29.

Advertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse

este capítulo habla un poco sobre sexualidad y comportamiento sexual híbrido (?)

El día en que fue la graduación, Yoongi se aseguró personalmente de que ningún cretino siquiera pensara en molestar a su novio. Cazó a los idiotas que lo molestaban uno por uno y se los comió.

Bueno, no. Solamente los amenazó personalmente, diciendo que si se les ocurría gritar o hacer una expresión grosera contra Hoseok, los asesinaría con sus propias manos. Los rostros de aquellos bullies lo fue todo para Yoongi y quedó muy claro lo que iba a pasar si hacían alguna de sus estúpidas bromitas.

Ese día Hoseok estaba muy nervioso. Por la diferencia de apellidos le tocó sentarse algo separado de Yoongi, pero al menos, Jungkook estaba a su lado. Además, no sólo era la graduación lo que le tenía así, sino también que sería la comida en donde sus familias iban a conocerse. Irían a casa de Yoongi, pues su hogar era más grande y espacioso, y Hoseok estaba con ataque pensando en todo lo que podía salir mal.

―Hobi, estás liberando feromonas sin control ―le susurró Jungkook, preocupado, mientras el director daba un aburrido discurso sobre la importancia de los estudios―, tranquilízate.

―No puedo ―murmuró Hoseok―, ¿y si todo acaba mal?

―¿Cómo va a acabar mal? ―Jungkook le dio un apretón en la mano―. Ya deja de pensar que los padres de Yoongi se van a comer a los tuyos.

Hoseok lo miró con mala cara, sin poder creer que sus pensamientos hubieran sido revelados con tanta facilidad. Aunque Jungkook pensaba que no había que ser un genio como para adivinar sus ideas.

―Deberías estar feliz ―prosiguió Jungkook, aplaudiendo cuando el director terminó, por fin, con ese horrible discurso―, es un paso más grande a su relación.

El omega mayor no pudo evitarlo y una tímida sonrisa curvó ahora sus labios. No sólo eso, porque esa graduación coincidió con su aniversario desde que eran novios: cumplían siete meses desde que oficializaron su noviazgo. Para Hoseok, esos siete meses significaban todo, y más cuando pensaba que ellos irían juntos a la universidad. Yoongi estudiaría Arquitectura, mientras que Hoseok escogió Licenciatura en Letras y Literatura. Hoseok quería trabajar en una editorial de libros más adelante y, por qué no, quizás escribir un cuento sobre una ardillita que encontraba el amor en una pantera.

De cualquier manera, ese último tiempo estaba muy feliz. Sus sesiones con la psicóloga estaban funcionando muy bien, a pesar de que tuvo que ir al psiquiatra también para tratar su trastorno de ansiedad mediante medicamentos. Al inicio le daba mucha vergüenza, pero ambos especialistas le explicaron que necesitar medicamentos no le hacía más débil o menos valiente. Que, a veces, algunas personas necesitamos otro tipo de ayuda para poder avanzar.

A eso se le sumaba que decidió ir también con una nutricionista que le ayudara a bajar de peso de una manera sana y sin dietas extremas. Llevaba un mes con ella, pero había cambiado ciertos hábitos de comida y malas costumbres que tenía desde hacía mucho tiempo.

Hoseok no pudo evitar pensar, mientras decían su nombre e iba a recoger su diploma, lo bonito que era sentirse ligero con su cuerpo. Tal vez sólo había bajado unos gramos, pero él se sentía distinto, más liviano y con menos carga encima, y era una agradable sensación que disfrutaba por completo. Él se sentía y percibía distinto, y a pesar de que a veces todavía tuviera pensamientos intrusivos, trataba de que no dominaran su vida y le amargaran la existencia.

Una vez la ceremonia acabó, se reunió con Yoongi y el resto de sus amigos. Abrazó al alfa, le dio un sonoro beso en la boca y luego se sacaron una foto juntos, cada uno con su propio diploma y una gran sonrisa en el rostro. Se quedaron unos minutos más, sacándose fotografías grupales y de curso, antes de dirigirse con sus padres.

―Felicitaciones, mi lindo cachorrito ―le dijo su mamá, abrazándolo y besándole la mejilla―, estás tan grande, mi pequeño niño.

―No soy pequeño ―reclamó, pero no podía eliminar su sonrisa.

