༺ Capítulo V ༻
Bajándose de su gran caballo, Min Yoongi mantuvo las riendas entre una de sus manos y alzó la otra para acariciar la cabeza del animal.
—Hiciste un buen trabajo, chico —halago dándole unas palmaditas antes de alejarse—. Llévalo a su puesto y recompénsalo con zanahorias y manzanas —ordenó entregándole las riendas a su amigo y compañero de guerra, SuHun.
—Le daré algo de agua y lo mantendré listo para más rato —expresó tomando las cuerdas.
—Está bien, puedes quitarle todo y dejarlo en la caballeriza o llevarlo con los otros caballos, ya no tengo pensado usarlo —explicó, dándole otra palmadita en el lomo al gran caballo de hermoso pelaje negro como la noche.
—Eh... Pero... —pronunció y le observó como si quisiera decirle algo.
Y aunque Yoongi en otra oportunidad habría presionado al respecto para que su amigo le dijera todo, la verdad es que no tenía tiempo en ese momento.
—Solo has lo que te dije —instruyó alejándose sin más.
Saludando algunos niños con sus madres y otros hombres a su paso, el guerrero Min Yoongi se dirigió hacia la casa más grande del clan que pertenecía a su abuelo.
Subiendo unos peldaños, entró en la casa e inmediatamente atrapó a una joven esclava que caminaba cargando un balde en la entrada.
—¿Cómo está Taehyung? —preguntó.
La chica tembló al ver su cara e inmediatamente bajó la mirada, sin soportar el peso de aquellos intensos ojos oscuros.
—Él... T-tos... —balbuceó.
—¿Tos? —repitió Yoongi, inclinándose más cerca de la joven, quien se estremeció junto a su gran figura e intentó volverse más pequeñita de lo que ya era, casi como si temiera que le golpeara.
Yoongi chasqueó su lengua e intentó no sentirse irritado por el comportamiento de la chica, después de todo, era una de las nuevas esclavas que había traído por orden de su padre, el jefe del clan Min, en su última expedición sin sentido.
Era el hombre que arrasó con sus tierras y gente, que la separó de su familia, por supuesto que iba a temer de él.
En especial con su gran cuerpo lleno de cicatrices de luchas, incluso en su rostro había una larga y delgada que cruzaba sobre su ojo derecho, lo cual seguramente le hacía lucir mucho más aterrador.
Sería cosa de tiempo que la chica comprendiera que no era tan terrible a como se veía y que su gente tampoco la trataría mal.
A pesar de que había muchos esclavos en su clan, se les trataba bien y le daban un trabajo justo de acuerdo con sus habilidades para que se ganaran la cama en las que dormían y un buen plato de comida.
Si había uno que tuviera más habilidades en ciertas cosas que en otras, su hermano Namjoon inmediatamente lo hacía fortalecerse en esa área para ayudar más a su clan.
En teoría, a pesar de lo que hacían, no eran tan malo ni tenían un trato injusto hacia las personas que traían a su clan a la fuerza.
Era eso o dejarles morir en un lugar destruido.
—Déjalo, solo vuelve a tu trabajo —indicó dejándola ir.
Agitando suavemente la cabeza, se dirigió a la habitación de Taehyung en la parte superior de la casa.
Mucho antes de abrir la puerta, el guerrero podía escuchar la horrible tos que llenaba toda la habitación, alertándole que sería uno de esos días malos.
—Yoongi —pronunció el joven doncel postrado en la cama.
Su larga cabellera castaña se esparcía con desorden sobre las almohadas y su piel suave se mostraba más pálida de lo que era normalmente.
Ni siquiera el ligero rubor en sus mejillas podía apreciarse bien debido a tez enfermiza del doncel.
—Parece que hoy no será un buen día para ti, eh —expresó con tono suave, entrando más en la habitación.
—En realidad no estoy tan-... —alzando sus manos, el castaño doncel las presionó sobre su boca, intentando cubrir con ello el ataque de tos.
Apresurándose en ir a su lado, Yoongi le ayudó a sentarse sobre la cama y una vez dejo de toser, tomó el vaso con agua y le ayudó a beber.
—Lo siento, siempre estoy molestando —expresó apenado una vez pudo respirar normal.
—Sabes que no eres ninguna molestia —descartó y acomodó las almohadas a sus espaldas para que lo ayudaran a mantenerse sentado—. ¿Dónde están los sirvientes? —preguntó cuando no vio a nadie en la habitación—. ¿Y el esclavo que te traje?
—Todos están ocupados y sabes que no me gustan muchos los esclavos —respondió evitando su mirada.
—Sé que no te gusta, pero necesitas a alguien que esté contigo en todo momento para que te ayude —le recordó observándole con cierto reproche cariñoso.
