༺ Capítulo XLVII ༻
Esperando en silencio a que el doncel quisiera contarle, la mirada plateada de Jimin recorrió silenciosamente todo su cuerpo en busca de alguna herida. Cuando no encontró nada, se relajó un momento.
—¿Quién fue? —preguntó—. ¿Algún esclavo celoso porque ahora eres la pareja del jefe del clan? ¿Un sirviente enojado al creer que sigues siendo un esclavo y que no deberías de estar con mi cuñado? ¿Alguna estúpida que pensó que tendría posibilidades con Namjoon luego de que Ahin saliera del camino? —cuestionó—. ¿O todos en general?
—No todos son realmente malos —pronunció SeokJin—. En cierta forma, lo entiendo. Soy un don nadie que apareció de la nada diciendo ser un esclavo y luego de pronto llama la atención del jefe del clan y le sacan su estado de esclavo para volverle alguien de alto rango, simplemente no es justo y no tiene sentido —indicó.
—Te equivocas en varias cosas ahí —anunció Jimin—. Nunca fuiste un esclavo, solo fingiste ser uno para para poder sobrevivir —dijo y levantó un dedo—. No eres la clase de persona que utiliza su belleza para sacar provecho. Sí, tu apariencia fue la que llamó la atención de Namjoon, pero fue lo que tienes aquí lo que le atrajo más —indicó tocando su pecho—. Eres la clase de doncel que mi cuñado necesita a su lado, alguien dulce, valiente, benevolente y que no tiene interés en las riquezas o poder. Una persona que piensa en los demás y que sí puede amar, no como la malvada de Ahin.
—No soy valiente —negó SeokJin—. Si lo fuera, me habría quedado en mi clan y hubiese luchado.
—Eso habría sido una estupidez —resopló—. Estoy en contra de ese pensamiento de que los donceles no pueden hacer nada por su cuenta porque sí podemos, pero no somos dioses y tenías a un hombre con poder y hombres detrás de ti, haberte quedado era una estupidez que ni yo hubiese hecho aún con mi terquedad —indicó—. Tomaste la decisión correcta al irte y encontraste algo valioso e invaluable aquí. Namjoon es un gran hombre y entre nosotros, se llevó toda la inteligencia entre los dos hermanos.
SeokJin rió bajo.
—Yoongi no puede ser tan malo —pronunció divertido—. Fue muy atento contigo el día de la cena.
—O créeme, ese tonto esposo mío puede y fue terrible al principio de nuestro matrimonio. No digo que no tiene nada de inteligencia, pero su terquedad obsesiva a veces lo vuelve ciego —suspiró—. Ahora salió con el chiste de que abrió los ojos y descubrió la joya que soy, no estoy seguro de ello, pero decidí darle la oportunidad.
El otro doncel le observó inseguro.
—Hobi, ¿cómo era Yoongi cuando me casé con él? —preguntó a su joven amigo.
—Terrible y muy estúpido —confirmó el joven esclavo—. Pero fue entretenido ver como de a poco iba mirando más a mi señor Jimin y cayendo por el —comentó.
Recordando las palabras de su tonto esposo, el pelinegro doncel sintió cierta satisfacción al escuchar aquello.
—Así que no debes de dejar que nadie te trate mal, ¿de acuerdo? No me importa que hagas valer tu posición, tienes un rango más alto y si te tratan mal, no dudes en usarlo —indicó Jimin.
El hermoso doncel rubio torció sus labios y suspiró.
—Yo... Hace un par de días, luego de la cena en la casa del abuelo Min, Namjoon me invitó a vivir en su casa con él, luego de que viera como un esclavo que viajó conmigo me lastimara a propósito —reveló—. Tengo mi propia habitación y espacio, siempre que Namjoon tiene tiempo libre, estamos juntos y es perfecto... Pero los sirvientes y esclavos solo son buenos cuando estoy con él, al separarnos me ignoran y los esclavos hacen de las suyas. No les gusta que esté ahí y me culpan por haber sacado a Ahin de la casa —contó.
—¿Has salido lastimado por culpa de ellos? —preguntó Jimin, tomando sus manos.