―Siempre serás nuestro pequeño cachorrito ―dijo su padre, también abrazándolo.

Hoseok enrojeció, pero pasó a recibir los abrazos de sus hermanos, especialmente de los gemelos, que se le colgaron de los brazos. Se rió unos segundos antes de tomar valor y decirle a sus padres que le presentaría a la familia de Yoongi.

Los Min estaban más alejados de la multitud. Hoseok logró apreciar, a medida que se acercaban, que Chaerin estaba dándole un abrazo a su hermano menor, y tuvo que tragar saliva varias veces para no entrar en pánico. Lo que menos quería era que se llevaran mal u ocurriera alguna situación incómoda entre los adultos. Yoongi le prometió que todo estaría bien, pero Hoseok tenía esa tonta sensación de catástrofe ante las nuevas situaciones.

Yoongi pareció percibirlo, porque se soltó de Chaerin y se volteó, viendo cómo se acercaban, y le hizo un gesto a Hoseok de tranquilidad. El omega se apresuró en ir hacia el alfa, olisqueando sus feromonas, y sirvió como un calmante para su acelerado corazón.

―Señores Jung ―dijo Yoongi una vez sus padres se acercaron con los niños―, ellos son mis padres. Mi mamá, Min Haeun ―la madre de Yoongi sonrió con facilidad, con esa misma sonrisita que tenía su hijo, y se adelantó a saludarlos―, mi padre, Min Kyunghoon ―el hombre se acomodó los lentes, imitando a su esposa con una gran sonrisa de calma―, y mis hermanas, Min Chaerin y Min Ryujin.

―Es un placer conocerlos ―dijo la mamá de Hoseok―, mi Seokie siempre habla de lo bien que lo tratan los padres de Yoongi. Yo soy Jung Jaehee ―se presentó, antes de mostrarles a la bebé en sus brazos―, y ella es la hermanita menor de mi Seokie, Jung Chaeyeon.

―¡Es muy linda! ―dijo Chaerin.

―Yo soy Jung Yonghwa ―dijo el padre de Hoseok―, un gusto. Ellos son los gemelos, Haein y Somin, y mi hija mayor, Jiwoo ―los pequeños niños corearon su saludo, ahora colgados de los brazos de su padre, y Jiwoo saludó a los adultos con una pequeña inclinación.

―Bueno, ¿vamos a comer? ―ofreció Haeun, sin dejar de sonreír―. Ya tenemos casi todo preparado para la cena.

―¡Será un gusto! ―respondió Jaehee, encantada.

Fueron hacia el estacionamiento, con Hoseok más calmado al ver que la presentación salió bien. Yoongi sólo le dio un beso en la mejilla ahora, sabiendo que besarlo frente a sus padres podría avergonzarlo.

No tardaron en ir hacia la casa de los Min. A los gemelos les encantó enseguida al ver el enorme patio con los árboles, preguntando si podían ir a corretear entre ellos. El padre de Yoongi se rió y les dio permiso, encendiendo la parrilla donde iban a preparar la carne con ayuda del padre de Hoseok. Jiwoo, Chaerin y Ryujin estaban animadas conversando sobre grupos de pop que seguían y debatiendo cuál era mejor. La pequeña Chaeyeon, de casi tres años, estaba luchando por transformarse en una pequeña ardillita para jugar con sus hermanos. Ambas madres se encontraban en la cocina preparando la ensalada.

―¿Ves que no debías preocuparte por nada? ―le dijo Yoongi, sonriendo con cariño.

―Qué pesado eres ―se quejó Hoseok, pero tenía también una sonrisa en la cara―. Jungkook estuvo casi toda la ceremonia hablando sobre la salida del próximo fin de semana.

Habían decidido irse de camping por unos días con su grupo de amigos. Querían acampar a orillas de un lago y disfrutar el inicio de las vacaciones de verano, en especial ahora que iban a entrar a la universidad.

―¿Vamos a compartir tienda? ―sugirió Yoongi.

―Por supuesto que no ―el padre de Hoseok habló, sobresaltándolos―. No quiero nada de cachorros antes de tiempo, ¿lo tienes claro, Yoongi?

―¡Papá! ―regañó Hoseok, avergonzado y viendo las mejillas enrojecidas del alfa―. ¡No digas esas cosas!

