༺ Capítulo XXIII ༻
Observando el mapa de toda la isla en el cual habitaba el clan Min, Jimin miró con curiosidad una zona pintada con rojo.
—¿Por qué aquí es el único de otro color? —preguntó, señalándolo con su dedo índice.
—Es el bosque prohibido —respondió Namjoon y la mirada del doncel instintivamente viajó hacia el bosque frente a ellos.
—¿Por qué está prohibido? —indagó curioso—. Cuando SeHun me mostró los alrededores, no me explicó por qué no podía entrar ahí —le observó—. ¿Es porque no soy un Min real?
—No es que tú no puedas entrar ahí específicamente, sino que nadie puede hacerlo en realidad —aclaró Namjoon.
—Pero por qué —insistió.
—Debido a los animales indomables y poderosos que habitan en ese lugar —anunció una tercera voz que sorprendió a ambos.
—Abuelo —pronunció el jefe del clan al verlo—. ¿Qué estás haciendo aquí?
—¿Preguntas que qué hago en mi propia casa? —repitió alzando una ceja, diciendo con ello cuan estúpida había sido la pregunta.
—Ah, si, lo siento —pronunció Namjoon con un ligero sonrojo.
—¿De qué están hablando en el jardín de otra persona? —cuestionó acercándose, tomando asiento en la cabecera de la mesa.
Sus ojos verdes viajaron por el mapa sobre la mesa y luego hacia ambas personas.
—¿Lo estás ayudando a planear su escape? —cuestionó observando a su nieto.
—No tengo tanta suerte —resopló el doncel—. Le dije a Namjoon que tengo conocimientos con hierbas medicinales y me dijo que su tierra era rica en todas ellas —explicó—. Pedí permiso para ir, pero primero me estaba mostrando los lugares en las que estaban y entonces vi esto —señaló la zona roja en el mapa—. ¿Qué clase de animales hay ahí como para que no permitan que los de su propio clan entren? —preguntó observando directamente al hombre mayor.
—¿Por qué no envías a alguien a que recoja una muestra de todas esas hierbas? —cuestionó Gook-Hwan a su nieto.
—Porque quiero verificar que me está diciendo la verdad, escogiendo el mismo las hierbas —respondió Namjoon.
—Le estás colocando una prueba —observó el abuelo Min—. ¿Y tú estás de acuerdo con ello? —cuestionó observando al doncel.
—Soy nuevo aquí a pesar de que me casé con su hermano —se encogió de hombros.
—Iré a buscar a alguien que te acompañe —anunció Namjoon.
—No tienes que buscar a nadie, para algo tiene un esposo —le recordó el hombre mayor.
—No es por nada, pero Yoongi ya ha dejado claro su desagrado por mí, si lo obligan a dejar de lados sus tareas y obligaciones solo para llevarme a cierto lugar, conseguirán que me odie más y solo será más desagradable —expresó el doncel.
—Tiene razón —apoyo su cuñado.
—Bien, consigue a alguien por ahí que sea de confianza —accedió el hombre mayor.
—Vuelvo enseguida —anunció Namjoon, desapareciendo.
—Toma asiento —ordenó el abuelo Min una vez quedaron a solas.
Corriendo una silla, Jimin tomó asiento y le observó en silencio.
—¿Por qué irás realmente al bosque? —cuestionó.
—A buscar hierbas —respondió sin dudar.
—¿Y por qué las necesitas? —insistió, entrecerrando sus ojos en el doncel.
—Para demostrarle a Namjoon que sí tengo conocimientos como sanador —explicó.
—No me dirás realmente lo que están planeando, ¿cierto? —pronunció recargándose en el respaldar de su silla.
—No estamos planeando nada realmente, pero tampoco puedo dar muchos detalles al respecto hasta que el jefe del clan me diga lo contrario —expresó, diciendo todo con aquellas palabras.
—Bien, como quieran —resopló fingiendo no tener interés.
—¿Esos supuestos animales poderosos e indomables son los dragones? —retomó Jimin.
—¿Qué sabes de los dragones? —preguntó el hombre mayor.
—No mucho realmente, solo los rumores de que ellos donde dicen que les obedecen —respondió encogiéndose de hombros—. Mientras viajaba hacia aquí, escuché que los dragones habían vuelto y por ello es que estaban ganando todas sus batallas —comentó.
