༺ Capítulo LXXXVII ༻


Sentado sobre un montón de pieles y mantas, Jimin contemplaba en un tranquilo silencio el chispeante fuego que mantenía la habitación en una agradable temperatura que alejaba el frío completamente. Cuando la puerta fue abierta, aquellos plateados ojos miraron en aquella dirección y observó a su joven esclavo entrar.

Tan abrigado como Jimin, Hoseok se acercó y se detuvo al lado del doncel. Aguachándose con una pila de leña entre sus brazos, lanzó unos al fuego, mientras que los otros los acomodó cerca.

—Las tormentas parecen que finalmente han acabado por ahora, pero el frío que hace afuera es horrible —comentó con una pequeña sacudida.

Alzando una pierna, Jimin la rodeó con sus brazos y apoyó su cabeza en su rodilla.

—¿Tan malo es?

—Mis mocos se congelaron —juró y estiró sus manos hacia el fuego.

Negando sonriente, el doncel volvió su mirada al fuego.

—¿Hace cuánto que Yoongi invade mi habitación y calma mis pesadillas? —soltó repentinamente.

Sobresaltado, Hoseok observó con grandes ojos llenos de sorpresa al pelinegro doncel.

—¿Q-que? Y-yo... N-no... —balbuceó.

—Ni siquiera lo intentes —bufó, acurrucándose en el abrigo que Yoongi le había regalado—. Siempre pensé que esa presencia en mis sueños solo era producto de mi mente para poder dormir tranquilo, pero ese día que los dragones me mojaron y Yoongi me sostuvo frente al fuego para ayudarme a entrar en calor, me hizo pensar al respecto. Y hoy, cuando desperté, estoy bastante seguro de que lo sentí abrazándome y susurrándome todas esas cosas —expresó—. Así que, ¿desde cuándo?

Con una expresión derrotada y mitad preocupada, su joven amigo torció sus labios y se removió inquieto.

—¿Desde el principio?

—¿Desde el principio? —repitió con sorpresa y Hoseok asintió.

—Desde la primera noche que te escuchó gritar, ha estado viniendo a tu habitación y se queda contigo abrazándote y calmando todas tus pesadillas, sin importar cuanto duren o los golpes que reciba —contó—. Sé que se suponía que no debería de dejarle entrar, pero ¿cómo se supone que lo alejaría cuando a ambos nos mataba no poder hacer nada mientras sufrías? Sin contar que es la única forma en que puedes dormir tranquilo —explicó—. Incluso tus pesadillas disminuyeron.

Sorprendido por haber confirmado su teoría, Jimin volvió su mirada hacia el fuego con un aire pensativo. Saber que cada vez que soñó que alguien le sostenía, que susurró aquellas cálidas palabras prometiéndole protegerle, fue real y dichas por el mismo Yoongi, era algo...

—¿Estás enojado? —preguntó el joven esclavo.

—... No... —reconoció—. Supongo que una parte de mí sí quería que esa figura protectora en mi sueño fuera Yoongi. En cierta forma, lo presentía, ya que con él comencé a sentirme mucho más cómodo que con la presencia o tacto de cualquier otro —comentó—. Entonces, ¿durante todo este tiempo Yoongi ha estado invadiendo mi habitación cada vez que me duermo?

Con una expresión aliviada, su joven amigo negó.

—No es tan así. Él solo viene corriendo cuando te escucha gritar, entonces te toma entre sus brazos y te calma, pero no espera a que te quedes dormido y entra —explicó.

Y ante la pensativa expresión del pelinegro doncel, Hoseok dudó.

—Sé que no debería de entrometerme —pronunció—. Pero cuando el señor Yoongi te mira, siempre refleja nada más que cariño y amor, también algo de dolor, pero considerando todo lo que les ha pasado a ambos, es normal, ¿no? Tú también le observas de la misma forma.

—No es necesario que intentes abogar por él, Hobi... Hace tiempo que comprendí que lo que ocurrió esa noche, no fue culpa de ninguno —confesó.

—Pero... Aún no están juntos —murmuró.

—Comprenderlo y avanzar son dos cosas diferentes —aclaró y le observó con una pequeña sonrisa—. Aunque puedo decirte, que cada vez me estoy volviendo más tentado a volver a intentarlo con él —reveló.

La emoción fue reflejada inmediatamente en el rostro del joven esclavo.

