⻝ ┇ ❝treinta.
Convivir en pareja fue todo un caso. No había que malinterpretar sus palabras, pues KyungSoo estaba muy feliz de estar con ChanYeol y tenerlo a su ladito varias horas al día. Pero había algunas costumbres animalescas que le provocaron varios pre-infartos las primeras semanas.
Por ejemplo, hubo una ocasión en donde KyungSoo se quedó dormido en el sofá mientras leía uno de sus libros de universidad, y cuando despertó, quiso levantarse para ir a la cocina.
Somnoliento y medio dormido todavía, pegó un grito cuando se dio vuelta y vio a una enorme pantera frente a él. Su primer instinto fue agarrar el enorme libro y lanzárselo.
La pobre pantera chilló y KyungSoo, sentándose, razonó que fue a ChanYeol quien recibió un golpe en su libro.
― ¡Por dios, ChanYeol! ― KyungSoo llevó su mano hacia su pecho, sintiendo sus latidos desbocados. La pantera se transformó en un humano, y ChanYeol comenzó a sobar su hombro, donde le llegó el libro ―. ¡Me asustaste!
― Yaaa, perdón ― Se quejó ChanYeol ―, es que te vi dormido y me dieron ganas de subirme encima de ti.
― ¡¿Subirte encima de mí?! ― Exclamó.
ChanYeol lo miró como un cachorro, así que KyungSoo empezó a sobarle la marca enrojecida en su hombro, sabiendo que le saldría un moretón pronto.
Al inicio no lo entendió, pero ChanYeol se lo pidió, y al final, era que el alfa quería subirse encima suyo como un gatito y ser acariciado. Resultó algo incómodo por lo grande que era y casi lo asfixio un poco, pero con el pasar de las semanas, se acostumbró a eso.
Aunque cada vez se pasaba un poco más. KyungSoo no lo notó porque le gustaba acariciar la cabecita de ChanYeol y oír sus ronroneos de gusto.
Mientras veía televisión, la pantera solía quedarse dormida, emitiendo unos suaves que incluso le daban un poco de sueño a él. Pero pronto ChanYeol empezó a subírsele más encima, ahogándolo bajo su peso y pidiendo más cariñitos en su cabeza y lomo.
― ¡Oye, para! ― Chilló KyungSoo cuando comenzó a darle lengüetazos en la cara con su aspera lengua ―. ¡Eso duele, ChanYeol!
Pero la pantera no se detenía y le lamía las mejillas con más ganas. Al final, cuando volvió a ser humano, KyungSoo tuvo que agarrarlo a regañinas, pero se conmovió un poco cuando notó la expresión compungida y las orejitas caídas de su novio. Siempre terminaba cediendo por eso.
Tuvieron otro accidente con su cola también. Una tarde, para desestresarse un poco, se pusieron a jugar en sus formas animales y ChanYeol medio se pasó con sus mordidas. Como ocurrió antes, se la pasó a morder y en todo el departamento resonó el chillido de la ardilla.
― ¡Eres un bruto! ― Sollozó KyungSoo, vendando su colita con exageración.
― Perdón, cariño, no lo hice adrede. ― ChanYeol lo miraba a unos pasos de él, apenado ―. No pensé que te dolería tanto...
― ¡Por poco me tragas con esa boca! ― KyungSoo lo miró con el ceño fruncido ―. ¡Hoy duermes en el sofá!
ChanYeol creyó que bromeaba hasta que vio al omega pasar su colita por entre sus piernas y abrazarla contra su pecho, con un puchero en los labios y los ojitos llorosos. Cada vez que lo veía hacer eso, se preguntaba si es que no le dolía, pero luego recordaba que KyungSoo era muy flexible por sus bailes. Suponía que su colita también lo era.
De cualquier forma, KyungSoo lo mandó a dormir en el sofá las siguientes tres noches y no tocarlo en una semana. Aunque lo peor fue cuando, de manera automática, la colita del omega tendía a alejarse de ChanYeol.
