18 | The Lie and the Painful Truth.
C H A P T E R E I G H T E E N
La mentira y la dolorosa verdad.
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Tal vez sólo eran mentiras, se dijo Alyssa mientras trataba de concentrarse en el libro de Encantamientos que tenía en sus manos.
Por más que lo intentaba, sus pensamientos siempre parecían regresar a la misma persona, una y otra vez. Alyssa tenía que estudiar, pero también necesitaba resolver las dudas que tenía en la cabeza. No era capaz de pensar en alguien más que en Draco.
Él no podía haberla traicionado así de fácil. No podía haberla traicionado sólo porque estaba enfadado con ella. Alyssa no podía creerlo. Él y ella siempre habían estado juntos. Habían crecido juntos, y ellos jamás habían peleado. Hasta ahora, cuando todo en su vida parecía estar cambiando.
Alyssa cerró su libro con un golpe y lo dejó en la mesita que estaba frente a ella. Después de que Pansy se fuera de la biblioteca, ella había salido detrás de ella, pero no para seguirla. Se había dirigido a la Sala Común y se había sentado en el gran sillón que estaba situado frente al fuego de la chimenea, decidida a esperar.
Ahí era dónde se encontraba ahora. Y esperaría allí hasta que él llegara.
Tenía que resolver sus dudas, tenía que saber la verdad, pero por más que esperó y esperó, Draco nunca se dignó a aparecer.
. . .
—¿Sabes lo hermosa que te ves hoy, Alyssa? —Pansy le sonrió burlonamente desde su asiento, mientras Mark y ella se sentaban en la mesa de Slytherin, un poco más alejados de ella para desayunar.
Alyssa decidió ignorarla, pero el comentario no pasó desapercibido para Mark.
—A... ¿A qué se refiere? —le preguntó él, luciendo notablemente confundido.
—Nada importante. —Alyssa puso los ojos en blanco mientras se servía jugo de naranja en un vaso de cristal—. Sólo quiere llamar la atención.
Le dirigió a Pansy una mirada furtiva y después volvió su atención al chico de cabello rubio que estaba a un lado de ella. Mark se encogió de hombros y le sonrió.
—¿Has hablado con tus padres? —preguntó en cambio, mientras tomaba una fresa del cuenco de frutas que había en la mesa y se la llevaba a la boca—. ¿Lyssie?
Volvió a preguntar. Ella parpadeó, y estuvo segura de que el aire abandonaba sus pulmones. Lo miró, y después volvió a parpadear.
Tuvo que hacer un esfuerzo para no comenzar a jugar con sus manos sobre la mesa o él lo notaría. Notaría lo nerviosa que estaba en ese momento. Alyssa miró hacia otra parte y negó con la cabeza, tratando de lucir despreocupada.
—No. —respondió, y agradeció a Merlín porqué su voz sonara firme, convincente—. Siempre están ocupados en sus asuntos. En realidad, nunca han tenido tiempo para mí.
Él tomó su mano derecha, y dejó un beso ahí.
—Nunca te han merecido, Alyssa.
Ella le sonrió en respuesta, y después apartó su mano en un movimiento suave, fingiendo tener que apartarse el cabello de su rostro.
—Mis padres —le dijo él—. Mis padres me han estado presionando mucho, pero... —soltó una risa nerviosa y después continuó—. Quieren saber si pasaras esta navidad con nosotros. Mi familia.
—Aún falta mucho para navidad —replicó ella, y tomó un poco de jugo de naranja para no tener que seguir hablando.
—Pero ellos quieren saber —insistió el chico, mientras ella volvía a dejar el vaso sobre la mesa—. Yo quiero saber.
—Yo... —ella vaciló. No podía arriesgarse a que él contactara con sus padres. Tampoco podía rechazar la invitación sin ninguna buena excusa. Tenía que pensar... Pensar en algo más, algo más convincente—. Lo... Lo siento Mark —dijo—. Pero le prometí a Draco que pasaría la navidad con él.
Era una mentira, pero Alyssa aún seguía sintiéndose mal consigo misma por mentirle cada vez que lo miraba a los ojos. No quería ir a su Mansión, mentirle a sus padres y seguir mintiéndole a él. Y sin embargo, no podía dejar de hacerlo.
Él no se merecía eso, se merecía a alguien mejor. Porque aunque ella hubiera cambiado, muy en el fondo de su ser seguía siendo la terrible persona que siempre había sido y siempre iba a ser.
—No te preocupes, Lyssie —dijo Mark, sonriéndole como siempre solía hacerlo. Tan cálida y encantadoramente—. Está bien. A mis padres no les importará.
. . .
