suerte. —Pidió Ben, bastante nervioso.

—La vas a necesitar. —Mencionó la hija de Aurora, recargando su espalda contra una de las vigas.

—Solo sube hasta allá y acabemos con esto. —Añadió el ex ladrón, señalando hacia arriba con un dedo, logrando que el chico Bestia elevara la cabeza antes de comenzar a subir las escaleras.

  La descendiente de Regina se aproximó hacia las escaleras, subiendo apenas un escalón.

—Buena suerte. —Le deseó la princesa malvada, dejó escapar un suspiro mientras bajaba y se apoyó contra el barandal, mientras Carlos tomaba asiento a su izquierda.

Los cuatro esperaban que Ben no lo arruinara de nuevo.

⊱🜲⊰

  Apenas habían pasado dos minutos y cuarenta y cinco segundos (contados por la hija de Aurora) cuando el cuarteto escuchó los pasos del castaño bajando las escaleras, entonces se incorporaron.

—Entonces… —Habló la diseñadora cuando el rey descendió el último escalón— … ¿Dónde está Mal?

—Ella no regresará. —Informó el descendiente de Bella y Bestia, con el corazón roto, mientras la reja se cerraba tras él; pero no le importó y comenzó a caminar en dirección a la calle.

— ¿¡Qué!? —Cuestionó la chica de cabello azul, shockeada—. Hablaré con ella. —Dijo, desesperada, caminando hacia el intercomunicador.

Audrey se aproximó a ella, queriendo brindarle apoyo emocional, vio como su novia presionaba el botón que lo encendía mientras Carlos miraba hacia arriba.

— ¿M? —Llamó la princesa malvada, acercando su oído al aparato, luego lo tomó con una mano—. Mal, soy Evie. Déjame hablarte por un segundo. Mal, por favor.

— ¡Vayanse! —Ordenó la voz de la ojiverde.

  La descendiente de Regina suspiró, derrotada, sacando la mano del intercomunicador. Jay se aproximó a ella, tomándola del brazo.

—Démosle un rato para calmarse. —Le propuso el hijo de Jafar, pero la princesa de Auroria negó con la cabeza y se acercó un poco más al aparato.

—Hey, Mal. No necesitas gritarme, solo escucharme. Y sí, yo también vine, aunque te cueste creerlo. —Habló la castaño/rubia, tratando de mantenerse calmada—. Mira, no soy nadie para culparte por volver a un lugar que consideras que es seguro para ti, yo lo haría si estuviera en tu lugar. Pero quiero que sepas que si nos arriesgamos a pisar esta prisión es porque nos importas, ¿okay? Sé que puedes sentirte sola, pero no lo estás. Y queremos ayudarte. —Dijo, no sabía si lograría algo con ese discurso, pero sabía que la villana necesitaba oír esas palabras; porque había estado bajo la misma presión durante toda su vida, de hecho aún lo estaba.

—Chicos… —Los llamó el pecoso, viendo hacia la calle vacía— …¿dónde está Ben?

Sus tres acompañantes se aproximaron a él, confundidos. Jay miró a las chicas.

—Ben. —Dijo la princesa malvada, adelantándose hasta quedar a un lado de su novia cuando vieron una sombra que se aproximaba hacia ellos—. ¡Ben!

  El ex ladrón apoyó su brazo en una de las vigas y el menor de los VKs dejó escapar el aire que había estado reteniendo por unos instantes, pero Audrey entrecerró los ojos y se adelantó un poco.

Conocía a su mejor amigo y él no olía a pescado podrido.

—Ben, no nos asustes así. —Le recriminó Evie, colocando ambas manos en sus caderas.

— ¿Que no los asuste? —Repitió el chico de abrigo rojo, llegando delante de ellos y levantando la cabeza, Carlos retrocedió un poco—. Esa es mi especialidad.

  Rápidamente, la hija de Aurora le dio una patada, haciéndolo caer al suelo y colocando su tacón en su pecho mientras le apuntaba con su bastón.

—Y la mía es ridiculizar gente con mal gusto para vestirse. —Replicó la castaño/rubia, sonriendo con superioridad, presionó un botón de su bastón que hizo que saliera una cuchilla de la punta del mismo; apuntó hacia su cuello—. Empieza a hablar o te corto la garganta. —Lo amenazó.

— ¿Y esta dulzura tan brava quién es? —Dudó el primer oficial de Uma, elevando una ceja con picardía—. No deberías hablarle así a quien tiene al rey en su poder. Si quieres información, quita tu sucio pie de mi ropa, vas a arruinar el cuero.