― ¡No puedo controlarlo! ― Se defendió KyungSoo cuando ChanYeol le reclamó ―. ¡Sigue resentida contigo!
― KyungSoo, es tu cola. ― Regañó ChanYeol.
― ¡Pues entonces yo sigo resentido contigo, come-colas!
Cuando dijo lo último, KyungSoo se dio cuenta de que no lo pensó demasiado bien y enrojeció con fuerza.
ChanYeol sonrió con travesura y dio un paso hacia él, como queriendo agarrarlo de las caderas para darle un fuerte beso en la boca. Pero el omega le chilló y volvió a empujarlo, y le prohibió tocar su colita.
Fue una verdadera tortura para el alfa, ya que le gustaba mucho abrazarla y, en su forma pantera, medio envolverse en ella. Era muy esponjosa y realmente le encantaba tenerla cerca de él. Al final, KyungSoo se terminó compadeciendo de él, y cuando le permitió tocarla, poco más se le pegó a ella y lo abrazaba por la espalda cada que podía.
No solían tener grandes discusiones y se acostumbraron con rapidez a la vida casera. A KyungSoo le gustaba mucho tener su propio lugar con ChanYeol y que la casa entera oliera al alfa.
La universidad fue otro tema para ellos, sí. Tenían horarios distintos y había días donde se veían sólo a la hora de la cena, pero en general, las cosas estaban yendo por buen camino.
A KyungSoo le gustaba más la universidad porque allí nadie le molestaba por estar con algo de sobrepeso, aunque sí varias veces captó algunas miradas de burla. Sin embargo, esas miradas desaparecieron cuando un día ChanYeol lo fue a buscar a su facultad.
KyungSoo no quería ser sólo superficial, pero él sabía que su novio era muy guapo y atractivo. Su aroma era fuerte y tenía un aura dominante que atraía miradas obvias por parte de los y las omegas.
Así que saber que ChanYeol era su novio le elevaba mucho el ego, y cuando el alfa apareció para buscarlo, KyungSoo no pudo evitarlo y lo abrazó por el cuello para darle un sonoro beso en la boca. Era una gran manera de marcar territorio y declarar que ese alfa tenía un omega celoso.
Al alejarse, vio los ojos llenos de desconcierto de los mismos compañeros que le observaron con burla silenciosa.
Aunque el tiro le salió un poco por la culata: ChanYeol se emocionó con su beso y le terminó agarrando el trasero, haciéndolo jadear.
― ¡ChanYeol! ― Le siseó.
El alfa se dio cuenta de que estaban con público, y retrocedió.
― Tú me provocaste. ― Se defendió el alfa, indignado.
KyungSoo le sacó la lengua, pero le agarró la mano y tiró de él para que fueran a comer.
En sí las cosas estaban bien. A KyungSoo le gustaba su carrera, se juntaba todavía con sus amigos y su noviazgo con ChanYeol iba por buen rumbo.
Incluso seguía yendo a sus clases de danza y, siguiendo un plan alimenticio con su nutricionista junto con las sesiones con su psicóloga, ya no seguía
acomplejado con su cuerpo.
Había bajado de peso un par de kilos y eso le tenía muy contento en general.
Pero tenía un pequeño problema: su celo.
Fue un momento de tensión entre ellos. En otoño tuvo su primer celo viviendo con ChanYeol, y días antes de que lo tuviera, se sentaron a conversarlo.
― Quiero pasarlo contigo. ― Le había dicho ChanYeol, serio y decidido.
KyungSoo también quería pasarlo con él, pero le golpeó el miedo y pánico.
― No ― Dijo, y vio la decisión en el rostro de ChanYeol romperse ante su respuesta ―, no estoy listo para eso todavía.
A pesar de estar mejorando su autoestima, de vez en cuando le golpeaban los invasivos pensamientos negativos y ese fue uno de esos momentos. De pronto, se imaginó quedando desnudo con ChanYeol y que viera su cuerpo y que... y que...