—Pero estoy bien a comparación de cuando cae el invierno —expresó y corrió su rostro para toser.
—No te ves exactamente bien en este momento —observó—. ¿Tienes frío? ¿Debería de encender el fuego? —preguntó.
—No, está bien, le diré a alguien que lo haga después —aseguró tomando una lenta respiración profunda y exhalando—. Lo siento, pensé que estaría lo suficientemente mejor ahora para acompañarte —expresó decaído.
—Si necesitas descansar puedes hacerlo —indicó Yoongi—. Puedo venir a visitarte después.
—Pero... Yo quería salir con los demás a recibir a tu nuevo prometido —suspiró.
Con esas palabras, todo el cuerpo del guerrero se tensó.
—¿Prometido? —preguntó.
—Sí —asintió Taehyung—. Escuché que llegaría hoy —sonrió—. Debe de ser pronto porque ha habido mucho movimiento desde esta mañana —expresó.
—¿De dónde escuchaste que tenía un prometido? —indagó.
—Las personas que cuidan de mí hablan mucho cuando creen que estoy durmiendo —explicó rascando su nariz un poco avergonzado—. Sé que no está bien, pero es la única forma en la que me entero de lo que está sucediendo afuera sin salir. ¿Estás bien? —preguntó tras contemplar la seriedad en el rostro del guerrero.
—Sí, lo estoy —respondió sin ese tono dulce y amable con el cual siempre se dirigía al doncel—. Discúlpame, tengo que ir a hablar con mi abuelo —expresó levantándose de la cama.
—Está bien —le sonrió—. Tienes que presentarme a tu prometido cuando llegue, ¿de acuerdo? Muero de curiosidad por saber cómo es —expresó alegre.
Sin poder responderle, Yoongi forzó a su cabeza a moverse de forma positiva antes de salir de la habitación.
—Enciéndale el fuego a Taehyung, su habitación está demasiado fría para él —ordenó a una mujer mayor que caminaba cerca.
—Sí, señor Yoongi —asintió.
—¿Sabes dónde está mi abuelo? —preguntó antes de que se alejara.
—Estaba en su jardín trasero —respondió.
Agradeciendo, el guerrero Min salió de la casa y la rodeó para ir a la parte trasera donde su abuelo tenía un cultivo de flores de diferentes colores y formas.
Bajo un techo, su abuelo se encontraba sentado observando más allá de las flores, hacia el frondoso bosque prohibido.
—¿Sabías que tengo un prometido que viene en camino? —cuestionó parándose frente a él.
Min Gook-Hwan alzó su blanca cabeza y le observó en silencio.
—Pensé que estabas al tanto de ello, por algo es tu prometido —respondió tranquilamente.
—Esto no es gracioso, abuelo —espeto enojado—. ¿Por qué hiciste algo así sin siquiera preguntarme al respecto? Cuando quiera casarme lo haré, no antes —gruñó.
—¿Por qué crees que yo soy quien te ha buscado una pareja? —cuestionó alzando una ceja canosa.
—¿No fuiste tú? —frunció el ceño—. Tú eres el que siempre me molesta con alejarme de Taehyung.
—Te lo digo porque eres demasiado cercano al prometido de tu primo, no es bueno para ninguno de los dos —respondió y observó hacia el bosque.
—Solo somos amigos —pronunció enojado.
—No lo miras como un simple amigo —indicó—. Como fuera, pensé que ya lo habías superado y finalmente seguiste mis palabras y buscaste otro doncel desde que obviamente te atraen más que las mujeres —expresó.
—No tengo tiempo para tratar con un esposo en este momento —resopló—. Pero si no fuiste tú, ¿quién hizo todo esto? ¿Y de dónde es supuestamente mi prometido? —cuestionó cruzando sus brazos.
—Mientras estabas afuera con tu hermano, tu padre permitió que otro clan usará nuestras rutas y les dejó entrar a nuestras tierras —comentó—. Yo comenzaría a investigar por ahí, considerando que poco después los rumores comenzaron —expresó.
—Ese viejo egoísta —chasqueó su lengua—. Te juro que si hizo algo sin mi consentimiento otra vez, lo golpearé.
—Es el jefe del clan —le recordó.
—Por favor, ambos sabemos que solo sabe beber y joder a mi madre mientras disfruta de las riquezas que le conseguimos Namjoon, Jungkook y yo —resopló—. Hace tiempo que dejó de actuar como un líder que se preocupa por su gente, todos sabemos que es mi hermano y tu quienes hacen todo el trabajo.
—No todos los líderes son buenos —expresó su abuelo—. Pero tu padre ha ido acumulando las malas decisiones —advirtió, observándole con frialdad.
—Lo sé, y todo acto lleva su consecuencia —asintió—. Juro que será lo último que le permitiré si resulta que él hizo todo —prometió y se alejó.