—Ganamos las batallas porque tenemos buenos guerreros despiadados y alguien que realmente usa su cabeza —corrigió, golpeando su bastón en el suelo.
—Entonces... No tienen dragones —pronunció, observando hacia el bosque prohibido.
—Tuvimos una amistad con los dragones —anunció el abuelo Min, consiguiendo la atención del doncel—. En tiempos antiguos, al menos, éramos un clan pequeño que llegó a estas tierras, cuando intentaron invadirnos, ellos aparecieron ayudándonos al proteger lo que era suyo, y una especie de acuerdo creció en base de la confianza, ellos nos ayudaban y nosotros los ayudábamos —contó.
—¿Humanos ayudando a dragones? —cuestionó el doncel con una ceja alzada.
—Es posible —asintió—. Hay cosas que los dragones no pueden hacer, pero los humanos sí.
—De acuerdo —asintió todavía dudoso—. Pero desde que llegué aquí que no he visto señal alguna de un dragón —comentó.
—Eso no quiere decir que no estén aquí —anunció, observando hacia el bosque prohibido—. Pero a diferencia del pasado, ya no se mezclan tanto con los humanos luego de que la confianza fuera destrozada —explicó—. Ellos solo se aburrieron de los egoístas humanos ambiciosos que los usaban para su propio beneficio.
—¿Quién sería tan estúpido como para hacer eso? —preguntó con sorpresa molesta.
—Más de lo que tú crees —suspiro el hombre mayor—. Será mejor que envites totalmente entrar en esa zona del bosque —aconsejó—. Hoy en día, atacan a cualquiera que cruce los límites.
—Pero, ¿realmente están ahí? —preguntó el doncel, observando hacia el bosque—. Siempre describieron a los dragones como seres grandes, con alas y ruidosos, pero... Todo en ese lugar parece tan tranquilo —expresó.
—No deberías dejarte engañar por las apariencias —indicó—. Los dragones son seres muy inteligentes a pesar de lo que creen otros, si ellos no quieren que sepas que están ahí, no lo sabrás hasta que sea demasiado tarde.
—Vamos, encontré a alguien que te llevará —anunció Namjoon tras volver.
—No lo olvides, no vayas a la zona prohibida —le recordó el abuelo Min.
—Lo recordaré —respondió simplemente el doncel, levantándose de su silla—. Pero realmente, hasta que vea uno con mis propios ojos, dudaré de su existencia —expresó.
—Solo recuerda que algunos rumores no salen por nada —comentó Gook-Hwan.
—En mi experiencia, algunos sí lo hacen —pronunció antes de ir con Namjoon.
Rodeando la casa, ambos se dirigieron hacia los establos.
—¿Mi abuelo te preguntó algo? —cuestionó Namjoon una vez estuvieron lo suficientemente lejos.
—Sí, sabe que no iré simplemente a buscar hierbas para demostrarte mis habilidades, pero tampoco me presionó para que le contara la verdad —respondió.
—No, él solo esperará a que yo se la diga por mi cuenta —suspiró—. Y si Ahin realmente hizo eso con su cuerpo, querrá que la deje —comentó.
—¿Y sería eso malo? —preguntó Jimin—. Digo, sé que no la conozco muy bien a comparación de ti, pero por lo que pude apreciar, no es exactamente una buena mujer, creo que te mereces más que eso —expresó.
—He estado casado con ella por cinco ciclos lunares —le recordó.
—¿Y cuántos de esos años has sido un hombre feliz? —preguntó, y Namjoon solo guardó silencio—. Solo recuerda, si no ves por tu propia felicidad, ¿quién lo hará?
—La persona que está enamorada de mí —respondió.
—¿Y Ahin ve por tu felicidad realmente? ¿O solo ve por la propia y te convenció de que es por los dos? —cuestionó.
—Tú... No eres tan malvado e idiota como dicen los rumores —pronunció el jefe del clan, observándolo.
—No me malentiendas, puedo ser un idiota la mayoría del tiempo cuando me tratan como uno, pero sino... ¿Qué razón hay para serlo? —se encogió de hombros.
—¿Cómo te trataban realmente en tu clan? —preguntó Namjoon, deteniéndose una vez llegaron a los establos.
