༺ Capítulo XII ༻

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Caminando de regreso a la casa en la cual se estaba quedando, Jimin quería prácticamente dar saltitos de felicidad por lo que había conseguido.

Sí, tal vez no había logrado escapar en el barco que el espía de su hermano preparó para él en un principio gracias al guerrero que le seguía, pero si lo pensaba, habría sido una misión imposible que atentaba contra su vida.

El mar podía ser un lugar peligroso para aquellas personas que no sabían navegar en este y él no sabía prácticamente nada.

En sí, recorrer aquellas misteriosas aguas sin conocimiento y solo con un barco pequeño era peligroso, una misión imposible realmente.

Por lo que, al menos, agradecía que su conciencia la advierta del peligro y no hiciera semejante estupidez.

Y le agradecía en parte al hombre que le seguía por ello, si este no hubiera sido tan persistente en quedarse a su lado y tener una paciencia infinita para explicarle todo sobre el clan Min y responder sus preguntas, habría simplemente saltado al mar sin saber lo peligroso que esto podría ser realmente.

Entonces, ¿por qué estaba tan feliz cuando no había logrado escapar?

La respuesta a ello era muy fácil.

Con una sonrisa, Jimin giró su rostro y contempló al hombre que le seguía. Pero en sí, el doncel no estaba realmente interesado en este, sino en lo que cargaba SeHun este sus manos.

—No estoy tan seguro de esto, no se supone que los donceles deben de portar arma alguna y el arco es una —expresó el guerrero cuando finalmente llegaron a la casa del abuelo Min, que era donde Jimin se estaba quedando temporalmente hasta el día de su boda.

—Pensé que ya habíamos hablado de esto —pronunció Jimin, deteniéndose para observarlo—. Necesito mi arco y flechas para sentirme seguro, pero eso no significa que los vaya a usar —prometió.

—Pero, ¿por qué debes de necesitar esto para sentirte seguro? No hay lugar más protegido que la casa del señor Min, nunca podrás estar en peligro con el señor Gook-Hwan —prometió.

—No es que sea malo, pero él ya es un hombre mayor y dudo mucho que pueda defenderme —indicó.

—Me refiero a que la casa del señor Gook-Hwan es la más segura, Yoongi siempre tiene a guerreros dando unas vueltas cerca y en caso de un ataque es el primero en recibir protección —explicó.

—Difícilmente creo que alguien aquí quisiera protegerme cuando soy un completo desconocido con el cual están obligando al gran Min Yoongi a casarse —resopló y estiró sus brazos—. ¿Me das mi arco y flechas, por favor?

—¿Por qué dice esas cosas? —cuestionó frunciendo el ceño—. Has pasado a ser parte de este clan en el mismo instante en que el señor Gook-Hwan le aceptó y se quedaste aquí, mientras que los otros miembros del clan Park se fueron —indicó.

—Que sea parte de este clan no significa que me vayan a aceptar automáticamente, mucho menos cuando el idiota de mi prometido... —suspirando, Jimin agitó su cabeza sin decir nada más.

Quejarse de la situación o hablar al respecto nunca solucionaba nada, a menos que él mismo hiciera algo.

—¿Está sucediendo algo? —pregunto SeHun, observándole preocupado.

—Estoy bien, solo quiero mis cosas, ¿sí? —pidió volviendo a estirar sus brazos—. No le diré a nadie que me ayudaste a recuperarlo si es lo que te preocupa —prometió.

—No me preocupa eso —suspiró entregándole finalmente el arco y las flechas—. No me sienta bien que un doncel se tenga que proteger a sí mismo cuando hay guerreros cerca para hacerlo —explicó.

—No te preocupes por eso, siempre me he protegido a mí mismo, nunca dejé que los guerreros me cuidaran ni ellos quisieron hacerlo realmente —reveló sin darse cuenta, feliz de tener su arco entre sus manos.

—¿Qué quiere decir con ello? —cuestionó SeHun.

—¿Qué quiero decir con qué? —respondió, fingiendo no saber.

—No entiendo, eres el hijo del jefe de tu clan —pronunció con el ceño fruncido.

—Ser el hijo de alguien importante no lo es todo —resopló y observó curioso alrededor—. ¿Por qué parece que no hay nadie? —preguntó.

—Es por lo que vimos antes —respondió el guerrero, dejando pasar el tema—. En este momento todos deben de estar apreciando como el padre de Yoongi está siendo desterrado luego de sus crimines —explicó.

—Oh, esto es algo que me gustaría ver —sonrió el doncel de cabello negro—. Solo iré a dejar esto y saldré a ver con los demás —anunció.

—No lo guarde en su habitación —aconsejó SeHun, sin observarlo—. Si algún esclavo o un sirviente lo encuentra, podrían acusarte de algo grave —comentó.

—Gracias por el consejo —sonrió el pelinegro, alejándose.

Tan pronto como entró en la vacía casa, Jimin la recorrió con cuidado, buscando un lugar donde podría esconder su apreciado arco.