— ¡Te voy a arruinar el rostro…! —Gruñó la hija de Aurora, pero Evie intervino, tomándola por los hombros y haciéndola retroceder hasta colocarla detrás de ella. Se dio media vuelta para hablarle.

—Audrey, mi amor, sé que así crees que solucionamos las cosas por aquí; generalmente lo hacemos, pero… Ben nos necesita y no lo ayudamos actuando de esta forma. —Murmuró la diseñadora, intentando calmarla, mientras el pirata se levantaba del suelo y sacudía sus prendas para luego acomodarse el saco, finalmente la VK se giró para ver al recién llegado con odio; volviendo a colocar sus manos en sus caderas—. Harry…

— ¿¡Qué hiciste con Ben!? —Preguntó el chico de cabello largo.

— ¡Oh, uh, lo secuestramos! —Informó el descendiente de James Hook, girando su cabeza hacia la calle vacía y señalándola con un dedo para luego volver a ver al cuarteto—. Sí, y si quieren volver a verlo, que Mal venga al restaurante de Úrsula está noche… sola. —Puntualizó, señalándolos con un dedo.

La princesa de Auroria frunció su ceño.

—Uma quiere… una pequeña visita. —Les explicó el pirata, divertido. Los tres VKs reformados sabían lo que aquello significaba realmente, y no les gustaba para nada. —Uh… Jay, parece que perdiste tu toque.

— ¡Te voy a demostrar lo que es perder, hijo de puta! —Mencionó el descendiente del visir, adelantándose con la intención de golpearlo, pero Evie lo tomó por el hombro para detenerlo.

— ¡Jay! —Lo regañó la princesa malvada, mientras Harry reía, le ladró a Carlos y se dio la media vuelta; empezando a silbar chillin like a villain mientras se retiraba.

—Debiste dejarnos darle una paliza. —Le dijo la hija de Aurora a su novia, retractando su bastón y guardándolo cuando el pirata salió de su campo de visión—. Si nosotros perdemos a uno de los nuestros, lo justo sería que Uma pierda a uno de los suyos… Por cierto, ¿quién es esa? —Dudó, ladeando la cabeza.

—Sonaste igual que una villana. —Le hizo saber el pecoso, impresionado—. Uma es la hija de Úrsula, también es la ex novia de Mal, la única pareja que tuvo aquí.

— ¿Me estás diciendo que la primer ex de la descendiente de Maléfica secuestró a su segundo ex? —Cuestionó Audrey, impresionada. —Esto se puso mucho más interesante. —Admitió.

—No vamos a perder a Ben, ¿okay? —Se apresuró a interferir la diseñadora, mirándolos con atención—. Solo debemos encontrar una forma de contarle esto a M sin que nos tire por la ventana.

—Vamos. —Exclamó Jay, señalando hacia la guarida con la cabeza—. Podemos pensar en eso mientras escalamos hasta llegar allí. Iré primero y las ayudaremos a no caerse —Les indicó, los demás intercambiaron miradas antes de ponerse en fila, esperando su turno para escalar.

⊱🜲⊰

—Si ustedes no lo hubieran traído aquí, esto nunca habría pasado. —Les recriminó la ojiverde a los cuatro, quienes estaban en medio de la sala de estar, mirando al piso y luego a la VK; quien estaba tan enojada con ellos que ninguno de sus mejores amigos fue capaz de mantener el contacto visual con ella, mientras que Audrey tenía las manos en las caderas al igual que su novia—. ¿¡En qué estaban pensando!? —Alzó la voz, con una mano en su cadera y la otra en la pared.

—Él iba a venir con o sin nosotros, ¡solo queríamos protegerlo! —Se defendió Evie, gesticulando con sus manos. La hija de Maléfica entreabrió los labios con sorpresa, pero antes de que pudiera hablar, Carlos se adelantó.

—Sí, ¡y lo arruinamos completamente! —Les dijo el pecoso, colocándose delante de la princesa malvada, quien volvió a colocar sus manos en sus caderas.

— ¡No es nuestra culpa que ese idiota quiera recorrer toda la maldita Isla como si estuviera de vacaciones! ¡Tratamos de protegerlo y no sirvió de nada! —Replicó la descendiente de Aurora.

—Okay, ¡okay! —Intervino el ex ladrón, captando la atención del resto del grupo, quienes se giraron a verlo—. Entonces ¿qué vamos a hacer?