—Me gustaría que volvieran a estar juntos, ambos se amaban demasiado como para dejar que unos idiotas arruinen todo —comentó—. Y sé que has sufrido mucho por ello, pero por lo que he visto... El señor Yoongi también lo ha hecho y lo sigue haciendo, por no haber sido capaz de ayudarte y salvarte.

—Fue una noche que afectó a varias personas —expresó en un suspiro.

—Pero... ¿Tú quieres volver con él?

—No me presiones, Hobi. Si te pones en plan el abuelo Min, haciendo comentarios sutiles, solo harás que me sienta presionado y la respuesta que llegue no le gustará a nadie —advirtió.

—Lo lamento, solo no me gusta ver cómo ambos sufren separados cuando se aman tanto —explicó con una mueca culpable.

Asintiendo en silencio, Jimin se enderezó y observó hacia la puerta tras percatarse de algo.

—¿Yoongi aún no vuelve? Sé que me dijo que saldría un momento, pero eso fue en la mañana tras desayunar juntos —comentó.

Y tan pronto como Hobi desvió su mirada, Jimin tuvo un mal presentimiento al respecto.

—¿Qué ocurre? —cuestionó.

—Bueno... Se supone que yo no debería de haber escuchado esto, pero tal parece que el barco de tu antiguo clan ya ha entrado en nuestras aguas —contó—. Tal vez se estén preparando por si logran llegar hoy al muelle.

—Ve y pregúntale al abuelo Min —ordenó.

—Pero...

—Es una orden, Hobi —aclaró levantándose del suelo.

—No es necesario que me vaya a buscar —anunció Gook-Hwan abriendo la puerta—. Ya estoy aquí —dijo sin una expresión feliz en su rostro.

—¿Es cierto que el barco del clan Park ya está aquí?

—Lo es —asintió—. Y en contra de mis deseos, Yoongi está preparando su caballo en los establos para que vayan juntos —informó—. Por supuesto, no es necesario que te expongas al frío para recibir a esa gente, Namjoon y Yoongi pueden hacerlo sin problemas.

—No, iré con Yoongi —decidió.

—Es probable que te encuentres con el idiota de tu padre —le recordó.

—Si nunca hui de él antes, no veo la razón para hacerlo ahora —expresó Jimin.

Alejándose hacia la cama, el doncel tomó asiendo en el borde y se quitó el extraño aparato de su pie y luego empujó las botas blancas en cada uno.

Al verlo, Gook-Hwan sonrió leve y observó hacia el joven esclavo.

—Toma un abrigo también y acompáñalo hasta los establos —ordenó.

—No es necesario, puedo ir solo, no está tan lejos —aseguró Jimin.

—Todos estaremos en problemas si te dejamos salir solo de la casa —indicó el abuelo—. O vas con él, o con alguien más, o solo esperas a que Yoongi venga por ti —declaró.

—Si me quieres acompañar, necesitas abrigarte más que eso —indicó el pelinegro doncel a su joven amigo.

Asintiendo con entusiasmo, el joven esclavo rápidamente se enderezó y salió de la habitación en busca de ropa más abrigada. Observando al abuelo Min, Jimin alzó una ceja.

—¿No vas a preguntar cómo voy con Yoongi?

—No, ya me dejaste bastante claro lo que sucedería si seguía insistiendo con ello —expresó—. Y si soy sincero, en este momento estoy más preocupado por las visitas que tendremos, no me huele muy bien que tu padre aparezca justo después de que hemos sufrido pérdidas debido al ataque —comentó.

—Ni siquiera sabemos si él realmente vendrá en persona. Sé lo que dijo mi hermano, pero a la vez, sé perfectamente que no le intereso lo suficiente a SiWon como para aparecer por aquí por mí.

—Pero por lo que me has contado de ese tipo, nada nos asegura de que no te esté utilizando solo como una excusa para venir aquí —aclaró.

Y ante tal argumento, Jimin no pudo discutirlo.

—Supongo que lo averiguaremos ahora.

Al contemplar a su joven esclavo esperarle ya listo en la puerta abierta, Jimin se alejó y salió de la habitación. Bajando al primer piso, tan pronto como salieron al frío exterior, una pequeña bestia alada chocó contra el pecho del doncel. Sonriente, este saco sus manos entre su calentita capa y sostuvo al pequeño dragón blanco.

—Hey, ¿qué haces aquí? —expresó sonriente.

El pequeño dragón blanco emitió un suave chillido y luego se acercó hasta esconderse bajo el abrigo que le dio Yoongi.

—Supongo que quieres ir conmigo —sonrió, sosteniéndole bajo su abrigo con sus brazos.