Cuando entró en la cocina, encontró a la misma sirvienta que le había tratado por menos esa mañana, durmiendo tranquilamente sentada en una silla, con sus piernas descansando sobre la mesa y sus brazos cruzados, como si no ocurriera nada malo en el mundo mientras que el esclavo que si le había ayudado, comía tan silenciosamente todo lo que sus manos alcanzaran.

O eso fue hasta que sus ojos se encontraron y entonces le observó con horror.

Colocando un dedo sobre sus rellenos labios, Jimin le indicó que le siguiera y salió de la cocina.

—Por favor, no diga nada, no lo volveré a hacer —suplicó Hoseok tan pronto como se detuvo frente al doncel.

—Se supone que los esclavos también reciben su porción de comida —comentó y observó con curiosidad como Hoseok esquivó su mirada.

—No soy muy querido aquí... —murmuró.

Y como le había tratado esa mujer esa mañana, tampoco dudaría que le hiciera la vida imposible a un joven esclavo solo porque no era de su agrado.

—No te preocupes, no le diré nada a nadie, pero necesito un favor a cambio —pidió.

—¿Qué cosa? —pregunto el joven esclavo, observándole con sospecha.

—¿Puedes guardar esto por mí y entregármelo cuando te lo pida? —pidió mostrando su arco y flechas—. Si me ven con esto podría meterme en problemas por esa cosa de que los donceles no deberían de tener armas y como soy nuevo aquí... —explicó.

—Pero... Yo también me meteré en problemas si lo ven conmigo —pronunció dudoso.

—¿No tienes un escondite? —pregunto y el esclavo asintió—. Perfecto, escóndelo ahí y te aviso cuando quiera usarlo —solucionó.

—No le dirá a nadie, ¿cierto? —pregunto tomando el arco y las flechas.

—¿De qué me serviría acusarte por comer? —resopló—. Mejor aprovecha y saca más comida para esconderla, total, a quien van a culpar es a esa mujer por dormir cuando le dejaron cuidado —comentó.

—Me echará la culpa a mí —respondió con una mueca.

—No si luego bajas con los demás a ver como echan al idiota de Te-Woong —indicó con una leve sonrisa—. Causa una pequeña pelea, así notarán tu presencia y lo recordarán para cuando esa mujer te acuse.

—Gracias —sonrió abiertamente el joven esclavo, mostrando una singular sonrisa parecida a un corazón.

—Esconde bien todo y nosotros no hemos hablado —le recordó antes de alejarse, saliendo de la casa sintiéndose satisfecho—. ¿Todavía estás aquí? —exclamó con sorpresa al contemplar al guerrero de cabello color chocolate corto y esos ojos ámbar que lo había estado acompañando hasta el momento.

—Se supone que le estoy mostrando los alrededores —argumentó guiando el camino.

—Eso fue antes a caballo, ya he aprendido lo que debería de aprender —resopló siguiéndole.

—No sería bueno que alguien como usted esté sin un guardia —explicó SeHun.

—¿Alguien como yo? —alzó una ceja—. ¿Te refieres porque soy el prometido de Min Yoongi o porque mi tonto padre es el jefe de su clan?

—Ambas —respondió honesto.

—Bien, como quieras, solo no me hables de usted, me da alergia cuando se refieren a mí así —explicó arrugando su nariz.

—No puedo, solo soy un simple guerrero —negó.

—Bien, entonces te ordeno que ya no me hables así —declaró, logrando que SeHun se detuviera y le observara con sorpresa.

—Sabes cómo salirte con la tuya —aceptó el guerrero con una pequeña sonrisa.

—Eso intento —sonrió y observó a su alrededor para contemplar como todos estaban reunidos para desterrar a su idiota líder—. Has conseguido un buen lugar —aceptó.

—No creí que querrías estar entre esa multitud —señaló con su cabeza—. Debo de ir, pero agradecería si esperas hasta que vuelva para no meterme en problemas —explicó.

—¿Por qué te materías en problemas? —cuestionó cruzando sus brazos.

—Porque si desapareces o te pierdes, yo fui la última persona con la cual te vieron —argumentó.

—Buen punto —asintió—. Lo intentaré, pero en caso de que no me veas, simplemente volví a esa casa —expresó señalando sobre su hombro.

No muy seguro, SeHun asintió y se alejó para ir al lado de Min Yoongi, ayudándole en su trabajo.

Observando desde su lugar, la pequeña idea de colarse en ese barco y huir con ese par entró en la mente de Jimin, y a pesar de que se vio tentado a intentarlo, sabía que sería algo estúpido.

No sólo no tenía oportunidad de subir sin ser visto, sino que estaba seguro de que esas dos personas lo culparían de sus desgracias, como si él le hubiera dicho que fueran unos imbéciles codiciosos.

—¿También saliste a verlo? —pregunto una desconocida voz a su costado.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó al contemplar al mismo doncel por el cual Yoongi le había dejado solo en los establos.

—Yo solo... No había nadie en casa, ni siquiera la esclava que dejaron conmigo y te vi aquí y quería aprovechar para disculparme —explicó y cubrió su boca un poco cuando una pequeña tos le invadió—. Lo que hizo Yoongi más temprano no estuvo bien, no debió de haberte dejado solo —expresó.

