༺ Capítulo X ༻
Dejando de entrenar con su espada, Yoongi alzó su camiseta para limpiarse el sudor de su frente y se alejó para tomar algo de agua, entonces, su mirada reparó en su hermano mayor, quien en algún momento había entrado en el campo de entrenamiento.
Cuando Namjoon le hizo un gesto con su mano para que se acercara, instintivamente sus labios se torcieron en una mueca, sabiendo perfectamente que le iba a regañar y por qué lo iba a hacer.
—Ya vuelvo —anunció hacia su amigo.
Al ver a su hermano, SeHun asintió y se alejó para limpiar su espada.
No muy feliz, Yoongi fue con su hermano.
—Solo iba a terminar con el entrenamiento antes de seguir con nuestro padre —expresó.
—No vine por eso —respondió su hermano.
—Entonces no creo que haya un tema del que hablar —expresó observando hacia otro lado.
—¿Cómo está Taehyung? —preguntó.
—No lo sé —mintió.
—Todos sabemos que subiste a desayunar con él en su habitación a solas —indicó, y su mirada se volvió reprobatoria.
—No puede bajar a desayunar con todos y le incomoda comer frente a otros cuando estos no pueden comer —argumentó—. No hicimos nada malo como todos piensan.
—Y todavía sabiendo lo que pensarían otros al ver a los dos juntos y solos en una habitación, sigues haciendo ese tipo de cosas que dejan a los demás pensando cosas erróneas —expresó cruzando sus brazos sobre su pecho—. ¿Qué vas a hacer si Jimin escucha uno de esos rumores?
—¿Qué se supone que voy a hacer? —resopló—. Ninguno tiene sentimientos por el otro —le recordó.
—Aun así, no debe de sentarle bien que su supuesto prometido esté en la habitación con otro doncel mientras a él lo deja solo —indicó—. ¿Cómo te sentirías tú de ser tu caso? ¿Y si Jimin te dejara solo para ir con un guerrero a solas a una habitación?
—No veo por qué debe de sentarme mal cuando no me interesa —se encogió de hombros.
—Eres más terco que una mula —negó soltando un profundo suspiro—. Dejaré esto o solo me terminaré irritando y molestando contigo, ese chico no merece este trato tuyo —expresó.
—Ni siquiera lo conoces —resopló.
—Lo hago, lo conocí esta mañana durante el desayuno en el que no estuviste —aclaró—. Encantador doncel, tiene su propio encanto, puedo entender por qué al abuelo Gook-Hwan le agrada tanto —expresó con una gran sonrisa donde sus hoyuelos aparecían, revelando cuan sincera era.
—Si te agrada tanto, entonces cásate tú con él —gruñó.
—Sabes qué, si no estuviera casado con Ahin lo hubiera hecho —declaró, logrando que su hermano le observara con sus ojos entrecerrados.
—Mentira, ese chico no es tu estilo.
—No tengo un "estilo" Como le dices, solo me interesa como es interiormente —aclaro—. No hagas de Jimin tu enemigo, que él se encuentra en la misma posición que tú —le recordó.
—Él fue desagradable primero —argumentó.
—El gran guerrero Min Yoongi dando excusas de un niño de cinco años, quien lo diría —se burló—. Y el chico se llama Jimin, sería bueno si lo fueras recordando.
—¿Solo has venido a molestarme con eso? —espetó irritado—. Tengo otras cosas más importante que escuchar como defiendes a mi supuesto prometido, seguramente te fue a llorar que no le trato bien —resopló burlesco.
—De hecho, fue todo lo contrario —anuncio sonriente—. A Jimin no le interesaba para nada que estuvieras ahí o no durante el desayuno, ni me dijo algo respecto porque eres desagradable con él, siendo sincero, ni siquiera parecía importarle.
—Si, claro, por eso has venido aquí.
—Vine por mi propia cuenta, me agrada —se encogió de hombros, logrando que el entrecejo de Yoongi solo se frunciera aún más.
—Estás loco —negó.
—Estoy seguro de que si no fueras desagradable con él pensarías lo mismo —sonrió—. Ah, por cierto, debes de darle un recorrido por las tierras a Jimin y advertirle del bosque prohibido —informó.
—No puedo hacer eso, le prometí a Taehyung que saldríamos a caminar juntos —expresó.
—Vaya tu manera de juzgar las cosas importantes que debes de hacer —dijo con una expresión severa y un tono frío—. No me importa lo que le prometiste a Taehyung, Jimin es tu prometido y son órdenes del abuelo —anunció.
—También debo de encargarme de nuestro padre —le recordó.
—El abuelo dijo que él se encargaría de ello —respondió—. Jimin está aquí, no le hagas esperar más —ordenó lanzándole una mirada antes de irse.
Gruñendo, Yoongi observó en la dirección en que su hermano había señalado con la cabeza y encontró al pelinegro doncel caminando como si nada por alrededor del campo, sin siquiera darle una mirada.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó su amigo, SeHun.