—De momento no —respondió bajo—. Les dije lo que hizo Ahin y les recordé que soy superior a ellos, pero... Para todos en esa casa solo soy un esclavo sexual —sonrió triste.
—¿Hace cuanto está ocurriendo esto? —indagó Jimin, preocupándose al ver una mancha violeta cerca de su cuello.
—Desde que llegué a esa casa —murmuró evitando su mirada.
—¿Te lo hicieron ellos? —preguntó, señalando su propio cuello donde el otro doncel tenía aquella mancha.
—¿Qué tengo? —preguntó SeokJin, tocándose.
—Una mancha violeta —respondió.
—Una... Oh, no, fue Namjoon —reveló sonrojado.
Una sonrisa tiró de los labios de Jimin al comprender de que se trataba, al igual que el joven esclavo.
—¿No has pensado en decirle a Namjoon? —preguntó dejando ese temita al ver que era obvio que avergonzaba al contrario—. Te llevó a su casa para estar contigo y mantenerte a salvo, no para que otros te molestaran —expresó.
—Pero... Es que él está tan ocupado, no quiero molestarle por este tipo de cosas sin importancia —expresó preocupado.
—¿Sin importancia? —repitió—. No sé cuan dura pudo haber sido tu vida antes de que llegaras aquí, pero todo lo que esté relacionado contigo no es algo sin importancia —indicó—. En especial para Namjoon, a él le interesa todo lo que está relacionado contigo y escuchará todo lo que le digas, aun si solo es que tuviste un desayuno malo o te tropezaste —aseguró.
—Pero él está tan ocupado... Es el jefe de este clan, debe de tener más cosas importantes que escucharme o pasar tiempo conmigo —comentó.
—¿Qué tiene que sea el jefe del clan? —preguntó—. Si te quiere tanto como dice, entonces se hará un tiempo para estar contigo y escucharte. Y no es por nada, pero Namjoon cayó tan duro por ti, que si le dices que quieres pasar todo el maldito día con él, te dejaría hacerlo más que feliz —prometió.
Y la tentación se vio reflejada en el rostro del otro doncel.
—¿Tú crees? —preguntó—. ¿No le molestaría?
—¿Por qué le molestarías? Estoy seguro de que hasta le gustaría escuchar tus opiniones respecto a temas del clan —respondió sonriente—. Además, considerando como te mira, será el hombre más feliz si se lo pides.
—No lo sé... Quiero, pero a la vez no deseo molestarle —expresó sincero.
—De acuerdo, entonces solo hay que preguntarle al respecto —decidió Jimin, levantándose del suelo—. Después de todo, un rechazo no matará a nadie, ¿cierto?
Observando la inseguridad en el rostro del otro doncel, Jimin la ignoró y tiró de él hacia arriba hasta levantarle del suelo.
—Hoseok, ¿sabes dónde podría estar Namjoon ahora? —preguntó arrastrando a SeokJin fuera de la cuadra.
—Considerando que pronto tendremos forasteros, tal vez esté con el señor Gook-Hwan hablando al respecto —respondió el joven esclavo.
—Perfecto, no está demasiado lejos —sonrió satisfecho—. Espera aquí y dile a Yoongi que vuelvo enseguida en caso de que llegue antes que yo —expresó.
—Pero él...
—Solo iré a compartir unas pocas palabras con Namjoon y volveré —prometió y sin esperar respuesta, se alejó.
—Realmente no quiero molestar a Namjoon —murmuró SeokJin, siguiéndole.
—¿Sabes? Deberías de comenzar a repetir en tu mente que eres alguien importante, especialmente para Namjoon —le observó—. Tu belleza no lo es todo para él, o si no simplemente te habría tomado y follado sin más como habría hecho cualquier otro. Estoy seguro de que cuando están juntos, deben de hacer algo más que besarse, ¿cierto?
—Hablamos de todo —reconoció algo sonrojado—. Desde mi antiguo clan, cosas de él, del clan Min, Ahin y cómo sería si tuviéramos un bebé.
