17 | reunión familiar

Se convocó una reunión familiar a raíz del bombardeo de Garrison, y Olivia se sentó en las escaleras de la tienda de apuestas con un libro en la mano. 

Había hablado con John sobre lo que iba a pasar en Londres y él le había informado que la familia Shelby estaba planeando una expansión hacia un territorio peligroso. Los Sabini y los Solomon dirigían Londres, e intentar tomar el control sería algo arriesgado, especialmente ahora que el Garrison había sido bombardeado. Olivia no estaba de acuerdo con la idea.

Apenas prestando atención al libro en su regazo, Olivia observó a la familia Shelby mientras esperaban en un tenso silencio. Finn caminaba ansiosamente y solo se detuvo cuando Arthur lo miró y espetó—: Siéntate, Finn.

—¿Dónde diablos está Tommy? —preguntó John.

—Está en camino —respondió Polly. 

—Bien, entonces, mientras esperamos pacientemente —dijo Arthur, poniéndose de pie—, Whisky sobrante de la explosión. Es algo bueno.

Una vez que los hermanos Shelby agarraron sus vasos con whisky, John llamó la atención de Olivia y después de colocar su vaso sobre la mesa, se aclaró la garganta—. Bien, antes de que llegue Tommy, creo que hay algunas cosas que necesitamos aclarar entre el resto de nosotros. 

—¿Eso crees? —preguntó Polly. 

—Sí —dijo John—. Quiero saber, ¿cuándo votamos por esta expansión hacia el sur? 

—Si tienes algo que decir, esperas a Thomas —dijo Polly con firmeza. 

—Polly tiene razón —dijo Arthur.

—Veo todos los libros —dijo John—. Vi cosas que tú no ves, ¿bien? Y en el último año, la Compañía Shelby Limited estuvo ganando ciento cincuenta libras por día. ¡En un maldito día! A veces más. Entonces, lo que quiero saber es ¿por qué estamos cambiando las cosas? Polly, mira lo que pasó. Aún no hemos puesto un pie en Londres, y ya han volado nuestro maldito pub.

—¿Quién dijo algo sobre los Cockneys? —preguntó Arthur. 

—¿Quién más? —preguntó Olivia.

—¿Sabes quién lo hizo? —preguntó Polly, mirando de reojo a Olivia. 

—No, ella no sabe quién lo hizo —respondió John.

Tommy entró en la habitación justo cuando Olivia decía—: Me han dicho que solo la familia pueden hablar. 

—Todos pueden hablar —dijo Tommy, mirando a Olivia—. De pie, Olivia. Escuchemos lo que tienes que decir. 

Joh se aclaró la garganta—. Yo hablo por nuestra casa.

—John —interrumpió Tommy—. Esta compañía es una empresa moderna y cree en la igualdad de derechos para las mujeres. De pie, Olivia.

Olivia no estaba dispuesta a retroceder en lugar del claro tono de advertencia de Tommy, así que cerró su libro, se puso de pie y se paró en las escaleras con vista a la familia. Todos la miraban expectantes, esperando que tal vez se disculpara y volviera a sentarse, pero Olivia no fue criada de esa manera. Aprendió a pelear por lo que creía; le enseñaron a no dejar que nadie le dijera qué hacer.

—No soy un miembro de esta familia —dijo Olivia—, pero, tal vez, como no soy miembro, puedo ver las cosas desde un ángulo diferente. Entonces iré al punto. 

—Eso estaría bien —murmuró Polly. 

Olivia la ignoró y continuó—. Como dijo mi esposo, la Compañía Shelby Limited ahora tiene mucho éxito. Pero en Londres... tengo parientes en Shepherd's Bush y Portobello. Hay más guerras entre ejércitos allá, y los policías luchan codo a codo con ellos, y hay extranjeros de todas las descripciones. Y el uso de bombas es lo de menos.

Nadie dijo nada mientras Olivia se aclaraba la garganta.

—Tengo una hija —continuó Olivia—, bendecida con la buena apariencia de la familia Shelby. Quiero que John la vea crecer. Quiero que algún día vivamos en algún lugar con aire fresco y árboles, y tengamos gallinas o algo así. Esa es la vida que quiero vivir, pero Londres... Londres es solo humo y problemas, Thomas. 

—¿Thomas? —repitió Polly.