—Nosotros… —Habló Mal, señalándolos a todos, entonces los demás la observaron con atención— …no vamos a hacer nada. —Finalizó y bajó los escalones para caminar hacia ellos.

—Esto es entre Uma y yo. —Les recordó la villana, quien tenía sentimientos encontrados con respecto a la situación en la que se habían metido, porque así no era como quería reencontrarse con la capitana—. ¡Y ella todavía debe odiarme por abandonarla cuando nuestros padres nos obligaron a ir a Auradon! ¿¡Y adivinen qué!? ¡Ahora tengo que ir a buscarlo!

—Wow, wow, wow; wow. —Le llamó la atención el menor de los VKs, estirando un brazo cuando vio como su mejor amiga tomaba su mochila del sillón, ignorando el gruñido que recibió por parte de la lagartija que estaba en el apoyabrazos—. Mal, todavía tienes que enfrentar a Harry Hook y a sus locos piratas locos. —Exclamó.

—Y es por eso mismo que voy a ir contigo, le pateé el trasero a Harry hace unos minutos, estoy ansiosa por hacerlo otra vez. —Añadió la hija de Aurora, mientras la chica que ahora tenía cabello morado se colgaba la mochila de un hombro.

—Sí lo hizo, ¡y quiero ayudarla a terminar el trabajo! —Mencionó Jay—. ¿Ves? Vas a necesitarnos.

—Uma dijo que vaya sola. —Exclamó la descendiente de Maléfica.

—Mal, vamos. —Insistió Evie, ladeando la cabeza—. ¿Puedes aceptar nuestra ayuda de una vez en lugar de alejarnos? —Pidió. Su mejor amiga se encogió de hombros, Carlos giró la cabeza para verla mientras Audrey colocaba una mano en el hombro de la princesa malvada.

—Ella dijo que fuera sola. —Dijo De Vil, serio, la diseñadora observó a su novia y luego al capitán de R.O.A.R—. Yo sé una cosa: no iré a ningún lado. —Añadió con resignación y tomó asiento en el sofá. El ex ladrón lo miró, señalándolo con un brazo antes de ver a la ojiverde.

—Estaremos aquí cuando regreses. —Le aseguró el chico de cabello largo, intentando transmitirle algo de confianza, entonces la VK se dio media vuelta.

—Y, cuando vuelvas, puedo ayudarte a seguir dibujando graffitis para que te calmes mientras nos cuentas las novedades… como el que; permíteme asumir, hiciste de Uma en una de las paredes. —Propuso la descendiente de la Bella Durmiente, causando que la enemiga de su madre sonriera genuinamente mientras se retiraba de la guarida, mientras Evie la seguía con la mirada hasta perderla de vista.

⊱🜲⊰

  La descendiente de Úrsula rodeó la barra y arrojó una de las bandejas que llevaba en la mano a una de las clientas para luego continuar con su camino.

— ¡Hey! —Le llamó la atención la bruja que acababa de recibir su pedido, la mesera se detuvo para verla—. ¡Yo quería almejas fritas!

— ¡Y yo quería un pony de mar y que Mal no se olvidara de mí apenas cruzó ese maldito puente roto! —Replicó la chica de cabello turquesa, acercándose un poco a la mayor—. ¡La vida no es justa! —Gritó antes de darse la vuelta para dirigirse hacia otra de las mesas.

Las puertas corredizas se abrieron y la hija de Maléfica ingresó al restaurante, caminando hasta detenerse frente a los escalones.

—Como si eso fuera posible. —Mencionó la recién llegada con una sonrisa, Uma arrojó la bandeja hacia otra clienta y se giró al oírla—. ¡Regresé, bebé!

  La bruja del mar se obligó a sí misma a no sonreír ante los recuerdos que llegaron a su mente debido a la mención de aquel apodo.

— ¡Perdedora, mesa para una! —Dijo la pirata con un tono burlón, viendo como su ex novia bajaba los escalones y caminaba hacia ella, le señaló una mesa que estaba libre—. Por aquí, por favor. —Añadió, pateando una silla hacia ella que la otra VK detuvo, colocando su mano en el respaldo.

Mal la miró boquiabierta y la mesera imitó su acción para luego ladear su cabeza, le sonrió para luego dejar escapar una risa.

—No has perdido tu toque. —Admitió la ojiverde, dando vuelta la silla y tomando asiento en esta frente a la mesa, recargando sus brazos en el respaldo.