—Hace tiempo que no venía a visitarte directamente —comentó Hoseok con una pequeña sonrisa.

—Seguramente vieron el barco que se está acercando —pensó Jimin.

Alejándose de la casa junto a su joven amigo, ambos caminaron hacia los establos, encontrándose solo con una y otra persona, pero nada a comparación a aquellos días antes de la luna fría. Al percibir que alguien los estaba observando, Jimin miro sobre su hombro y contempló con sorpresa al guerrero que una vez estuvo detrás de Hobi, observar en su dirección con tristeza.

—Hobi... ¿No te has encontrado con Jackson? —preguntó curioso.

—Nop. Lo he visto de lejos observándome, pero si no se acerca a hablarme, no veo por qué tengo que hacerlo. Él hizo su elección incluso antes de lo que ocurrió esa noche —respondió sin mirarle.

Sin querer indagar más en los sentimientos de su joven amigo, presionándole, Jimin siguió en silencio con su camino. Al llegar a los establos, su ánimo cayó un poco al observar a SeHun.

—No parece que el señor Yoongi esté por aquí —comentó Hoseok.

—Vendrá pronto. Por mientras, esperemos en lo que veo a Silver —decidió sonriendo de solo recordar a su corcel.

Alejándose en la dirección contraria a SeHun, Jimin se detuvo en la cuadra donde se encontraba su caballo y una auténtica sonrisa creció en su rostro al ver todo lo que había crecido todo ese tiempo en el que estuvo lejos.

—Escuche que irías a recibir a tu familia con Yoongi.

Tan pronto como se percató de que aquel esclavo se estaba acercando, Hoseok se movió colocándose frente al doncel, impidiendo así que ese idiota siguiera avanzando.

—No es tu asunto —pronunció Hobi.

SeHun le observó con molestia, y luego dirigió su atención hacia el doncel.

—¿Cómo es que puedes seguir con él luego de todo lo que ha pasado? —cuestionó.

—Como dijo mi amigo, no es tu asunto —anunció enfrentándole.

—¿Lo estás defendiendo?

—¿Qué si lo hago? No es tu asunto lo que yo haga con mi vida.

—¿No puedes ver que me gustas? Te digo estas cosas para que veas que Yoongi no es para ti —expresó frustrado.

—Pero tú a mí no me gustas, y hablar mierda de Yoongi no hará nada en mí —respondió aburrido.

Frustrado y molesto, SeHun intentó pasar a Hoseok y acercarse al pelinegro doncel, pero tan pronto como empujó al joven esclavo, el pequeño dragón blanco salió de su escondite y salto hacia el rostro del idiota, rasguñándolo con sus afiladas garritas.

—¡Mierda! ¿Qué fue eso? —exclamó, empujando al pequeño dragón blanco.

Alzando sus brazos, Jimin recibió al pequeño dragón que voló con sus pequeñas alas de vuelta a él.

—Si te hubieras mantenido alejado, no te habría atacado —pronunció Hoseok, sonriente.

—¡Tú estás cerca y no te hace nada!

—Porque a diferencia de ti, Hobi sí tiene mi permiso para estar cerca —aclaró Jimin, observando sin culpa alguna los sangrantes cortes en el rostro del contrario.

—¿Por qué sigues aceptando a Yoongi después de todo lo que ha pasado? —cuestionó resentido.

—Lo sabes.

—No.

—Lo haces y siempre lo has sabido —indicó y observó a su tonto guerrero acercarse montando su caballo a toda velocidad—. No importa lo que hagas, lo que digas o lo que suceda. Tal parece que siempre terminaré eligiendo a Min Yoongi.

Deteniendo su gran corcel entre ese esclavo guerrero y su doncel, Min Yoongi observó directamente a su esposo.

—Jimin, ¿estás bien?

—Sí —respondió el doncel y se giró hacia su joven esclavo—. Llévalo al bosque y luego vuelve a casa, ¿sí? —pidió entregándole al pequeño dragón blanco, quien dejó que Hoseok le tocara sin problemas.

Volviendo hacia Yoongi, cuando el guerrero estiró sus manos hacia él, Jimin la aceptó y fue levantado con facilidad para ser sentado en el caballo, frente a él. Dándole una mirada desde arriba a SeHun, el feroz guerrero tiró de las cuerdas y le dio la vuelta a su caballo, saliendo de los establos con su esposo entre sus brazos.

—¿No vas a preguntar nada? —murmuró el doncel.