—No tiene importancia —esquivó y observó a su alrededor—. ¿Quién me llevará? —preguntó cambiando de tema.
—SeHun se ofreció, debe de estar buscando los caballos adecuados para ir a esa zona —expresó—. Espera aquí, iré a decirle que ya estás listo —anunció alejándose, pero se detuvo—. ¿Necesitas algo en especial para esto? —preguntó observándole sobre su hombro.
—Un bolso donde guardarlas hierbas estaría bien —respondió.
—Lo tengo —asintió Namjoon y retomó su camino.
Observando a su alrededor, los ojos del doncel se iluminaron cuando se encontró con aquel gran semental de pelaje negro.
—Hey, pero qué haces aquí solito —pronunció acercándose al caballo, que se encontraba apartado en su propia cuadra lejos de los demás.
El caballo relinchó y agitó su pierna golpeando el suelo, casi como si le respondiera a Jimin.
—¿Qué sucede, hermoso? ¿Tienes hambre? —preguntó—. ¿Quieres una manzana? ¿O una zanahoria?
El gran animal se agitó ante la última opción y doncel sonrió.
—De acuerdo, comprendo, quieres una zanahoria —pronunció acariciando su cabeza y el caballo relincho nuevamente.
Riendo bajo por el animal inteligente, Jimin se alejó y observó a su alrededor hasta que encontró un cajón de madera lleno de zanahorias y unas pocas manzanas.
—Uhm, no creo que echen de menos unas pocas —murmuró el doncel, tomando unas cinco antes de volver con el caballo—. Come despacio o no te daré ninguna, ¿de acuerdo? —advirtió.
Como si entendiera, el caballo se quedó totalmente quieto mientras observaba a Jimin alzar la zanahoria en su dirección.
Cuando el gran animal mordió la zanahoria, el doncel sonrió encantado de ver que este se la comía despacio y con cuidado.
—Aw, si eres un buen chico hermoso —exclamó, acariciando la cabeza del caballo—. Espera, espera, te alcanzaré otro —rió cuando el animal lamió su mano en busca de más—. Eso es, lo haces muy bien —halagó, dándole unas palmaditas por el cuello.
—¿Cómo es que hiciste eso? —exclamó una jadeante voz cansada.
Observando sobre su hombro, Jimin contempló a un pálido Taehyung observarle con grandes ojos.
—¿Qué haces fuera de la casa? No te ves muy bien —observó.
—Yo... Salgo a dar paseos algunos días —respondió y tosió seguidamente, cuando terminó casi parecía que estaba luchando por respirar correctamente.
—Ten la última —le dijo al caballo, entregándole la zanahoria antes de alejarse para ir con el otro doncel—. Creo que será mejor que tomes asiento, realmente no te ves bien —comentó y observó a su alrededor mientras afirmaba el brazo del chico—. Tú, acerca ese costal de heno —ordenó al hombre mayor que había estado siguiendo a Taehyung.
No muy feliz de ser ordenado, el hombre de igual forma obedeció acercando el costal de heno y Jimin ayudó a Taehyung a sentarse sobre este.
—No tomes profundas respiraciones, parece ser peor para ti —indicó—. Solo respira corto y seguido.
—P-puedo hacerlo —pronunció, siguiendo las instrucciones del otro doncel de cabello negro.
—Eso es, ahora intenta arrojar el aire más lento —instruyó, hasta que finalmente el ataque de tos de Taehyung pareció detenerse.
—Soy patético, ¿cierto? —pronunció deprimido el castaño doncel—. Ni siquiera puedo h-hacer algo tan simple como caminar.
—Tal vez solo te esforzaste mucho —comentó Jimin.
—Pero si con suerte caminé desde la casa del señor Gook-Hwan hasta aquí, una persona normal puede hacerlo sin problemas —se lamentó.
—Sí, pero una persona normal, no tú —indicó el otro doncel sin mala intención realmente, solo indicando un hecho—. No debes de compararte con otras personas ni mucho menos igualar su ritmo, tú no eres igual a los demás, así como ellos no son igual a ti —expresó.
—No sé cómo lo voy a hacer cuando llegue mi prometido —murmuró decaído—. Tal vez se arrepienta de nuestro compromiso al ver lo inservible que estoy.