―¿Qué cosas? ―la madre de Yoongi apareció, cargando algunas ensaladas que dejó sobre la mesita que acomodaron en el patio para disfrutar de la tarde fresca.

―Yoongi está pensando en tener cachorros ya ―dijo el padre de Yoongi.

―¡Claro que no! ―saltó Yoongi, más avergonzado ahora―. ¡Papá, no he dicho eso!

―Tu padre tiene razón, Hoseok ―su mamá habló ahora, cargando los platos―, no quiero ser abuela todavía.

―¡Mamá! ―lloriqueó Hoseok.

Los adultos se rieron y la pareja no podía creer que se hubieran puesto de acuerdo para humillarlos de tal vil forma. ¡Qué crueldad más grande! Incluso sus hermanas tenían sonrisitas burlonas.

―Tal vez fue una mala idea ―le susurró Yoongi a Hoseok―, no debimos juntarlos.

―¿Y ahora me lo dices? ―Hoseok suspiró.

―Y cuidadito con los besos también ―dijo la madre de Yoongi―, ya parecen una pareja de recién casados, ¡no se quitan las manos de encima!

―Tal vez te compre un cinturón de castidad, Hobi ―sugirió la madre de Hoseok.

―¡Mamá! ―gritaron los dos chicos, enrojecidos a más no poder.

Qué malos podían ser los adultos cuando se lo proponían.

El siguiente fin de semana, el día viernes, se prepararon para el día de camping que prepararon con tanto ahínco. Hoseok tuvo que prometerle a sus padres que no iba a hacer ninguna cochinada con Yoongi, y sólo con eso lo dejaron ir. Que atrocidad lo que le habían hecho, y su novio le contó que con él fue algo parecido.

―Quizás ni nos dejen irnos a vivir juntos ―lloriqueó Hoseok, con el ánimo desinflado, mientras iban en el auto.

Yoongi y Seokjin tenían licencia para conducir y arrendaron una furgoneta para viajar al parque Jirisan y acamparían en la ribera de alguno de los lagos dentro del lugar. Se quedarían allí cinco días. En ese momento, Yoongi iba manejando y Hoseok se encontraba en el asiento del copiloto.

―No te preocupes ―dijo Jungkook desde atrás, asomando su cabeza―, sólo lo decían para molestarte, Hobi. A los padres les encanta humillar a sus hijos. No sabes lo que dijo mamá cuando vio la marca de Jimin...

Hoseok se volteó para ver el cuello de su amigo. Allí, sobre su glándula de feromonas, relucía una marca de alfa. El omega conejito fue marcado en su noche de graduación como un regalo por parte de Jimin.

Quién habría dicho que, de las tres parejas, el primero en ser marcado iba a ser Jungkook, el miedoso conejito que huyó tanto de Jimin en un inicio.

―Esa marca es horrible ―bostezó Jin―, ahora apestas a lobo mojado.

―¡Pues un hámster como tú jamás me habría podido satisfacer! ―chilló Jungkook, enfurruñado. Sus palabras provocaron también la indignación de Jin y pronto inició una discusión.

Hoseok sólo sonrió, pensando en lo bonito que sería tener también una marca. A veces, soñaba en cómo se sentiría eso y no podía evitar colorearse por la vergüenza. Recibir la marca de Yoongi implicaba también que ellos tuvieran relaciones íntimas, y la idea le provocaba algo de ansiedad. Si bien estaba comenzando un proceso de sanación y amor propio, le ponía nervioso que Yoongi le mirara completamente desnudo.

Pero él quería tanto su marca...

Yoongi pareció percibir sus emociones caóticas, porque extendió su mano derecha y le dio un apretón suave en señal de cariño.

―Cuando estés listo ―le dijo en voz baja―, te daré mi marca, bebé.

Hoseok le sonrió, más calmado.

Llegaron a su lugar de destino pasado una hora y media. Era un hermoso parque ubicado entre montañas, cuidado y protegido por el gobierno, donde podían encontrarse muchas especies nativas, tanto árboles como animales. Poseía varios senderos en los que se podía caminar, junto con muchos ríos y un lago en el que se podía acampar. Bajaron todo el equipaje y se apresuraron en armar sus tiendas en las que iban a pasar todos esos días. Yoongi y Hoseok compartirían una, al igual que Namjoon y Taehyung, mientras que Seokjin, Jimin y Jungkook se amontonarían en otra.