Alyssa caminaba por los pasillos. Sola, por primera vez en el día. Le había costado un poco, pero había logrado escaparse de Mark. Siempre le había agradado su compañía, pero necesitaba estar sola. Necesitaba pensar, resolver sus dudas, y más que nada resolver su vida.
Aún no había hablado con Draco, lo había visto en el desayuno, durante las clases, pero jamás trató de acercarse a él.
No tuvo el valor suficiente para hacerlo. Y no tendría el valor suficiente para preguntarle lo que quería saber. La verdad. Solamente la verdad.
Alyssa continuó caminando en silencio, sin saber a dónde se dirigía. No podía arriesgarse a ir al Escondite, aunque quisiera ir ahí. Draco tal vez podría estar allí, y Alyssa... Y Alyssa no quería verlo en este momento.
No quería pensar en él. Pensar en Draco traía consigo las dudas, sus inseguridades y sus más profundos miedos de vuelta.
Sacudió la cabeza, como si así fuera a despejar su mente de aquellos pensamientos y siguió su camino por el largo y solitario corredor. Apenas y había comenzado a doblar por otro pasillo, dispuesta a seguir caminando sin saber a dónde ir y fue entonces cuando lo escuchó.
Alyssa se detuvo en medio del pasillo y esperó. Las voces se volvieron a escuchar, esta vez más alta y claramente. Seguido del abrir y cerrar de una puerta. Ella esperó, pero nadie salió de la habitación que estaba a su lado izquierdo. Tal vez aquel que había estado a punto de irse; se lo pensó mejor y se quedó. Quizá por algo interesante que había escuchado, porque las personas que estaban dentro de la habitación nuevamente comenzaron a hablar.
Ella intentó pasar de largo e irse, sin embargo algo la impulsó a acercarse a la puerta y quedarse a escuchar lo que sea que las personas detrás de esa puerta estuvieran discutiendo.
Alyssa debió irse de allí en cuanto se acercó lo suficiente y reconoció las voces de las personas, pero en ningún momento llegó a hacerlo. No se marchó. Se quedó y esperó, tratando de calmar el latido de su corazón y rogándole a Merlín que la puerta no se abriera en cualquier momento y la descubrieran allí, escuchando a hurtadillas.
—No soy lo suficientemente estúpido como para enfrentarme a ella —replicó una voz masculina, enfadada—. Tal vez tú si, pero yo ciertamente no.
Se escuchó una corta carcajada en respuesta, seguido de otra voz masculina.
—Solamente tú conoces las consecuencias de tus propios actos. Dime, ¿qué piensas hacer ahora? —se burló aquella voz más profunda, más áspera.
Alyssa conocía esa voz. No tenía que ver para saber a qué persona pertenecía. Apretó los dientes y volvió a poner toda su atención a las voces amortiguadas detrás de la puerta mientras el otro de ellos respondía:
—No lo sé. —su voz. Alyssa nunca había escuchado aquel tono en su voz. En la voz de Draco, porqué él era uno de los que estaba dentro de aquella habitación. Su voz sonaba tan cansada y a la vez tan triste, tan decepcionada de sí mismo, que Alyssa tuvo que parpadear para borrar las lágrimas que se habían comenzado a formarse en sus ojos—. No tengo idea. —un largo suspiro—. No estoy seguro de que ella confíe en mí. No creerá ninguna de mis palabras, Blaise. No después de lo que hice.
—Debiste haber pensado antes de actuar —replicó el otro monótonamente—. No debiste haberle dicho aquellas cosas a ella.
A ella. Blaise se refería a Pansy, por lo tanto...
—¿Qué puedo hacer para que me crea? —insistió Draco. En su voz se percibía cuán desesperado estaba por una idea.
—Alyssa es una idiota —la risa y el tono en la voz de Blaise hizo que ella apretara sus manos fuertemente en puños. No podía creer que Draco se juntara con él, aún sabiendo perfectamente que a ella jamás le había agradado—. Puedes hacer lo que sea. Ya fue bastante fácil engañarla. Hacer que confíe en ti no supondrá ningún esfuerzo.
—Espero y tengas la razón. —fue lo único que dijo Draco. Y después de un tenso momento de silencio añadió. Su voz sonando tan fría y letalmente tranquila, que Alyssa no estuvo preparada para sus siguientes palabras—. Lleva a cabo el siguiente paso, Blaise. Deseo vengarme lo más antes posible.
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¡Feliz año nuevo! Espero que cumplan todas vuestras metas y tengan una vida llena de felicidad, amor. Los amo a todos ustedes. Muchas gracias por todo vuestro apoyo. 💖
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