—No eres inservible, solo se te dificulta hacer cosas que a otros no —pronunció Jimin—. Tal vez no tengas fuerza física, pero debes de tener otras cosas en las que eres mejor, solo concéntrate en eso y listo —solucionó.
—No soy realmente bueno en nada —suspiro.
—Todos son buenos en al menos una cosa, solo tienes que buscarlo —indicó—. Quedarte ahí y solo lamentarte de tu situación, no lograrás nada.
—Lo sé... Pero, es difícil —torció sus labios.
—Más difícil será si nunca lo intentas —argumentó y se enderezó al escuchar pasos.
Solo que no era Namjoon o SeHun como esperaba Jimin, se trataba de su supuesto esposo quien lo observó un momento y al ver al doncel sentado a su lado, inmediatamente se acercó.
—¿Qué sucede? ¿Qué haces aquí? ¿Qué está mal? —cuestionó arrodillándose frente a Taehyung.
—Me esforcé... Un poco en mi paseo —explicó al castaño doncel.
—¿Paseo? ¿Por qué estabas caminando cuando sabes que no han sido unos días buenos para ti? —reprochó y su mirada instintivamente viajó hacia Jimin.
—No lo obligue a salir de su habitación, nos encontramos aquí y le dije que se sentara al verle así —expresó con un bufido, alejándose.
—Nunca dije lo contrario ni te culpe de ello —indicó su esposo.
—No es necesario, tus ojos lo hacían por tu boca —contestó Jimin.
—No pongas palabras en mi boca —reprochó Yoongi.
—Bien, entonces tu mirada te delató —se encogió de hombros.
—Tú... —pronunció el guerrero, pero su mirada viajó hacia Taehyung cuando este tosió, encontrando su rostro pálido—. No te ves bien, será mejor que te lleve de vuelta a la habitación —decidió levantándose y tomando al chico en brazos.
—P-puedo ir solo... —pronunció Taehyung, observando a Jimin culpable.
—Tonterías, ni siquiera puedes caminar por ti mismo —reprochó el guerrero.
—Pero... —musitó, observando al otro doncel.
—No se preocupen por mí, hagan lo que quieran, yo tengo planes —anunció y se alejó cuando finalmente observó a SeHun aparecer con dos caballos detrás de él.
—Perdón la demora, estos traviesos no me querían escuchar —explicó SeHun, entregándole la correa de uno al doncel.
—No hay problema, no esperé mucho —aseguró Jimin.
—¿A dónde vas? —cuestionó Yoongi, observándolo.
—Tengo algo que hacer —respondió el pelinegro doncel.
—¿Qué cosa?
—No es tu asunto —respondió, subiendo perfectamente a su caballo sin la ayuda de nadie—. Solo siguen con lo tuyo.
—Iré con ustedes —expresó Yoongi, observando entre ambos.
—¿Para que luego me culpes por haber dejado a tu querido amigo? No gracias, solo ve a dejar a Taehyung a su habitación para cuidarlo —expresó—. Vamos —anunció observando a su acompañante antes de hacer que el caballo avanzara, sin darle oportunidad a su esposo de decir más.
—Uh... Yoongi no se veía muy feliz, ¿no sería mejor esperarlo? —preguntó SeHun.
—¿Para qué? Ambos sabemos que se quedará horas con Taehyung hasta confirmar que esté bien y no malgastaré ese tiempo esperándolo —expresó.
—Pero... Se enojará...
—Si realmente quiere acompañarme, nos alcanzará, pero ambos sabemos cuál es su prioridad aquí —le recordó, para nada interesado en ello.
Y si sintió algo molesto en su pecho al ver a Yoongi sosteniendo al otro doncel entre sus brazos cuando lo había obligado a permanecer encerrado bajo su cuerpo en la cama, Jimin lo ignoró totalmente.
No tenía sentido en preocuparse y pensar en cosas tontas cuando pronto se estaría separando de ese idiota.
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Feliz año mis copitos!! Espero que hayan disfrutado con sus familiares, amigos, mascotas o en la soledad <3 Espero que este año sea mucho mejor que el anterior y que cumplan con todas sus metas
Se me cuidan, un abrazote y un besote!
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