Cuando Hoseok abrió su bolso para sacar el bloqueador, pegó un grito de espanto. Yoongi se apresuró en ir con él, y al mirar lo que había dentro, su rostro se cubrió de escarlata. Fue peor cuando sus amigos también quisieron acercarse a ver el motivo de su reacción.

―¡No lo vean! ―gritó Hoseok, espantado, y Taehyung estalló en risas burlonas al darse cuenta de que era porque habían cinco cajitas con condones―. ¡¿De qué te ríes tú?! ¡Mamá escribió que son para todos!

Tae tuvo la decencia de sonrojarse. Bueno, en realidad, todos allí se pintaron de rojo.

―Hobi ―le susurró Jimin―, ¿me das una?

Hoseok le lanzó la cajita de condones a la cabeza. Jungkook fingió que no lo vio mientras que Seokjin sonreía ampliamente.

―¿Te fijaste en que dijera "Extra grande"? ―preguntó Jin, antes de abrazar a Yoongi por los hombros―. Mira que los Min somos muy dotados.

Yoongi estuvo a punto de lanzar a Jin al lago para que muriera ahogado. Sólo Namjoon pudo impedirlo.

Al final echó las cajas de condones al fondo de su bolso, luego de darle una a Tae también. Él no podía con la vergüenza, y menos al pensar en que sus amigos tendrían sexo esa noche.

―Alejaré nuestra tienda ―suspiró Yoongi―, son unos idiotas.

Hoseok dejó salir una risa suave, pero no pudo evitar pensar si ellos también harían algo más tarde. Quizás no sexo con penetración anal (el sólo pensamiento lo hizo morirse por dentro), aunque quizás otras cositas interesantes.

Como fuera. Decidió eliminar esa idea de su mente, de lo contrario, empezaría a sufrir por la ansiedad.

Luego de armar la tienda e inflar el colchón, instalando sus cosas personales, prepararon el almuerzo. El resto de la tarde la aprovecharon para bañarse en el lago y Hoseok tuvo un breve momento de pánico, porque era casi estar en ropa interior frente a Yoongi. Se compró un lindo traje de baño en forma de bermuda de color celeste, y no quiso sacarle la playera blanca que llevaba encima.

―¿No quieres ir a bañarte? ―preguntó Yoongi, viéndolo con preocupación cuando sus otros amigos se fueron a meter al lago.

―Me bañaré con la playera ―dijo Hoseok, un poco tímido.

Yoongi le sonrió para tranquilizarle y le agarró de las mejillas, dándole un suave beso.

―Si te sientes cómodo así, pues está bien ―le aseguró el alfa―. Pero recuerda: yo te quiero sin importar cómo luzcas. Amo todo de ti.

Hoseok no pudo evitarlo y le devolvió el beso con ganas. Le gustaba mucho cuando Yoongi le decía esas cosas, reforzándolo y haciéndolo sentir tan querido.

Al final, decidió quitarse la playera y agarró la mano de Yoongi cuando fueron a meterse al agua. El alfa no lo miró con asco ni desprecio en ningún momento, e incluso dejó que se le colgara en la espalda cuando se fueron adentrando más en el agua.

Fue una bonita y divertida tarde. Luego de bañarse y descansar, se pusieron a preparar la cena y hacer una fogata, y pronto estuvieron contemplando las estrellas, comiendo malvaviscos y contando anécdotas. Cerca de las una de la mañana todos se fueron a sus respectivas tiendas.

Yoongi y Hoseok no tardaron en acostarse. Si bien cada uno llevó su propio saco para dormir, al final simplemente los abrieron y extendieron a lo largo del colchón, acostándose bajo ellos y abrazándose.

―¿Tienes frío? ―preguntó Yoongi unos minutos después, sintiendo un temblor por parte de Hoseok y dejando la linterna que tenían encendida.

―Un poco ―dijo el omega, y el alfa agarró una de las frazadas extra que llevaron por si acaso para cubrirlos―. Gigi, um...

―¿Pasa algo? ―Yoongi volvió a abrazarlo, feliz de olisquear sus feromonas suaves de omega.

―Yo... um... ―Hoseok estaba buscando las palabras exactas para hablar, pero al final, se dio cuenta de que no había forma alguna de suavizarlo, y tomó valentía para hablar―, ¿puedo... chuparte el pene?