—Ves, si fueras solo un rostro bonito, ni siquiera buscaría un tema del cual hablar contigo —indicó y sonrió al finalmente vislumbrar la casa de Gook-Hwan, justo con la persona que buscaba saliendo de esta.
—¿Jin? —preguntó Namjoon, deteniéndose inmediatamente al ver a ambos donceles.
—Ve —alentó Jimin, empujándole suavemente.
Dudoso, SeokJin avanzó inseguro, y cuando Namjoon abrió sus brazos para él, inmediatamente corrió y se estrelló contra su cuerpo.
—¿Qué sucede? —preguntó Namjoon, rodeando al doncel con sus brazos.
—Te daré la versión corta y luego SeokJin te dará los detalles —anunció Jimin, logrando que la atención de su cuñado recayera en él—. Todos en tu casa son buenos con SeokJin solamente cuando estás ahí, pero al irte lo tratan de esclavo sexual y más —explicó—. Yo que tú reviso su cuerpo para asegurarme de que no lo han lastimado cuando no lo estás observando —aconsejó, consiguiendo que la mirada de Namjoon se endureciera.
—Jin, ¿eso es cierto? —preguntó abrazándole con más fuerza.
Entre sus brazos, el doncel asintió en silencio.
—Intenté que se detuvieran, les recordé que no era un esclavo, pero no sirvió... Me odian porque te alejé de Ahin y dicen que no soy digno de ti —reveló.
—Por cierto, SeokJin quiere pasar todo el día contigo, pero teme ser una molestia por tu posición —añadió Jimin, sonriente.
—Nunca serías una molestia para mí, cariño —expresó Namjoon.
—Pero... Tienes mucho trabajo... —murmuró.
Viendo como la pareja comenzaba a hablar entre ellos, el pelinegro doncel retrocedió silenciosamente y se retiró, satisfecho de haber arreglado el problema, porque estaba seguro de que Namjoon no iba a dejar simplemente que las cosas siguieran así.
Oh, realmente quería ver la expresión de aquellos esclavos y sirvientes cuando Namjoon los colocara en su lugar.
Y algo le decía que SeokJin podría tener una especie de guerrero propio para evitar que otros lo lastimaran cuando Namjoon no pueda estar con el.
Entrando a los establos, Jimin observó al joven esclavo cuando este inmediatamente se le acercó.
—¿Yoongi? —preguntó.
—Aún no llega, pero debe de aparecer pronto porque vinieron otros guerreros por sus caballos —explicó.
—¿Y se los llevaron todos? —se quejó el doncel, recorriendo el establo para encontrar espacios vacíos.
—Intenté decirles que tú también querías uno, pero como soy un simple esclavo, ellos no me prestaron mucha atención —explicó culpable.
—Está bien, supongo que solo tendré que esperar a mi esposo para ir con él —expresó con un suspiro.
Saliendo del establo, el doncel se apoyó en la pared y cruzó sus brazos. Observando hacia el mar, esperó contemplando el barco cerca de la costa.
Probablemente pronto su hermano estaría llegando y entonces comprobaría si lo que le había dicho Yoongi era real y no caería por su bonito rostro.
—¿Jimin? —preguntó SeHun, deteniéndose cerca de él con su caballo.
—Hola, SeHun —saludó observando al guerrero.
—¿Yoongi se volvió a olvidar de ti? —preguntó.
—No lo creo, solo lo estoy esperando —respondió.
SeHun observó a su alrededor.
—No lo veo cerca, probablemente ya esté en los muelles esperando a los invitados con eso de que viene una gran belleza —comentó—. Muchos han ido para verlo.
—¿No deberías de ir tú también? —preguntó Hoseok con sus cejas fruncidas.
—Voy en camino —anunció—. Puedo llevarte en mi caballo si deseas ir también —ofreció observando directamente al doncel.
—Gracias, pero no. No se verá bien que un doncel casado monte a caballo con otra persona que no sea su pareja —rechazó Jimin.
—La otra vez montaste conmigo —le recordó.
—La otra vez Yoongi había invitado a otro a su caballo, era natural que yo sin nada fuera con otra persona —argumentó.