—Tengo que ir —respondió chasqueando su lengua con molestia, apartando su mirada del doncel—. Si no obedezco la orden de mi abuelo, después tendré problemas —expresó—. Solo ve y prepara dos caballos para nosotros, no me molestaré en mostrarle todo el lugar a pie.
—Pero... Es un doncel —pronunció su amigo, observándole con duda—. No creo que sea buena idea que suba a un caballo, ni siquiera sabes si él aprendió a montar uno —indicó.
—Así como es él, no me sorprendería si aprendió por su cuenta —se burló—. ¿Sabes qué? Prepara a Storm —pidió con una sonrisa maliciosa.
—¿Quieres que prepare a tu caballo de guerra que no se lleva bien con nadie ni con otros caballos para llevar a tu prometido a conocer el clan? —cuestionó con sorpresa.
—Sí —asintió—. Así, si él no quiere ir, ya no sería mi culpa y ni mi abuelo ni mi hermano podrán hablar al respecto —explicó.
—Estás siendo un idiota —expresó SeHun, negando antes de apartarse sin decir nada más.
No muy interesado, Yoongi buscó al doncel con la mirada y su cuerpo se tensó cuando no lo encontró donde antes.
Maldiciendo, rápidamente comenzó a caminar, buscándolo por los alrededores donde había otros guerreros entrenando ya fuera cuerpo a cuerpo o con sus espadas.
Mierda, incluso había flechas volando en todas direcciones.
Si el chico resultaba lastimado, Yoongi sabía que su abuelo lo culparía a él de todo y así como estaban las cosas no quería arriesgarse a saber sobre el castigo.
Cuando finalmente lo encontró, un pequeño alivio le recorrió a la vez que cierta sorpresa le siguió.
Nunca en su vida había visto a un doncel sostener una espada, y Jimin lo estaba haciendo, moviéndola con una agilidad que decía tener algo de conocimiento al respecto.
Y se veía... Bien.
Cuando sus ojos se encontraron con aquellos plateados, se encontró momentáneamente perdido en esos resplandecientes orbes y solo reaccionó cuando alguien gritó "cuidado" Lo suficientemente fuerte, para sacarlo de su trance.
Por instinto, su cuerpo se fue hacia adelante intentando proteger al más débil, pero Jimin vez de intentar de refugiarse en él, le observó extraño y se apartó ágilmente, tirando de él hacia el costado justo antes de que la flecha cayera casi rozando su hombro.
—Deberías de observar antes de lanzarte —expresó observando la flecha a su costado.
—Si quieres vivir, primero te mueves y después piensas —respondió solo algo molesto consigo mismo, sabiendo que el doncel había tenido razón y cometió un tonto error de novato—. Y esto no es para jugar, no deberías de tenerlo —expresó quitándole la espada.
—No es mi culpa que tus hombres las dejen descuidadamente por ahí, así como yo tome una, fácilmente un niño podría haberlo hecho desde que las puertas de este lugar permanecen abiertas y todos entran y salen —comentó.
—Tú —llamó Yoongi atrapando al primero que se cruzó en su camino—. Recoge cada espada y arma que encuentres en el suelo con los demás, y si siguen dejando todo abandonado en el suelo, juro por los cielos que no les permitiré tomar ninguna arma por un mes entero —regañó empujando el arma hacia su pecho—. Muévanse, ahora —ordenó logrando que el tipo corriera.
—¿No deberías de ayudar tú también? —preguntó Jimin observándole con una pequeña sonrisa—. Después de todo, tú igual practicas con ellos.
—Pero yo soy su líder, puedo ordenarles hacer eso y más solo porque quiero —respondió—. Sígueme —ordenó comenzando a caminar.
—¿A dónde vamos? —preguntó el doncel cuando salieron del campo de entrenamiento.
—No te hagas el idiota, sabes que mi abuelo me ordenó darte un recorrido por el clan Min —respondió sin mirarle.
—Traté de decirle que podía ir solo, pero no me dejó —argumentó siguiéndole—. Y déjame decirte que eres pésimo dando recorridos si ya comenzamos —expresó manteniéndole el paso, aunque tuviera que caminar un poco más rápido para ello.
—Aún no lo comenzamos, iremos a buscar unos caballos para ir, no tengo tiempo para gastar todo un día en esto —explicó entrando en los establos—. ¿Algo que decir al respecto? —preguntó deteniéndose.
—Nop, me parece perfecto —anuncio Jimin, tomando su pelo entre sus manos para atarlo en una coleta alta—. Tampoco es como si yo quisiera desperdiciar de mi tiempo en tu compañía —le sonrió.
—Los donceles no deben de amarrar su cabello —indicó frunciendo el ceño.
—¿Según quién? —cuestionó alzando una ceja.
—¿Todos? —respondió obvio—. Cada doncel debe de llevar su cabello suelto y largo para poder reconocerle.