—Está bien, no me interesa mucho lo que haga o no —respondió volviendo su vista al frente.

—Pero... Eres su prometido, eso está mal —insistió y volvió a tapar su boca.

—Deberías de volver a casa —indicó Jimin ante la horrible tos que soltaba el doncel, como si tuviera algo atrapado dentro de él.

—Yo solo quería que supieras que Yoongi hizo eso porque es algo sobreprotector —expresó, y tomó una profunda respiración lenta—. Yo estoy comprometido con Jungkook, su primo, y como Kookie siempre está en el mar por su padre, es que decidió que debía de cuidarme —explicó—. Pero solo es eso, es como un hermano mayor muy protector y nada más como dicen los rumores —aseguró.

—Mira, te seré sincero —anunció observándole—. Si estoy comprometido con Yoongi es debido a que me vi obligado a ello, no porque lo quiera o me haya enamorado de él, por lo que, fueran o no reales los rumores y él esté o no enamorado de ti, no me interesa —aclaró.

—En un principio... Yo también vine aquí por obligación para casarme con Jungkook, pero después nos enamoramos —contó y tosió un poco.

—Pero aún no te casas y corren rumores de que estás jugando con los dos —indicó y resopló entretenido—. Este clan es peor que el mío, pero sean reales o no los rumores, no te preocupes que no estoy interesado y no te haré la vida imposible por conseguir un amor que no deseo —prometió golpeando suavemente el hombro del otro doncel.

—Yoongi no está enamorado de mí, solo se preocupa —insistió.

—Si, como un hermano mayor, ya lo dijiste —asintió y observó finalmente como el barco se iba—. La cosa es, que no creo que solo sea eso, pero allá ustedes con todo eso —se encogió de hombros.

No muy seguro, Taehyung asintió y observó al igual que Jimin como finalmente las personas se comenzaban a retirar.

—Y parece que vas a estar en problemas —pronunció el doncel de cabello negro al contemplar a tres hombres acercarse a ellos, uno de ellos con una expresión particularmente mala.

—¿Lo hiciste venir hasta aquí? —cuestionó Yoongi con un tono frío mientras iba directamente por Taehyung.

—No, no es así, vine por mi cuenta porque no había nadie en la casa, ni la esclava que dejaron conmigo —explicó Taehyung rápidamente, cubriendo su boca cuando un ataque de tos le invadió.

Preocupado, el guerrero observó a su abuelo.

—Lo llevaré a casa —anunció, simplemente tomándolo entre sus brazos.

—Deja que SeHun lo tome en brazos, no quiero más rumores estúpidos de ustedes dos juntos —ordenó su abuelo, apoyando sus dos manos en el bastón.

No muy feliz, Yoongi le entregó el doncel a su amigo y luego caminó a su lado de vuelta a casa, sin darle otra mirada a Jimin.

—¿Qué piensas? —preguntó Gook-Hwan, sin observar a Jimin.

—Que esto es una verdadera mierda —anunció—. Es obvio que Yoongi está enamorado de Taehyung, quien al parecer es el prometido de Jungkook, de quien el doncel sí está enamorado —negó con un suspiro—. Y a pesar de que no conozco al otro hombre, estoy seguro de que tampoco debe de estar muy contento con los rumores que circulan por ahí.

—No sé en qué momento apareció este desastre —se lamentó el abuelo Min.

—¿Por qué no considera este matrimonio? Es obvio que nunca podré entrar al corazón de Yoongi, y si soy sincero, tampoco estoy interesado en intentarlo, en especial cuando es obvio que ese tonto solo quiere estar con el prometido de otra persona —expresó—. Obligarnos a casarnos solo nos traerá infelicidad a ambos y no quiero tener una vida miserable de casados, sé lo que es eso y no es algo que deseo —explicó observando directamente aquellos ojos verde.

—O bien podrías lograr que Yoongi abra sus ojos y te vea a ti —indicó.

—Lo dudo —resopló.

—De acuerdo, hagamos un trato —anunció llamando la atención del doncel.

—¿Un trato?

—Si en cuatro lunas llenas, me dices que no eres feliz con mi nieto, yo compruebo que es así y no hay un hijo entre los dos, te dejo ir —prometió.

—¿Me dejará ir? —pregunto con sorpresa.

—Anularé su matrimonio y serás libre de irte si así lo deseas, pero siempre y cuando se cumplan esas dos reglas —advirtió.

—Me parece perfecto —sonrió Jimin, alzando su mano.

Observándolo, Gook-Hwan tomó la mano del doncel y la apretó.

—Solo debo de aguantar cuatro lunas llenas —sonrió Jimin.

—Estoy seguro de que para ese momento, Yoongi ya habrá caído ante tu encanto —sonrió el hombre mayor.

—Sí, porque realmente tengo uno y soy la persona más hermosa del mundo —resopló y giró observando el mar—. Tendré que ir pensando en una forma de conseguir un barco —expresó feliz—. ¿Cuánto se tarda en construir uno de cero? —preguntó y Gook-Hwan negó con una risa divertida.

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