༺ Capítulo XVII ༻
Cuando unos fuertes golpes que parecían estar destinados a destrozar la puerta llenaron todo el lugar, sacándolo de su profundo sueño, Yoongi gruñó con molestia.
—Dejen ese puto ruido —ordenó alzando su voz.
Pero incluso el sonido de su propia voz atormentaba su cabeza en ese momento, por lo que, soltando un miserable quejido, alzó sus manos llevándolas a su frente e hizo presión, en un desesperado intento de aliviar el dolor.
Por supuesto que dicha acción no sirvió de nada, y esos insistentes golpes molestos volvieron a atormentarle.
—¡Que alguien abra esa maldita puerta! —espetó, finalmente logrando que hubiera algo de movimiento y que el ruido cesara.
Pero si había creído que con eso todo estaría bien y podría volver a dormir, obviamente se equivocó, ya que la puerta de la habitación fue abierta de golpe.
—Es en serio —exclamó SeHun, observándole con el ceño fruncido—. ¿Ya cayó el atardecer y tú has estado durmiendo todo el día?
—¿Qué más se suponía que debía de hacer? —se quejó, enderezando su cuerpo hasta sentarse en la cama.
—No lo sé, tal vez, ¿disculparte con tu esposo por haberle acusado injustamente? ¿O por haber pasado todo su celebración de matrimonio de principio a fin más borracho que un barril sin fondo? —expresó.
—No voy a disculparme por beber —resopló Yoongi, finalmente forzando a sus pesados párpados a levantarse.
—No se trata solo el hecho de que hubieras bebido, lo hiciste hasta perder el puto conocimiento —reprochó su amigo—. Todos pensábamos que no habías aparecido porque estabas arreglando las cosas con tu esposo.
—No tengo nada que arreglar con él —gruñó y observó a su alrededor, haciendo una mueca al encontrar lo que suponía era la habitación de su nueva casa.
—Tienes muchas cosas por hacer, si antes el chico la estaba pasando mal, ahora será peor —expresó molesto.
—Déjalo, no es tu asunto —resopló, bajando sus piernas a la orilla de la cama.
—Es mi asunto cuando estás siendo un idiota sin razón, soy tu amigo, se supone que para eso estoy, para mostrarte cuando eres un imbécil —argumento cruzando sus brazos.
—Si has venido solo a regañarme por cosas que no son de tu interés, mejor déjalo, porque sé que tendré suficiente de ello con mi abuelo y hermano —expresó con sus labios torcidos en una mueca.
—No he venido por eso —pronunció con un suspiro—. Namjoon me mandó a buscarte, todos están ya esperando —expresó.
—¿Esperando qué? —cuestionó con el ceño fruncido de dolor.
—Se supone que debías de ir a cazar un animal como la tradición dice —indicó, logrando que Yoongi maldijera—. Si, tu hermano parecía que lo dejaría pasar pensando que te encontrabas con tu esposo, pero ya veo que no estará para nada feliz cuando llegues solo —comentó.
—¿Dónde está? —preguntó cuando observó la habitación vacía a excepción de ellos dos.
—¿Quién?
—Jimin, ¿dónde está? —cuestionó y observó con desagrado la habitación—. ¿No me digas que solo me dejó aquí y se fue?
—No sé dónde está, pero te puedo asegurar que tu esposo pasó la noche aquí y durmió en el suelo porque ocupabas toda la cama con tu cuerpo borracho —informó señalando el montón de pieles frente a la chimenea—. Yo que tú, preferiría investigar un poco antes de ponerme hablar —resopló saliendo de la habitación.
Con un amargo sabor de boca, Yoongi se levantó de la cama, mareándose ligeramente en un principio y observó hacia la puerta cuando esta fue abierta nuevamente.
—Le he traído algo de agua para que lave su rostro, señor Min —expresó educadamente una mujer.
—¿Quién eres? —cuestionó, acercándose a la mesa donde dejó la fuente con agua.
—Una de las esclavas que mandaron para ayudar con la casa —respondió evitando su mirada.
—¿Y mi esposo? —preguntó, tomando la toalla que le entregaba la esclava.
—No lo sé, mi señor, salió temprano en la mañana y no volvió —respondió.
La mirada de Yoongi instintivamente fue hacia el montón de pieles.
Si Jimin había dormido en aquel lugar, significa que no lo molestó o se aprovechó de cualquier forma con el doncel, por lo que no se fue por ello.
"Tal vez se fue porque no quería estar en el mismo espacio con el hombre que le trato de ladrón" le recordó una vocecita en su cabeza que solo empeoró su dolor.
—Prepararme algo para el dolor de cabeza, ahora —ordenó Yoongi antes de alejarse para cambiarse de ropa.
Con lo tarde que ya era, no alcanzaría a tomar una ducha para quitarse completamente el hedor a la cerveza, por lo que no le quedaba de otra más que seguir igual.