—Sí , porque con tan solo mirarme no te darías cuenta de que soy un doncel, ¿no? —bufón abriendo sus brazos a su costado, mostrando su cuerpo delgado y pequeño que caracterizaba a los donceles.
—Solo suelta tu cabello —ordenó frunciendo el ceño.
—No, es incómodo montar a caballo con el pelo largo y suelto —expresó—. Además, no eres nadie para ordenarme hacer algo —indicó cruzando sus brazos sobre su pecho mientras recargaba todo su peso en una pierna.
—Pronto seré tu esposo —le recordó.
—Exacto, pronto, lo que significa que aún no lo eres y no tienes por qué ordenarme cosas —sonrió—. Y no es por nada, pero que estemos casados tampoco significa que tienes el derecho de ordenarme sobre cómo tengo que vestirme o de las cosas que debo o no hacer, así que será mejor que no te vayas haciendo ilusiones al respecto.
—Eres molesto —espetó.
—Gracias.
—No fue un cumplido.
—Lo sé —sonrió y observó a su alrededor—. ¿Qué estamos esperando? —preguntó.
—A que traigan nuestros caballos —respondió y buscó con la mirada a SeHun, solo que no lo encontró precisamente a él—. ¿Taehyung? —pronunció cuando contempló al doncel detenerse frente a los establos.
—H-hola —respondió algo jadeante.
—Maldición, Tae, ¿qué estás haciendo fuera de la cama solo? —exclamó yendo directamente al lado del doncel.
Sin siquiera preguntarle al respecto, se inclinó pasando un brazo bajo sus rodillas y otro rodeando su espalda para levantarlo del suelo.
—Lo siento, pensé que estaría bien caminar un poco antes de que llegaras —explicó y luego tapó su boca al tener un ataque de tos horrible.
—Te dije que debías de esperarme —reprochó observándole con preocupación—. Vamos a tu habitación —anuncio.
—N-no, espera... —jadeó y observó a Jimin—. É-l... —pronunció siendo interrumpido por otro ataque de tos.
—A él no le importa, esperará aquí —prometió con un tono suave que no había escuchado Jimin hasta ese momento—. SeHun vendrá, espera con él —anunció lanzándole una mirada y con un tono mucho más frío.
Y entonces, sin decir más palabras, se fue conversando con el doncel entre sus brazos.
Observándolo alejarse, Jimin inclinó ligeramente su cabeza y observó sobre su hombro cuando escuchó a alguien carraspear su garganta.
—Entonces... Yo soy SeHun —se presentó el guerrero, observándole apenado.
—Es por ese doncel que Yoongi no se quiere casar, ¿no? —adivinó.
—No soy de los que habla de la vida de otras personas —pronunció esquivando su mirada.
—No es necesario, los otros esclavos lo hacen bastante —expresó con un suspiro, acercándose.
—Cualquier cosa que hayas oído, solo son rumores maliciosos, nunca ha ocurrido nada entre ellos, Taehyung está comprometido con otro —aseguró rápidamente.
—Sí, no te preocupes que no me pondré a llorar, no me interesa lo que hace o no Yoongi con su vida —aseguró deteniéndose frente al gran caballo de brillante pelaje negro—. ¿Quién es este hermoso? —preguntó alzando la mano.
—Será mejor que no lo toques, Storm no deja que nadie excepto... —guardando silencio, SeHun observó con sorpresa como el gran animal inclinaba su cabeza aceptando el toque del doncel luego de intercambiar miradas.
—Buen chico —sonrió el pelinegro doncel y luego observó al otro guerrero—. Una pregunta, ¿crees realmente que Yoongi volverá? —preguntó.
—Yo...
—Sé sincero, no lloraré si me dices que no —prometió.
—Entonces, no —respondió con una mueca—. Cuando se trata de Taehyung, Yoongi es diferente —explicó.
—De acuerdo hermoso, entonces creo que solo seremos tu y yo —anuncio rodeando al caballo para montarlo.
—No puedes salir solo, no puedo dejarte hacerlo —exclamó con sorpresa SeHun, observando como fácilmente se subía al gran caballo de guerra.
—Perfecto, entonces acompáñame tú —pidió con una gran sonrisa—. Llevo tiempo sin montar a caballo y me gustaría que me acompañaras a un lugar —explicó, logrando que el contrario le observara dudoso—. Descuida, cualquier cosa yo asumo la responsabilidad culpando a Yoongi de todo, después de todo, él fue quien nos dejó aquí solo.
—Él se enojará —advirtió, pero se subió al otro caballo.
—No me interesa, él se comprometió a darme un recorrido y se perdió —se encogió de hombros—. Que asuma la responsabilidad de sus actos mientras me entretengo —expresó y movió suavemente al caballo.
Negando con una pequeña sonrisa, SeHun le siguió aliviado de no tener que tratar con un doncel lloroso porque le hubieran dejado de lado por otro.
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