El sólo pensamiento casi lo hizo llorar de la angustia. Una parte suya le gritaba que ChanYeol jamás le querría con ese cuerpo y que debía buscarse a un omega delgado y perfecto con el que pasar su celo, no con él.
Odiaba esa clase de pensamientos, pero no podía evitar que aparecieran en su cabeza.
ChanYeol aceptó su decisión con claro disgusto, y esos días se fue al departamento de BaekHyun y JongIn.
Fue un celo terrible para KyungSoo. Su omega se retorcía por ChanYeol y apenas obtuvo satisfacción alguna. Se la pasó lloriqueando y apenas pegó el ojo, sumado al hecho de esa desesperada necesidad por ser consentido y follado. KyungSoo lo odió por completo.
Y lo mismo ocurrió con el celo de ChanYeol.
― ¿Puedes pasarlo conmigo? ― Preguntó ChanYeol unos días atrás.
KyungSoo también se negó. Se fue al departamento de JunMyeon, SeHun y JiMin, y pudo sentir los tirones de necesidad por parte del alfa a través de su lazo. Estuvo decenas de veces a punto de ir hacia su hogar, pero al final, se contenía por los mismos pensamientos grotescos que le invadían.
Ahora venía ese mismo problema: el invierno acabó y su celo ocurriría dentro de unos días. KyungSoo creía que le llegaría la siguiente semana, pero no fue así, y lo descubrió cuando el jueves por la tarde-noche sintió la primera ola de calor. Jadeó y se apresuró en ir al baño para buscar un supresor de híbridos pequeños.
Los supresores no inhibían el celo, pero evitaban que se transformaran en sus formas animales y todo fuera un descontrol.
KyungSoo imaginaba que para ellos, los animales pequeños, no era tanto un problema, pero sí debía serlo para los animales grandes como ChanYeol. Es decir, no debía ser agradable que una pantera se te frotara y quisiera follarte.
Luego se arrastró hacia el sofá y buscó el número de ChanYeol para llamarle, pero en ese momento, la puerta se abrió y se encontró con la sorprendida mirada del alfa.
ChanYeol acababa de terminar con sus clases cuando sintió un tirón de su lazo. Frunció el ceño, extrañado, y pensó que KyungSoo debía estar viendo alguna novela tonta que le estaba haciendo llorar.
De cualquier forma, decidió irse rápido por cualquier cosa, y aprovechar el resto de la noche con su novio. Podían acurrucarse y hacerse mimitos mientras veían una película.
Sin embargo, se encontró con una sorpresita cuando abrió la puerta del departamento y lo primero que lo golpeó fue el olor intenso a vainilla que reinaba en el aire. Y fue peor cuando se dio cuenta de que KyungSoo estaba recostado en el sillón.
El aroma lo aturdió unos segundos y su alfa gritó de emoción al darse cuenta de lo que ocurría: era el celo de su omega.
Sin perder el tiempo, cerró la puerta y vio el estremecimiento de KyungSoo, que cerró sus ojos, con su boca haciendo un pequeño mohín de disgusto. Se apresuró en ir hacia él, soltando feromonas alfas de tranquilidad y cariño.
― ¿Kyunggie? ― Susurró ChanYeol, inclinándose ligeramente.
KyungSoo abrió sus ojos un poco, soltando un quejido.
― Entraré en celo... ― Le dijo, su voz lastimera ―. De-deberías ir a sacar tus cosas, Channie...
ChanYeol pasó su mano por el cabello lacio de KyungSoo, que días atrás quiso hacerse una permanente para, según él, lucir más bonito. El alfa pensaba que lucía bonito como fuera.
Su primer impulso fue obedecer, ya que a pesar de que ellos llevaban saliendo más de un año, KyungSoo decía no estar listo todavía para lo que era la intimidad, así que prefería pasar el celo sin ChanYeol. Por eso mismo, su novio no tenía ninguna marca de pareja en su cuello, sólo las que le hacía el más bajo cuando se besaban.
