15 | An offer of peace.
C H A P T E R F I F T E E N
Una oferta de paz.
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La biblioteca estaba casi solitaria con la mayoría de los estudiantes afuera del Castillo disfrutando del buen clima cuando Hermione entró. Harry y Ron habían salido al patio, pero ella había preferido quedarse dentro del castillo para estudiar. Estaba casi segura de que no había podido concentrarse con todo el ruido que había afuera.
En ese instante se encontraba caminando entre los estantes y estantes de libros, buscando alguno que le ayudara a comprender mucho mejor las Runas Antiguas cuando casi tropezó con algo, o mejor dicho, alguien y estuvo a punto de caer, pero por suerte no lo hizo. Sólo fue su libro que traía en los brazos el que golpeó el suelo después de alguien soltara un pequeño quejido de dolor.
—¿Podrías fijarte por dónde caminas? —para sorpresa de Hermione, Alyssa se encontraba sentada en el suelo del pasillo. No tenía ninguna idea de por qué estaría allí, pero eso no fue lo que le llamó la atención. La chica parecía molesta y había estado leyendo algo mucho más antes de que llegara—. ¿Crees qué es gracioso andar arrojando libros en la cabeza de las personas cuando están distraídas?
—Yo no... —dijo Hermione y una pequeña sonrisa se formó en sus labios—. Lo siento. No te había visto antes.
Alyssa la miró de arriba a bajo mientras continuaba sentada en el suelo con ambas piernas cruzadas y pareció molestarse aún más.
—¿Qué es tan gracioso, Granger? —se puso de pie, quedando a su misma altura y la miró con aquellos ojos color avellana acusadoramente. Ahora que Hermione se daba cuenta, Alyssa era unos cuántos centímetros mucho más alta que ella, por lo que tenía que alzar la mirada un poquito más—. ¿Sabes qué? No me importa. No tengo tiempo ahora de todos modos.
Alyssa tomó su mano derecha suavemente y antes de que Hermione pudiera reaccionar, le puso en su mano el libro que había dejado caer al suelo cuando había estado a punto de caer encima de ella.
Ni siquiera se había dado cuenta en qué momento lo había tomado del suelo, quizá cuando se había levantado, pero se lo había entregado y ya había apartado su mano lejos de la de ella.
—No te lo estoy entregando para que vuelvas a golpearme en la cabeza con eso. —aclaró Alyssa, y Hermione sonrió—. Llámalo una oferta de paz.
—¿Una oferta de paz? —repitió ella, pero Alyssa sólo se encogió de hombros y comenzó a irse. Hermione suspiró—. Alyssa, espera...
La siguió, caminando detrás y cuando estuvo segura de que no se iba a detener, la tomó de la mano —algo que nunca se había atrevido a hacer en el pasado porqué seguramente Alyssa la habría empujado—, pero ésta vez no lo hizo, no la empujó, sólo se detuvo y frunció las cejas al ver sus manos unidas, como sí la idea de que mantener algún contacto físico con ella le desagradara por completo.
Hermione apartó su mano tan rápido como pudo, pero Alyssa siguió con la mirada perdida en su mano, hasta que Hermione se aclaró la garganta y la miró. Había algo en sus ojos que no había visto antes, pero aquel sentimiento se evaporó tan rápido como apareció cuando Alyssa parpadeó y volvió a mirarla.
—¿Oferta de paz? —preguntó Hermione nuevamente—. ¿A qué te referías con eso?
—No lo sé —Alyssa suspiró, y de repente parecía abatida. Sin ánimos—. Realmente no lo sé, Granger.
Aún seguían en el pasillo, entre las estanterías y estanterías de libros, nadie podía verlas, así que Alyssa se dejó caer en el suelo hasta sentarse, se abrazó las piernas con sus brazos y apoyó su cabeza en sus rodillas.
—No sé lo estoy haciendo —le confesó. Hermione permaneció dónde estaba, debatiéndose en si debía o no acercarse a ella. Alyssa volvió a parpadear, y Hermione se percató de que estaba tratando de ahuyentar las lágrimas—. Me siento perdida, confundida. Nadie se interesa por mí, todos en algún momento de tu vida se van y te abandonan... Pero ¿porqué tú si? ¿Porqué realmente estás interesada en mí? ¿Porqué pierdes tu tiempo tratando de hablar conmigo? Soy un desastre, me estoy perdiendo a mí misma. Ni siquiera sé lo que quiero.
—No dejaré que te pierdas a ti misma —dijo Hermione, y se acercó a ella. Alyssa la miró mientras se sentaba a su lado y le sonreía—. No estás sola, yo siempre he estado aquí. —Hermione estiró su mano y le apartó un mechón de cabello oscuro del rostro. Alyssa sorprendentemente no se apartó—. Déjame ayudarte. —le pidió.
—Pensé que no te agradaba.
—Me agradas lo suficiente como para ayudarte.
—No voy a caer en tu juego, Granger —replicó Alyssa—. O lo que sea que estés tramando.
Hermione se echó a reír.
—¿Cuál juego? —preguntó—. De verdad quiero ayudarte. No estoy tramando nada. Sólo no me gusta ver a mi enemiga así.
—¿Enemiga? —Alyssa levantó una ceja—. Recuerdo muy bien haberte oído decir que no era tu enemiga.
—¡Estoy bromeando! —aclaró Hermione, aún riendo—. ¿No sabes lo que significa bromear?
—Por supuesto que lo sé. No soy tonta, Granger. —Alyssa estaba sonriendo cuando ella la volteó a mirar. Se sorprendió de lo fácil que había sido hacerla sonreír. Parecía otra persona cuando sonreía, una persona más... Alegre.
La sonrisa de Alyssa se desvaneció y miró a Hermione con seriedad.
—¿Realmente... no me odias? —Ella negó con la cabeza, pero Alyssa no pareció estar muy segura de eso—. ¿Y después de lo que pasó aquél día en el pasillo cuando te... Grité?
—No, Alyssa. —Hermione volvió a negar con la cabeza y después la miró a los ojos—. Puedes ser realmente una molestia cuando te lo propones, pero no te odio. Nunca... Lo he hecho. Y ésta vez quiero ayudarte, no me gusta verte así.
—¿Así cómo?
—Triste. —finalizó ella—. Sé que no eres la misma persona que alguna vez trató de hacer que cualquier hechizo que realizara resultara mal. Cambiaste, y para bien. Y me di cuenta de eso cuando nadie más lo hizo. También sé que algo realmente terrible debió de haber sucedido en tu vida para que eso te afectase de esta manera. —Alyssa apartó la mirada, dándole a saber a Hermione que estaba en lo cierto—. Te lo vuelvo a repetir una vez más —continuó Hermione—. No estás sola. Yo estoy aquí para ayudarte.
—Supongo que siempre has hecho lo que has querido —aceptó Alyssa finalmente, y algo parecido a una sonrisa se formó en su rostro—. Así que puedes hacerlo a partir de hoy también.
—¿Eso significa un sí?
Alyssa simplemente se encogió de hombros.
—Sólo si quieres ayudar a tu peor enemiga. —Hermione sonrió y Alyssa le devolvió la sonrisa con... ¿Timidez?.
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Les puedo asegurar que van a ser lo más lindo que hayan leído en toda la vida. ¡Viva Hessa! uwu.
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