Yoongi se atragantó con su saliva y Hoseok sólo quería hundir su cabeza en algún lugar por la timidez.

Ellos habían hecho un par de cosas en esos meses, aunque nada demasiado atrevido. A veces, entre los besos, se tocaban y acariciaban. Si lo dejaba, Yoongi incluso le metía la mano por debajo del pantalón y le acariciaba su miembro, y si le daba más permiso, incluso le metía un dedo. Hasta Hoseok lo había acariciado un par de veces con la mano.

Sin embargo, las últimas semanas había estado pensando en lo mucho que le gustaría hacerle una mamada a Yoongi. Le preguntó a Jungkook, que le habló superficialmente cómo eran y se sentían, y eso sólo aumentó sus ganas de hacerlo. Le daba mucha vergüenza admitirlo, pero él... él estaba un poco obsesionado con la polla de Yoongi. Cuando la tocaba y veía, le parecía tan linda...

Y él sabía que se debía también a su instinto más primitivo. Los colegios poseían un programa de educación sexual, en dónde una vez a la semana, los estudiantes de misma especie debían reunirse para hablar sobre la sexualidad propia de ellos. Por lo mismo, él sabía que los híbridos de ardilla poseían una fijación oral increíble (no limitada sólo a lo sexual, por supuesto), y eso explicaba esa tendencia a llevarse cosas a la boca.

―Hoba ―barboteó Yoongi cuando logró recuperarse―, ¿qué estás diciendo?

―No me hagas repetirlo o lloraré ―se quejó Hoseok, apenado.

Yoongi estaba un poco descolocado, pero al menos, logró atinar y no seguir preguntando. Él sabía lo cohibido que podía ser su novio con algunos temas y lo mucho que le costaba agarrar valor. Quizás, por eso, al final se tragó sus preguntas y aceptó.

―Está bien ―le dijo―, pero si no quieres, si te arrepientes, debes decírmelo, bebé.

―Sí, sí ―Hoseok sonrió, aliviado de que Yoongi no le atacara a preguntas, y se estiró a besarlo en la boca―. Te amo...

Yoongi le devolvió el beso con cariño, recostándose y dejando que Hoseok se subiera encima de él. El beso se profundizó, volviéndose un poco salivoso y caliente, y pronto estuvieron jadeando en voz baja.

Hoseok siguió bajando con su boca, besándole el cuello y oyendo los suaves ronroneos que Yoongi emitía. Le gustaba mucho escuchar esos ruidos de su novio en clara señal de placer, y ahora sus manos fueron al pijama de la pantera, bajándolos mientras él seguía bajando. Ya no hacía tanto frío dentro.

Por la poca luz pudo apreciar la polla de Yoongi: era larga y algo gruesa, de color pálido, pero lo que más le generaba curiosidad, era el círculo de ganchos que había en su base. Las leves protuberancias se sentían extrañas bajo su toque, sin embargo, sabía que a Yoongi le gustaba cuando las acariciaba, porque sus gemidos se volvían roncos y necesitados. La primera vez que le preguntó, Yoongi le explicó con las mejillas coloradas:

―Todos los penes de los felinos tienen púas ―le dijo, y eso Hoseok lo sabía―. Los híbridos de felinos... Bueno, nuestra base las tiene. No son tan duras ni dañinas como la de los animales, y es para asegurar el nudo, para que no podamos retirarlo.

―Pero... ―Hoseok titubeó―, pero ¿no me haría daño si tú me... uh...?

―¡No, no! ―le aseguró Yoongi―. No se entierran en la piel, Hobi. Es... es una protuberancia suave. En todo caso, te provocaría más placer.

Hoseok se murió de vergüenza con dicha explicación, sin embargo, al menos las cosas le quedaron más claras.

Su mano se envolvió alrededor de la polla del alfa, comenzando a subirla y bajarla, su palma acariciándolo y rozando las protuberancias antes de subir y centrarse en el glande. Su uretra no dejaba de soltar líquido preseminal, empapando la mano del omega.

Levantó la vista para ver el rostro colorado de Yoongi. Mordía su labio inferior con fuerza, con los ojos brillando y las pupilas dilatadas. Sus orejas de pantera se encontraban caídas contra su cabello, y tembló cuando volvió a bajar su mano, acariciándole otra vez las protuberancias.