—¿Y qué te hace creer que esta vez no invitó a otro a su regazo? —cuestionó alzando una ceja—. Estamos hablando de Yoongi.
—Oye, estás siendo muy grosero —exclamó Hoseok, enojado.
—Está bien, Hoseok —calmó Jimin, enderezándose—. Y sé que mi esposo no tiene a nadie en su regazo, porque ahí viene —anunció señalando al hermoso caballo negro que se acercaba rápidamente con Yoongi montándolo expertamente
—Siento llegar tarde, tenía que arreglar unas cosas con Jungkook —explicó Yoongi deteniéndose entre ellos.
Estirando su mano hacia su doncel, Jimin la tomó sin dudarlo y sonrió al ser subido sin esfuerzo alguno, siendo sentado frente a su esposo.
—No deberías de hacer tanta fuerza —reprochó el doncel una vez estuvo arriba.
—Por favor, no pesas nada —indicó Yoongi, acercándole más a su cuerpo.
—Puedes ir a casa ahora, Hobi —indicó el doncel antes de que su tonto esposo hiciera correr a Storm.
—¿De qué hablabas con SeHun? —preguntó Yoongi—. Es la primera vez que veo a tu amigo esclavo con expresión enojada.
—Me invitó a subir con él al ver que estaba solo asegurándome que no vendrías —respondió y el brazo de Yoongi que estaba alrededor de su cintura, se tensó.
—¿Eso hizo? —preguntó con una especie de gruñido que le sacó una sonrisa a Jimin.
—Sí, creo que en algún momento necesitaré un caballo propio —expresó—. Así no tendré que montar en el regazo de otro hombre.
—No montarás en el regazo de otro, solo en el mío y solo conmigo —declaró Yoongi.
—Eso también suena bien —aceptó el doncel.
Tan pronto como observó el barco de su clan en el muelle, extraños sentimientos contradictorios llenaron al pelinegro doncel, quien ciertamente no sabía cómo debía de sentirse con la presencia de su hermano menor.
¿Con qué intención había ido Baekhyun? ¿Yoongi realmente no caería por su hermano menor? ¿Sería cierto todo lo que el guerrero le había profesado hasta el momento?
Inseguro, Jimin se prometió así mismo averiguarlo.
—Ahora... —pronunció Yoongi, deteniendo su caballo.
Antes de que siquiera pudiera ofrecer su ayuda para bajar a su doncel, este ya había bajado con un estupendo salto que demostraba su agilidad. Observándole, Jimin sonrió al ver sus manos.
—¿Qué intentabas hacer? —preguntó.
—Bajarte, aunque era algo innecesario, al parecer —expresó.
—¡Minnie!
El estridente grito hizo que la pareja observara hacia el muelle. Tan pronto como contempló a su hermano menor agitar efusivamente su mano, le sacó una pequeña sonrisa a Jimin.
Era algo nostálgico observar a su hermano menor, quien parecía no haber cambiado absolutamente nada en todo ese tiempo. A diferencia de Jimin, Bae siempre estaba arreglado y vestido con las mejores ropas, volviendo su belleza una elegante y dulce con ese rostro que poseía.
Cuando este corrió en su dirección y le abrazó repentinamente, el pelinegro doncel se sorprendió, pero le correspondió el abrazo.
—No te preocupes, vine con un plan para sacarte de aquí —exclamó Baekhyun en su oído con un tono bajo.
—Está bien, no creo que sea necesario —expresó Jimin, alejándose con una gran sonrisa.
—¿Estás seguro? Pensé que... Ya sabes —indicó, alejándose para observarle con expresión confundida.
—Digamos que las cosas han cambiado un poco —explicó y observó a su pareja cuando este se bajó de su caballo y se acercó—. Bae, te presento a mi esposo, Min Yoongi. Yoongi, este es mi hermano menor, Park Baekhyun —anunció.
—¿Un gusto? —pronunció el joven doncel, obviamente aún confundido con la situación.
Pobre, seguramente creía que iba a ser el héroe que lo sacaría de esa isla, solo que... Jimin ya no tenía tantos deseos de irse como antes y nunca necesitó un héroe.
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