Tan listo como podía estar con un dolor de cabeza que intentaba matarlo y un malestar en su estómago, el cual asumía era debido por no haber comido nada desde la noche, el guerrero salió de la habitación encontrándose con ambas esclavas.
—Lo siento señor, su casa no está equipada como para prepararle un brebaje que le ayude con su malestar —expresó la misma esclava que había entrado en su habitación.
—¿Por qué no se han encargado de eso si han estado todo el día en la casa? —gruñó, haciendo presión en su sien con una mano.
No dispuesto a escuchar las lamentables excusas de ambas mujeres, Yoongi simplemente salió de su casa encontrándose con su amigo, quien le esperaba con un vaso en su mano.
—Bébelo hasta el fondo —indicó.
—¿Qué se supone que me has dado? ¿Mierda? —se quejó limpiando su boca con el dorso de su mano.
—Lo mismo que te dio el líder del clan anoche para que pudieras aceptar a tu esposo en la ceremonia —respondió entregándole el vaso a una de las esclavas antes de comenzar a caminar.
—¿Por qué nadie me fue a despertar antes? —gruñó Yoongi al contemplar un molesto cielo lleno de colores cálidos que solo parecían aumentar el dolor de su cabeza.
—Te lo dije, todos pensábamos que estabas arreglando las cosas con tu esposo —respondió su amigo—. Nadie estará feliz de saber que no tienes idea de donde está tu pareja por haber dormido todo el día para pasar tu borrachera —expresó negando con su cabeza.
—Jimin debe de estar por ahí como siempre —bufó el líder guerrero sin darle mucha importancia.
—Nadie lo ha visto en todo el día —indicó SeHun.
—Se ha escondido en la casa de mi abuelo entonces —se encogió de hombros.
—Cree lo que te haga sentir mejor —suspiró el otro guerrero, manteniéndose en silencio el resto del camino.
Cruzando las puertas abiertas, Yoongi inmediatamente observó a su hermano sentado en su mesa junto a su abuelo, la cual estaba ubicada al fondo de la gran sala, con tres peldaños por encima que dejaba en claro que solo las personas importantes podían estar ahí.
Cuando se encontró con aquellos ojos verdes, sus labios se torcieron al ver como estos se volvían fríos automáticamente al verlo entrar solo.
Tomando una profunda respiración, Yoongi cruzó la sala pasando por las mesas, la cuales por supuesto que ya se encontraban ocupadas por los habitantes de su clan, esperando ansiosamente.
Subiendo los tres peldaños, Yoongi rodeó la mesa y se sentó al lado de su abuelo, enfrentando a todo su clan.
—¿Dónde está tu esposo? —cuestionó Gook-Hwan inmediatamente.
—No lo sé —respondió.
—¿No lo sabes? —pronunció su hermano, observándole con el ceño fruncido—. Has estado todo el día encerrado en tu casa, ¿cómo no lo vas a saber? —cuestionó.
—Es obvio que estuvo durmiendo para pasar su borrachera, ni siquiera tuvo tiempo de tomar una ducha —expresó Ahin arrugando su nariz, sin mirar a su cuñado.
—¿Eso es cierto? —espetó el abuelo Min.
—Ya no estaba cuando desperté —respondió tomando un vaso de agua, sintiendo su garganta seca.
—¿Y hace cuanto despertaste? —interrogó con obvia molestia—. ¿Recién?
Formando una mueca con sus labios, Yoongi movió su cabeza aceptándolo y su abuelo golpeó el suelo con su bastón, obviamente no muy feliz con lo que había descubierto.
—Estos últimos días, no has hecho más que decepcionarme como tu padre —espetó, lo cual fue un golpe realmente duro para Yoongi al ser comparado con tal bueno para nada ambicioso.
—Yo desde un principio no quería este matrimonio —espetó.
—Yo tampoco quería casarme cuando mi padre me lo dijo, tu padre tampoco deseaba y Namjoon de igual forma no estaba a gusto con la idea a pesar de no decir nada, aun así todos nos casamos y no tratamos como una mierda a nuestras esposas, porque eso no es lo que hace un guerrero respetable —expresó con tono duro Gook-Hwan—. Deje pasar el hecho de que no hubieras cumplido con la tradición Min pensando que finalmente habías aceptado todo y habías arreglado las cosas con ese doncel, pero saber que no lo hiciste por tu culo borracho... —negó con un suspiro.
—Puedo ir ahora si tanto importa, aunque no tiene sentido ir por obvias razones —resopló.
—Déjalo, ya lo arruinaste —indicó sin mirarle—. No puedo creer que ni siquiera sepas donde está tu esposo.
—Lo iré a buscar —pronunció irritado.
—Ya he mandado a SeHun —pronunció Namjoon.