No pudo evitarlo y se sintió levemente desconcertado, sin poder creer por completo que Yoongi estuviera con ese aspecto gracias a él. A su toque.

Lamió sus labios y se acomodó entre las piernas de Yoongi. Hoseok no sabía mucho sobre cómo hacerlo, sin embargo, Jungkook le dio algunos consejos sobre cómo comenzar. Por lo mismo, se inclinó y sacó su lengua, y lamió el glande, sorprendiéndose por el sabor que estalló en su boca. Olía fuerte y sabía ligeramente salado. No era muy agradable, pero tampoco desagradable. Aunque la sorpresa aumentó cuando escuchó el gruñido ronco de Yoongi.

Regresó su mirada a Yoongi, encontrándose con su boca cerrada fuertemente, pero los colmillos brillando en lo que trataba de presionar sus labios para no hablar.

Volvió a sacar la lengua, lamiendo una vez más y decidiendo que el sabor no era insoportable. Podía acostumbrarse a eso.

Acumuló un poco de saliva en su boca antes de soltarla en el glande de Yoongi, facilitando el deslizamiento de su mano, y su lengua se dedicó a lamer ahora su longitud un par de veces. En lo que hacía eso, se atrevió a mirar al alfa luego de escuchar un nuevo gruñido ronco. Ahora veía su nariz ligeramente arrugada y su labio superior parecía levantarse ante sus lamidas, emitiendo aquello ruidos que, honestamente, le ponían algo caliente.

―Más ―gimió Yoongi cuando Hoseok se detuvo―, más...

¿Realmente Yoongi estaba suplicando por él? Hoseok percibió una ola de poder que le golpeó, incrédulo ante el hecho de que una pantera pidiera algo de él.

Así que se lo dio. Sin embargo, ahora se inclinó y abrió su boca, y se metió la cabeza de la polla dentro. No profundo, pero sí de manera superficial. El sabor del líquido preseminal ahora estalló con fuerza, pero no se alejó y sólo chupó unos segundos, con su mano empezando a masturbarlo. Yoongi jadeó ahogadamente, como si se estuviera conteniendo para no soltar un grito o, quizás, una maldición. Fue un poco caótico en ese momento, porque incluso percibió la gran mano del alfa deslizándose por sus cabellos, como haciendo el amago de agarrarlo, aunque la retiró a último momento.

―Lo... lo si-siento... ―gimió Yoongi―, no... no quería...

Hoseok soltó el glande con un sonoro pop. Sus labios estaban ligeramente hinchados, con sus ojos igual brillando, y lo miró.

―Puedes hacerlo ―susurró Hoseok―, por fa-favor, alfa...

El título caló hondo en Yoongi. Los dedos de su mano se apresuraron en agarrarlo, otra vez, de los cabellos, y Hoseok le lamió, nuevamente, antes de cerrar su boca alrededor de su polla. Tomó una respiración profunda antes de comenzar a mover su mano junto con su cabeza, con toda la intención de tomarlo en su boca. ¿Cómo podía ser una ardilla y fallar en eso? Su cavidad bucal fue preparada para eso, se dijo.

―Hoba... ―gimió Yoongi, y Hoseok se percató de que tenía la mitad de su pene dentro, pero él quería tomarlo más.

Ahuecó sus mejillas y tomó una respiración profunda, retrocediendo y sacando brevemente el miembro de su boca. Lamió sus labios antes de volver a bajar y emitió un ligero ruido de atragantamiento cuando el glande empujó contra su garganta. Sin embargo, eso mismo ocurrió la primera vez que llenó su boca con bellotas, así que no iba a ser un impedimento para él. Además, pro ser una ardilla, no tenía reflejo nauseabundo y eso ayudaba mucho a la mamada.

Volvió a respirar con profundidad y más entró en su interior. Oyó el nuevo gruñido-gemido de Yoongi, con el agarre en sus cabellos afianzándose y provocando un ligero empuje. Podía sentir la baba escurrir de su boca, con sus ojos llorosos por las pequeñas punzadas en su garganta. Hizo un ruido con su garganta antes de tomar nuevo valor y tratar de que entrara un poco más.