—Apuesto a que eso es algo que extrañaste. —Afirmó la hija de Úrsula, avanzando unos pasos y mirando sus dedos para luego cruzarse de brazos. La recién llegada también miró las manos de la contraria por unos instantes y relamió sus labios, ladeando con la cabeza.

—Sí, pero estoy aquí ahora. —Exclamó la chica de cabello morado—. ¿Sabes qué es lo que no extrañé? El olor. Este lugar aún apesta.

—Tu novio apesta más. —Contraatacó la capitana, inclinándose un poco hacia ella—. Oh, lo siento, no vino el recolector de basura hoy… princesa. —Se disculpó, burlona.

—Ex novio. Terminé con él. Me di cuenta de que no es a quien quiero. Y sí, apesta a perro mojado. —La corrigió Mal, arrugando la nariz—. ¿Dónde está él?

—Tardaste mucho en darte cuenta. Seis meses. 1825 días. —Le recriminó Uma, aproximándose a ella y acercando su rostro al de su ex pareja—. Es a mí a quien quieres, ¿no crees que es hora de que seas honesta contigo misma? —Le murmuró.

— ¿Contaste las horas, los minutos y los segundos también? —Dudó la descendiente de Maléfica, elevando una ceja, ya sabía la respuesta. Se conocían perfectamente, no había necesidad de confirmar ciertas cosas que eran obvias para ambas, como que la pirata se había percatado de lo infeliz que había sido la otra VK al tener que cambiar radicalmente para encajar en Auradon—. Sí, te quiero, mis sentimientos por ti son más fuertes de los que creí tener por él pero eso no te da motivos para secuestrar al rey. —Susurró en voz baja, la mesera negó cona cabeza mientras se alejaba unos pasos y llevaba su diestra hacia su delantal para arrancárselo y tirarlo al suelo.

— ¿Sabes que he soñado con esto? —Le cuestionó la bruja, mirándola a los ojos y riendo mientras caminaba hacia la mesa de al lado, apoyando una mano encima de la misma para señalarla con la mano que tenía libre—. Tú queriéndome, necesitando algo de mí, y yo viéndote retorcerte como carnada en un anzuelo.

—Extrañas verme retorcerme cuando estoy debajo tuyo. —Dijo la ojiverde, quien también añoraba eso—. Estoy halagada de que sueñes conmigo, yo he pensado en ti desde que me fui. —Confesó la VK.

  Uma se apresuró a caminar hacia la mesa en la que estaba su rival para golpearla y suspiró.

— ¡Obviamente! —Mencionó la pirata, las dos solían ser bastante honestas con la otra y ahora estaban recuperando eso que creían haber perdido—. No tienes una vida perfecta, ¿no es así?

—No, no la tenía, pero aquí puedo tenerla. Contigo. —Susurró Mal, vio como la contraria se giraba hacia el resto de su tripulación que se encontraba en el bar.

— ¿¡No creen que ella no tiene una vida perfecta!? ¡Por eso regresó a este maldito agujero! —Alzó la voz Uma, los demás comenzaron a murmurar, pero la ojiverde solo podía ver a la chica de cabello turquesa—. La huelga de basureros ya duró 20 años. —Le recordó.

La chica de cabello morado tuvo que morder su labio para no confesar en ese preciso momento que había vuelto por ella, para tener la libertad de hacer lo que quisiera junto a la chica que le robó el corazón hace tanto tiempo.

—Escucha, si tienes algún problema conmigo que quieras arreglar, ¡que empiece el juego! —La encaró la descendiente de Maléfica—. No veo la necesidad de meter a Ben en esto.

  La mesera se echó a reír, caminando hacia ella y apoyando ambas manos en la mesa.

—Tal vez sea un poquito innecesario, pero, ¡ugh! es muy divertido. —Mencionó la brujita—. Este es el trato. —Prosiguió, seria.

—Al igual que tu madre, siempre hay una trampa. —Concluyó la ojiverde, haciendo que la contraria sonriera, antes de tomar asiento frente a ella y colocar un codo sobre la mesa.

—Si tú ganas… —Empezó a hablar Uma, quien se encogió de hombros y gesticuló con su mano extendida, simulando pensar una recompensa— …Ben es libre de irse.

Mal sonrió de lado.

— ¿Mh? —Insistió la pirata, entonces la contraria imitó su acción, colocando su codo en la mesa—. ¿No quieres saber qué obtendré si yo gano? —Dudó con inocencia.