—¿Por qué él? —le observó.
—Porque no estaba borracho como tú —pronunció Ahin.
—Ya no estoy borracho —espetó.
—No, solo apestas como uno y tu dolor de cabeza no te debe de estar dejando pensar correctamente —expresó su abuelo—. Solo quédate quieto.
Soltando un suspiro, Yoongi se sirvió más agua de la jarra y se bebió todo el vaso, ignorando la comida, sabiendo que nadie podía comer hasta que los cazadores llegaran.
Cuando observó a Taehyung aparecer en compañía de un sirviente, instintivamente corrió la silla libre a su costado, pero el doncel siguió de largo y se sentó al otro lado de su abuelo, dejándole un sentimiento amargo en él.
—La única persona que debe de sentarse a tu lado no es otro más que tu esposo —indicó su abuelo, bebiendo algo de vino.
—Los cazadores ya están aquí, no podemos esperar más tiempo a Jimin —anuncio Namjoon luego de que se le acercaran a informarle.
—Cuando esto termine, irás a buscar a Jimin y siempre estarás al tanto del paradero de tu esposo, ¿entendiste? —espetó su abuelo—. Un guerrero que ni siquiera puede saber eso, no tiene derecho de proteger a su clan, ¿cómo hacerlo cuando no puede mantener protegido a su propia pareja? —se burló su abuelo.
—Está bien —aceptó Yoongi, molesto.
—Parece que eso no será necesario —expresó Namjoon con una sonrisa, señalando hacia el frente, donde tres hombres se detenían ante ellos con sus presas capturadas, siendo Jimin el tercero.
El doncel tenía su cabello amarrado en una trenza larga, sus botas estaban sucias al igual que las de los demás y silbaba alegremente mientras observaba la bolsa que cargaba con él.
—Este... ¿Qué crees que estás haciendo ahí? —cuestionó Yoongi, logrando que otros le prestaran atención.
—Me enteré de la tradición del clan Min, por lo que salí a hacer mi parte cuando vi que no estabas en las condiciones para hacerlo —explicó Jimin con una gran sonrisa de ojos, como si no le importara que los demás miembros se rieran de su esposo.
—Estás demente —gruñó enojado—. Sal de ahí —ordenó.
—No, no podemos romper una tradición tan importante —rechazó el doncel.
—Tú... —espetó intentando levantarse de la silla.
—Déjalo. —ordenó Gook-Hwan, logrando que su nieto le observara enojado.
—La tradición dice que es el hombre quien debe de ir a cazar, no la mujer o el doncel —le recordó enojado—. Lo que está haciendo ahora, solo lo hace para humillarme —protestó lanzándole una mirada furiosa a su esposo.
—La tradición no dice en ninguna parte en que debe de ir el hombre, nosotros lo asumimos porque obviamente nuestras parejas no se pueden levantar al día siguiente —explicó el abuelo Min y le observó—. Que Jimin pudiera despertar primero no es su culpa —indicó, logrando que otros rieran bajo.
—Abuelo...
—Guarda silencio —ordenó y volvió su vista al frente.
—Muéstranos Jimin, ¿cómo estás de satisfecho con tu matrimonio en su primera noche? —preguntó Namjoon, consiguiendo que su hermano le mirara casi como si quisiera asesinarlo por seguirle el juego al doncel.
—Aquí —anunció y abrió la bolsa, sacando un conejo del interior—. En realidad, había deseado atrapar a un gusano, pero no quería pisotear el orgullo de mi esposo —expresó con una sonrisa dulce.
Entonces, su mirada se fijó en los otros guerreros, quienes tenían ante ellos un jabalí y el otro un venado.
—Oh mierda, que grande —exclamó con grandes ojos, logrando que los dos hombres sonrieran orgullosos.
Cuando el abuelo Min rió, los demás le siguieron alegremente, lo que claramente molestó a Yoongi.
—Siéntate —ordenó Gook-Hwan cuando este se levantó empujando su silla.
—No lo entiendes...
—Lo hago perfectamente, estás molesto porque el gran Min Yoongi, el guerrero de todos los tiempos bendecido por el Dios de la guerra, está siendo humillado por su esposo —expresó—. Pero qué crees, Jimin tuvo que soportar esto y más en su propia boda por casarse con un inútil borracho, por lo que, al igual que él, no te queda de otra más que soportarlo en silencio —declaró.
Molesto, Yoongi se dejó caer en su silla, observando fijamente con molestia aquellos ojos plateados que le observaban sin temor alguno.
—Córrete, quiero a Jimin sentado a mi lado —ordenó Gook-Hwan cuando Namjoon dio permiso para que comenzaran a comer.
Soltando un sonido irritado, Min se corrió de silla, sentándose al lado de Ahin, quien arrugó su nariz mientras observaba su comida.
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