Saliendo de la casa de su abuelo, Yoongi se dirigió hacia la de su padre, y la gente debió de haberse percatado que no se encontraba de buen humor en ese momento, porque todos se apartaron de su camino apenas cruzaron una mirada con él.
Tan pronto como cruzó la puerta, las personas y esclavos que se encontraban rondando cerca desaparecieron, dejando solamente a Yoongi junto a sus padres.
—Si quieres meterle mano perfectamente puedes ir a tu habitación y follarla como deseas —espetó tras observarlos.
—Yoongi, deberías de tener más respeto con nosotros —expresó su madre, observándole con el ceño fruncido.
—Solo digo lo que veo —resopló cruzando sus brazos—. Estás sentada en su regazo, tu falda se encuentra desordenada y su mano sigue apretando tu jodido pecho —indicó y SeulGi inmediatamente acomodó su ropa e intentó apartar la mano de su padre, quien se negó a moverla.
—Déjalo, pensé que era un hombre que ni siquiera había probado el coño o el trasero de otro, pero viendo que no se ha sonrojado por lo que ha visto, parece que nuestro Yoongi es más hombre de lo que muestra —expresó su padre y soltó una estruendosa risa—. Dime, ¿te acostaste con una de las putas o finalmente lograste convencer al doncel de Jungkook para que te diera su culo? —cuestionó con una gran risa.
—No hables así de Taehyung —gruñó molesto.
—Veo que sigues sin tenerlo por como lo defiendes —resopló Te-Woong.
—Es el prometido de su primo, sabe que ese no es el camino —suspiro su esposa, finalmente bajando la mano de su esposo.
—Primo —resopló—. El chico es un tipo que está más caliente por estar en el mar y este es un idiota que anda detrás de alguien comprometido y ni siquiera se atreve a tomar lo que desea —le observó con fastidio.
—No he venido hasta aquí para hablar de Taehyung —anuncio Yoongi cortando el tema, odiando cada vez que opinaban sobre su vida como si tuvieran todo el derecho de hacerlo.
—¿Para qué has venido entonces? —preguntó aburrido, pasando una mano por su castaño cabello, peinando lo hacia atrás.
—¿Qué es esa mierda de que estoy comprometido? —espetó y la sonrisa de Te-Woong volvió.
—Ah, ¿finalmente ya está aquí? —preguntó —. Tráemelo cuando llegue, tengo curiosidad por conocerlo, Park SiWon aseguró que su belleza era algo de otro mundo —expresó interesado.
—¿Aceptaste un trato con el clan Park por uno de sus hijos? —cuestionó molesto.
—Era un buen trato donde nosotros ganábamos más que ellos, e incluso conseguí un doncel para que te cases, ¿por qué te quejas? —resopló.
—¿Por qué me quejo? —espetó alzando su voz—. Porque nosotros no hacemos tratos con otros y porque malditamente me incluiste en tu negocio —exclamó furioso.
—No seas un bebé, Min Yoongi, tienes casi treinta años y aún no estás casado —espetó irritado—. Suficiente tengo con tu hermano que todavía no es capaz de tener un hijo como para además tener que lidiar contigo y tu estúpido enamoramiento por el culo de un doncel enfermo que pasa más en cama que trabajando —exclamó ahora furioso, logrando que su esposa se alejara para darle su espacio.
—No te atrevas a hablar así de Taehyung, no es su culpa ser así —ordenó observándole con odio.
—Tú no eres su puta niñera, Yoongi, ni su prometido —declaró—. Te casarás con el hijo de Park y asunto cerrado.
—No lo haré —negó y se retiró sin escuchar los gritos de su padre.
Saliendo de la casa de su padre furioso, observó a su abuelo al encontrárselo en la entrada, obviamente habiendo escuchado todo.
—No me casaré, los iré a ver al muelle y les diré que se larguen —expresó.
—No, vamos a darle una oportunidad primero —indicó Gook-Hwan.
—¿Oportunidad para qué? Mi padre fue el que decidió todo esto, si quiere conocer a la belleza de la que tanto alardea Park, que se case él entonces —espetó molesto.
—No digo que lo que hizo tu padre está bien, pero tal vez conocer a otra persona te ayude a superar a Taehyung —indicó.
—Que Taehyung y yo... —observando la severa mirada de su abuelo, Yoongi suspiro frustrado y lo dejó—. El líder del clan Park es un idiota, no me sorprendería si el hijo es igual —resopló.
—No lo sabemos, tu padre también es un idiota y afortunadamente ni Namjoon ni tú salieron igual a él —se carcajeó golpeando su hombro—. Vamos, tengo curiosidad por conocer a este doncel y tu padre igual —expresó señalando con su cabeza hacia atrás, donde el jefe Min salía de su casa.
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