—No necesito que me lo digas, ya lo sé. Si yo gano, él se va y yo me quedo. Si tú ganas, él se va de una forma más violenta y yo me quedo. —Contestó Mal con seguridad—. De cualquier forma, haremos que tus sueños se hagan realidad, pase lo que pase ambas ganamos.

—Mh. —Accedió la descendiente de Úrsula, tomando la mano ajena de inmediato, había extrañado su tacto. La tripulación comenzó a rodearlas, expectantes—. La última vez, tu madre también creyó que tenía todo controlado, huh. ¿Me recordarías de nuevo cómo acabó eso para ella? —La provocó.

—A las tres. —Ordenó la ojiverde.

—Uno. —Contó la chica de cabello turquesa con una sonrisa repleta de confianza.

—Dos. —Dijo la hija de Maléfica.

— ¡Tres! —Exclamaron ambas al unísono antes de comenzar a forcejear, la pirata dejó escapar una risita adorable.

— ¿Sabes qué? Todo el acto de la princesa… —Comenzó a hablar la última, rodando los ojos— … ugh, no me lo creí ni por un segundo.

  Su enemiga continuaba observándola con seriedad, concentrada.

—Puedes ponerle una tiara a una villana, pero seguirá siendo una villana. —Siguió alardeando su ex pareja.

—Y tú puedes ponerte un sombrero de pirata, pero seguirás siendo mía. —Le hizo saber Mal, entonces Uma perdió la concentración por un segundo en el que la primera le apretó más la mano, pero la bruja rápidamente se recompuso. —Sé honesta contigo misma, tal vez te acostaste con la mitad de tu tripulación, pero nadie puede hacerte sentir como yo lo hago. —Prosiguió, sus ojos comenzaron a brillar mientras presionaba la mano de su ex novia, comenzando a ceder.

—No necesito acostarme con nadie para intentar reemplazarte, eso sería una pérdida de tiempo. —Replicó la brujita, entre risas, la chica de cabello morado sonrió y la primera presionó los dientes, viendo como su mano casi tocaba la mesa—. Si yo gano, me traerás la varita y luego te quedarás conmigo. Esto es más grande que lo que solamente tú y yo podemos tener. Esto es más importante que lo que tú y yo queremos. Esto es por nosotras, pero sobre todo, es por los VK's; por la Isla entera.

Los ojos de la contraria perdieron su brillo ante la sorprendente petición, acabando con su concentración y haciendo que Uma aprovechara la oportunidad para ejercer más fuerza sobre la mano ajena, logrando derribarla contra la mesa.

  Los piratas festejaron a los gritos mientras su capitana se levantaba de su asiento, alzando ambos brazos, mientras la otra VK bajaba la mirada; derrotada. La primera dejó caer ambos brazos a los costados de su cuerpo y golpeó la mesa con sus manos, la multitud de espectadores volvió a sus asientos.

—Ahora… Si quieres recuperar al Chico Bestia, tráeme la varita del Hada Madrina a mi barco, mañana al mediodía. —Le ordenó la hija de Úrsula, luego utilizó sus dos manos para echar para atrás sus trenzas—. En punto.

Dicho esto, la mesera comenzó a alejarse, pero se detuvo al recordar algo.

— ¡Oh! Y si hablas… —Dijo la pirata, caminando hacia ella y colocando las manos encima de la mesa, acercándose a su ex novia; quien observaba hacia el frente— …ni siquiera podrás darle un beso de despedida. —Le advirtió.

  Mal estableció contacto visual con la contraria, quien le arrojó un beso y la saludó con la mano mientras empezaba a darse la media vuelta para retirarse, pero la primera la tomó por la muñeca que aún estaba sobre la mesa y tiró de ella con fuerza, logrando que Uma se inclinara lo suficiente para que la ojiverde pudiera robarle un beso lleno de pasión que la capitana no tardó en corresponder.

Y por unos instantes, olvidaron sus diferencias, sus corazones rotos; sus rivalidades.

  Olvidaron las lágrimas, el dolor y la traición que ambas hacían sentido.

Sintieron que aquellos seis meses jamás transcurrieron, porque el amor que seguían teniéndose permanecía intacto.

  Hasta que la hija de Maléfica se apartó lentamente, aunque no demasiado, ya que sus labios solo estaban separados por unos escasos centímetros.

—Y, en caso de que no quedara claro, ese no fue el beso de despedida que nunca pude darte. —Susurró la ojiverde, mirándola a los ojos—. Fue un beso de amor verdadero.

══════⊹⊱🜲⊰⊹══════

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