Le entristecía un poco eso, ya que ChanYeol sabía que la negativa de KyungSoo al sexo se debía mucho a su cuerpo. Él creía que con el pasar de los meses el omega se daría cuenta de que a él no le importaba la forma de su cuerpo, pero no era así, y no sabía cómo hacérselo saber.
Por eso, a pesar de las palabras que le dijo y al ver a su chico tan necesitado, pensó que ya no quería irse. Sobre todo, pensó que no quería dejarlo solo, en el celo, y que ellos no tuvieran nunca su primera vez por el temor de KyungSoo.
ChanYeol le amaba como fuera.
― Déjame pasar el celo contigo. ― Pidió.
KyungSoo lo observó de golpe, sorprendido por la petición, para luego sacudir la cabeza ferozmente. Sus piernas estaban cruzadas, el enorme suéter que llevaba cubriendo los pantalones cortos que traía encima.
Para ChanYeol, se veía muy seductor.
Pero KyungSoo estaba con la cabeza un poco confundida. Una parte suya gritaba que quería eso, pero otra, esa temerosa, empezó con ese hilo de ideas sobre su cuerpo y que ChanYeol no le querría.
Que si ChanYeol tenía necesidades, debía conseguirse a otra persona y así evitar que lo hiciera con él.
― No, qué estás diciendo ― Tartamudeó KyungSoo ―, de-debes irte y dejarme... dejarme a solas... ― Tragó saliva y le hizo caso a sus pensamientos invasivos ―. Si quieres puedes... puedes buscar a alguien...
― ¿Qué? ― ChanYeol se inclinó, agarrándolo de ambas mejillas y sus dedos hicieron círculos en sus mofletes ―. ¿Qué dices, bebé?
― ¡Pu-puedo solo! ― Insistió KyungSoo, sus ojos poniéndose llorosos, y se enderezó ―. No quiero que me veas así.
― ¿Así cómo?
― ¡Desnudo! ― KyungSoo soltó un par de lágrimas, sorbiendo por su nariz ―. Si me... me ves desnudo, te daré asco y... y tú vas a de-dejarme...
― No. ― ChanYeol saltó, dándole un beso corto en sus labios para callarlo, logrando que el pobre omega detuviera su balbuceo ―. Nunca. Nunca, tú eres mi bebé, mi lindo bebé. Jamás me darás asco.
KyungSoo soltó un lloriqueo bajo, tratando de hablar otra vez, pero los labios de ChanYeol volvieron a callarlo, soltando pequeños jadeos por los repentinos calambres en su estómago gracias al celo.
Quería ir a su cuarto, envolverse en el aroma de su alfa, dejar que lo tomara, que hiciera con él un desastre, pero tenía tanto miedo de ver el desprecio en sus ojos.
A pesar del tiempo y en sus peores momentos de debilidad, a veces KyungSoo tenía el desagradable y loco pensamiento de que ChanYeol estaba con él por una apuesta, para robarle la virginidad, y una vez lo hiciera, le iba a dejar. A veces, se negaba a tener sexo con él porque ese pensamiento le ganaba.
KyungSoo se iba a morir si el alfa le decía eso alguna vez.
― Pe-pero estoy gordo ― Insistió KyungSoo poniéndose de pie ―, no soy lindo, no...
― No me importa. ― Aseguró ChanYeol, besándolo ahora más profundamente ―. Para mí, eres el omega más hermoso que la luna pudo darme.
KyungSoo rompió a llorar sin poder evitarlo gracias a sus palabras, con su omega tan enamorado y confiando plenamente en lo que el alfa le decía.
Incluso dejó que ChanYeol lo empujara a la habitación, percibiendo como su entrada se humedecía ante la perspectiva.
Ante el repentino pensamiento de que estaría con un alfa. Su omega se retorció en anticipación, tan feliz y contento, pero la pobre ardilla seguía teniendo sus dudas.