Las suaves protuberancias en la base de Yoongi acariciaron sus labios. Hoseok se preguntó, algo ido, qué tan adentro debía estar de su boca, porque su nariz rozó los vellos del alfa. Yoongi jadeaba, gimoteaba y gruñía, apretando sus cabellos y temblando bajo su toque. El omega también se preguntó, superficialmente, si es que sería capaz de también meterse las bolas de Yoongi en su boca. ¿Se vería cómo cuando las llenaba de comida?

Tuvo que alejarse, con un chapucero y morboso sonido de succión, ante la idea. No, no debía pensarlo, o era capaz de hacerlo. No lo haría ahora, no estaba preparado. Más adelante.

Tosió ligeramente y su mano estaba empapada en su saliva y líquido preseminal. Se apresuró en masturbar a Yoongi, y recién notó que un hilo de baba conectaba su boca con el glande del alfa. Santo dios.

De pronto, sentía muchas ganas de montar a Yoongi.

Se contuvo, por supuesto, pero su boca volvió a la polla del alfa a chupar sólo de manera superficial. Eso pareció ser suficiente para que Yoongi, a los pocos minutos, gimiera roncamente y el orgasmo estallara en él. El semen se derramó, en su mayoría, en la boca de Hoseok, listo para probarlo, y un poco cayó en la mano del omega. El sabor no era malo, pensó la ardillita, y se acostumbraría a eso.

Lamió y limpió el miembro de Yoongi, que ahora gimió ahogadamente por el post-orgasmo, y procedió a hacer lo mismo con su mano. Al enderezarse, vio los ojos afiebrados del alfa.

―Dios ―le escuchó murmurar―, eso fue...

―¿Te... te gustó? ―preguntó Hoseok, con su voz algo temblorosa.

―Claro que sí ―Yoongi tiró de él para que estuviera a su altura―, dios, bebé... ¿puedo...? ―el alfa, quizás en su estado febril por el orgasmo, le lamió la mejilla. Aquel gesto no le pareció asqueroso a Hoseok (por el contrario, quiso recibir otro)―. La chupas tan bien, cariño.

Y otra lamida que se transformó en un beso desordenado. Hoseok emitió un chillido de ardillita cuando Yoongi deslizó una mano bajo su pantalón, pero le dejó hacer, pues la polla del omega estaba algo dura.

Entre besos calientes, el alfa le masturbó y el omega terminó por derramarse en su mano. Hoseok, somnoliento, observó a Yoongi llevar su mano, cubierta de esperma, a su boca y lamerla.

―¿Te la... la puedo chupar otras veces? ―consultó el omega, minutos después en los que buscaban nueva ropa interior y otro pantalón que usar cómo pijama. Se habían lavado las manos previamente con una de las botellas de agua que tenían.

―No debes preguntarlo ―Yoongi le pellizcó la nariz―. Te veías muy bonito con tus mejillas llenas... ―una risa traviesa―. ¿Recuerdas cuándo te las llenaste por primera vez, en una de nuestras primeras citas?

El recuerdo le arrancó una risa a Hoseok. Claro que lo recordaba: se las llenó de maní por lo nervioso que se encontraba y Yoongi se le quedó mirando largos segundos, intimidándolo.

―Bueno, ahí supe que eras el chico ideal para mí ―bromeó Yoongi―, pensé "wow, debe hacer muy buenas mamadas, se ve como toda una ardilla salvaje". No me equivoqué.

―¡No seas atrevido! ―se escandalizó Hoseok entre risas―. ¡Sólo me querías por mis habilidades, cochino!

―¡Oigan, par de puercos, ¿qué tal si dejan dormir a la gente normal?! ―gritó Jungkook desde su tienda.

Hoseok pegó un grito ahogado. Yoongi rodó los ojos.

Se acostaron y abrazaron, dándose ahora besos más dulces, tiernos y suaves.

―Te amo ―le dijo Hoseok.

―Yo también te amo ―contestó Yoongi, y Hoseok era realmente la ardillita salvaje más feliz del universo.

¿será el siguiente capítulo la primera vez del yoonseok?

kien lo sabe

junto con Monocromía, quiero terminar de escribir pronto Wild Chipmunk, por lo que también me concentraré en este fic para acabarlo, ojalá, a mitades de marzo. Quedan seis capítulos, lo cerraré con 35 caps, y ya les pregunté qué les gustaría ver. Estoy recogiendo varias ideas y si alguien quisiera sugerir otra, es bien recibida uwu

puedes escribirla aquí <3

¡gracias por leer!

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