—¿Sobre qué? —preguntó Yoongi.

—¿Por qué SeHun tenía una herida en su rostro?

—Si estaba herido es porque se lo merecía —dijo tranquilamente—. Aunque si te está molestando, solo dime y me encargaré de él —prometió.

Apoyándose en el pecho de Yoongi, Jimin admiró el tranquilo pueblo vestido de blanco mientras bajaban a la costa.

—Me está molestando —soltó—. Está molesto porque sigo contigo, por lo que agradecería si lo cambiaran a lugares en los cuales no nos encontremos.

—Lo hablaré con Namjoon tan pronto como terminemos aquí —prometió Yoongi con una sonrisa que ni se molestó en ocultar.

¿Cómo hacerlo cuando su doncel finalmente parecía estar volviendo a abrirse a él otra vez? Contándole sobre sus problemas y de las cosas que le molestaban.

Cuando llegaron a la costa, Jimin admiró no muy felizmente como el gran barco permanecía completamente inmóvil hasta el límite que la isla le permitía avanzar. Bajándose de su caballo, Yoongi ayudó a su doncel a bajar con cuidado, y luego ambos caminaron hacia el jefe del clan, quien se mantenía de pie rodeado de guardias esperando que el pequeño barco terminara de cruzar la costa hasta llegar al muelle.

—¿Y SeokJin? —preguntó Jimin al no verlo.

—Está visitando a Jungkook y Taehyung —respondió—. Quería venir, pero preferí que se quedara con los chicos. Tengo el presentimiento de que no tendremos exactamente una agradable visita —expresó con amargura.

—Porque si SiWon realmente vino en persona, no lo tendremos —aseguró con su mirada fija en el pequeño barco que se acercaba.

—Te dije que podríamos hacer su estadía corta si te comienza a molestar —le recordó Yoongi.

—Y yo te dije que no pueden hacer eso —resopló.

—Podemos hacerlo si quisiéramos —aseguró Namjoon, logrando que el doncel le observara con sorpresa—. Ellos son los idiotas que nos visitan cuando acabamos de pasar por una situación difícil, tendrían que entender que no estamos en condiciones para recibir visitas —se excusó.

—No quiero que haya problemas, puedo irme con los dragones si es malo —aseguró.

—No, si hay alguien que se tiene que ir, son ellos y punto. —declaró Yoongi con firmeza.

—Tiene razón, tú perteneces aquí, Jimin, no ellos —apoyó Namjoon y luego se alejó un momento para hablar con unos guerreros.

Negando como si fuera un caso perdido seguir argumentando, Jimin contempló como finalmente el barco se detenía en el muelle de madera y los guerreros de su padre bajaron antes que lo hiciera su hermano menor. Cuando aquellos ojos tan azules como el mar se posaron sobre él, el pelinegro doncel sonrió suave y esperó al lado de Yoongi.

Tan pronto como este hizo el intento de abrazarle, Jimin se tensó, pero como su tonto guerrero estaba cerca y siempre atento a él, se interpuso en el camino del joven doncel y tomó su mano en un saludo, impidiendo de manera sutil que abrazara a Jimin.

Lo cual fue... Perfecto.

—¡Minnie! ¿Cómo estás? —exclamó Bae observándolo tan pronto como Yoongi le dejó.

—Estoy bien —respondió con una pequeña sonrisa—. ¿Cómo fue el viaje?

—Demasiado lento, quería llegar con rapidez, especialmente luego de escuchar lo que había sucedido —expresó—. Pero es un alivio ver que estás bien, estaba muy preocupado por ti —expresó.

Y como Jimin no estaba dispuesto a corregirle y soltar con ello lo que realmente había sufrido esa noche, solo mantuvo el silencio con una sonrisa más forzada.

—Pero es increíble, ¿sabes? No pensé que en la temporada de invierno cayera nieve, en nuestra casa solo es lluvia y más lluvia —comentó observando con sorpresa a su alrededor.

—Y eso que estás en la calma antes de la tormenta —resopló Jimin.

Y entonces, toda alegría que había surgido en el pelinegro doncel al apreciar a su hermano menor se borró tan pronto como contempló a su padre bajarse del barco, con sus fríos ojos azules posándose sobre él.

—¡Mi querido Jimin! —exclamó con una gran sonrisa que no llegaba a sus ojos—. Estoy feliz de verte luego de tantas lunas separados —expresó con aparente felicidad.