Al entrar, se dio cuenta de que ChanYeol vería su cuerpo. Y ese pensamiento lo hizo llorar otra vez. Aunque tuvo una idea repentina.
― Oye, bebé, por favor... ― Comenzó a pedir ChanYeol cuando lo sentó frente a él, haciendo un mohín triste por las lágrimas de su chico.
― ¿Pu-puedes... cerrar las cortinas? ― Pidió KyungSoo, llamando su atención ―. Y... ¡y apaga la luz!
― ¿Soosie, para qué quieres eso? ― ChanYeol le acarició la mejilla en un gesto tranquilo.
― Así no me verás ― Explicó el omega ―, así...
Así no verás me asqueroso cuerpo, y lo gordo que soy. Prefiero eso a qué me dejes por mi cuerpo.
ChanYeol pareció adivinar el hilo de sus pensamientos y vio la ira brillar en sus ojos, pero antes de que la ardillita pudiera entrar en pánico, lo besó de forma brutal, como no le había besado nunca antes.
Tan salvaje, tan posesivo, tan exigente, diciéndole tantas cosas en ese inexplicable gesto que algo tembló en su interior.
Al alejarse, un hilo de saliva conectaba sus labios. Esa visión hizo que su entrada se humedeciera más.
― Te haré el amor ― Gruñó ChanYeol, quitándose la playera, y KyungSoo observó el pecho pálido del mayor ―, y será con todas las luces encendidas, KyungSoo. Voy a besar cada parte de tu hermoso cuerpo.
El omega quiso protestar, pero sólo terminó gimoteando por el nuevo beso que recibió, temblando de forma incontrolable, y antes de poder negarse, antes de poder decir algo, sintió las manos de ChanYeol colándose bajo el suéter, tocando... tocando...
El alfa le agarró el suéter y se lo quitó con rapidez. KyungSoo se encogió al ver la feroz mirada de ChanYeol en su cuerpo, en... en...
― ¡A-apaga la luz! ― Chilló el omega ―. ¡No... no me veas!
― Eres tan caliente ― Soltó ChanYeol, comenzando a quitarse los pantalones ―, mira cómo me tienes, hermoso...
KyungSoo no pudo evitarlo, y con las mejillas coloradas lo observó, viendo a ChanYeol sacarse su polla, dura y rezumando presemen. Esa vista lo hizo enrojecer, pero no podía desviar sus ojos del miembro de su novio, tan gordo y grande, endurecida por él.
Por su cuerpo.
A pesar de haberlo visto antes, incluso cuando lo chupó en un par de ocasiones, ahora la visión se le hizo completamente distinta. Se veía más... más jugosa y apetecible, tan enorme y dura.
Lamió sus labios en un gesto descontrolado.
― Oh, ¿la quieres chupar, bebé? ― Gruñó ChanYeol, masturbándose ―. Después. Después lo puedes hacer. Ahora quiero tanto follarte, cosita sucia...
El apodo envió una ola de excitación por KyungSoo, que nunca experimentó algo así en sus celos.
Ahora estaba lleno del aroma de ChanYeol, de sus feromonas y gruñidos doblegándolo con facilidad. Sólo podía oler y ver a ChanYeol, por lo que su mente estaba inundada en él.
De pronto, en su cabeza ya no había espacio para ningún pensamiento tóxico e invasivo, y sólo podía pensar en que quería al alfa encima de él, dentro de él, haciéndole llegar al cielo.
Sus manos lucharon por quedarse en la cintura de ChanYeol para no verse a su cuerpo y cubrir esas partes donde se formaban rollitos, pero no tuvo qué hacerlo, no cuando el alfa volvió a besarlo, sus manos grandes y fuertes agarrándolo con firmeza de la cadera, sin hacer alguna mueca de asco.
El beso, tan duro y salivoso, provocó que hiciera repentinamente esos ruidos de ardillita que no podía reprimir, sin control alguno.