Olivia miró a Polly y apretó la mandíbula. Aunque eran educadas y se llevaban bastante bien, Polly había dejado muy claro que la participación de Olivia en las reuniones familiares no era bienvenida. Ella era anticuada y creía que las reuniones debían ser solo para miembros de sangre de la familia, no para extraños.

—Eso es todo lo que tengo que decir —dijo Olivia, volviendo a sentarse. 

—Esas fueron muchas palabras —dijo Arthur—. Un montón de palabras.

Tommy tomó el vaso que le ofreció Arthur y luego miró a Olivia—. Gracias, Olivia. En primer lugar, la explosión en el pub no tuvo nada que ver con Londres, ¿entendido? La explosión es algo con lo que estoy lidiando. En segundo lugar, no tenemos nada que temer de la expansión comercial propuesta siempre y cuando nos mantengamos unidos. Después de las primeras semanas, noventa décimas de lo que hacemos en Londres serán legales. La otra décima está en buenas manos, ¿no es así, Arthur?

—Eso es correcto —dijo Arthur.

—Ahora, algunos de ustedes han expresado sus inquietudes. Es justo —dijo Tommy—. Cualquiera de ustedes que no quiera participar en el futuro de la compañía, salga por la puerta ahora mismo —con miradas fijas tanto en John como en Olivia, Tommy agregó—: Vayan a criar a sus gallinas. Pero para aquellos de ustedes con ambición, el proceso de expansión comienza mañana. 

Y dicho esto, se dio por terminada la reunión.

Olivia recogió su libro y bajó las escaleras antes de dirigirse a la puerta. John la agarró del brazo cuando ella hizo ademán de pasar junto a él—. ¿A dónde vas? 

—A casa —respondió Olivia—. Claramente estas reuniones no están destinadas a razonar. Londres es peligroso; me mantendré firme en eso. Solo tendremos problemas, pero si eso es lo que quieres hacer, entonces adelante.

Sacó su brazo del agarre de John y se dirigió a la puerta. Una vez en la calle, Olivia suspiró y se dirigió hacia su casa. Antes de que atravesara la puerta principal, John la alcanzó y esperó a que cruzaran la puerta para hablar.

—¿Qué diablos fue eso? —preguntó John. 

Olivia se volvió hacia él—. ¿Qué quieres decir? Piensas exactamente lo mismo que yo, pero aparentemente soy la única con las agallas para decirlo. ¿Qué, le tienes miedo al señor Tommy Shelby? 

—Vete a la mierda —murmuró John—. Sabes que eso no es cierto. 

—Entonces dime qué es —dijo Olivia exasperada, subiendo las escaleras—. ¿Por qué Tommy quiere expandirse a Londres? Solo nos traerá problemas, y no quiero que te veas atrapado en eso. 

John la siguió escaleras arriba—. No me meteré en problemas.

—Eres tan malo mintiendo, John Shelby —respondió Olivia—. No quiero que te arresten ni nada por el estilo. 

John se detuvo por un momento, su frustración desapareciendo mientras miraba a Olivia—. No me arrestarán. No te preocupes. 

—Siempre me preocupo por ti —dijo Olivia—. Quiero decir, por el amor de Dios, John, estamos hablando de Londres. Sabini y Solomons... nadie se mete con ellos.

—Todo estará bien —le aseguró John—. Ahora, deja de discutir conmigo, porque esta es la única noche que tenemos sin los niños y esperaba que fuera muy diferente.

—Deja de cambiar de tema —dijo Olivia.

—Mañana iré a Londres con Tommy y Arthur, así que tal vez podrías darme un regalo de despedida —dijo John.

Olivia arqueó las cejas—. John Shelby, eres el idiota más grande que he conocido. 

John rió, caminando hacia Olivia hasta que estuvo tan cerca que sus narices casi se tocaban—. Pero tú eres la idiota que se enamoró de mí.

Olivia suspiró, antes de estirar los brazos y rodear el cuello de John, atrayéndolo hacia abajo para besarla. Cuando se separaron para tomar aire, ella sonrió—. Será mejor que hagamos de esta noche una buena. No quiero que encuentres chicas bonitas en Londres y te olvides de mí. 

—Nunca podría olvidarte, Liv —susurró John, empujándola hacia la cama hasta que estuvo acostada—. Y tú tampoco me olvidarás.

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