Cuando intentó acercarse para abrazarlo, el pelinegro doncel instintivamente se acercó más a Yoongi, quien rodeó sus hombros con un brazo y lo mantuvo cerca.

—Vamos, cariño, un abrazo a tu padre no te matará —exclamó SiWon—. ¿O es este hombre quien no te lo permite? —cuestionó observando a Yoongi con altivez.

—Papá, él es su esposo —informó Baekhyun.

—¿Es así? —preguntó SiWon, observándole con más interés que antes.

—Soy Min Yoongi —se presentó, sin siquiera hacer el intento de soltar a Jimin o de acercarse para saludarle.

Algo de molestia brillo en los ojos de SiWon, pero este solo sonrió y observó a su alrededor.

—Eh, pensé que este lugar se vería peor considerando lo que escuchamos —comentó—. Estábamos muy preocupados por ti tras enterarnos del ataque —expresó observando a Jimin.

—Estoy bien, no era necesario que vinieras en persona —respondió el doncel.

—¡Minnie! —exclamó su hermano menor.

—Lo siento, pero creo que Jimin tiene razón —anunció Namjoon, acercándose.

—¿Y tú eres? —cuestionó SiWon.

—Min Namjoon, el jefe del clan Min.

—Park SiWon, jefe del clan Park —se presentó, alzando una mano entre ellos—. ¿Por qué dices que no deberíamos de haber venido? —cuestionó directamente—. A pesar de que Jimin se casó con uno de ustedes, sigue siendo mi hijo y me preocupo por él —comentó y el pelinegro doncel no pudo evitar resoplar con ello.

—Comprendo su preocupación, pero no has elegido exactamente un buen momento para venir, es temporada de invierno y saliendo recién de un ataque, comprenderás que no estamos en la situación de recibir visitantes —explicó Namjoon tranquilamente.

—Aun así, me gustaría quedarme un tiempo para comprobar que mi hijo está bien y vive cómodamente —expresó observando con aparente cariño a Jimin.

—No es necesario quedarse un tiempo para eso, con un par de días lo puedes comprobar y reponer cualquier cosa que necesites en tu barco para partir —anunció Jimin.

—Eso es porque realmente ha estado preocupado por ti —pronunció Baekhyun.

—No parecía muy preocupado por mí cuando me envió sabiendo perfectamente que te esperaban a ti y no a mí —argumentó.

—Me arrepentí de mi comportamiento tan pronto como te fuiste —aseguró su padre y el doncel pelinegro resopló.

—Unos pocos días está bien —anunció.

—No creo que-...

—Es perfecto —anunció Namjoon, interrumpiendo—. Así sabrá que Jimin está en perfectas manos viviendo aquí y no nos incomodaría con una larga estancia considerando la situación en la que nos encontramos —sonrió cortando la pronta discusión que se avecinaba.

—¿No podemos quedarnos más tiempo? —preguntó el joven doncel, observando a su hermano.

—Jimin dijo que unos días estaría bien y solo eso se quedarán —declaró Yoongi, firme.

—Entonces, por favor sígannos para mostrarles la casa en la que se quedarán —anunció Namjoon.

—Estaremos honrados de compartir casa con usted —aseguró SiWon, adelantándose para caminar al lado de Namjoon—. Así no se preocupan de quitarle la casa a alguien más.

—No te preocupes, hay una casa disponible para ustedes —aseguró con una sonrisa.

—Iré por el caballo —anunció Yoongi, observando con sospecha al idiota de SiWon.

Quién para estar tan preocupado por su hijo, apenas y si lo había mirado.

—Está bien, espero aquí —aseguró Jimin tras observar la poca distancia entre ellos.

Y tan pronto como el guerrero se alejó, Jimin fue abordado por el joven doncel.

—Sabes que no tienes que ser tan malo con papá, ¿cierto? Él realmente vino porque está preocupado por ti —expresó—. Solo dale una oportunidad para demostrártelo.

—No —respondió sin siquiera pensarlo—. No me creo esa mentira de padre preocupado, algo vino a hacer aquí —anunció.

Frustrado, el joven doncel observó molesto a Jimin.

—Está preocupado por ti, y te arrepentirás si no dejas que te lo demuestre —espetó y se apartó siguiendo a los demás.

Observando como su hermano se alejaba, el doncel negó.

—Algo vino a hacer mi padre aquí —anunció cuando Yoongi estuvo a su lado otra vez.

—Lo sé —asintió, apoyándolo—. Y lo averiguaremos —aseguró antes de subirle al caballo con cuidado.

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