Fue peor al sentir los labios de ChanYeol bajar ahora hacia su cuello, chupando con fuerza, mordiéndolo, dejando marcas que no iban a desaparecer por días, y luego prosiguió hacia sus pechos, hacia sus pezones, agarrándolos sin piedad, haciéndolo chillar.
Literalmente. KyungSoo chilló como una ardilla, sintiendo como su ano se contraía, se mojaba más por las placenteras sensaciones.
― Me encanta cómo hueles ― Gruñó ChanYeol, soltando su pezón, bajando un poco más, sin dejar de chupar, de besar, de lamer toda su piel. Incluso sus rollitos, agarrándolos, besándolos, dejando marcas pequeñas ―, chilla todo lo que quieras, quiero escucharte...
KyungSoo trataba de resistirse a no gritar, a no soltar esos ruiditos, pero no podía evitarlo, menos cuando las manos de ChanYeol fueron a sus pantalones cortos, comenzando a quitárselos. Ni siquiera trató de que no lo hiciera, con su colita crispada, sus ojos llorosos y los labios húmedos.
ChanYeol no se tardó en bajarle los pantalones y la ropa interior, soltando su polla. De pronto, con un gruñido que lo estremeció, se inclinó y la agarró entre sus labios, comenzando a chuparla.
El omega ahora estaba gritando, sin dejar de chillar y sollozar. La cabeza de ChanYeol bajó y subió un par de veces, sin dejar de mamarle la polla, y fue peor cuando los colmillos del alfa lo rozaron.
No, mentira: fue peor cuando la lengua del alfa lo lamió. KyungSoo creía que iba a tener un orgasmo en ese preciso momento, jadeando y lloriqueando.
Para su fortuna (o desgracia), ChanYeol le soltó y dejó de mamarle el pene, pero sólo para abrirle las piernas, llevando su cabeza hacia los muslos de la ardillita, chupándolos, mordiéndolos, marcándolos.
KyungSoo no podía creer que fuera capaz de soltar esa clase de ruidos, tan excitado y duro como estaba en ese instante, su cola crispada contra él, sus orejitas aplastadas contra su cabeza, en actitud de completa sumisión.
ChanYeol se enderezó, agarrándolo por debajo de los muslos, sonriendo al deslizar sus dedos por el culo de KyungSoo, sintiendo el lubricante, y sin esfuerzo alguno, metió dos dedos en su ano, que resbalaron fácilmente hacia su interior.
― Dios, estás tan apretadito ― Le gruñó ChanYeol ―, tan apretadito para tu alfa, ¿no es así?
― ¡S-sí! ― Jadeó KyungSoo, e incluso abrió más las piernas, estremeciéndose inconscientemente.
ChanYeol lo preparó unos largos y placenteros minutos más, con KyungSoo gimoteando y balbuceando palabras inentendibles.
El más bajo sólo era capaz de mirar hacia ChanYeol, hacia sus atractivos ojos negros, mordiendo su labio inferior cuando le quitó los dedos del culo y lo vio acomodar su gran polla contra su agujero.
― Alfa... Alfa... ― Rogó KyungSoo, sin saber de dónde sacó esa valentía para llamarlo.
― Sí, Omega, Alfa está para ti... ― Murmuró ChanYeol, y eso era todo lo que necesitaba saber KyungSoo para relajarse y permitir que hiciera lo que quisiera con él.
Sin decir otra palabra, el más alto empezó a empujar su miembro en la entrada del omega, que le recibió sin problema alguno, soltando un jadeo sonoro por el repentino placer de ser llenado por su alfa.
Era más grande que los tres dedos juntos de ChanYeol, y por lo mismo, el alfa se empujó con lentitud dentro de él. KyungSoo no podía creerlo, pero se sentía... se sentía demasiado bien.
ChanYeol lo sostuvo de la cintura, gruñendo y gimiendo por la sensación de calor y éxtasis de estar dentro de su omega, inclinándose cuando terminó de penetrarlo para besarlo otra vez.
KyungSoo apenas era capaz de seguirle el ritmo al beso, demasiado aturdido por las miles de sensaciones que estaba sintiendo, tartamudeando sollozos bajos al sentir que comenzaba a moverse, haciéndole el amor.
ChanYeol se lo estaba follando, con su expresión llena de placer, sin mirarle con asco. Y Dios, se sentía tan bien, KyungSoo se sentía tan feliz, cubierto de euforia por la lascivia y el gusto de que alguien lo encontrara bonito. De que su alfa lo tocara de esa manera, le hiciera el amor en su celo y estuviera tan duro por él, por su cuerpo.
― Eres precioso. ― Alabó el alfa, lamiéndole la mejilla, y KyungSoo sacó también su lengua cuando la polla de ChanYeol golpeó contra su próstata ―. Cada vez que te veo me dan ganas de reventarte el hermoso culo que tienes... Quiero comértelo, cariño, me aprietas tan bien.
Gimió a gusto, loco de placer. KyungSoo no podía pensarlo bien, sólo pensaba en lo bien que se sentía, en lo mucho que le gustaba que ChanYeol le hiciera el amor, se moviera contra él y le enterrara su miembro profundo.
― Chilla para mí ― Rogó ChanYeol, volviendo a besarlo, sin dejar de embestirlo, abrazándolo con su cuerpo ―, chilla lo mucho que te gusta, bebé...
― ¡Mu-mucho! ― Concedió KyungSoo, y se sintió un poco tonto por comportarse así, pero, ¡qué importaba! Se sentía bien, muy bien ―. ¡Me... me e-encanta, alfa!
― A mí me encantas tú, cariño. ― Ronroneó ChanYeol, sonriendo cuando aceleró sus embestidas y los ojos de KyungSoo rodaron, sabiendo que estaba cerca del orgasmo ―. Te amo, te amo.
El pene de KyungSoo se sacudió y eyaculó en su vientre, chillando otra vez como una ardillita, y ChanYeol soltó otro gimoteó porque repentinamente el interior de su novio lo apretó, así que también se corrió, llenando el agujero de KyungSoo con su esperma.
De forma inmediata, sin pensarlo demasiado, se metió más profundo, con esa parte animal queriendo follar a su omega.
KyungSoo se estremeció y jadeó cuando las púas en la base de ChanYeol también entraron en él, provocándole un pequeño post-orgasmo. Cuando la base se hinchó para anudar en él, KyungSoo, ido por el orgasmo, echó su cuello hacia atrás.
― M-Márcame, Chan... ― Barboteó apenas.
No tuvo que volver a pedirlo. ChanYeol sacó los colmillos, gruñendo e inclinándose contra el cuello expuesto del omega. Le mordió esa zona, donde estaba su glándula principal de feromonas, oyendo el gemido de KyungSoo, y sólo se enterró más en él cuando la marca en ellos los conectó.
Se quedaron unos segundos en esa posición hasta que ChanYeol terminó de morderlo. Observó la sangrante herida y lamió su marca, oyendo el sollozo de su novio.
― Estoy aquí. ― Susurró ChanYeol, frotando su nariz contra el cuello de KyungSoo.
― Te amo, te amo... ― Murmuró KyungSoo, buscando la boca del alfa.
ChanYeol no se lo negó: lo besó ahora suavemente, acariciando sus cabellos desordenados, su rostro colorado, sus ojos un poco lagrimosos gracias al orgasmo que tuvo.
― Eres tan bonito. ― Le dijo feliz y percibiendo las emociones de su omega a través del enlace.
Esa idea lo hizo más feliz: su omega. Su omega. KyungSoo ahora sí era su omega. Su lindo y precioso omega.
KyungSoo parecía querer hacerse bolita, algo abrumado por toda la felicidad que percibía al otro lado del lazo.
ChanYeol volvió a besarlo.
KyungSoo lo abrazó con fuerza, lloriqueando por la felicidad, y ChanYeol se prometió que le haría saber siempre a su novio que no importaba si estaba delgado o bonito. Él siempre le querría como fuera.
gracias por leer!
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